Cap 7 part 1

El plan maestro.

Hartley:

El muy.. hijo mayor de los Sage comenzaba a ser una molestia que no podía quitarme del cima, es como si hubiera contraído una maldición al ir esa maldita noche al casino, había vuelto un dolor de ovarios con tan solo unas semanas de conocerme..... porque yo lo conocía más de lo que me gustaba admitir.. no, no piensen que ya me lo he tirado y soy una de las víctimas despechadas de eso.

Nunca he caído tan bajo para ello, además no me interesa nada referente a lo Sage, valga la ironía que ahora estoy trabajando para uno de ellos y que no a parado de llamarme por más de una semana y he decidido no contestarle hasta el punto que este se digno de llevar su capricho a informar a mi jefe de que no le atendía el teléfono, orillándome a tener que llamarlo en frente de él para ver que era lo que quería.

- He intentado contactarte pero no al parecer tu móvil debe tener algo malo- ironizó y sabía que al otro lado de la línea estaba sonriendo triunfante, por a verme derrotado en la ley del hielo que le había dedicado, porque no interesaba perder tiempo valioso en él para ser sinceros.

Mi experiencia con los Sage me había servido para tener claro que todo lo referente a ellos, prometía ser maldito, así que todos mis intentos por mantenerme alejada parecían haber sido en vano, pero aun no lo creía una causa pérdida del todo.

Y no no era esperanza porque eso era una ilusión inútil, solo era un contratiempo que me ayudaría a asegurarme que nunca más volvería a saber de ellos y por ello aun no tiraba la toalla.

A pesar de que estuviera en la mira de esos ojos fríos y calculadores, sabía que solo debía llegar a aburrirle para que saliera de su radar, pero no por ello me rebajaría a estar a su merced tenían mis métodos para salir ilesa de tipos como él y no no era destruirlos públicamente porque eso sería una idea reutilizable de la última chica que realmente lo afecto.

Sería algo más sádico y mortal que eso, ellos serían el pez gordo que nadaba en el lago del dinero y yo sería ese anzuelo que parecía ser inofensivo o atrayente, que finalmente lo destrozaría y lo llevaría a su único y merecido final.

 La muerte, pero para matar a una persona, no había que haber sangre y armas involucradas, había una manera más cruda de hacerlo y casualmente era mi jodida especialidad.

-He estado muy ocupada con su caso así que lamento no atenderle, pero enhorabuena que a llamado porque necesito que me envíe cierta información referente a ello- respondí sentándome devuelta en mi silla frente a mi escritorio.

-¿Aun tu jefe sigue ahí?- preguntó burlón.

- No, se fue en cuanto conteste, pude haber fingido que te llamaba para complacerlo- admití.

 No porque quisiera ser sincera con él, de ninguna remota forma, solo quería hacerle saber que en verdad necesitaba esa información que al parecer solo él podría darme y bien sabía que con ello, el aprovecharía para meterme en su juego, que juraba ya fantaseaba con ello, el cual con gusto yo aceptaría a mi manera con el único propósito de ganar doblemente.

-¿Entonces por qué llamaste realmente?- preguntó extrañado, sabía que jamás hubiera esperado que en realidad quisiera llamarlo pero era la parte del plan para confundirlo. 

-Porque en realidad necesito esa información-

-Mmm dado que calculo que tu hora laboral termina muy pronto, ¿Qué tal si te doy esa información en compañía de una exquisita cena?, a mi cuenta claramente-

- No esperaba, menos de usted señor, ya que literalmente le estoy salvando el trasero de ser devorado por los noticieros y sus supuestas víctimas-

-Ya me preguntaba donde estaba la demandante Hartley, pensé que era tu sensual secretaria- intento para ver si lograba algún estimulo en mi pero dado mi genética ni una amenaza de muerte me haría mostrar emoción alguna- Pero ya que somos sinceros agradezco que me salves el trasero muchas chicas estarían destrozadas por ello- 

-Debo admitir que me sorprende un poco que estés agradeciendo es un honor, enserio, creo que ser una persona aparte de tu reflejo en el espejo al que le agradeces por existir, es un privilegio para una simple mortal.

-Ambos sabemos que tu mortal no tienes ni la piel, ambos somos de una naturaleza superior a estos seres mediocres -

-Bien en ¿Dónde es la cena? Mejor aún mándame la dirección por mensaje y nos vemos allá- corte la llamada sin darle opción al responder y imagen de su cara llena de espasmo por mi acción me hizo dar lo más semejante a una sonrisa autentica de triunfo.

Me quedé mirando por un instante la ciudad a través de las amplias ventanas de mi despacho y luego de exhalar un suspiro, tenía que ponerme manos a la obra.

Recogí las cosas necesarias de mi escritorio y salí de mi oficina, el  Sr. Willow  hablaba algo con su sobrina ,que era mi jodida secretaria y por ende yo no podía hacer nada para que esta idiota, dejara de asistirme, le explique que me encontraría con el Sr. Sage para hablar en la cena sobre el caso y me miro complacido, muy en contraste con la mirada de su sobrina que si pudiera matarme con su mirada lo intentaría, solo le dedique una mirada oscura que pareció intimidarla y me marche sin más.

Sabiendo que en cuanto diera más de 5 pasos, mi confiable y fiel secretaria le contaría a su tío mis "supuestas andadas" con mi cliente odioso.

Sonreí al ver como volví a ganar al ver la dirección de lo que sería un lujoso y odioso restaurante a con una vista espectacular a las luces de la ciudad de noche.

Básico.

Decidí que la mejor idea era ir a casa a cambiarme y en menos de 30 minutos ya estaba estacionándome frente a ella.

Entré bebí un poco de vodka y luego me dirigí a mi habitación mirando mi reflejo y hice una mueca, pensando el porqué cambiarme.

Deberías ponerte algo más bonito, para que el plan funcione.

-Te pondrás esto mismo y nada fuera del plan, entendido- ordené a mi reflejo.

//////////

En menos de lo que espere estaba en frente del restaurante y le tendí uno de los botones las llaves de mi auto, no era de esperarse que el imponente Derian Sage estuviera esperando a las afueras del restaurante con un aura temible y atrayente ante el contraste de sus fríos ojos con lo ardiente y opaca de su cabellera rojiza oscura.

-Tuviste un poco de embotellamiento ¿no?- inquirió algo malhumorado lanzando su cigarrillo al suelo, su ánimo debía ser  mi retraso de la hora acordada, casi 45 minutos después pero, de ello no se iba a morir.

Aunque no iba a ser la primera chica que lo hacia esperar, era un recuerdo fastidioso del mismo.

Entramos y nos atendieron rápidamente, no estaba muy segura de lo que pedí ya que la mayoría de lo que ofrecía el restaurante era "gourmet " lo cual era sinónimo que comería comida insípida y quedaría con hambre pero no debía salirme del plan así que debía tragármelo a como pudiera.

Derian comenzó a hablar sobre algunas cosas del caso que en su mayoría me aburrían más que el solitario guisante que quedo en su plato y con el cual me distraía de vez en cuando para no mirar esa mirada fría, estudiando cada movimiento mío y del cual yo debería estar haciendo lo mismo; pero no tenía humor para ello, en este preciso momento, podría ser yo misma y estar comiendo una bolsa familiar de papas tostadas, mirando una de mis series favoritas y no aquí muriendo de hambre y guardando las apariencias.

-¿Quieres algo más? te notaste algo hambrienta- preguntó el llamando mi atención fuera de mis lamentaciones mentales.

-No, gracias no se me antoja nada de la carta ni nada que tu puedas ofrecerme, Sage- trate de sonar cortante, pero pareció mal interpretar mi tono como una insinuación, aunque de todas maneras no me molestaba si lo hacía.

-Solo hablaba de comida, abogada- exclamó sorprendido falsamente con su típica sonrisa torcida.

-Bien ya que tengo, la información que necesito creo que eso sería todo ¿no?- pregunté mirándolo a esos ojos azules altamente claros que daban la impresión de ser casi transparentes.

¡Necesito ir a ver la nueva temporada, déjame ir de este suplicio!

-Bien si eso quieres, Kerr- dijo con su mirada fría pero algo maliciosa que hizo mover algo en mi interior, pero no supe definir lo que sentía.

El pago la cuenta como "caballeroso" que era y salimos del lugar, la noche era evidente y pensé que sería buena idea dar un paseo por la ciudad, así que intente cruzar la calle frente a el restaurante pero recordé que no estaba sola.

-¿Adonde quieres ir?- preguntó con una sonrisa astuta en cuando voltee a verlo.

Me arrepentiría de hacer esta pregunta pero hace mucho que no tenía una noche enteramente libre que no saliera directo al bar y ya no tenía la opción de casino y era algo peligroso pensé andar a estas hora sola por la ciudad.

-¿Quieres caminar un rato?- simplemente se relamió los carnosos labios y asintió sorprendido por mi propuesta pude notar.

Caminamos colina abajo del restaurante llegando al corazón de la ciudad que era un parque que no recordaba su nombre hasta que lo vi en un gran letrero en uno de sus diversas entradas Wollyduars, era su nombre y justo esta noche estaba inundado de gente porque al parecer se ejecutaba una feria y la gente salía y entraba por todos lados.

-Deberíamos ir a otro lado hay mucha gente- declaró mirando con disgusto a los "civiles no dignos de su presencia" que los rodeaban.

Así que una idea impulsiva y propia de mi cruzó por mi mente.

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