Capítulo 5: El eco de la pesadilla
Hace mucho tiempo, en un mundo donde los sueños y la realidad estaban entrelazados de manera misteriosa, vivía un anciano llamado Elías. Este hombre era conocido en su pequeña aldea como el "Guardián de los Sueños". La tarea de Elías consistía en proteger los sueños de las personas y mantener viva la conexión entre sus mundos internos y el mundo exterior.
Cada noche, Elías se adentraba en un bosque encantado donde los árboles susurraban secretos y los arroyos fluían con la esencia de los deseos. Allí, con un farol mágico que iluminaba los senderos de la imaginación, recogía los sueños de todos los habitantes de la aldea.
Un día, un joven llamado Luca se acercó a Elías. Había perdido toda esperanza en la vida, y sus noches estaban plagadas de pesadillas. Le rogó a Elías que lo ayudara a encontrar un sueño que le diera un propósito en la vida.
El anciano, en lugar de ayudar a Luca, se negó a cederle los sueños de otras personas, sabiendo que esto solo haría que Luca cayera aún más profundo en la desesperación. Este acto de negación despertó la furia en el corazón de Luca, quien sintió que su oportunidad de encontrar un propósito en la vida le había sido arrebatada injustamente.
Comenzó una discusión intensa con el anciano, acusándolo de egoísta y de mantener a la gente atrapada en su tristeza. En un arrebato de ira y desesperación, Luca robó la lámpara mágica del anciano, absorbiendo un sueño. Resultó ser el sueño de una persona que se volvía músico, y componía canciones increíbles y maravillosas, haciendo que se sintiera lleno de alegría y realización. Las melodías de sus canciones se volvieron aún más hermosas, y su nombre llegaría a lo más lejos de los confines del mundo.
Pero la felicidad de Luca era efímera. Pronto, el sueño que había robado se desvaneció, dejándolo más vacío y desesperado que antes. "No son tuyos, Luca. Podrás verlos, sentirlos, pero no vivirlos completamente. Necesitas encontrar tu propio sueño" Dijo el anciano.
Pero no le hizo caso, y a pesar de los ruegos del anciano, robó sueños una y otra vez, llenando un vacío insaciable en su interior. Cada vez que absorbía un sueño, sentía un breve resplandor de felicidad, pero siempre se desvanecía más rápido de lo que había llegado.
La avaricia de Luca lo consumió por completo, y poco a poco empezó a transformarse en un ser sombrío y desalmado, cuyo único propósito era alimentar su insaciable necesidad de sueños a costa de otros. Él mismo se convirtió en una pesadilla, devoradora de sueños. Elías no tenia otra opción, y lo encerró en la lámpara para que evitara seguir devorando sueños, pero ya era tarde. La aldea que una vez prosperó en la magia de los sueños cayó en un estado de tristeza y desolación.
Finalmente, el anciano, agotado y debilitado por la pérdida de sus sueños, se desvaneció en el viento. Era demasiado tarde. La lámpara mágica estaba vacía, y Luca, atrapado en un ciclo interminable de desesperación en ella, se convirtió en lo que quiso acabar.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top