Me detuve por un momento para respirar un poco vaya que era difícil moverse en este tipo de condiciones, mire mi reloj para observar la hora tendría que apresurarme si quería ir por Talina y aunque ella insistiera que podía irse sola no pensaba hacerlo mucho menos en una nueva ciudad aunque ella parecía haberse acostumbrado ya, esa niña si que tenía mejor aprendizaje que yo incluso ya se había vuelto más habilidosa que yo en ciertas tareas vaya que estaba creciendo tan rápido, me incline para volver a tomar la bolsa pero vi como alguien la tomo mucho antes que yo mire aquellos zapatos negros y algo hizo latir mi corazón con prisa levante la mirada lentamente para encontrarme con su mirada me sonrió pero no pude devolver el gesto en cambio coloque mi bolso por delante como si de esta manera pudiese cubrir lo que era obvio.

-Vaya que es una enorme sorpresa encontrarte.

-Puedo decir lo mismo.

-¿Como has estado Aimee?

-Bien, la verdad es que tengo algo de prisa yo...

-Debes de ir por Talina a la escuela, lamento si me vi muy atrevido por esto pero ya me encargue de ello-lo vi girar hacia un auto que se encontraba estacionado Talina me saludo desde el asiento trasero y yo solo negué.

-No tenias que hacerlo.

-No pero quería hacerlo, una persona en tus condiciones no debería estar sola y menos en este tiempo.

-¿Como fue que nos encontraste?

-Me tomó tiempo pero la verdad es que fui bastante meticuloso.

-Zoey te terminó contando, ¿verdad?

-Digamos que soy una persona muy insiste.

-¿Por qué?

-Pensé que era muy obvio.

-No, esto no puede ser.

-¿Por qué?

-Tu lo sabes.

-La verdad es que no, quiero saberlo. Si me dices una buena razón para no estar contigo entonces me iré.

-Estoy embarazada, pronto tendré un bebé.

-¿Y se supone que esa es una razón?

-El bebé es de Eliam, ¿como podría empezar una relación contigo cuando yo acabo de terminar una?

-Sigue sin ser una buena razón.

-Realmente no a pelas a la lógica, ¿verdad?

-Te lo dije soy alguien bastante insiste.

-Más bien pareces alguien necio.

-Dicen que es una de mis tantas cualidades.

-Eres tan extraño, Austin.

-Y no sólo eso, puedo ser muchas cosas pero solo si me das una oportunidad.

-No podría -acaricie un poco mi barriga para observar a Austin extender su mano en mi dirección.

-Bueno al menos podemos empezar como amigos, créeme cuando te digo que soy una persona muy necia.

Pensé en negarme para luego retirarme junto con Talina pero al sentir un fuerte dolor tomé su mano note como me sonrió pero esta sonrisa se borro de inmediato cuando apreté su mano junto con un quejido, estaba comenzando a sentir algo recorrer por mis piernas.

-¿Que haces ahí solo viendo? ¡Esta de parto! ¡Sube al auto con ella rubio! -le grito Talina con firmeza mientras abría la puerta del auto.

Note la preocupación en su mirada pero aún así obedeció las instrucciones de mi hermana quien se veía furiosa.

-Recuerda respira con calma, inhala, exhala -mencionó tranquila mientras me miraba para luego mirar a Austin -¡Pisa ese acelerador, tenemos que llegar al hospital!

-Pero que carácter -mencionó un tanto cómico Austin.

-Deja de hacer bromas, ¡ahora conduce!

-Talina, no grites.

-Tu solo concéntrate en respirar, ahora, quedamos que te portarias bien, ¿por qué quisiste salir antes? -preguntó mirando mi barriga.

Cuando llegamos al hospital observe a mi hermana salir disparada del auto trate de levantarme lentamente mientras aguantaba el dolor, Austin apareció para ayudarme a bajar del auto, desde mi lugar observe como mi hermana empujó a alguien para tomar la silla de ruedas.

-Esa niña si que tiene mucha fuerza y un gran carácter.

-Ni lo menciones.

-Anda, sube-Austin me ayudo a subir a la silla de ruedas mientras Talina iba por delante de nosotros en busca de ayuda de inmediato varias enfermeras se acercaron para auxilio.

-Cuida a mi hermana -le pedí a Austin mientras me llevaban a la sala de parto, escuchaba como la enfermera me daba instrucciones al respecto pero yo solo podía cerrar los ojos debido al dolor, me sentía tan sola en este momento me sentía tan aterrada, sentí como alguien tomó mi mano y fue cuando abrí los ojos para ver a Austin -¿Donde esta Talina?

-Tranquila estará bien, créeme que prefiere que esté aquí a tu lado tomando tu mano, estaré contigo.

Aquello me conmovió me hizo recordar tantas cosas que me hizo llorar que se mezcló con el dolor que sentía debido al parto, fue difícil, me sentía realmente agotada pero cuando Austin apretaba mi mano con consuelo y me brindaba apoyo sabía que estaría bien entonces de un momento a otro aquel dolor desaparecio y de repente un llanto se escucho, lo primero que hice fue buscar a mi bebé con la mirada se veía tan extraño cubierto de todos esos líquidos y algo de sangre pero aún con ello me pareció hermoso sonreí cuando la enfermera me lo mostró por un segundo.

-Es un varón y muy saludable.

-Lo hiciste bien.

-¿El padre quiere cargarlo? -preguntó una enfermera.

-Oh, yo no... -note como me miro en busca de permiso y yo solo asentí, lo mire acercarse un tanto emocionado mientras la enfermera le entregaba al bebé -¿Lo estoy haciendo bien? Vaya es tan pequeño. Es idéntico a ti, Aimee.

-Eso es un gran alivio.

-¿Tienes ya su nombre?

-Dave, su nombre es Dave.

-Le queda bien, bienvenido al mundo Dave.

Fue entonces cuando gire a verlo ahí esta él cargando a mi bebé con una enorme sonrisa en sus labios, parecía que ya lo amaba de la misma forma que yo lo hacía tan solo por existir, no pude evitar llorar estos sentimientos se estaban volviendo agonizantes, no sabía cómo iba a hacer esto sola ni siquiera podía cuidar de Talina como era debido y ahora de este bebé, no quería que tuviera una vida de carencias, no quería que mi hijo algún día sintiera la misma soledad que alguna vez sentí recargue mi cabeza en el cuerpo de Austin quien se acercó un poco para mostrarme a mi hijo, puede que en el momento seria difícil de aceptar pero sabía que lo lograría con él tiempo, esta vez no aceptaría el hecho de estar sola nuevamente esta vez pensaría mejor las cosas ya era suficiente el dejar de llevarme con el corazón.