Único
06:30 am
Se miro a si mismo en el espejo, su aspecto cansado y desaliñado poniéndose las prendas de vestir que formaban un traje de gala, su mirada con los ojos rojos estaba como siempre seria pero con un profundo vacío dentro como si lo hubiera perdido todo como si ya nada importara.
A pesar de estar acostumbrado a levantarse temprano para ir al trabajo, tomar un vuelo o algo similar ese día no tenía ánimos de salir de la cama, quería quedarse ahí hasta que se le diera la puta gana quizá quedarse el día entero acurrucado entre las sábanas de su cama escondido entre sus almohadas ignorando todo lo que pasaba afuera, ignorando que afuera hacía un día hermoso y todo estaba perfecto pero no él estaba ahí parado preparándose para la ocasión.
Mientras abotonaba los botones dorados de la muñeca de la manga de su camina noto como en esta como en su muñeca posaba un brazalete de hilos color azul algo desgastado por el tiempo , completamente liso con los hilos para atarse en negro un poco quemados por sus químicos y experimentos y junto a aquella cabeza de imán con forma de león con su respectivo color amarillo y su melena entre pelirroja y marrón desgastados también con el paso del tiempo. Juntos se lo habían dado aquel día en aquella tarde agradablemente calurosa de viernes camino a casa luego de la escuela en donde se habían proclamado como mejores amigos. Todo venía a su mente como si hubiese sido ayer.
...
-¡Senku!- grito a paso apresurado una joven de cabellos rubios atados en una coleta desordenada y enormes ojos aguamarina de largas pestañas oscuras acercándose a un joven Senku de once años quien detuvo su andar- ¡Te había dicho que me esperaras a la salida! - le reclamo -
- Tardaste mucho - respondió mirando para otro lado que no fueran los enormes ojos y el dulce rostro de la niña-
- ¡Perdón! - dijo - ¡Unas amigas me mantuvieron ocupada con algo! ¡Por favor perdóname si te hice esperar mucho! - junto sus dos manos y las llevo en frente de su cabeza a modo de disculpa -
El pequeño Senku se le quedo mirando unos instantes hasta que esta levanto la cabeza y emprendieron de nuevo el camino a casa mientras hablaban de varias como de que ella nuevamente había quedado primera en las actividades de educación física, de como se acercaban las vacaciones de primavera, de sus familias entre otras cosas hasta que la joven nuevamente a mitad de calle a punto de cruzar detuvo el andar de ella y de su amigo.
- Oye Senku..-
- ¿Hm? - el nombrado volteo a verla levantando una de sus cejas -
- Yo...tengo....¡Tengo algo para ti! - dijo mientras buscaba en su bolsillo y sacaba de este un brazalete de hilos color azul liso y se lo extendía con la palma de la mano abierta -
- ¿Que es eso? - dijo mirando como ella le ofrecía el brazalete -
- Un brazalete de amistad -
Él la miro y luego miro al objeto.
- ¿Es una broma? - pregunto -
- ¿Ah? ¡Claro que no! - dijo frunciendo el ceño levemente - ¡Esta es para ti! - tomo la mano de Senku y deposito en esta el brazalete. El pequeño científico se le quedo viendo - Yo también tengo uno -
Senku levanto la mirada y vio como ella le mostraba su muñeca con el puño cerrado dejando ver una pulsera también de hilos aunque de color rojo atada mientras sonreía.
- Con esto queda claro que somos amigos- dijo -
-Mmm- se dio la vuelta y poso sus brazos detrás de su nuca - Que tonto - dijo-
- ¿¡Eh?! - lo miro indignada - ¡Eso es muy grosero! ¡La hice especialmente para ti, Ishigami! - le grito mientras lo señalaba con el dedo -
Él en respuesta sólo sonrió y ella lo miro con un sonrojo en el rostro y lo dejo de apuntar.
- Me voy a casa - dijo posando sus dos manos en las tiras que sostenían su mochila y cruzo la calle mientras que Senku se quedaba viendo como se alejaba de donde estaba parado y luego volteo a ver a la pulsera que tenía en manos y nuevamente levanto una ceja con una sonrisa -
El domingo por la tarde todos se juntaron en el parque y sentados bajo la sombra de un gran árbol al pequeño Taiju se le ocurrió mostrar su brazalete de hilos color naranja también liso al igual que Yuzuriha que tenía uno de color caoba claro y se mostraba con las mejillas sonrojadas, Kohaku hizo lo mismo llevando su puño con el brazalete al frente. Senku se dio cuenta en ese entonces que el brazalete no había sido sólo para él sino que para sus otros dos amigos, volteo a mirarlo y luego a Kohaku sentada al lado de él cuando su amiga castaña hablo.
- Ya que estamos, Kohaku-chan - volteo a ver la mencionada - espero que no te moleste pero traje algo para que los brazaletes se vieran mejor - del bolso con orejas de gato que tenía a un costado saco una bolsa de plástico en donde había varios imanes en miniatura con aberturas atrás - Los podemos pasar sin problemas a modo de decoración - sonrió -
Los ojos de Kohaku y Taiju brillaron mientras ivan escogiendo un imán cada uno y lo pasaban hasta que este quedase en medio del brazalete en sus muñecas. De entre todos los que había y entre su variedad de colores él se decidió por uno de león, mientras sus dos amigos estaban distraídos sintió un peso al lado suyo y luego como un aire caliente se le impregnaba cerca del oído.
Era Kohaku quien le susurraba.
- No te sientas mal pero la idea de los brazaletes me la dio mi hermana y Yuzuriha y yo los hicimos pero yo me esforcé en que el tuyo fuese perfecto lo hice desde cero yo sólita - dijo para luego alejarse y sonreírle -
El joven científico se le quedo mirando mientras sentía un ardor en las mejillas que de inmediato aparto cuando sacudió la cabeza.
....
Toco con uno de sus dedos el brazalete y sus hilos, sonriendo al recordar esa tarde con sus amigos.
Prosiguió a terminar de abotonarse bien la camisa y seguir con el nudo de la corbata roja y luego el saco negro aunque se detuvo a medio camino mirando al suelo pensando "¿Esto es enserió?" ¿Enserió se estaba preparando para ir a una boda? ¿De verdad se estaba preparando para ir a la boda de la chica a la que amaba?
Sus ojos brillaron pero no era un brillo especial de esos que aparecía cuando estaba emocionado o cuando había logrado un nuevo experimento y este lo conocía bien porque empezó a ver borroso.
- Kohaku...- susurro -
- ¿Senku? - unos golpes en su puerta bajaron su brillante cabeza de las nubes - ¿Ya estas listo? - era su padre - nos tenemos que ir -
- Ya salgo - su vos salio normal - Espéramea abajo -
- Muy bien -
Cuando escuchó los pasos de su padre alejarse se miro de nuevo al espejo estaba vestido completamente de negro a excepción de su corbata y aquel brazalete que llevaba en la muñeca y que escondió bajo la manga de su camisa y chaqueta y salió del cuarto cerrando la puerta detrás de él.
Abajo estaba su padre esperándolo como siempre con una sonrisa vestido también con un traje igual al de él pero con una corbata color cielo.
- ¿Me veo bien? - pregunto señalando su traje -
- Si, si como sea vamonos - dijo mientras caminaba al auto -
- ¡Bien, vamos! - dijo sonriente el de pelo blanco y ojos marrones mientras se encaminaba al auto junto a su hijo dando pequeños brincos -
La boda era a las 08:00 de la mañana y en esos instantes eran las 07:10 llegarían con tiempo de sobra y más en lo que todos se acomodaban y los novios llegaban. Mientras iban en el auto el viaje fue silencioso por parte de Senku mientras Byakuya hablaba o miraba su teléfono y él por otro lado miraba por la ventana con su mentón recostado sobre su mano completamente callado con sus labios cellados hasta que estuvieron frente a la iglesia de enormes puertas donde al bajar se topo con sus amigos quienes se acercaron a saludar mientras iban entrando y recorriendo el pasillo entre las bancas de madera marrones y alfombra roja de terciopelo y bordes dorados, levanto la mirada y vio que en el altar del lado izquierdo estaban las damas de honor incluidas su amiga Yuzuriha y Ruri quienes lucían hermosos vestidos.
- ¡Hermanito! - la voz de Suika lo hizo voltear e ir junto a su padre a sentarse donde sus dos hermanas y su madrastra ya estaban acomodadas -
Cuando tomo asiento supo que se arrepentiría de ello pues aparte de haber ido en primer lugar edtsba en segunda fila para verlo todo, ver como Kohaku tomaba las manos de su prometido que no era él, como decía sus votos de amor hacia alguien que no era él, el como besaba a alguien que no era él y como cellaba su vida al lado de alguien que no era él. Soltó una risa burlesca que no disimulo para nada bien cuando todo eso que pensó estaba ocurriendo frente a él.
Estaba viendo a Kohaku vistiendo un hermoso vestido blanco mientras decía sus votos frente a su prometido con todas las miradas en ella mientras las ignoraba hasta que llego el momento de decir "Si acepto" y concluir con un beso.
Eso lo termino por quebrar por completo apretando los dientes y apretar sus uñas en su chaqueta.
Cuando fue el momento de ir a celebrar se excuso toda la ceremonia para evitar siquiera estar cerca de Kohaku y llevándose una de las botellas del bar saliendo afuera en el jardín donde la abrió y empezando a beber de esta riéndose porque de seguro debía de verse ridículo en ese estado llorando por un viejo amor el cual siempre negó incluso cuando se le presento la oportunidad de que su amistad con Kohaku fuese algo más que sólo una simple amistad.
- Que ridículo - dijo llevando una mano a su cara y pasándola por su pelo - es diez billones por siento ridículo - rió una vez más el alcohol ya había hecho efecto al parecer - ¿Como caí tan bajo por esa leona? -
Rió para si mismo pero luego maldijo cuando sintió las lagrimas caer por su rostro y bajo la mirada a su brazalete mirándolo ahora más oscuro por la poca iluminación lo tomo con su otra mano y se lo arranco aunque claro le costo por su falta de fuerza y lo arrojo por ahí en quien sabe donde. Se acabo, Kohaku era capitulo pasado en su vida y tenía que aceptar que aquello también era su culpa, si hubiese escuchado a su hermana Rei decirle que se apurara, si hubiese hecho caso a los consejos de Gen por más tonto que suene aquello si hubiese hecho caso por primera vez a su corazón y no a su cerebro le hubiese dicho a Kohaku que la quería como más que una amiga, que la quería, que la amaba pero ahora ya la había visto casarse con otro hombre que si hizo todo lo que él se nego a hacer y a decirle.
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