Medusa

Derian:

Luego de que el Diablo y el Infierno tuvieron su primer encuentro de fusión, que de milagro no ocurrió un terremoto o algún desastre por el estilo, la temperatura en el lugar comenzó a descender  y ahora ambos no encontrábamos en la tarea de regular nuestra respiración.

- ¿Y bien?-  me voltee a un costado para mirarla directamen apoyando mi codo en la cama mientras sostenía mi cabeza.

Ella estaba cubierta hasta la altura del pecho con las sábanas y sus brazos cubiertos de tatuajes haciendo un contraste contra las sábanas blancas mientras miraba el techo meditabunda.

- ¿Qué?- soltó indiferente entrelazando sus manos arriba de su abdomen.

- ¿Estas satisfecha?-

Aquello hizo que sus cejas se arrugaran en un gesto interrogatorio pero no volteó a verme sino que siguió mirando fijo a la madera negra del techo.

- Se más específico el concepto es muy amplio-

Aquello me irritó un poco pero de la buena manera, si es que existía, dándome cuenta que ni siquiera nuestra celestial follada le había quitado su toque suspicaz de replicar.

- Del almuerzo claro-

- Pues el salmón estaba muy salado para mí gusto, pero creo que no es nada mortal por ahora- soltó entornando los ojos mientras sonreía  suficiencia.

- ¿Pero estuvo bien no?-

- Tan inseguro te sientes de tus capacidades?- soltó altivamente.

Inseguros, jamás solo estaba procurando que tuviera el merecido que vino a buscar.

- No, claro que no solo es la rutina y el control de calidad-

Mi comentario hizo que rodará los ojos en manera de disgusto y sonreí victorioso.

-¿Será posible que guardaras un poco de silencio aunque fuera por unos segundos?- bufo algo impacible - Aún te escuchas algo agitado de cómo te dejé.

- Bien- solté rodando los ojos y dejándome caer de nuevo en la cama imitando su posición.

Para ser francos nunca había tenido tanta adrenalina en tan poco tiempo, si había experimentado con ninfómanas claro está, pero aún así ellas no habían logrado agotarme al nivel al que estoy ahora.

Talvez porque nunca lo había hecho literalmente con mi versión mujer ninfómana pero algo sádica, todavía siento seca la garganta del fuerte apretón que ejerció en mi garganta y espero que se quite con el tiempo.

Pero si hablamos de mi amigo estará en descanso por lo menos el resto del día.

Fue el mejor en su desempeño soldado.

- No me digas que ahora le estás dando un discurso de ánimo a tu pito-

Y ahora qué también lee mentes o que mierda.

- No solo estaba repitiendo cada una de las escenas que hace poco hicimos- deje salir un satisfactorio suspiro- ¿No preguntaste si había quedado satisfecho?

Inesperadamente mi pregunta hizo que volteara su cuerpo en mi dirección con una cara arrogante adornandola.

-No se debe preguntar lo evidente, mira como quedaste - señaló mi entrepierna- dudo mucho que logré recuperarse rápido-

- No pongas en duda mi capacidad de recuperación podría sorprenderte-

- Claro como lo hizo tu capacidad de resistencia- bufó y la mire ofendido volteandome en la cama.

Nuestras miradas se cruzaron y pude ver el brillo en sus ojos debido al post-orgamo que le había producido.

- Bueno ya que no eres muy amable después del coito, tendre que ocuparme yo- solté detallando su rostro- Así que si fue más asombroso de lo que esperaba.

- No esperaba que opinaras menos-

Nos quedamos mirándonos unos segundos, analizando el rostro de cada uno sus gestos, hasta que tuve suficiente de su rostro y pase a detallar su exquisito cuerpo, la que había hecho mío hace solo unos momentos.

- Tengo una teoría sobre el porqué de tus tatuajes- pase mi dedo por uno de sus tatuajes de serpiente que tenía en los brazos- ¿Te la cuento?

- De todas maneras lo harás aunque me niegue así que hazlo-

- Cada uno de tus tatuajes son cicatrices- tracé varios de los que decoraban la parte superior de su brazo con total delicadeza- todos son un recordatorio de un suceso el cual marco tu vida y quieres dejarlo palpado permanente en tu piel-

- Vaya- soltó asombrada- ¿Lo dices por experiencia?

- No solo es una teoría no dije que fuera basa en hechos reales-

- Ya veo- suspiro mientras comenzó a acariciar el  tatuaje que tenía en el pecho.

- ¿Ahora quieres hacer una teoría sobre los míos?- propuse.

- Porque solo es un recordatorio constante de tus debilidades y  lapsos de vulnerabilidad-

-¿Debilidad?- bufé- No sé que es eso-

- Claro que lo sabes y aunque lo niegues y creas que solo te quieres a tu mismo, tu mayor debilidad son tus hermanos- suspiró- incluyendo a los que dices despreciar.

¿Y qué haría si el caso es que detesto a toda esa bola de malagradecidos?

- Pensé que luego de este polvo asombroso dejarías de pensar en Draven- me quejé

- ¿Y quién dice que lo hago?- soltó indiferente- Solo te hago ver qué sé cuál es tu verdadera debilidad.

-¿Lo cual supongo debería asustarme?- solté divertido- Dime ¿Cuál es la tuya? Tu debilidad.

- ¿Por qué lo haría? Yo descubrí la tuya por mis propios medios.

- Pues eres más compleja que yo así que hazme las cosas un poco más llevaderas, además no creo que seamos enemigos para que usemos las debilidades del otro en su contra ¿No?-

Al ver que no respondía me inquieto un poco, cosa que jamás admitiré pero llevaba varios días pensandome en qué tan grave sería lo que la abogada se traería en manos.

- ¿Cómo sabrás que te diré la verdad?-

- No lo sabré, tienes ventaja en ello, al igual que tú no sabes si realmente hice trampa el día que nos besamos en el parque-

Jaque mate abogada.

Aunque no lo externara sabía que la incógnita de ti saber si la había identificado o no sin trampa aún la atormentaba por el único hecho de ser una licenciada en controlarlo todo.

-¿Y bien?- presioné.

Aunque ella fuera algo controladora y calculadora yo era algo impaciente y por eso era que nos atraemos irremediablemente.

- Soy yo misma- soltó jugando con las arrugas que se formaban en las sábanas.

- Vaya ¡Cuanto ego!- exhale-  yo que pensé que era el egoísta que sólo pensaba en mí- repliqué.

Su gesto se endureció ante me ruidosa burla.

- Bueno al parecer esto nos hace ser más cercanos -

- ¿Qué la cogida o esto?- señaló a ambos asqueada.

- Me atrevo a decir que ambas ya no solo somos dos personas extrañas que conversan por un caso-

- Según tú- apuntó ella impasible.

- Eso es correcto....-

Iba a llamarla infierno pero recordé que ese apodo era con el que mi hermano la llamaba, así que quería algo más auténtico para que fuera solo mía.

- Medusa- concluí y mire como sus cejas se arrugaron- Es como te llamaré -

- Que original, solo ves las serpientes tatuadas en mi piel y piensas en eso, whoa- soltó acidamente- apreció tu esfuerzo.

- Déjame explicar el porqué- expliqué

Ese par de ojos metal oscuros me miraron con atención.

-  Eres digna de llevar ese apodo porque haces que todos los que te miran se queden de piedra en cuanto tus ojos del mismo color los ven- aclaré mi garganta acercándome a su oído- incluyéndome apenas me miras se me pone dura como roca-

- Derian Sage y su léxico tan fino como siempre- bufo negando cansada- además esa afirmación no es cierta, te estoy mirando a ahora mismo y no veo ninguna reacción en dónde dices.

Miró  despreocupadamente mi entrepierna dormida y bufó mirando de vuelta al techo.

- Solo necesita un poco de reactivación como un RCP de esos labios insolentes- propuse y me miró de una manera despreciativa.

- No creo que eso lo reanime para complacerme, así que creo que te dejare descansar-

Comenzó a incorporarse en la cama dejando caer la parte de la sábana que la cubría dando una nueva vista de su desnudez.

- ¿Ya te vas? - solté figiendo estar herido antes su abrupta retirada.

No estaba acostumbrado a que las chicas se largaran sin yo haber insistido en su retirada, hoy había sido mi primera vez en varias cosas.

Ya podía decirse que no era para nada virgen.

- Si debo preparar el papeleo para mañana- repuso sin apuro mientras buscaba algo en su bolsa.

- Por lo menos lo de hoy fue tu mejor sexo inolvidable en la vida- declare confiado recostandome con los brazos cruzados tras mi cabeza.

- Pues...- soltó dudosa mientras miraba al techo mientras se colocaba una camisa olgada- No lo creo-

- ¿Cómo que no ?- solté pasmado- Alguien te lo había hecho mejor de lo que hice.

- En resumen si, pero no diré por mi privacidad y porque no te incumbe.

- No me digas que fue con el Samba do de barman- solté esperando que no lo admitiera.

- Mmm - comenzó a fingir que lo pensaba solo para atormentarme- Para tu alivio no, pero está entre los más destacados-

Amaba arruinarme el humor, estaba seguro de ello.

- Por lo menos tengo la certeza que fui  él más grande con él que lo haz hecho.

- Tampoco lo creo - admitió descaradamente dejándome boquiabierto.

- ¿Entonces quién lo fue?-

-¿Para qué quieres saber?- soltó completamente divertida de mi reacción- Lo buscaras para comprobarlo.

- No, solo....-

Genial me había quedado sin argumentos para réplicar pero después de lo que hicimos mi cerebro estaba en reinicio, que podía hacer.

Terminó de vestirse con algo más pulcro que con la vestimenta pecaminosa tras el gabán que traía cuando llego.

- Pero por lo menos ten consuelo que fuiste el primero-

-¿De qué?- solté sin humor.

Debido a que se había mudado de mi ego en mis narices.

- El primer ser en hacer romper mi acuerdo de no relacionarme con clientes, felicidades- soltó con sorna.

En respuesta le hice la mejor mueca de pocos amigos que pude hacer mientras, se despidió con un gesto en la mano y la vi bajar las escaleras e irse del departamento.

Mientras yo ni siquiera me limité a acompañar a la abogada que me había explotado sexualmente para luego denigrar mis esfuerzos en la cama, así que la maldecía mientras dudaba si salir de la cama porque sentía un ligero espasmo muscular en el lugar menos pensado.

Pero luego de un tiempo decidí que tenía algo de sed y me puse un  olgado chándal porque estaba adolorido de mis caderas hacia abajo.

Y todo esfuerzo fue menospreciado.

Tome un poco de agua mientras meditaba en que deparaba para el futuro de la abogada de muchos secretos y egoísta a más no poder cuando llamaron a la puerta.

- Pasé- declare sin dejar mi lugar en el confortable sofá que se apiadaba de mi parte inferior.

Me servi otro whisky seco porque necesitaba disminuir el dolor.

- Ya ni te levantas para recibir a tu hermano- soltó la voz profunda y característica de Davet a mis espaldas y solo voltee medio rostro para evitar rozar mis partes sufrientes al máximo.

Pude divisar a Davet en compañía de el barman-psicólogo que al parecer también estaba en la lista de los follados hasta el alma de la pecaminosa abogada.

Lo cual en estos momentos no era una grata compañía.

- ¿Él que hace aquí? - solté con disgusto.

- Tú lo mandaste así que lo menos que puedes hacer es venir a recibirnos por hacer caso a tus caprichos-

- ¿Por qué debería?¿Trajeron lo que pedí?-.

- Tratamos pero...- hablo el brasileño un tanto nervioso.

- Pero....- insistí.

- No había nada- completo Davet.

- ¿Cómo que nada?-

Me giré un poco más, he hice una mueca de dolor al sentir un calambre en la zona afectada.

- Te daríamos más detalles si pudiéramos dejar de hablar con tu nuca-

Que mierda, no entiende que estoy en un proceso de reposo para no quedar paralítico.

A la mierda.

Me incorpore a como pude apoyándome del soporte del sofá he hice una mueca de dolor al sentir el peso de la gravedad al colgar mi polla adolorida.

- ¿Y a ti que te paso?- soltó burlón mi hermano del medio al ver como caminaba lentamente hacia la isla por un trago de algo más fuerte que un whisky- ¿Te caíste por las escaleras? O ¿Te dieron como pandereta en villancico?-

Yo trataba de ignorar sus comentarios de mal gusto concentrándome en servir una gran cantidad de mi anestesia.

- Eso es muy Dean de tu parte - argumenté tratando de parar sus comentarios.

- Siempre te dije que este estilo de vida te traería consecuencias y mira ahora eres el flamante Derian Sage caminando como pato  en plena tarde- sonrió disfrutando la situación- A lo mejor te desvirgaron de nuevo-

- ¿Terminaste de burlarte?- suspiré irritado

Lo voltee a ver cansado mientras su cara estaba divertida por mi estado, mientras su acompañante estaba embobado por el hecho de que no tenía camisa.

Como puede este que batea a ambos lados tener mayor alcance que yo.

Inconcebible.

- Espera- levantó el dedo índice aguantando la risa- ¿Quién fue la afortunada que te dejo en ese estado tan lamentable?-

- Pues fue la dichosa abogada Hartley Kerr- anuncie satisfecho sonriendo de boca cerrada en dirección de ambos.

Los cuales al parecer habían entrado en un estado conjunto de seriedad y asombro.

- Maldita sea acabo de perder la apuesta con Dean- maldigo Davet negando insatisfecho.

- ¿Te pasa algo barman?-

Alcé las cejas mientras apoyaba mi mano en el hombro del moreno que me miraba disgustado dándole unas palmadas de apoyo.

- Te ves algo afectado por ello ¿estás bien?-

Sonreí satisfecho al ver que el semblante de Davet decayó también, al ver el estado de vulnerabilidad que se encontraba el tipo que asumo mínimo ya se lo debió haber cogido una vez durante el viaje.

- Bueno en fin ¿qué averiguaron?- solté exhausto de la situación, buscando que este par se largará para convalecer tranquilo.

- Ya te lo dijimos nada- reiteró el barman sin un gramo de gracia en su hablar.

- ¿Si quiera encontraron el psiquiatríco? O también fue invento de Draven-

- Si lo encontramos y no hables de él- sentenció Davet y lo mire despreocupado.

- ¿Entonces porque no encontraron nada referente a ella?-

- Algunos expedientes fueron consumidos por un incendio hace un par de años en el edificio de archivos y entre esos iba  se asume que estaba los de ella-

Eso es demasiado conveniente para ser casualidad.

- ¿Él incendio fue provocado?-

Ambos se miraron entre sí sin saber que decir.

- Ya dejen la tensión sexual de miradas para cuando salgan de aquí ahora solo dígame lo que hicieron entonces-

- No se sabe nunca hallaron al culpable por lo que lo dejaron pasar-

- ¿Los de Draven también están perdidos supongo?-

- No, esos están a salvo porque Dean y yo los pedimos en cuanto salió-

-Ya veo, entonces no pudieron hacer nada que productivo en el viaje más que follarse entre ustedes- bufé.

Y el barman desvió la mirada dándome la razón mientras Davet comenzaba a verme algo cabreado.

- ¿Y tú qué hiciste por la causa?- Soltó Davet- Asumo que le sacaste algo de información a la supuesta persona peligrosa antes de cogertela.

- Claro que lo hice pero no tenía nada con que chantajearla para que me dijera la verdad, así que sus palabras no son del todo creíbles-

- Así que no tienes nada, allá tú, tu eres el más interesado en ese tema, mientras mamá está afuera Dios sabe dónde, nos pones a perder el tiempo en esto mientras de andas en tus aventuras-

- Bueno si no tienen nada más valioso que decir ya pueden largarse, les agradecería señores, pero no hicieron nada a lo que se les deba atribuir, sin más fuera de mi apartamento- abrí la puerta sonriendo.

Y ambos pasaron a la salida no sin antes el brasileño mirarme como si pudiera hacerme algún daño con eso y Davet con algo de molestia por haberle abierto los ojos sobre que su nueva conquista estaba enculado por mi nueva presa.

Me tomé otro par de tragos mientras me puse un poco de hielo en el área afectada para que no se notase mi notoriedad ante el gran esfuerzo del día y no ser la burla del tribunal de justicia por mi andar.

Aunque no podría decir lo mismo de la abogada que iba a estar en peores condiciones que la mía, que ni siquiera podría ponerse sus zapatos más altos sin caminar como Bambi recién nacido o eso deseaba con todas mis fuerzas.

Porque al fin y al cabo Hartley tenía algo que ocultar y estaba próximo a saberlo, aceptando las supuestas amenazas que la misma me hizo, pero que no creía reales.