20- Preparativos y amor
El 28 de febrero, April se levantó un poco desorientada, sentía la cabeza como un globo al que alguien inflaba con la intención de reventarlo.
El nudo en su garganta aumentaba cada vez más, sus ojos picaban. Sin ganas se dirigió al baño para hacer sus necesidades, al finalizar con su rutina de las mañanas fue a la cocina. Esta vez haría el desayuno por su cuenta.
Apenas despertó. Llamó a su supervisor para decirle que había amanecido indispuesta del estómago, aunque fuera una mentira, ella necesitaba pensar a solas.
«Es una pequeña hipérbole.» Reflexionó. «Pero me siento mal por faltar, es la primera vez que lo hago en años.»
—Ardillita, ¿qué sucede?
—¡Juss! Ly’ jefigor, creí que aún estabas dormido.
No le tenía miedo a su mejor amigo, pero escuchar su tono de voz recién levantado, la había puesto nerviosa. Hace mucho no lo oía, y en sí su cerebro no estaba consciente de la hora que era y seguía en modo apagado.
—¿Qué tienes? Ya es tarde, deberías estar en el trabajo ya.
—No es nada. Solo que me duele la cabeza y el estómago, pedí el día libre hoy.
—Lo es, estoy 100% seguro de eso, nunca pides permiso en el trabajo, ni siquiera por sentirte mal.
De fondo se escuchó el característico ruido de la tetera del té. April se dirigió a la estufa y con cuidado sirvió el té para ambos.
—¿Por qué tú no estás trabajando?
—¿Me quieres evadir? Bueno, respondiendo a tu duda, el profesor Manuel se ofreció a ocupar mi lugar hoy. Necesitaba tiempo con los alumnos de hoy. Un examen algo así.
—¿A él fue al que el esposo lo engañó?
—Sí, pero en serio, ¿qué ocurre? ¿Quieres hablar sobre la pesadilla de anoche?
April anhelaba tener un tiempo a solas, al menos de forma mental. Deseaba entenderse ella misma y no hacerle cargar a otro con su peso. Debía poder, ya era una adulta y si eso implicaba esconderle la verdad a él, lo haría.
—¿Qué dices? Estoy perfecta, seguro son imaginaciones tuyas.
Justin solo la miró con pena. Sabía un poco lo que podía estar pasando, pero le daría espacio.
«Acoso ¿Es lo que creo que es?» Pensó Justin. «Espero equivocarme. No está lista para afrontarlo.» Reflexionó. «¿O le comenzaría a gustar alguien? ¿Ciro? ¿O será Alexia?»
Cuando él empezó a descubrir su orientación sexual, tuvo la compañía de muchos amigos suyos. Pero comprendía que en ese momento April quisiera estar sola. A fin de cuentas, cada quien vive cómo quiere
—Bueno, iré a mi habitación un rato —susurró—. Siempre voy a estar a tu lado. Lo sabes, ¿no? Te aprecio mucho —murmuró dejando un beso en la sien de la chica.
—¡Espera para que desayunes conmigo! —gritó April aturdiendo al muchacho—. Ly’ jefigor no era mi intención.
Había hecho unos panqueques con huevo revuelto. (Al parecer eran de pato o algo así), con un café que le daría a Justin y ella se preparó un té de hierbabuena.
—Recordé algo, sabes que ya no importa.
En el instante que April se quedó inmóvil, concentró su visión a un rincón específico de la cocina, esto encendió las alarmas de Justin dando paso a la preocupación.
—Si no deseas charlar lo entiendo, no te obligaré, pero tus lágrimas hablan solas, y me dicen que si es un tema de importancia —respondió tomando una de las manos de ella con delicadeza.
—No, si quiero charlar pero las palabras no salen.
Justin recibió el plato que le ofreció April. Claro que quería conversar con ella tenían mucho que saber el uno del otro, pero él era consciente de que debía darle su espacio por ahora.
—¿Qué es lo que te pasa? —preguntó.
—Me encuentro estresada no por el trabajo, sabes que amo trabajar con niños.
—Entonces, ¿qué es lo que te agobia tanto?
Las lágrimas comenzaron a resbalar por sus mejillas y trataba de ocultar su rostro en el hombro de Justin, que la abrazaba con fuerza.
—A ver qué es lo que ocurre de verdad, yo no te voy a juzgar, conoces bien cómo soy —murmuró acunando el rostro de la chica entre sus manos.
—La primera vez que te gustó alguien, te sentiste ¿Entusiasmado? ¿Triste?
Al presenciar esa duda, Justin la miró extrañado. No creía que April fuera capaz de interesarse en los sentimientos, lo que creaba más incógnitas.
«¿Por qué toca cuestiones de amor? Si ella siempre las ha evitado, siempre dice que ahí no se mete porque son un lío.» Formuló en su mente.
—Depende a dónde vaya tu pregunta, si te refieres a cuando me enamoré de una chica o de un chico. La respuesta a esa pregunta podría ser sencilla o no.
—¿Cómo supiste cuándo te enamoraste por primera vez? Ya sea de un hombre o mujer, la verdad no importa.
«¿Amor a primera vista? ¿Acaso eso se puede responder?» Pensó Justin.
—Recuerdo cuando conocí a Damon, fue como un flechazo a primera vista, ambos nos llevábamos de maravilla —relató.
A pesar de que durante muchos años, vivieron felices, le costaba hablar sobre su ahora ex, admitía que lo odiaba en cierta parte, porque desde que se besó con la vecina, no lo volvió a llamar.
Ya hace un tiempo se hallaban entre amor y temblor. Los celos de Damon siempre estaban presentes. Así Justin le asegurara que solo lo amaba a él.
Era bastante obvio que la relación se había acabado, no obstante, en algunas ocasiones cayó en la tentación y lo buscó en su casa, sin éxito alguno.
—No diría que él fue mi verdadero amor, creo que nunca lo he sentido con ninguno de los chicos con los que he estado.
—Comprendo.
Los sentimientos eran complicados, más el del amor. Te puede construir, destruir, confundir o agobiar. Llevar al cielo o bajar al infierno, jamás va a ser fácil. Las adversidades que también se pasan.
Y lo que pocas veces se habla: cuando das todo por esa persona y te usan a su antojo para dejarte de la peor manera posible.
—Pero, ¿por qué lo preguntas? ¿Hay alguien en tu corazón?
—No, para nada solo sentí curiosidad.
Esa mañana no se hablaron más, el chico anunció que saldría, y en el momento que se vio sola a April lo que la llevó a pensar de más.
Sus sentimientos eran confusos, (bastante). Le costaba comprenderlos del todo.
«Tal vez, él me pueda ayudar.» Pensó.
Justin era su mejor amigo él ya había pasado por el enamoramiento. Pero no quería sentirse cómo una carga. Él tenía otros asuntos y no. Lo quería molestar.
Tenía 23 años, ella tenía que poder sola, no debía correr a los brazos de nadie.
Después de pensar durante mucho rato todo lo que le ha pasado con Alexia, sacudió su cabeza ocasionando que sus rulos se alborotaran, se puso a hacer los quehaceres del hogar, escuchó música, leyó los libros que había sacado de la biblioteca.
«¿Habrá algo que pueda ver hoy?» Pensó.
Sin más se dirigió al sofá de su sala, encendió el gran televisor viajando entre canales hasta que consiguió una película de acción, por horas se quedó embelesada y no se dio cuenta del sonido de las llaves ingresando en la cerradura.
—April he llegado, ¿ya almorzaste? —preguntó posicionándose a un lado de la chica.
April al darse cuenta de la hora sonrió de manera “inocente” dando a entender que aún no cargaba nada en el estómago, más que el desayuno.
—Es increíble esta mujer, con 23 años. ¿Y cómo es posible que sea tan irresponsable con su estómago? Si no llego seguro que ni cena —dijo en un susurro algo amargo.
El chico se fue a la cocina, agarró un plato en el que sirvió un poco de arroz con pollo que había comprado en el camino, luego tomó un vaso y sirvió gaseosa.
—Ten April yo volveré a salir, por favor no olvides cenar.
Justin recogió y lavó los trastes y terminando de ordenarlos, recibió el plato en el que April había comido, el cual dejó en el lavavajillas para que ella lo lavara o él lo haría cuando llegara. Ahora mismo no podía porque iba bastante atrasado y no le gustaba que la gente lo esperase tanto.
Se vería con Alexia en una de las mejores cafeterías de Bluesnow. Él quería que ella viniera, pero el transporte a esa hora (3:00 pm). No era conveniente.
Él hablaría con ella sobre el cumpleaños de April. Alexia era una buena organizadora de fiestas, así que le pediría ayuda, haría algo pequeño, pero él sentía que no iba a poder solo.
Faltaba mucho para el festejo de su mejor amiga, pero no quería por nada del mundo que la fecha lo fuera a agarrar por sorpresa, así que mejor empezaba a hacer preparativos desde ahora.
«Por fin, estoy casi llegando.» Pensó.
Kürsh & ilvi, gatos y café una de las mejores frases en Yiuckano para Justin, pero además esa era una de las mejores cafeterías de Bluesnow.
Lo había descubierto por Alexia y cada vez que podía venía, aunque no lograba toparse con ella.
—¡Justin aquí!
«Había olvidado lo mucho que le gustan los gatos.» Pensó Justin sonriendo mientras se dirigía a la mesa donde se encontraba su amiga.
—Hola Alex, ¿cómo estás?
—Yo bien, ¿tú qué tal?
La última vez que se vieron no habían hablado mucho, puesto a la situación de la noche (se habían emborrachado) y en la mañana, pues, no fue lindo el despertar de algunos, por lo que no dio tiempo de ponerse al tanto de la vida de cada uno. Hasta que después de tanto esperar, por fin llegó una oportunidad para ellos.
—He tenido problemas, pero los solucionaré.
—Ojalá sea pronto, ordené por tí, espero que no sea inconveniente.
—No, tranquila sabes mis gustos en comida, así que le acertarás de cualquier forma.
Mientras esperaban sus pedidos, ambos conversaron de temas del pasado. Lo que Alexia había pasado con su familia. Justin miles de veces le recalcó que ella no le debía explicación de nada, solo intentó protegerse, aunque eso no hubiera durado mucho. Ella sentía la necesidad de aclarar las cosas.
—Tengan un capuccino con galletas de chocolate para el caballero y un latte para la señorita. Disfruten sus aperitivos.
Los chicos agradecieron con una sonrisa y el mesero se retiró.
—Bien, ¿de qué era lo que querías hablar?
—Cierto, te he citado aquí para hablar del cumpleaños de April.
Al oír eso Alexia se atragantó con su latte. No esperaba que saliera a relucir en la conversación. Por un instante contempló negarse, pero vio la otra cara de la moneda y pensó que esto la podría ayudar en algo.
—¿Fue osado decir eso? Lo siento ¿Estás bien?
Alexia tosió un par de veces hasta que el aire llegó a sus pulmones con normalidad y asintió.
—Entonces sigo, sé que tú y ella no se llevaron bien la vez esa en su departamento, pero es de mis mejores amigas
—Juss, suelta la sopa ya. Me da ansiedad.
Aquel comentario hizo reír al muchacho. Claro que de ella se lo esperaba, pero terminó agarrándolo por sorpresa.
—Bueno, en resumen ella cumple ahorita recién entrando la primera semana de la primavera.
—Comprendo, entonces qué piensas hacerle ¿Una fiesta? ¿Organizar un viaje?
Justin sin dar más vueltas ni más misterio comenzó a dar detalles de lo que idealizaba para ese momento.
—Me gustaría que para la decoración todo fuera en tonos típicos de esta estación, con murales de flores, que sean unos 10, cada uno con un tipo de flor. Y que sobre ellas haya insectos de toda clase.
—¿Algo más que desees agregar para la decoración? —indagó Alexia con una sonrisa.
Justin pensó por unos minutos hasta que le llegaron ideas de todo lo que podría hacer. Sería la mejor fiesta para su amiga.
—También, podrían ser asientos con formas de flores y que, en lugar de serpentinas, estas sean reemplazadas con flores colgantes. Ah, y las mesas también con flores.
Alexia escuchó con atención cada detalle que el chico le daba y lo anotaba para no olvidarlo.
—Para los aperitivos; estuve pensando en que la comida estuviera arreglada con formas de animalitos. La comida queda a tu elección, aunque no agregues aceitunas, es alérgica a ellas.
—Música ¿Qué le gusta? —preguntó disimulando una sonrisa.
—En realidad tiene gustos diversos, eso también que queda de ti.
Alexia solo asintió, sería una elección bastante difícil, quería agradarle a April así que por eso accedió a realizar la fiesta. Todo debía salir perfecto, no debía haber errores.
Cuando quedaron encerradas en aquella habitación en casa de su jefe. Lo sintió como un avance, puesto que April le dirigió la palabra esa vez.
—Para el pastel Ella adora el coco y el chocolate, para la decoración me gustaría que el glaseado sea verde con flores de azúcar.
—¿Y para las bebidas?
—Le gusta cualquier cosa, pueden ser bebidas con alcohol o solo jugo de frutas gaseosa o té frío
Alexia para eso llamaría a una de las mejores pastelerías para apartar un cupo, no quería que luego tuviera algún inconveniente.
Y ella misma podría hacer los aperitivos que le indicó Justin lo complicado serían las formas de animalitos, ella no era tan creativa.
También conversó con una excompañera del bar para que le dijera de un buen lugar donde pudiera comprar bebidas.
Luego llamó a una pareja que conocía desde hace unos años que distribuían lo necesario para todo tipo de decoración, todo lo que Justin tenía pensando quizá saldría en unos 10,000 nowmonis. Pero se notaba que por la felicidad de su amiga hacía hasta lo imposible.
—Bien, eso sería todo, si quiero hacer algún cambio te avisaré —dijo Justin con una sonrisa.
—Hay una última cosa que me gustaría saber ¿Dónde quieres que sea la fiesta?
—Estuve pensando en el restaurante Glikchą, pero me gustó una casa en Freliz que la alquilan para festividades, es preciosa en primavera.
—Perfecto, me pasas los contactos por mensaje y yo me encargo del resto.
Antes de irse, Alexia pagó la cuenta junto a Justin y ambos se despidieron yéndose cada quien por un camino diferente.
Alexia no tenía nada que hacer, puesto que recién salía de cuidar a Coraline así que iría a visitar a Ángelo. Compraría comida chatarra y quizá alguna gaseosa o vino.
Por otro lado, Justin se iría caminando hasta la ciudad. Quedaba un poco alejada del pueblo, pero aprovecharía para pensar.
Desde que había terminado su relación con Damon quiso alejar el tema de sus pensamientos. Debía siempre verse bien ante los ojos de sus alumnos, ante April. Ya ella seguro tenía muchos problemas encima.
—Habíamos tenido muchos problemas desde hace una primavera
Damon y él no eran felices siempre, el chico le fue infiel en varias ocasiones, sin embargo, Justin se las pasaba todas y fingían que nada había pasado.
«Le tengo miedo a estar solo, Alexia me diría que no me quiero.» Sonrió en medio de la soledad. Nadie lo observaba así que podía hacer lo que le viniera en gana.
«El amor es complicado. Todos dicen que no duele, pero si lo hace y más cuando te enamoras solo.» Pensó.
Aún recordaba los sucesos como si todos hubieran ocurrido recién.las lágrimas resbalaban por su rostro. A veces le provocaba golpearse él mismo. Él quería ser feliz y para eso él siempre se prometía no abrir su corazón a nadie, pero terminaba llegando algún chico que le prometía una vida color rosa y como si fuera un adolescente sin experiencia caía.
La primera vez lo engañó con una chica que estudió con ellos en la universidad.
«La estúpida sabía disimular bastante, no sé cómo era capaz de hacerse llamar mi amiga. Los dos me vieron cara de pendejo.» Recordó.
Después de un tiempo, Damon le había dicho a Justin que se iría a trabajar a uno de los pueblos de Cobore, durante un mes.
—Estudió agricultura, la verdad nunca supe por qué tenía tanto afán por ir a Freliz y resulta que iría directo a los brazos de su ex y le dijo que yo lo golpeé, no sé porqué, pero bueno lo hecho hecho está —susurró.
La relación de ambos pendía de un hilo, los que habían pasado por la cama de Damon lo sabían. Pero solo uno se compadeció y lo dejó antes de meter la pata más al fondo.
—George, él fue amable conmigo, me aconsejó que lo terminara. Qué no valía, pero no pude.
Luego de unos años más tarde, cuando conoció a su tío. Él no lo había ido a buscar en la escuela como le contó a April, Justin descubrió que en realidad Damon lo andaba acosando. (Ya que vivían al lado uno del otro), el muchacho lo besó en varias ocasiones, buscando poder acostarse con él. Se había enterado porque su tío se lo confesó, no obstante, le aseguró que a él no le interesaban los hombres y menos ese idiota que solo jugaba con sus sentimientos.
—Damon ni siquiera tuvo la decencia de hablar conmigo para terminar no me buscó más, así que por eso deduje el fin de la relación.
Se relajó porque creyó que de ahí no lo volvería a ver, pero Justin fue débil de corazón y lo perdonó. Luego pasó aquello en el edificio de April y esa fue la gota que rebasó, ya se había hartado de tanto que aguanto su corazón no resistiría otro engaño o una mentira más.
«Mañana tengo que ir a su casa a buscar mis cosas.» Pensó.
3 horas de camino, solo porque trotó y corrió, pero si no aún le faltaría mucho.
—¡¿April?!
La chica se había metido en la ducha, por lo que no lograba oír a su amigo y él terminó acercándose a la habitación correspondiente, a ver si así lo oía.
—Preciosa, ¿estás aquí?
—¡Oh! Llegaste, en la nevera te dejé tarta de queso.
—Tú ¿Ya comiste?
April asintió y siguió con lo que se encontraba haciendo. Ya casi terminaría, pero no tenía prisa.
Pasaron los minutos, Justin le agradeció la tarta y los dos se dirigieron a sus dormitorios.
Después de tanto tiempo por fin lograría descansar con gusto, había cerrado los ojos y como siempre sucedía que Alexia aparecía en sus sueños esa noche fue la excepción.
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