Batalla I

PARTE UNO

MADELINE ORWELL POV

En cuanto me lance a Vlad, aparecieron sus sirvientes y esclavos.

En un instante me vi siendo arrastrada, hacia atrás, porque un maldito tipo me agarró del cabello.

—¡Suéltame, imbécil! —exigí.

—Cállate perra.

—¿A quién llamas perra, maldita escoria? —dijo entonces Carolina.

Ella apareció tal cuál heroe de película, cuando el villano va ganando y le dió vuelta a la situación.

—¡Corran! —gritó Carolina y eso hicimos. Corrimos como si no hubiese un mañana.

Pero...

No contábamos con que estábamos rodeados.

***

ALEXANDRA COLLINS POV

Aunque sabía que esto no era lo correcto... Sentí que era lo mejor para todos.

Vlad me amenazó.

Y yo no podía permitir que le hiciera daño a mis amigos...

De regreso a Portland, alquilamos una habitación en un hotel para no volver con el borracho de mi padre. Aunque, no se le puede llamar  "padre" a alguien como él.

—¿Quieres visitar a Tom, hija? —me preguntó con voz cálida mi madre. Tom, fue mi primer y único mejor amigo, desde que llegué a Portland. Pero... No sé si siga viviendo aquí, después de todo... Me dijo hace meses, que se iría a latinoamérica, para cumplir uno de sus más grandes sueños.

—Bueno.

Mi madre me miró preocupada y añadió:

—Sé que para ustedes los adolescentes, los adultos solamente les causamos problemas, y demás cosas. Y que preferirían tener su propio espacio. Pero yo siempre voy a estar para ti hija. Siempre. Cuentas conmigo en todo. Te quiero.

Sonreí y le di un rápido abrazo.

—Lo sé ma. Gracias. Voy a visitar a Tom. 

Y entonces me fui.

Y mi madre asintió.

.

.

.

Camine hasta la casa, donde recordaba que era su antiguo hogar y toque la puerta algo nerviosa. ¿Será posible que Tom todavía viva aquí? ¿Pudo lograr sus sueños? ¿Estará más alto, o seguirá siendo pequeño?

Todas esas preguntas que rondaban por mi mente. Fueron interrumpidas, cuando abrieron la puerta. La madre de Tom, la señora, Cherryl, aquella encantadora señora, me miró con sorpresa y después con felicidad.

—¿Alexandra? ¿En verdad eres tú?

—Si, señora Cherryl. Soy yo, y no sabe cuánto gusto me da volver a verla. —le dije con una sonrisa sincera. 

—Qué gusto me da querida, pero pasa por favor —añadió la señora Cherryl. Yo no dude ni un segundo, y me lance a abrazarla.

Lo que más necesitaba en este momento, era un abrazo. Cerré los ojos, y pensé en Madeline... ¿Madeline... Me podrá seguir amando a pesar de el error que cometí? Porque siento que ni yo misma me puedo perdonar...

Madeline...

—¿Estás bien, cariño? —me preguntó preocupada la mamá de Tom.

—Si, señora Cherryl, no se preocupe, es solo que me da mucho gusto y sentimiento volver aquí. Tengo muchos sentimientos encontrados.

—Entiendo querida... —respondió ella, colocando sus manos en mi espalda. Dándome soporte. Lo cual necesito, pero... La realidad es que dónde yo quiero estar, es con Madeline. —¿Quieres ver a Tom?

De pronto, esa pregunta causó un efecto positivo en mi. Me separé de la señora Cherryl, y la miré emocionada con un brillo en mis ojos.

—¡¿En serio?! ¿Y dónde está?

—Esta en el bosque. Pero no está muy lejos, me dijo que iba a estar cerca del río. Por si gustas ir a verlo.

—Claro que si, muero de ganas de volver a verlo. Lo he extrañado tanto...

—Ve querida, yo estaré cocinando algo especial por tu regreso.

—¡Gracias, señora! ¡Bueno, ahora nos vemos!

Y entonces salí de su casa de dos pisos, con una alegría latente en mi pecho.

Tom todavía sigue viviendo aquí. ¡Qué emoción!

Pero toda la emoción que tenía, se me fue arrebatada cuando ví que habían vampiros, encapuchados en el bosque.

Son los hombres de Vlad...

¿Por qué rayos están ellos aquí...?

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