15. Primer amor.
(TAÍS)
Cuando llego al salón de bellezas ya no quedan clientes, y las últimas empleadas de Nika se están yendo a casa. Ella me sonríe y luego de que todas se marchan nos vamos hasta su auto. Me lleva por casa primero para que pueda buscar ropa limpia y mis cosas de la escuela, en su casa tomaré un baño y como me quedaré a dormir, mañana iré directo a clases. La invito a bajarse y pasar, pero ella se niega y ofrece esperarme en el auto.
Unos minutos después, bajo y vamos a su casa. Al llegar quedo impresionada por el lugar, es un departamento pequeño pero tiene muchísimo estilo, no debería sorprenderme, toda ella lo tiene. La decoración es exquisita y no hay absolutamente nada fuera de lugar. Una enorme colección de figuras de barro, yeso, vidrio y toda clase de materiales se encuentra pulcramente colocada en una esquina de la sala. Me acerco a observarla.
—¿Te gustan? Creo que me obsesioné con ellos —señala los objetos y toma uno en sus manos.
—Son bonitos. —Me encojo de hombros y sonrío, tomo uno en mis manos.
—Ese es San Miguel —dice sonriendo y yo asiento, luego lo dejo con cuidado de nuevo en su sitio.
Ella me hace señas para que la siga y me da un corto tour por la casa. Es un departamento con tres habitaciones; una la usa ella, la otra es cuarto de huésped y, la tercera, es como un estudio o biblioteca. Además hay una sala de estar que es grande y es también comedor, y una cocina pequeña. Cada habitación tiene su propio baño y hay otro de visitas al lado de la sala de estar.
—Acomodé esa habitación para que sea mi biblioteca. Me gustan mucho los libros —dice señalando el estudio cuando pasamos en frente de nuevo para ir al cuarto de huéspedes, que es el que usaré esa noche.
—¿En serio? A mí también me encantan, papo siempre me regala uno.
—Bien, otra cualidad más para sumarle a tu padre. Me gustan los hombres que aman la lectura y la fomentan —sonríe—. Puedes revisarlos luego y si hay alguno que te interesa solo llévalo y luego que lo termines lo traes de regreso y te llevas otro cuando gustes. Hay demasiados libros allí —agrega señalando la habitación—. Ni siquiera recuerdo haber leído la mitad de ellos.
Luego de dejar mis cosas en la habitación de huéspedes, me doy un baño y voy a comer. Nos sentamos a la mesa y comemos tranquilas mientras le cuento un poco sobre el entrenamiento de hoy. Tengo que preparar una rutina bastante difícil para la audición y estoy trabajando duro en ella.
Después de aquello vemos una película en medio de la cual recibo una llamada de papo. Nika pone en pausa la película y sonríe pidiéndome que le diga que estoy bien y que no se preocupe. Lo hago y él sonríe haciéndole decir a Nika que muchas gracias por cuidarme. Cuando cuelgo la llamada seguimos viendo la película, pero la apagamos antes de que finalizara porque ambas estamos exhaustas y mañana hay que madrugar.
Por la mañana desayunamos juntas y ella me ofrece quedarme hasta que desee. La verdad es que me agrada su compañía pero no quiero que Lina se sienta desplazada, así que le explico que hoy había quedado con ella y que quizás pueda volver mañana. Ella asiente sonriendo y luego nos despedimos.
Al terminar todas las actividades de mi día, Lina y yo vamos al cine. Luego de la película nos dirigimos a su casa a cenar. Vive en un departamento en el centro, es un loft muy elegante y realmente moderno. ¡Me encanta! Si algún día viviera sola me encantaría un sitio como este.
—¿Por qué no te quedas a dormir? —pregunta y yo asiento. Quedamos en que nos levantaremos temprano para pasar por casa y cambiarme con mi uniforme para ir a la escuela.
Ella me presta un pijama. Es de franela de color verde agua y tiene un montón de angelitos regordetes por todas partes.
—¡Me encantan los pijamas así, aniñados! —exclama cuando me ve contemplándolo y yo solo río. Ella es así, un poco niña, incluso se ve menor de la edad que tiene, a veces parece alguien de mi edad cuando estamos juntas.
Entro a bañarme cuando ella sale de la ducha y mientras lo hago ella se seca el pelo frente a su gran espejo. Aquí hay un solo baño y una sola cama muy grande, así que dormiremos juntas. Sus cabellos rubios flotan al viento del secador de pelos mientras en ropa interior se mira al espejo y se peina. Su cuerpo es perfecto, delgado, esbelto y elegante. Yo la observo desde la ducha.
No es la primera vez que la veo así, es normal entre nosotras, nos cambiamos todas en los mismos vestuarios, nadie se preocupa por esas cosas, pero nunca me había fijado en algo antes. Ella mueve sus cabellos y veo un tatuaje en su hombro, y otro cerca de su cintura.
—Nunca me había dado cuenta de que tenías tatuajes —digo sonriendo mientras me lavo la cabeza.
—Me los hice hace mucho tiempo —sonríe y luego apaga el secador. Se peina un poco y sale de allí.
No los pude ver bien, termino de bañarme, me seco y me pongo el pijama de angelitos. Cuando salgo del baño ella ya está acostada y tiene puesto un pijama con mariposas de color azul.
—¿Coleccionas pijamas? —sonrío y ella asiente.
—¡Me encantan!
Nos quedamos allí hablando un rato sobre nuestros días y luego ella me pregunta cómo me va con Rodrigo.
—Bien... hablamos todo el día por Whatsapp. Quizás nos veamos en estos días —comento.
—¿Aprovechando que papá no está? —pregunta divertida.
—No, solo... quiero verlo —agrego—. Me dice cosas muy dulces y ya nos hemos besado un par de veces. Supongo que quizá podamos avanzar... o eso espero.
—Sí, eso me parece bien, no me gustan esos arreglos de ser amigos con derecho. Si te besa y todo eso, mejor que sea tu novio, ¿no? Además no creo que tu padre tenga problemas, parece muy buena onda con eso —comenta y yo asiento.
—Sí, lo es. No tendrá problemas. —añado sabiendo que papo me dejará recibir a Rodrigo en casa.
—¿Será tu primer novio? —Quiere saber entusiasmada con nuestra charla.
—Sí, estuve con un chico del colegio, pero no fue nada serio, ni siquiera nos veíamos fuera de clases. Supongo que esta vez será diferente. No somos compañeros, tendrá que venir a verme si quiere estar conmigo —agrego y ella sonríe.
—El primer amor es tan genial, nunca se olvida —suspira.
—¿Lo crees? —pregunto divertida por su expresión soñadora.
—Sí... es perfecto, todo es perfecto en el primer amor... Bueno, eso es hasta que acaba, porque el primer corazón roto es de lo peor —dice riendo y yo también río ante su comentario y la expresión de su rostro.
—No tengo ganas de que se me rompa el corazón —suspiro.
—Es inevitable, cariño. Amar y sufrir son palabras que van juntitas de la mano.
Nos pasamos entonces conversando un poco más sobre el amor y los corazones rotos hasta que cansadas decidimos dormir.
Los días siguientes me la paso igual de bien, intercalando entre Nika y Lina y saliendo un poco con Rodrigo también. El sábado me quedo a dormir en lo de Paty y entonces cuando son cerca de las diez de la noche y nos disponemos a ver una película ya en pijamas abrigados, suena el timbre de su casa. Paty mira por el balcón de su habitación y sorprendida me dice que es Rodrigo quien viene. Yo estaba mensajeando con él y estábamos diciendo que nos extrañábamos y queríamos vernos, nos habíamos visto el jueves pero ya era demasiado tiempo lejos.
Entonces como loca me cambio como puedo —y Paty también— y, bajamos a recibirlo. Él está nervioso, sonríe y mueve sus manos de un lado al otro y un silencio incómodo se instala entre los tres. Paty reacciona y dice que irá a ayudar a su madre con la cena y nos deja solos en la sala.
—Entonces, ¿por qué viniste? —Quiero saber sentándome en uno de los sillones.
—Te dije que te extrañaba, vivo cerca, quería verte... Además el jueves no pude decirte algo que tenía en mente —dice con una sonrisa dulce.
—¿De qué hablas? —pregunto mirándolo confundida, él se acerca y se sienta a mi lado. Muy cerca, pega su pierna izquierda a mi pierna derecha y toma mi mano en la suya.
—¿Quieres ser mi novia, Taís? Me gustas... y quiero poder verte más a menudo, conocerte mejor... avanzar. —Me mira ansioso por conocer mi respuesta y yo me pierdo mirando el brillo de sus ojos oscuros.
—Tú también me gustas —Termino por admitir y él parece sacarse un peso de encima. Sonríe y suspira—. Sí, quiero ser tu novia. —Y entonces nos besamos.
Estamos casi en la mitad de la historia. El próximo capítulo vuelve a narrar Rafael. Estoy tan entusiasmada con todo lo que todavía queda y ya empecé a escribir el segundo libro.
Gracias a los que leen, votan y comentan y a los chicos que la leen.
Les espero a todos en mi grupo de facebook "Historias de Lunna"
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