Capítulo 20: Avery Jones
Un proceso de duelo se puede vivir de muchas maneras, jamás creí que llegaría a sentir un vacío tan grande al no tener a mi hijo conmigo, lo cual no comprendí porque desde un inicio yo no quería tener hijos.
Eran mis primeras navidades siendo madre, pero ahora no puedo serlo. Aún no sé nada sobre Drew, Logan no me ha escrito desde entonces y sigo desesperada.
Hailey creyó que sería buena idea sacarme de ese ambiente pasando las navidades con Avery en Alemania.
Y estar con mi sobrina me ha ayudado un poco a llenar el vacío de Drew.
Constantemente me videollamaba para saber de mí, igual Kristie, yo por mi lado evitaba salir aún estando en Alemania.
Irónico, siempre soñé vivir con mi hermana mayor un tiempo y ahora que estaba con ella, lejos de las reglas de mi padre, no tenía ánimos para nada.
Aproveché en cuidar a Emery todo lo posible, así le daba todo el tiempo que quisiese Avery de corregir los manuscritos que le llegaban de Lodwest y Adler podía trabajar tranquilamente en el hospital.
—¿No te gustaría ir de compras? Tu amas ir de compras —me preguntó Hailey, a través de la pantalla del móvil.
—No, ahorita me toca cuidar de Emery para que Avery pueda trabajar, esa niña es demasiado inquieta.
—¿Y ya comiste? ¿Cómo te has sentido?
Sabía que mi aspecto no era el mejor, pero tampoco me moría de ganas por cambiarlo. Necesitaba revolcarme en mi propia miseria para poder salir de ella.
Ya saben lo que dicen, si evitas el sentimiento, nunca se irá.
—¿Logan no ha ido a visitarme? ¿No ha llamado? —cambié el tema.
—No, cariño, ¿por qué preguntas tanto por Logan?
—Solo... curiosidad, no sé. Él siempre me llama y no lo ha hecho —me excusé.
Nadie sabía sobre el favor que le había pedido, pero estaba desesperada porque no recibía noticias.
—Pues no ha pasado por aquí. ¿Por qué no llamas a tu papá a ver si no ha ido por allá?
—No voy a hablar con él, no quiero que sepa nada sobre mí, ni tampoco quiero saber nada de su vida. No quiero tener ningún tipo de contacto con Calum más nunca.
—Morgan, pero es tu padre y estamos en navidad, entiendo que ha sido muy duro contigo, pero ha pasado mucho tiempo, ustedes se necesitan, son familia y solo se tienen el uno al otro.
Recordar nuestra última conversación en la que él me decía que no era su hija, me hizo guardar cierto rencor, así que no tenía nada que arreglar con él. Ha sido demasiado injusto conmigo.
—Él no es mi padre. Dejó de serlo hace mucho tiempo —respondí con firmeza.
Sentí que en cualquier momento se me escaparía una lágrima, pero me mantuve fuerte, no iba a dejar que nadie me viera vulnerable nuevamente. He pasado por muchas cosas que nadie entiende y jamás se pondrán en mis zapatos para hacerlo, solo juzgan esperando a que la que tenga un cambio solo sea yo.
Hailey no dijo nada, sabía que no lo haría, respeta mis decisiones aunque crea que sean erróneas y aún así, sabe que no le prestaría atención a sus consejos.
—Morgan, sostén un momento a la bebé, por favor. Rápido —nos interrumpió Avery, entrando a la habitación.
Lucía cansada y no la culpo, le ha dedicado su vida entera a ese trabajo suyo, todo por "amor al arte", trabaja de domingo a domingo y eso es muy desgastador, solo porque le gusta tomar más trabajos aunque no sea remunerado, realmente le encanta leer.
A mí solo me gusta el dinero.
—Voy —dije, antes de dirigir mi vista hacia Hailey para despedirme—. Debo irme, Avery me necesita.
—Vale, cuídate mucho, cariño. Te amo.
—Vale, adiós.
Finalicé la llamada, acercándome a Avery para tomar a la bebé entre mis brazos, cuando lo hice, mi hermana mayor se agarró de mí con fuerza y se sentó sobre mi cama.
—¿Estás bien? —pregunté.
—No, no estoy bien —fue lo único que dijo—. Llama a Adler.
—Voy —dije, buscando su número en mi móvil.
—¡Rápido, Morgan!
Me asusté, no se le veía bien, no entendía nada.
De pronto se levantó y me apresuré a ayudarla.
—Solo iré por un vaso de agua, estoy... estoy un poco mareada, necesito aire. Siento que me asfixio, todo me da vueltas.
—Déjame traerla, quédate tranquila, yo me encargo, ¿sí?
Ella empezó a mirarme con desesperación o mejor dicho, como buscando algo, sus ojos desesperados buscaban a toda velocidad un punto fijo en el que pudiera detallar algo con claridad.
—Solo... llama a...
Avery cayó desmayada en el suelo, solté un grito de impresión cuando empezó a convulsionar. Dejé rápidamente a la bebé sobre la cama, la cual empezó a llorar debido a mi reacción, la había asustado.
Pero más asustada estaba yo.
Me arrodillé a su lado e intenté despertarla gritando su nombre.
Nada.
Marqué rápidamente el número de Adler y su rostro apareció en mi pantalla cuando atendió la videollamada.
—¿Qué pasa? Tengo una paciente en una hora, ¿Emery está bien? —fue lo que dijo al atender.
—Ven rápido, Avery se desmayó, está convulsionando y no sé qué hacer, estoy entrando en pánico.
No me di cuenta en qué momento empecé a llorar mientras le explicaba.
El rostro de Adler cambió inmediatamente, lo observé levantarse de su silla y caminar rápidamente por todo el hospital.
—Escúchame bien, Morgan. Te daré unas indicaciones que necesito que sigas al pie de la letra, ¿me escuchas? No me cuelgues en ningún momento, voy en camino. ¡No la descuides!
—Vale.
—Primero que nada, necesito que mantengas la calma y quites cualquier objeto peligroso que haya alrededor para evitar lesiones.
—Vale —hice lo que me indicó, sintiendo todavía mis manos temblorosas—. Listo, ¿ahora qué?
—Coloca algo suave debajo de su cabeza.
—¿Algo suave? —empecé a mirar a todos lados, sin saber qué ponerle.
—Sí, Morgan, una chaqueta, un cojín, no sé.
Hice lo que me pidió y luego lo miré asustada.
—Avery sigue moviéndose, mucho.
—No retengas los movimientos y evita que tenga algo en la boca. Una vez que los movimientos convulsivos hayan cesado, colócala de lado para ayudarle a mantener las vías respiratorias despejadas y evitar que se atragante con la saliva.
—Vale, ¿algo más?
—Sí, mide la duración de la convulsión. Estoy llegando.
Hice todo lo que me pidió hasta que lo vi atravesar la puerta de la habitación. Desde ahí me pidió que saliera con la bebé, la cual seguía llorando mientras veía a su madre retorcerse en el suelo.
Nunca la había visto así, quedé bastante preocupada. Adler se encargó de ella, y lo próximo que supe fue que la iban a trasladar al hospital.
Él me pidió que me quedara en casa con Emery, logré tranquilizarla intentando jugar con ella, pero mi mente estaba enfocada en mi hermana, incluso el asunto de Drew en ese momento pasó a segundo plano.
Miré mi móvil unos segundos pensando si escribirle a Axel o no.
No había sabido nada de él desde hace rato, ni siquiera cuando le envié la carta, a estas alturas me he empezado a cuestionar si realmente le llegó o siquiera la leyó.
Kingsley, ¿podemos hablar?
Le envié, y esperar una respuesta fue tedioso.
Nunca respondió.
Pero tampoco tenía cabeza en ese momento para llenarme de preguntas como por qué no aparece.
Vine a Alemania a pasar la navidad con mi hermana y mi sobrina, lejos de todo el caos que estaba viviendo en Canadá.
Pero la navidad terminó siendo bastante deprimente, ver a mi hermana así me dio mucho miedo.
Esa noche, cuando Adler llegó del hospital, sin Avery, se sentó conmigo en la sala a contarme muchas cosas que ambos me habían estado ocultando desde hace mucho tiempo.
Me explicó su situación, ella estaba pasando por un proceso desde hace unos meses debido a un tumor cerebral. Quedé impactada ante tal declaración, y entonces, a mi mente vino aquella conversación que tuve con Avery cuando me dijo que estaba enferma.
Ellos sabían lo que tenía, se había estado haciendo exámenes desde hace tiempo y nunca quisieron dar detalles de esa situación.
Ahora, enterarme de esa manera me hizo sentir miserable, porque entonces si era cierto que mi hermana podía morirse.
Tal y como me lo mencionó aquella vez que me encontró con Axel en mi habitación.
—¿Por qué no me dijo lo que tenía? ¡¿Por qué no me dijiste tú?! —insistí.
—Morgan, creí que ella te había dicho, ¿no hablaron?
—O sea, sí, pero no me dijo que tenía un tumor. Creí que... los exámenes que se había hecho no eran gran cosa.
—Solo se hizo una resonancia magnética en Canadá. Me prometió que se haría la biopsia al llegar a Alemania, pero ya veo que no lo hizo —pasó las manos por su cabeza, frustrado—, joder, no debí descuidarla. Tengo... muchas cosas encima, el trabajo, solo dependen de mí porque Avery no puede hacer esfuerzos, es más, no debería ni de estar trabajando, pero es terca. Emery, debo cuidarla, Avery necesita descansar, todo es muy complicado ahora, no puedo estar en tantos lugares al mismo tiempo. No debí dejarla sola.
—Pero estaba yo... eso es bueno, ¿no? No estaba sola cuando todo sucedió y pude llamarte.
—No quiero imaginar qué hubiese pasado si tú no hubieses estado aquí. Gracias por quedarte.
Le sonreí, tuve un impulso de acercarme más, abrazarlo, la está pasando muy mal... Cuando lo hice, Adler me miró confundido, nunca le he abrazado más que en forma de saludo.
Es raro, y más si es de mi parte.
Pero sé que lo necesita. Ambos lo necesitamos.
Avery estuvo unos días en el hospital, pero pudo regresar a casa para navidad. La pasamos viendo películas. Avery intentó hacer como si nada, y la entendí. No sabía si era su última navidad con nosotros y no quería sentirse enferma. Así que yo me encargué de decorar toda la casa, de hacer las galletas con Adler, tomar las fotos, grabar los videos. Todo por ella, porque sé cuánto ama la navidad y no quiero que esta sea la última.
No me puedo creer que ya no falta nada para llegar al final :((
Para aquellos que leyeron Las Palabras de Avery, en este cap ya se menciona EL POR QUÉ de ese final, ya estamos conociendo a detalle todo lo que no se mencionó en el primer libro del proceso de Avery, qué tiene, como se entera, que pasa después y como lo toma toda la familia.
Los siguientes caps me emocionan muchísimo porque ya por fin conoceremos más sobre Drew y entenderán mucho más sobre Morgan y Emery en Deja Vu :))
ADELANTOOOO
-Llegó año nuevo, regresamos a Canadá con nuevos encuentros del pasado y un ¿tercero en discordia?
-Tenemos noticias de Drew!!!! pero... ¿por Logan? :))))
-¿Crees que ese encuentro fue decepcionante? Ay, cariño, espera a que te llegue esa llamada.
Ahí se las dejo, saquen sus propias conclusiones.
Besos,
Paola Velásquez
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