Prisión

ALEXANDRA COLLINS POV

La idea de Carolina, era arriesgada, pero ya no había más opción. O era todo, o era nada.

Posteriormente, Carolina me miró con determinación a los ojos, como si ya tuviera una estrategia en mente. Suspiré profundamente, intentando calmar el torbellino de emociones que había dentro de mi y ella se acercó a mi.

—¿Cuál es tu idea, Carolina? —pregunté, con una mezcla de esperanza y desesperación.

Ella miró hacia al alrededor, asegurándose de que nadie más estuviera escuchándonos, y luego me hizo una seña para que la siguiera a un lugar más privado. Caminamos hasta una pequeña sala de estudio vacía en la parte trasera de la biblioteca.

—Tenemos que sacar a Madeline de aquí, al menos por un tiempo —dijo en voz baja pero firme—. Hay un refugio seguro para seres sobrenaturales fuera de la ciudad. Es un lugar donde los cazadores no pueden llegar fácilmente.

—¿Un refugio? —repetí, procesando sus palabras—. ¿Dónde está?

—Está en las montañas, cerca del antiguo bosque —explicó Carolina—. Es un lugar protegido por antiguas magias y con barreras que los cazadores no pueden traspasar. Pero necesitamos ser muy cuidadosas al llevarla allí. Si los cazadores sospechan algo, todo podría irse al carajo.

Sentí un rayo de esperanza, pero también de preocupación. El refugio sonaba como la única opción viable, pero era arriesgado.

—¿Y cómo vamos a sacarla de aquí sin que los cazadores lo noten? —pregunté.

—Tengo unos amigos que pueden ayudarnos —respondió Carolina—. Unos licántropos que deben lealtad a mi familia. Ellos pueden escoltarnos y asegurar que lleguemos al refugio sin ser detectadas. Pero debemos actuar rápido.

Asentí lentamente, sintiendo que la gravedad de la situación se cernía sobre nosostras. Miré a Carolina y supe que no tenía más opciones. Si quería mantener a Madeline a salvo, tendría que confiar en ella y en su plan.

—De acuerdo —dije finalmente—. Vamos a hacerlo. Pero tenemos que asegurarnos de que Madeline esté de acuerdo y que no haya ningún cabo suelto.

Carolina asintió y sacó su teléfono para coordinar los detalles. Yo, por mi parte, debía preparar a Madeline para el peligroso viaje que nos esperaba.

***

Ese mismo día, le conté a Madeline todo lo que Carolina me había dicho. Ella me escuchó en silencio, asimilando cada palabra.

—Si esto es lo que necesitamos hacer para estar seguras, entonces lo haremos —dijo con firmeza—. Pero Alexandra, prométeme que estaremos juntas en esto.

La miré a los ojos, sintiendo el peso de nuestra situación, y le tomé las manos.

—Lo prometo, Madeline. No importa lo que pase, no te dejaré sola.

Nos abrazamos con fuerza, sabiendo que los días que vendrían serían duros y llenos de incertidumbre. Pero mientras estuviéramos juntas, podríamos superar cualquier cosa.

Carolina llegó poco después con los licántropos que nos escoltarían. Nos dieron instrucciones precisas y un plan de acción claro. Esa misma noche, emprendimos nuestro viaje hacia el refugio, dejando atrás la ciudad y las amenazas que acechaban.

El camino sería largo y peligroso, pero con cada paso que dábamos, me sentía más segura de que habíamos tomado la decisión correcta. No sabíamos lo que nos esperaba en el refugio, pero una cosa era segura: lucharíamos con todo lo que teníamos para proteger nuestro amor.

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