CAPÍTULO 21

Harriet

El sonido de unas llantas refregando la acera se plantan a menos de medio metro de nosotras. Hago que MJ permanezca un paso atrás.

El cristal del lado del copiloto desciende. —Suban.

Ryan no baja de su vehículo. Reviso al hombre que me ha tomado una foto. Desde hace el año anterior se estaba tomando medidas en Hasting, no dejan pasar a ningún reportero o camarógrafo sin autorización. Sin embargo, nada impide que intenten hacer su trabajo desde las puertas.

¿Lilian ha sido arrestada?

Si no fuera cierto posiblemente esas personas no estarían aquí. No me dejarán en paz.

—Harriet, vamos— MJ casi me obliga a volver a la realidad.

Subo al auto de los hermanos Adams y me coloco el cinturón de seguridad. —Toma la salida lateral.

Busco entre mis contactos el número de la abogada de mi madre. No contesta así que decido mandar un mensaje.

—¿Qué fue eso? ¿Por qué estaban tomando fotos?— pregunta la más joven del vehículo.

—MJ, no es el momento— reprende su hermano al volante.

Le doy una mirada de agradecimiento mientras me concentro en actualizar mis mensajes.

—¿Quieres que te lleve a tu departamento?

—Deben estar esperándome ahí— necesito tiempo para pensar.

Podría ir al departamento de Caleb, no saben de esa dirección. Empiezo a considerar la opción cuando la pantalla se activa por la respuesta de la abogada.

—Renwich— indico viendo la dirección que me ha mandado. —¿Podrías llevarme?

—Claro— asiento.

—¿Sabes lo que ocurrió?— pregunto ahora que tengo sé a donde ir a buscar respuestas.

—Me apareció la noticia en notificaciones— frunzo el ceño.

Reviso lo que menciona. Hace mucho que he desactivado todo lo relacionado con escándalos. Están difundiendo el caso de mi madre desde que inicio, se había pedido privacidad en el proceso pero nada impide que algunas personas hablen.

Presidenta de LiMo es arrestada por orden de juez.

Leer el encabezado me hace sentir culpa, no presente mi testimonio para ella. No sabía que el juicio final fue hoy. Estoy perdida.

Cuando el auto se detiene observo que hay una casa de dos niveles, estamos en un barrio costoso y conocido por su tranquilidad.

—¿Segura que quieres entrar sola?— me pregunta Ryan.

—No veo a nadie— comento refinándome a los hombres con cámaras.

—Te esperamos aquí— regreso a verlo.

Está revisando adelante y atrás. Su cabello sigue húmedo, por lo que cae casi en un perfecto lacio.

—No es necesario. Puedo llamar un...

—Podemos esperar— repite MJ.

Para no seguir con esto acepto y bajo del auto. La puerta tiene un timbre del que aprieto una, dos y tres veces antes de que se abra.

—Srta. Moore.

—¿Ceci?— digo sorprendida de verla.

La asistente de mi madre tiene una maraña encima de su cabeza, no parece haber dormido. Se ve agotada con bolsas en sus ojos.

—¿Qué ha sucedido?— pido una explicación al ver su rostro conocido.

Ella me mira con lamentación o pena, no lo entiendo pues cuando intenta decir algo alguien más aparece en el hall.

—Ya llegó— dice la abogada de mi madre. —Venga por aquí, por favor.

Sin entender que sucede sigo su paso adelante de Ceci.

—¿Qué es lo que ha pasado con el caso? Dicen que han arrestado a mi madre.

La abogada no dice palabra mientras me guía por una sala, las decoraciones son tonos bajos.

—Hubo un fallo— dice con simpleza.

—¿Fallo? ¿Qué significa?

La licenciada se detiene en la puerta alta y abre, me observa antes de abrirla.

Es un estudio. Hay dos muebles, libreros a los lados y un escritorio central. La silla que hay detrás de ella nos está dando la espalda, hay alguien ahí o esta no giraría por si sola.

—Siempre tarde— dice la mujer que conozco muy bien.

Lilian está aquí.

La licenciada camina hasta llegar a su lado, hay papeles sobre el escritorio.

—¿No vas a decir nada? O estás triste porque no este pudriéndome en la cárcel—sus ojos afilados vuelven a intentar minimizar mi existencia.

Me mantengo de pie en mi mismo lugar.

No bajes la cabeza, eso dijo Caleb.

—Creí que la habían arrestado— digo mirando a la mujer de su lado.

—Irrespetuosa— dice Lilian poniéndose de pie. —Pude ir a prisión por tu culpa.

—¿Mi culpa? ¿Cómo esto podría ser mi culpa?

—Oh niña— dice mirándome con desafío. —No juegues conmigo.

—Por favor— pide la abogada. —Tenemos que ser un equipo si queremos ganar esto.

Esta mujer había ocultado la muerte de mi padre e hizo que creara un rencor por alguien que siempre me quiso.

—La Sra. Moore tiene arresto domiciliario— parpadeo, confundida. —El juez lo determino por sus origines extranjeros y las pruebas que se han presentado hasta ahora. Hay muchos mensajes de una supuesta huida.

Miro a mi madre volver a sentarse, prefiere apartar la mirada a seguir viéndome enterarme de todo.

—¿El caso sigue?— pregunto entendiendo.

—Claro que sigue— responde con desdén mi madre.

—Es temporal. No puede salir de esta casa— explica la abogada.

Escucho un jadeo detrás de mí. Es Ceci quien parece palidecer.

—¿Qué sucede?— pregunto.

—El desfile..— dice con la voz temblorosa y en confidencialidad.

Elevo la cabeza al darme cuenta que no tengo conocimiento de las actividades programadas de la empresa.

—¿Hay un desfile próximo?— pregunto a la accionista mayor.

Lilian abre los ojos tan grandes que creo que se le van a salir. Es la primera vez que la veo tan sorprendida.

—¿Podré salir para el evento?— pregunta ella a la abogada.

—No. No hay excepciones— explica.

—¡Imposible!— se altera. —Soy la diseñadora, tengo que estar presente...

La mujer que ahora trabaja para ella niega. —Ese dispositivo indicará sus movimientos las 24 horas del día— le señala su pierna.

Mi madre alza sus pantalones de tela dejando ver algo enroscado en su tobillo derecho. Solo lo había visto en películas.

—Explícame para que te estoy pagando.

La mujer de traje elegante con estudios en leyes acomoda el cuello de su blusa, flaquea pero su profesionalismo la hace continuar.

—Por eso me alegra que usted esté aquí— recoge los papeles de la mesa y le entrega a mi madre. —La junta de su empresa me ha hecho llegar la carta de solicitud de baja inmediata de su cargo.

—¿¡Están jugando conmigo!?— grita tirando el documento con apenas una ojeada. —Todos se han puesto de acuerdo.

—Sra. Moore le indiqué que sería un proceso largo y difícil...

—Te contraté porque eres la mejor si no puede hacerlo dímelo y...

—¿Qué pasará con LiMo?— interrumpo.

Sé que Lilian quiere reprenderme cuando veo sus dientes apretados y el puño sobre la mesa.

Hay mucha gente que trabaja en la marca, en los desfiles y en general. No se puede descuidar todo por el error de mi madre.

—¿Qué decidió la junta?

—Por haber sido responsable de hacer crecer su empresa la junta confía en usted— le indica a mi madre. —Pero por temas legales no pueden dejar que continué durante el juicio. Se le está dando la opción de considerar a quien colocar en su reemplazo. También es temporal.

Lilian bufa. —¿Reemplazo? No hay nadie competente para mi puesto.

—Señorita— escucho que me susurran por detrás de mi hombro. —¿Por qué no es usted?

La idea me causa pánico. Yo no se nada de diseños o moda, tampoco se manejar todo lo que Lilian hace para un desfile. Siempre fui una decepción para ella.

—Si no tiene a nadie en mente se tomará acciones por la junta y nadie sabrá lo que pueda pasar.

Lilian aprieta los labios, está tan tensa que cuando voltea a inyectar su mirada en mí me causa un escalofrío que disimulo.

No bajes la cabeza.

—Tomarás el cargo. 

—No creo que sea buena idea.

—Eso ya lo sé— afila su mirada.

—Entonces no lo hagas— digo firme.

¿De dónde estoy sacando esta valentía?

—¡No tengo más opciones!

Con una mano en la cintura da un recorrido al ancho del estudio. Luego de una ida y vuelta se detiene.

—Yo te di la vida, me la debes.

El pecho me aprieta por las dagas que se vuelven sus palabras.

—¿Que es lo que tengo que hacer?— pregunto rendida, pero segura de pagar esa deuda.

—Ceci te dirá todo— hace responsable a la chica quien no hace más que mover la cabeza.

La abogada asiente conforme con todos los acuerdos que estamos tomando en su presencia.

—Si eso es todo... — tengo que llamar a nonna y decirle lo que está pasando.

—Una cosa más— ¿otra? —¿Está segura que no va a testificar para el juicio final?

Cada par de ojos se posan en mí. Yo solo miro unos que me vieron nacer, los mismos que son de la mujer que tanto me hizo llorar.

—Si testifico— digo viendo directamente a sus ojos. —Será diciendo la verdad.

Volteo para dirigirme lejos del estudio o ella. Mis ojos se abren al ver quien se encuentra entrando. Caleb me mira apenas un segundo antes de pasar a pasos rápidos.

—No se atreva— oigo decir cuando me atraviesa.

Mi cuerpo gira en mi propio eje cuando noto que Lilian ha caminado hacia mí, tiene la mano alzada y detenía por el brazo del tatuado.

—Suéltame— dice furiosa logrando escapar de su agarre.

Ellas nos observa, uno al lado del otro y con una sonrisa de mal gusto vuelve a expresarse.

—Así que ya volviste— dice ella. —Te dije que no estaba tan lejos.

El estómago se me remueve recordando que dijo exactamente eso en nuestra reunión.

—Nunca estaré tan lejos como para protegerla. Ya debería saberlo— dice Caleb con un toque de superioridad.

—Tu sí, pero ¿Sabes que tanto te protege ella?

La boca se me abre sabiendo que recuerdo su amenaza contra él. No había dicho nada con la abogada, pero ahora que ha visto a Caleb sé que va a volver a mencionarlo en cualquier instante, quizás cuando estemos a solas.

—Deje el veneno para otra serpiente— Caleb toma mi mano mientras mi madre hace palpitar la vena de su cuello.

Sí, Caleb acaba de decirle serpiente.

—¿Has terminado aquí?— me pregunta.

Sus ojos grises hacen que me llene el cuerpo de energía.

—Sí— y con eso gano una sonrisa que hace que caminemos juntos hacia la salida.

—Señorita Moore— me detiene Ceci antes que logremos tocar el pomo. —¿Coordinaremos el desfile?

Cierro los ojos, casi se me olvida ese gran detalle.

—¿Desfile?— pregunta Caleb.

Si hubiera llegado unos minutos antes entendería.

—Organizaré el desfile de LiMo— digo rápido. —¿Puedes venir a mi departamento?

—Sí. ¿Quiere que lleve la colección?

Miro a Caleb. Él se encoge de hombros.

—Sí— supongo.

Con Caleb salimos de la casa que ahora es una prisión temporal de Lilian. Apenas abrimos la puerta los flashes empiezan alumbrarnos las caras, tengo que bajar la cabeza para no caerme entre la gente.

—No te separes de mí— dice Caleb entre las voces llenas de preguntas.

—¿Su madre está dentro?

—¿Por cuánto tiempo será la prisión domiciliaria?

—¿Cree que su madre es culpable? ¿Por qué no la hemos visto por el juzgado?

—Harriet— elevo un poco la cabeza cuando escucho esa voz conocida.

Ryan aparece entre la gente y junto a Caleb que frunce el ceño hacen unas barreras a cada lado de mi cuerpo para poder avanzar. Hay empujones pero nada que me haga caer hasta llegar al auto.

—Mi moto está estacionada allá— le indica Caleb a Ryan.

—Mejor es en auto— miro a los dos chicos debatir.

No es el momento o lugar adecuado.

—Luego podrás recogerla— tomo la mano de Caleb y hago que suba al auto de los Adams.

—Es una locura— dice extrañamente feliz MJ desde el asiento copiloto. —Todos quieren una foto.

Cubro mi rostro con mi cabello. Caleb me abraza ocultando lo que puede. Escucho la puerta cerrarse lo que me hace saber que Ryan ya ha subido.

—No mires pitufina— le dice a su hermana.

El motor se enciende y con varios golpes en el claxon salimos de la avalancha de hombres con cámaras.

—Harriet de verdad eres tan famosa— dice MJ sin poder creerlo.

Caleb me mira alzando una ceja. —Yo no. Mi madre puede que sí.

MJ se conforma con mi respuesta y se sienta correctamente en su lugar.

—Ponte el cinturón— le recuerda su hermano. —¿A dónde los llevo?

Miro al tatuado. —Donde quieras.

—¿Nina no va a buscarte?

—Ha salido con Archie. Está buscando trabajo.

Lo pienso un poco. Ceci puede ir en cualquier momento. Supongo que tendré que volver.

—Mi edificio— pido por favor. Tendremos que tomar el ingreso de la cochera.

—Nos están siguiendo— avisa Caleb.

—Los perderé.

—Se han enterado muy rapido que estaba ahí— sera asi hasta que haya un veredicto.

Pensar en personas siguiéndome me estresa.

—Alguno tuvo que seguirnos— dice Ryan desde el volante.

Dejo que se enfoque en el tránsito y me fijo en el chico que me rodea con su brazo.

—¿Tú como has sabido que estaba ahí?

Caleb me sonríe, no de una manera habitual. Es como un niño siendo atrapado con una travesura.

—Tengo mis maneras.

—Caleb...

—Mis contactos— eso solo hace que mis preguntas se multipliquen.

Solo un nombre viene a mi mente.

—No hablas de...

Caleb coloca un dedo sobre mis labios.

—Sí — se acerca a mi oído. —No hagas que descubran a nuestro hacker favorito.

Doy una ojeada al espejo retrovisor, Ryan desvía la mirada cuando lo atrapo.

—¡Miren!— MJ me muestra su teléfono. —Son ustedes.

Una fotografía ya ha sido posteada en las redes. No me molesto en leer el encabezado.

—Gracias por traernos— me encorvo para alcanzar la ventanilla de MJ.

Ryan hace un leve gesto con su cabeza.

—¿Él va a quedarse contigo?— la pregunta de MJ capta el interés de Caleb.

—Sí— dice abrazándome por detrás. Sus manos causan una corriente que se vuelve un cosquilleo en mi vientre. —Porque soy su novio.

MJ eleva sus cejas, incrédula.

—Lo entenderás cuando tengas uno.

Aprecio a Ryan abrir solo un poco los ojos.

Con un simple golpe sobre su mano hago que tome distancia. El tatuado muestra cara agraviado que los hermanos observan.

—Un novio pose...

—MJ— intercepta la oración su hermano mayor. Este da unas disculpas y seguidamente toma el volante. —Ya nos vamos.

El auto sale por la vía marcada y Caleb no desaprovecha la oportunidad de acercarse cuando intento acercarme a las puertas.

—Hey— dice sosteniendo y tirando de mi mano.

Tengo mucho que organizar, el evento no será sencillo y solo espero que Ceci pueda ayudarme. Aún con su apoyo pienso en contactar a Sky para que me ayude en el área que ella suele desenvolverse.

Cuando me doy por detenida es porque Caleb me ha tomado de la cintura y llevado al auto más cercano de nosotros. Me sube en el capo y se acerca entre mis piernas para inspeccionar mi rostro.

—¿Hola?— dice inclinando la cabeza.

—¿Qué haces?— digo sintiendo mi trasero enfriarse por el metal del auto.

—Avisarte que estoy aquí— dice él.

Mis mejillas se sonrojan.

—Pueden vernos.

—Entonces dame un beso para poder subir con una sonrisa.

Mi rostro se calienta aún más por su pedido.

Poder verlo de cerca me hace recordar su presencia, oler su aroma que ahora solo se trata de jabón fresco y un toque de fragancia en su cabello. Pego mis labios a los suyos en un toque y me separo.

—Pazzo— se queja al darse cuenta que lo tome desprevenido en un beso corto.

—Gracias por aparecer— tomo su cercanía para poder decir lo que no pude en el estudio de mi madre.

Caleb acaricia mis piernas y aunque su confusión está, no deja que opaque al brillo de sus ojos grises.

—Lamento decirte que este drogadicto dejó y descubrió una nueva adicción. Loca, tú eres esa nueva droga a la que no puedo resistirme. Mi propia heroína.

—¿Soy tu heroína?— pregunto mirando ese gris intenso.

—Eres mi salvación.

021122✨

Este drogadicto ya encontró su propia heroína. ¿No lo creen?

Próximo capítulo: Ahora somos un equipo.

Pregunta: ¿Qué piensan de sacar CTVAV en físico por Amazon?

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