Cap 10

El Diablo también tiene fobias

Hartley:

Amanecí sobre una suave superficie con olor masculino, una persona normal se sobresaltaría por ese hecho, pero yo simplemente me estire porque sabía donde me encontraba, gire en el colchón que destilaba la esencia de Derian y me vi vestida con una simple camisa suya que al parecer solo olía mi y a detergente.

Astuto Derian Sage.

 Y no no me había drogado o envenenado como los hice creer en el capitulo anterior, esta en mi naturaleza divertirme con las emociones de las personas ya que yo carezco de ellas y  solo les advierto que me encanta hacerlo incluyéndolos a ustedes sin excepción.

Me levanté tranquilamente como si me encontrara en mi propia casa, el largo de la camisa de Derian se extendió a lo largo de mi vientre hasta llegar hasta mis muslos, baje las escaleras modernas de color plateado que conducían a la primera planta del loft y mire por la ventana eran como poco más de las 6 de la mañana.

Y ahí estaba.

Un humeante y recién Derian como única prenda que cubriera su desnudes una toalla que colgaba de sus caderas.

-Abogada- saludo cordialmente con una sonrisa- Debo admitir que tienes un excelente dormir-

Si, había dormido conmigo anoche, pero no como creen solo el casto y limpio sentido de la palabra de dormir juntos, luego que fingí que me  dormí en el sofá, espero poco más de media hora para ver si en verdad lo estaba y me cargo escaleras arriba hasta llegar a su recamara.

Aww si lindo gesto del Diablo, pero solo porque tramaba algo que de antemano sabía que fracasaría.

-¿Quieres huevos?- preguntó mientras aun semidesnudo encendía la estufa dispuesto a comenzar a cocinar.

-Claro- respondí sentándome un banco apoyando mis codos en la madera negra de la barra de la cocina- ¿Cómo lograste cambiarme sin que me diera cuenta?- 

Tome un par de uvas del tazón de frutas y las comí seductoramente mientras le hablaba el solo me miró hacerlo mientras embozaba una sonrisa diabólica.

-¿Estas intentando tentarme, quizá?.

-Yo no soy la que estoy solo cubierta por una toalla- apunté y se mordió el labio inferior- Contesta-

- Soy muy hábil con las manos, supongo- dijo movimiento los huevos en el sartén, mientras le agregaba un par de especies.

-Así que me viste desnuda-

No era algo que me preocupara estaba seguro de mi cuerpo y habían peores monstruos que me habían visto así, por lo que no me importaba ya.

- Sep- balbuceó mientras mordía una de las uvas del tazón frente a mi- ¿Preguntarás que opino?-

-Ya quisieras zanahoria, pero nunca me valorías como merece- dije bajándome del banco para atender los huevos que comenzaban a quemarse.

- ¿Y no te da curiosidad que hice mientras te vestía?-susurró contra mi oído jugueteando con sus dedos el borde de la camiseta que yo traía puesta.

No hiciste nada maldito pervertido, de lo contrario ya estarías más frio que el  tocino que acabo de sacar de tu refrí.

-La pregunta importante es ¿Por qué me dejaste dormir en tu cama "privada"?- hice comillas con los dedos.

 Tire dos trozos de tocino al sartén aun con Derian en la espalda como una maldita garrapata pelirroja, haciendo que sintiera su longitud a través de la toalla contra mi muslo desnudo.

- Pues tu no eres una cualquiera- dijo alejándose al ver que no efectuó ninguna reacción ante sus toques.

-Es más que obvio- bufé sirviendo en dos platos los huevos con tocino.

-¿Hoy que harás?- preguntó luego de tragar un bocado.

-Que trabaje para ti, no significa que ya puedes saber todo de mi-

-Ya lo veremos Kerr- murmuró confiado.

Terminamos de comer y luego me indicó que podía usar su lucha libremente y acepte dudando sobre que pudiera estar con alguna que otra cámara pero lo que yo ocultaba no se podía detectar a simple vista.

Tomé una ducha rápida y luego tuve que ponerme la ropa del día anterior porque por obvias razones no tenía otra opción, pero me las arreglé para que no se notara mucho el cambio, cuando salí del baño ya Derian esperaba con su aspecto impecable con un traje gris oscuro y una corbata vino.

Ambos entramos sin cruzar palabra dentro del ascensor mientras ambos chequeábamos nuestros móviles y el bufó al ver una notificación.

-Es una suerte que no tengas hermanos- se quejó.

- Dios tenía que hacerte sufrir con algo-justifiqué mientras apretaba el botón de la planta baja.

-Que ahora eres su representante- soltó con sarcasmo.

En ese mismo instante el ascensor soltó un chirrido y paro su movimiento para luego encenderse las luces de emergencia.

-Lo que faltaba- suspiré echando mi cabeza hacia tras en la pared.

Cuando el recordatorio de que no era la más afectada en el perímetro despegue la cabeza de la pared y voltee a ver la reacción del mayor de los Sage.

Parecía murmurar todos los insultos posibles, mientras golpeaba suavemente su cabeza contra la pared, revise la señal para llamar a un técnico pero no había ninguna señal y aquello pareció irritar a mi compañero de ascensor cuando lo revisó.

-Maldición- murmuró entre dientes, mientras apretaba repetidamente el botón de emergencia.

-Da gracias que hay luces de emergencia- recordé haciendo entrar en razón que podría estar peor.

Pareció recordar mi presencia y intento recobrar su compostura pero con el pasar del tiempo pareció perder la paciencia. 

-¿Qué tal si hacemos algo para pasar el tiempo?- dijo con cara pícara para ese entonces yo ya me había sentado en el suelo, sabiendo que eso iba para largo

-¿Por qué le temes miedo a algo querido Derian?- exclamé tratando de parecer confundida por su nerviosismo.

- No solo que no van a venir tan pronto- soltó con leve nerviosismo.

- Quién te manda a vivir en el último piso del edificio- recriminé y me miro con una mirada fría que lo único que provoco fue una sonrisa de superioridad en mi rostro.

El tiempo siguió pasando y gracias al reloj de mi muñeca sabía que ya habían pasado más de tres horas y gotas de sudor comenzaron a aparecer en el rostro de Derian, así que me vi en la terrible situación de tranquilizarlo.

-Tienes que respirar, porque definitivamente no voy a salir de aquí cargándote en brazos- aquello lo hizo sonreír y pareció despejarlo un poco, pero entonces las luces parpadearon por un momento y volvió a tensarse, pero pareció manejarlo porque lo estaba mirando.

Dios por qué me la pones difícil.

- No tienes que aparentar porque estoy aquí eso solo te hace ser humano, aunque cueste creerlo-

- Para que para que después me lo restriegues en la cara- bufó.

-Conozco demasiadas cosas de ti que podría restregártelas en la cara y no lo hago- repliqué alzándome de hombros.

-De donde lo que concierne al caso no hay nada que pueda ser relevante, Hartley, así que bájate de esa nube-

-No habló del caso se el doble de ti que lo que tu sabes de mi-

- Así que eres una de esas admiradoras obsesionadas que solo se hacen la difícil para interesarme, no creí que fueran una perra lame botas, abogada- 

Bueno, calmarlo ya no era una opción

-Sabes dada esta altura cuando lleguemos al suelo terminaremos siendo algo parecido a carne molida- 

Trate de fingir ser buena y miren como me tratan, no necesito cambiar.

- Tu eres un niño traumado y yo no digo nada- solté y me miro sorprendido.

-¿Quién carajos eres Hartley Kerr?- soltó recuperando su tono burlesco.

- Sabes eso me recuerda a una película de terror que sucedía en un ascensor como este-

 Mire el espejo frente a mi claramente podía ver mi rostro cínico como siempre y mis tatuajes del cuello que resaltaban sobre mi blusa blanca, porque estar encerrada en una caja de aluminio que estaba en la cúspide del edificio provocaba que comenzará a hacer calor.

Pero lo que me causo gracia fue mi posición la que me hizo embozar una sonrisa torcida, recordando que por mucho que quisiera negarlo, Derian y yo no éramos tan diferentes después de todo los espacios cerrados, significaban algo de nuestra niñez, aunque en mi caso no eran por simples traumas ejercidos por una madre psicótica, lo mío era aun más profundo y que no solo abarcó mi niñez, sino casi la mitad de mi vida.

- ¿Te refieres a la reunión del Diablo?- inquirió dandose por rendido y sentándose en el suelo frente a mi.

Me limité a asentir mientras me mordía juguetonamente los labios.

- Pero ya tenemos claros los papeles porque estás al frente del mismo- dijo con arrogancia y emboce una sonrisa leve- Pero la que realmente no aparenta lo que es, eres tu querida abogada, tenemos todo el tiempo del mundo para sincerarnos antes de morir-

Escuche el sonido imperceptible del regreso de la luz y me puse de pie sacudiendo mi falda con las palmas.

- Creo que no será tan fácil, Sage- me miró confundido al ver que me había puesto de pie pero luego  el ascensor comenzó a descender y si solté una leve risa al ver la reacción de Derian ante un movimiento.

La referencia más justa fue como un gato aferrándose con las garras a la superficie.

- Ya verás cuanto me voy a burlar de ti cuando te vea derrotada- amenazó de mala gana.

- Lo mismo digo, Señor Sage - dije ayudando a levantarse.

Pase el resto del trayecto reteniendo la risa porque cada vez que cerraba los ojos, repetía la escena de Derian asustado.

Ese maldito idiota me había alegrado el día.

++++

Llegue un poco tarde a la oficina tras mi obvio retraso por el ascensor y porque tuve que pasar a comprar una blusa nueva porque la otra y paso a mejor vida en un basurero de la ciudad.

Justifiqué cortamente mi retraso con el Sr Willow y me adentre a mi despacho a incluir los documentos al expediente del caso, está justo por terminar cuando mi móvil vibro en la superficie del escritorio.

Mire con hastío la razón de la pantalla iluminada y me deduje si responder o no pero definitivamente insistiría hasta que lo hiciera, así que si más respondí arrugando la cara al escuchar su voz chillona.

- Oye, se que pronto vendrás a la ciudad, querida hermanita-

Maldita sea ya era esa época del año, lo había olvidado.

- ¿Y?- respondí sin mucha emoción.

- Solo quería ver si podías llegar antes de lo acordado- mi boca se torció en una manera de mueca.

- ¿Para...?- dije ya sabiendo la respuesta pero siempre me negaba a aceptarlo.

- No logramos encontrar una niñera a tiempo y Royer pensó que, si sería mejor idea que pasaras un tiempo con tus sobrinos...-

- Aja claro Royer..- alargué, ella nunca podría engañarme por más que se excusara en su maridito.

- Bien fui yo la de la idea pero los niños te extrañan y solo te pueden ver una vez al año- justificó derrotada.

Como lamentaba a ver sepultado a mamá en esa ciudad.

- ¿Entonces cuando pretendes que llegué?- pregunté de mala gana.

- Talvez el sábado en vez de lunes para que tengas un fin de semana con tus sobrinos-

- Claro y que tú tengas tiempo de pareja para concebir un nuevo integrante de la familia - solté con molestia.

- Eso no importó cuando...- se arrepintió de sus palabras en cuanto se dio cuenta que no serían buenas recriminarmelo.

- Dilo solo dilo- amenacé caminando con tranquilidad en mi despacho.

- Está bien lo siento, no debo echarte en cara eso, pero me desespera que seas tan poco empatica -

Quizá sea porque mi diagnóstico sea que no puedo sentir nada querida, talvez...

- Está bien iré - solté mirando la ciudad.

- ¡Enserio!- dijo tan emocionada que tuve que apartar el móvil de mi oreja.

Tan infantil como siempre.

- Nos vemos Sharyl- corté la llamada sin previo aviso.

Otra cosa agregada a mi agenda que cosas que detesto hacer pero debo parecer normal sino levántate sospechas ¿No?

Por ello debo de encargarme primero de mantener alejado el tiempo necesario a Derian para que no sepa de Sharyl y su familia para si no implicarlos en esa jugada.

Lo cual me lleva a tener que hacerlo perder un poco de interés en mi, por lo que debo hacer lo más obvio en esta situación, que es acostarme con el maldito Diablo lo antes posible antes de este fin de semana.
.....

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