ALEXANDRA COLLINS POV

Esto tenía que ser una puta broma de mal gusto. Tenía que serlo.

—¡¿Y tú qué demonios haces aquí, maldito cabrón?! —habló primero Ronny.

—Vengo en son de paz —dijo el desgraciado.

—"Vengo en son de paz", mejor vete al carajo —espetó Madeline.

—Sé que me odian porque fui un idiota —mascullo él, tratando de causarnos un poco de empatía por él—. Y lo sé. Admito que fui un miserable hijo de puta. Pero en serio, es necesario que hablemos.

—Eres increible —hablé yo—. Después de todas las mierdas que hiciste, ¿en serio, tienes la cara para venir a hablarnos?

Ese maldito tipo, nos miro a todos con una expresión de "tristeza", para después mirarme a mi, apenado.

—Cometí ese error... Y también sé que no tengo cara para hablarles después de lo que hice... Pero, es importante, sino... Todos ustedes podrían morir.

—¡Déjate de estupideces, cabronazo de mierda! —replicó Madeline. —¡Si para empezar, estuvimos metidos en aquel lio, por tu puta culpa! ¡Lárgate de una jodida vez, si no quieres morir aquí mismo!

Miré a Madeline, y ella tranquilizó su expresión y semblante.

—Tienes cinco segundos para largarte por dónde viniste, maldito cabrón —reitero, Madeline.

Jaxson, nos miró por una última vez, y dijo:

—¡Escuchenme tan solo un segundo! Esto es de vida o muerte. ¿O es que acaso no les importa que Alexandra pueda morir?

—Si tienes algo que importante que decir, dilo ya —repuso Elvira.

Jaxson Horland intentó suavizar su expresión y dejó escapar un suspiro antes de hablar, tratando de convencernos.

—Lo que tengo que decirles no es solo algo importante, es crucial. —Jaxson hizo una pausa, buscando las palabras adecuadas—. Hay un ataque planeado contra ustedes, y la gente que lo está organizando es mucho más peligrosa de lo que imaginan. Conozco a estas personas, he trabajado con ellos. Si no se preparan, no tienen ninguna oportunidad.

—¿Y por qué deberíamos creerte? —dijo Elvira, cruzandose de  brazos—. Después de todo lo que has hecho, ¿por qué confiaríamos en ti?

Jaxson bajó la mirada, como si estuviera luchando con sus propios demonios internos.

—Porque sé cómo piensan. Conozco sus debilidades y sus puntos fuertes. —Alzó la vista, mirándome directamente—. Y porque, a pesar de todo, no quiero verlos morir. No puedo redimir mis errores, pero al menos puedo evitar una masacre.

Hubo un momento de silencio tenso mientras todos considerabamos sus palabras.

—¿Qué ganas con hacer todo esto Jaxson? —le pregunté—. Si esto es una trampa, te juro que no vivirás para contarlo.

Jaxson negó con la cabeza lentamente.

—No hay ninguna trampa. Solo quiero ayudarlos a sobrevivir. Pero necesitan confiar en mí, aunque sea solo esta vez.

La duda se apoderó del grupo, pero la gravedad de la situación y la posible amenaza nos hizo dudar. Pero quizás, y solo quizás, Jaxson estaba diciendo la verdad.