CAPÍTULO 30

Caleb

—Ayúdame a cambiar el neumático— con que para esto me necesitaba.

—¿Traes la llave?— pregunto viendo lo desinflado que se encuentra.

—Aquí está— me pasa la llave de cruz y de la parte trasera trae el neumático de repuesto.

—Discúlpame por interrumpir su caminata romántica— sonrío de lado.

—No hay problema— llegué a decirle todo lo que quería.

Desajusto cada tuerca de la llanta.

—¿Dónde están los demás?

—El comedor. ¿Sabes quienes están más cariñosos hoy?

—No— ni me he molestado en verlos.

—Morgan y tu amiga.

—¿Nina? No es la que muestra afecto en público.

Justin chasquea la lengua. —¿Ustedes siguen siendo muy cercanos?

Noto su interés repentino. Él coloca la nueva llanta mientras subo la antigua.

—¿Acaso tu novia te envió a interrogarme?— por eso me pidió ayuda.

Justin suelta carcajadas. —Si ella pensará algo malo ya estarías con una de sus uñas en tu cuello.

No objetaré.

—¿Entonces porque me lo preguntas?

Me hago aún lado viendo que ahora él será quien ajuste las tuercas.

—Nada. Ahora sale con mi amigo. Una pieza importante en el campo...

—Y el partido se acerca— creo saber a donde va esto. —¿Cuál es tu verdadera pregunta?

No me gusta los laberintos que hacen perder el tiempo.

—¿Debería decirle que se lo tome con calma o...?

—Estás hablando de la chica que conozco desde niña— tiene que medirse.

Justin se pone de pie viendo mi reacción. —Perdón. No quiero faltarle ninguna clase de respeto.

—Me parece bien.

Él asiente lentamente. —Archie no ha tenido buenas relaciones. No ha tenido suerte en el amor. ¿Entiendes?

Lo está cuidando.

—Entiendo.

Justin sonríe y vuelve a ajustar las tuercas con la llave.

—Nina le hace bien. Él volvió a clases con el ánimo por los suelos. Alguien le rompió el corazón.

No comento nada. No he tenido tanta interacción con Archie, tampoco me he molestado en conocerlo más de lo necesario, pero Nina, es dueña de su propia vida, puede hacer lo que quiera, el jugar con los sentimientos de alguien no es lo suyo.

—No es alguien que pierda el tiempo con chicos. ¿Es suficiente?

—Más que eso— se limpia las manos con un trapo y me lo cede. —Gracias. Traeré mi equipaje.

Regreso por el mismo camino que llegue, cruzo las cabañas al mismo tiempo que escucho un sonido proveniente de una de ellas. Sollozos. En las gradas encuentro a la chica que llora.

—¿Amber?— se espanta y se limpia el rostro intentando ocultar algo que sus ojos delatan. —¿Qué te ocurre?

Automáticamente, el nombre de Bryan aparece en mi cabeza.

—No es nada.

—Estás llorando. ¿Fue...— miro a la cabaña.

—No. Ryan no hizo nada— entonces quien.

—Amber...—presiono sin apartar la mirada.

Hemos tenido de este tipo de conversaciones, no es fácil hacerla hablar. Sabía que le estaba pasando algo.

—Caleb...

Su abrazo me llega tan inesperadamente que tardo en responder. No me siento cómodo, pero tampoco creo poder alejarla cuando vuelve a llorar.

—Por favor deja que vaya con ustedes en el auto de regreso.

Si eso hará que deje de llorar, no veo el problema.

—Oye— la alejo y tomo de sus hombros. —Puedes venir con nosotros, pero dime que pasa.

—Pensé que lo soportaría, pero no puedo.

—Soportar que...

Amber niega.

—Caleb...— volteo al oír una tercera voz. Nina.

—Alistaré mis cosas— la rubia entra a su cabaña como si hubiera visto al mismo demonio.

—¿Está llorando?

No entiendo nada.

Me acerco a la puerta y toco. —Amber... — nada. —Lleva tus cosas al auto.

Hablaremos en el camino, debe tranquilizarse.

—¿Qué le pasa?— continuo mi dirección al lago.

—No me lo dijo— pero lo hará.

—¿No deberías hablar con ella?

—Lo estaba haciendo hasta que llegaste.

—Ok, cálmate. El desayuno está listo ¿Dónde está tu noviecita?

—En el lago— Amber está teniendo problemas con alguien. —¿Me acompañarás?— pregunto viendo como me sigue. Se encoge de hombros.

—Considerando que la amiga de tu novia me odia, mejor sí.

Sky puede ser difícil. Y ya dejo claro que no le agrada Nina. ¿Por qué todas ellas son difíciles? ¿Tiene que ver con algun ciclo lunar? Doy gracias porque Harriet este sonriendo casi siempre.

Bajo hasta el lago, Harriet ya no está en el lugar donde la deje, sino que ha avanzado rodeando la fuente de agua. Reconozco su cabello suelto como el del castaño que está junto a ella.

—¿Y crees que eso te pone a salvo?— me detengo al lograr oír lo que dicen. —Nunca sabrás cuando volverá a recaer. ¿No lo ves?

Nina se coloca a mi lado oyendo lo mismo que yo. Hablan de mí.

—Ryan...— doy un paso a un lado cuando veo que quiere voltearse.

Se ha equivocado. Si lo que quiere es poner a mi chica en mi contra no lo va a lograr. Ella confía en mí.

—Nate lo sabía. Él sabía que estabas cometiendo un error con él.

Estupefacto miro a Harriet. Se está metiéndose donde no debe. La está incomodando por lo que a mí también.

—¿Cuál es tu problema?

—He visto como lo buscan por sus sustancias.

Nina da un paso adelante, pero sostengo su brazo para que no de ninguno más.

Primero menciona al principito y ahora a lo que me dedicaba. Me pregunto que está intentando.

—Tiene un pasado y...

—¿Realmente crees que se ha acabado? Dime Harriet, ¿Podrías asegurar que no lo volverá hacer? ¿Estarías dispuesta a atar tu vida a esos problemas?

Sus preguntas son como un golpe a mi firmeza, imploro porque lo detenga. Quiero que responda con afirmación porque es la única persona que me importa que lo crea. Que crea en mí.

El chico que apenas he visto y poco me ha interesado, está desatando cada inseguridad que creí haber guardado a principios de año. Él y el silencio de la persona a la que puedo arruinar.

—Lo ves. No lo has pensado o sí. Él es impredecible, un peligro para personas como tú. Cuando caes en ese hoyo no puedes salir, no por mucho tiempo.

¿No cree que lo logre? ¿Cree que puedo recaer? ¿Acaso cree que la ataría a mí con mis problemas? Fue por eso que me fui. Por ellla. Para ser mejor.

Cada probabilidad de demostrar su confianza se termina. Detesto que diga verdades que no he querido pensar. Detesto recordar lo bien que me hacía dar algunas caladas para estas situaciones. Detesto tener que escucharlo a él y no a ella.

—¿A dónde quieres llegar?

Esa no es una respuesta. No has respondido mi amada loca.

Nina me observa. No me siento bien, sonrío un corto segundo porque se lo debo, la hice perder su tiempo en mí. Para cuando vuelvo a verlos, Adams está cometiendo una nueva falta, está besándola.

La idea de matarlo nace con la sangre hirviéndome. Es un sentimiento que se eleva y baja a gran velocidad. No lo haré. Él tiene razón. Soy un maldito peligro, alguien que tarde o temprano volverá al hoyo y puede arrastrar a la persona que ama. 

Bajo los hombros, libero los puños y cambio de dirección.

(...)

Harriet 

—Caleb— mis pies intenta alcanzarlo, pero alguien me detiene.

—No.

—Nina— intento hacerla a un lado al ver que el pelinegro no se detiene. —¿Cuánto escucharon?.

—Sabía que no eras buena para él...

—¿Qué?— se está alejando. —Tengo que alcanzarlo.

Nuevamente se interpone. —No te dejaré...

—No tengo tiempo para esto— logro empujarla hasta hacerla caer.

Ella no esperaba que realmente lo hiciera, verla sobre las piedras me hacen sentirme mal pero no tengo tiempo para disculparme o ayudarla.

Me siento desesperada y agobiada. Fue Ryan, luego Nina y ahora Caleb. Camino lo más rápido que mis piernas me lo permiten, Amber sale de su cabaña cuando Caleb pasa por el frente. No voy a detenerme por ella y es que lo único que quiero es al tatuado.

—Caleb por favor. Detente.

Él intenta abrir la puerta del auto de Justin. ¿Acaso quiere irse?

—No es lo que crees— coloco mi cuerpo para que no logre entrar. —Él me beso, pero...

No me ve ni me dirige una palabra.

—¿Está todo bien?

—Amber. Ahora no, por favor.

La rubia queda boquiabierta, sus ojos se ven rojos pero no puedo darle importancia ahora mismo.

—Volveré a la ciudad. Súbete— mi cuello se dobla rápidamente.

No me lo ha dicho a mí. Se lo ha dicho a Amber. Caleb ha hablado, pero no a mí.

Amber se queda quieta. Estoy segura de que es por mí.

—No te puedes ir ahora— intento hablar con él. —Caleb no es lo que piensas, no sé que le pasó...

—Súbete— repite a Amber. —O quédate con ellos.

La rubia me mira con una mirada de tristeza y rodea el vehículo. No tengo la menor idea de lo que le ha pasado y espero me perdone por hablarle como lo hice.

—Caleb...— tomo su rostro y obligo que me mire.

Sus ojos grises hacen contacto con los míos. Vacíos. No sé que he caído en una trampa hasta que sus manos toman mi cintura, me elevan con facilidad y me mueven medio metro de lado.

—Harriet— un sentimiento de tortura empieza a oprimir mi pecho. —No me sigas.

Es todo. Mi pequeño y débil corazón lo observa entrar al auto, encender el motor y hacer crujir las piedras bajo los neumáticos. La culpa se siente.

—¡Si Caleb recae será tu culpa!— la acusación de Nina llega con su furiosa en persona.

Sky, Archie y Justin salen del comedor, curiosos de lo que pasa muy cerca de ellos.

—De que estás hablando maldita psicópata— mi mejor amiga viene preparada.

Nina ni le presta atención, soy su objetivo y eso no cambiar. —Sabía que lo arruinarías en algún momento. Sabía que no debía volver a esta asquerosa ciudad.

Mis lágrimas bajan por mis mejillas. 

¿Recaer? ¿Él escuchó eso? Imagino que eso puede ser posible.

—Yo no dije eso...— sorbo mi nariz. —Tenemos que...

—Ni se te ocurra— dice con los dientes apretados.

—Oye, pero que te pasa— Sky la hace girar a la fuerza.

—Porque no se lo preguntas a tu amiguita— ver a mis amigos me hace sentir peor.

—Yo no lo besé— intento explicarme.

Ryan aparece desde atrás, con el libro en mano y la cabeza agachada. Todos ven lo mismo que yo. Lo entienden.

—Eres tan estúpida que ni siquiera te das cuenta de lo que acabas de hacer— frunzo el ceño, me siento peor. —Esto no se trata de un misero beso.

Alzo la mirada sin comprender. —¿Qué quieres decir?

—Llévame de regreso— exige Nina a Archie. Me ignora. —Ahora mismo.

—¿Qué quieres decir?— repito siguiendo sus pasos al auto del moreno.

—No me toques— aparto mi mano de ella. —No sabes nada de él o lo que ha pasado para estar limpio. No tienes ni una puta idea de su infierno...

—Sé que la rehabilitación no fue fácil...

—No sabes lo que sufrió— sisea y aprieta los dientes. —¡Y tú tampoco!— señala a Ryan.

—Yo quería estar con él.

Nina frunce sus labios con rabia.

—Esto se trata más que una rehabilitación. Es su vida entera fue un infierno.

—Sé lo que vivió de pequeño. Me lo contó...

Niega. —No puedes contar 24 años en uno solo.

Me duele. Me duele saber que no sé todo de él. Ella puede tener razón.

—Caleb se equivocó. Nunca debió hacerlo por ti.

Veo por la ventana. —¿Hacerlo?

—Esto tenía que tratarse de él— dice con angustia. —No de ti.

Y con eso último el auto de Archie arranca. Sky me abraza con el sentimiento más doloroso latente en mi pecho.

—Pediré que alguien venga por nosotros— comenta Justin.

Nos hemos quedado solos. Me he quedado sola.

(...)

(Si quieren saber que es lo que vivió Caleb en su rehabilitación, atentos(as) a EXTRA en CTVAV)

(...)

Caleb

—Caleb, ¿Qué paso...

—No quiero hablar al respecto— tengo que controlar un auto. —No quiero pensar en eso.

Amber es de las pocas personas con las que podría hablar. No obstante, prefiero no hacerlo. El camino es largo y lo que menos quiero es pensar en mí.

—Se trata de Archie— suelto recordando como rogó venir con nosotros. —¿Es el chico que conociste en las vacaciones?

Ya até los cabos. Sé que es de quien me hablo la vez que salimos al parque de diversiones. El chico con corazón roto que menciono Justin. La rubia con la que alguna vez tuve un encuentro muestra los ojos rojizos de tanto llorar.

—Sí.

—¿Qué sucedió?

—Nos encontramos en mi viaje, Justin lo abandone para ir con Sky. Pasamos mucho tiempo juntos. Él me beso— justo ahora no quiero hablar de besos. —Casi había terminado el viaje cuando los besos llevaron a otra cosa y me sentí mal. Lo detuve. No podía hacerlo, Caleb.

—¿Es por lo que te sucedió?

—Creí que estaba mejor, ya no tengo pesadillas. Fue el acto lo que me hace... no lo sé.

—¿Archie no lo entendió?

—Quiso hablarlo, pero yo no quería, entre en pánico. Le dije que lo olvidará. Le dije que, no me gustaba tanto.

Eso debió dolerle.

—Mentiste— es obvio.

—No quería herirlo. Pero tampoco quería hablar de eso con él. Me siento tan dañada por dentro.

—No lo estas— no puede pensar asi de ella misma. —Solo no estas lista.

—Ya no importa. Él esta con Nina— como si se tratara del mismo karma.

Es irónico. Yo besé a Harriet frente a Nate, y ahora alguien más la beso frente a mí. La vida hace justicia a lo que yo una vez hice. Un poco de mi propia medicina.

—Ellos se ven felices— no estaría seguro. —Quizás tenía que ser así.

Sus palabras me dejan en blanco. ¿Y si Ryan es para Harriet? como Nina para Archie. Quizás soy algo que tenía que pasar por su vida, solo eso... pasar. Quizás es Ryan perfecto para ella. Ryan no tiene problemas. Ryan es becado y deportista. Ryan no es un peligro.

¿Es esta otra señal de la vida?

—Quizás.

Las luces de las calles se encienden para hacer una última parada. He dejado a Amber en su casa. He dejado el auto del rubio en la suya. Y ahora me encuentro con mi equipaje, solitario como empece.

El departamento que comparto con Nina no es una opción. Giro la llave que conservo de mi antiguo hogar, el segundo piso del Black Day. Devi ni nadie debe enterarse que estoy aquí, soy cuidadoso al subir y ver que todo sigue en su mismo lugar.

Este soy yo. En el mismo lugar donde un día estuve hundido en el más profundo de mi miserable vida de adicción. Un peligro que se hace presente desde que encuentro lo que llevo guardando desde hace mucho tiempo.

Mi reserva. Mi antiguo vicio.

100223✨

P R E P Á R E N S E

PRÓXIMO CAPÍTULO: Una canción.

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