CAP 6

Sin rastro

Derian:

Una semana.

Una jodida semana entera buscando algún rastro que conectará su estadía en Wanderley y no había nada en todo los registros, busque en casi todos los estudiantes para ver si se asemejaba a uno y nada, hasta busque en los varones por si se había hecho una cirugía de sexo y ni ahí había rastro.

Así que la pregunta era, ¿Cómo ella pudo saber que yo era el Rey de esa Universidad?

Si tuvo una amistad la cual pude haberme follado y que seguramente deseché sin recordar siquiera la letra inicial de su nombre, pudo haberle contado pestes de mi, (en su mayoría deben ser ciertas) y podría tener un poco de sentido.

Pero aún así recuerdo su mirada fría de plomo y saber que no era un solo rumor lo que ella sabía ella lo sabia con certeza pero como pudo darse cuenta sin siquiera estar ahí.

Esa chica era un misterio con piernas largas, bueno ni tanto, aún soy más alto que ella y por mucho.

Pero eso no quita el hecho de que además que sea un misterio no le quita lo terca y cabeza dura, de entrar en mi plan ya que luego de haber sembrado los rumores de un acoston en su despacho no pareció afectarle lo suficiente como para llamarme reclamando.

Lo que asumí al principio que en realidad quería que supieran que había sido una de las afortunadas de estar conmigo, pero sabía que no era de ese tipo, no se sacaba provecho de algo no real, así que seguí echando leña al fuego para ubicar su límite de paciencia, así que comencé a enviar detalles de flores, chocolates y demás cursilerías para incomodarla.

Pero tampoco funcionó, dándome cuenta que o su paciencia no tenía límites o yo no le importaba una mierda.

Y la última teoría no me agradaba, había pasado mucho desde que había pasado una situación similar y me había dicho que nunca volvería si quiera a pasar porque quedé literalmente jodido, pero pude recupérame haciendo ese juramento.

Estaba más que seguro que con esta abogada no pasaría lo mismo, lo del pasado había sido un error por ser  atracción inmediata de opuestos que luego pareció pasar algo más pero solo era una ilusión.

Esto solo era interés por descubrir los trapos sucios del fantasma que Hartley Kerr había formado, pero aunque tuviera que rebajarme por el momento a su juego de sumisión lograría mi cometido lo antes posible.

Firme un par de documentos al azar mientras planeaba todo esto, cuando las puertas de mi despacho se abrieron, mostrando a un despeinado pero bien vestido y muy malhumorado Dean entró sin permiso y mire con fastidio su rabieta manteniéndome sentado con desinterés en mi gran silla negra.

- Ahora que te crees- escupió a manera de saludo mientras su respiración acelerada hacia que su pecho subiera y bajara con rapidez- ¡Crees que puedes estar ajeno a todo lo que pase a lo que queda de nuestra familia por este negocio de demandas!- bufo y me mantuve indiferente a sus reproches.

Si comenzábamos una contienda verbal que con el tiempo entraría en calor, sabría que pronto terminaríamos a golpes por una simple indecisión de hacer responsable a Draven de una puta vez, e internarlo de nuevo en un psiquiátrico.

Pero no yo parecía ser el único razonable de mi familia que vea las cosas con claridad y sabía que Draven ya no tenia el control la mayoría del tiempo de sí mismo, había heredado la locura de nuestra madre.

Así que ¿Por qué cargar con alguien innecesariamente ,pudiendo  una institución  atenderlo exquisitamente por dinero?

Es como cargar a una persona en brazos teniendo un auto en marcha al lado, es estúpido.

- Terminaste- solté condescendiente viendo cómo necesitaba tomar aire luego de todos las "crímenes" que me hacía responsable lo cual había soltado al estilo de Eminem, por mi clara falta de interés sobre el estado actual del menor de la familia.

- No escuchaste nada de lo que dije - dijo con una sonrisa ácida.

- Porque lo haría, ya sabes si tanto anhela ver a la madre, la cual casi lo asesina con sus propias manos, la única solución es meterlo a hacerle compañía permanentemente- zanje alzándome de hombros sonriente.

- Eres un cabron y ...-

- Hijo de puta, Idiota, ambos sabemos que me  van la mayoría de insultos creados a lo largo del tiempo pero no quita el hecho de que están cegándose para ver el daño que le están haciendo a su propio hermano.

- También es tuyo si no lo recuerdas- ladró

- Que compartamos una milésima de ADN no me hace responsable de su bienestar mental por obligación, ya todo lo que puede ser un peligro real  lo tengo controlado, mamá continua en el psiquiátrico en extrema vigilancia y papá saldrá de la cárcel cuando sea solo huesos, así que el resto se encargan ustedes yo velo por protegernos a todos, si quieres simpatía o compasión de mi parte saben que no la tendrán-

- Vete al carajo-

- Ya vivo ahí no sabías - exclamé con sarcasmo para hacerlo rabiar más.

-Solo te importa el peso que nuestro apellido tiene en la gente pero no te importa un carajo realmente tu familia-

- ¿Quién de nuestros propios progenitores lo a tenido?- exclamé con veneno, arrugando la cara en un gesto de ironía.- Y si es tanto el anhelo por ocupar el asiento de hermano mayor, has todo lo que yo no soy capaz de hacer y déjame de estarme recriminando que tu eres el segundo hermano mayor- afirme.

 -Así que así son las cosas- murmuró con fastidio y solo dio media vuelta y salió de mi despacho.

La rubia voluptuosa que había contratado para que fuera mi secretaria y en ocasiones mi liberación de estrés laboral estaba a un lado de la puerta por donde Dean salió echando pestes en murmullos, me miro un tanto asustada por la rabieta de mi hermano y trato de disculparse por dejarlo pasar, le hice una seña de que no le tomara importancia y que se largara, ya que los gritos de mi hermano menor solo me habían provocado una ligera jaqueca por lo que preferiría estar solo.

Como se complican la vida hoy en día, Draven en un peligro latente desde que nació, es una bomba sin conectar los cables explosivos que en cuanto los pongan en su lugar, será un problema real.

Pero allá los idiotas yo tengo un nuevo pasatiempo y no descansaré hasta obtenerlo.

El retumbo del sonido de marcar llamada comenzó a sonar contra mi oreja mientras esperaba que la dichosa abogada contestara, pero este paro de sonar cuando rechazó la llamada del otro lado a propósito.

¡Bendita seas Hartley Kerr me intrigas más con cada rechazo de tu parte!

^^^

Continúe marcando los días siguientes sin hallar respuesta alguna y esto comenzó a desesperarme, podría llegar a su despacho libremente pero me vería demasiado desesperado y eso es lo que ella deseaba, así que solo marque el número definitivo que haría que contestara, el timbre no sonó dos veces cuando descolgaron la llamada y sonreí con suficiencia.

- ¿Sr. Sage que se le ofrece?- respondió el jefe de cierta castaña muy afanado en lamerme las suela de los zapatos cada vez que podía.

- Pues me encuentro en un dilema que me está preocupando- dije tratando de sonar un tanto agobiado o afligido.

- Oh ¿Sr Sage que es lo que necesita?- sonó más dramático y arrugue la cara asqueado por su tono sin algún filtro de disimulo ante la necesidad de complacerme.

- La señorita Kerr tiene algún problema con su móvil es que he intentado contactarla últimamente y no he podido hacerlo-

- Pues que yo sepa no me a informado nada respecto a ello señor pero dejé y habló con ella para ver que sucede para informarle-

- No, descuide solo averígüelo y que ella se contacté conmigo- ordené.

No iba a esperar que contestará simplemente corte la llamada y tome un trago de mi whisky esperando ansioso su llamada, pero lo que parecía ser cuestión de unos minutos paso siendo un par de horas, no iba a dejar de que volvieran a convertir en días y en un acto sin planeación me encontraba marcándole a su numero, esperando que definitivamente contestara mientras caminaba con molestia por mi despacho mirando a la amplia ventana con vista total a la ciudad.

Me dije que seguiría sin contestar hasta que en el último segundo descolgó la llamada y una sonrisa maliciosa se curvó en mi rostro.

- ¿Qué se le ofrece Sr. Sage?- su tono de voz condescendiente estaba cargado de ácido y decidí poner en marcha mi plan de desenmascarar a la maldita abogada con sus propias palabras.

-------------------------------------------------------------------------------------------

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top