Su bondad; era lo que más más amaba porque como ella me hacía sentir especial, importante en su vida, Hoseok siempre ha sido alguien bondadoso pero cuando lo era conmigo me sentía la persona más afortunada del mundo.

Hoy es mi cumpleaños y se que nadie llegará, estoy solo y lo he aceptado, aunque duele lo acepté.

Las pastillas han funcionado hoy, o no se a que se deba pero tengo energías, evite mirarme al espejo porque se que solo veré una bolsa de huesos deplorable y mis ánimos caerán de nuevo.

Me puse la sudadera que hoseok me regaló en mi cumpleaños pasado junto unos lentes oscuros y una cubreboca e inhale profundo antes de abrir mi puerta después de meses. La luz del día me cegó pesar de tener lentes y también mi cuerpo empezó a temblar ante el pensamiento de las miles posibilidades que puede pasar al caminar en la calle.

No sé como tome el valor de dar un paso más o será la simple idea que hoy tengo un año menos de vida, que mi muerte se acerca inevitablemente con los minutos pasar.

Agaché mi mirada y metí mis manos es mis bolsillos porque cualquier muestra de piel me hacía sentir expuesto, vulnerable y juzgado.

Camine y camine contando los pasos que daba hasta llegar a la tienda más cercana pero a cada paso que daba más profundo me metía en mis pensamientos que no me di cuenta que estaba parado frente a la tienda desde hace minutos.

Trate de respirar mejor pero me daba miedo interactuar con la persona detrás del mostrador, estoy con pánico y mis ganas de correr de vuelta a casa eran más fuertes que yo mismo, mis manos empezaron a sudar y mi corazón latía demasiado rápido, tengo miedo.

Me di la vuelta pero el chico de la tienda me habló y me preguntó porque no pasaba, mis ojos atrás de los lentes empezaron llenarse de lágrimas, seguro me veía patético y por eso el chico sintió pena de mí.

Que humillación.

Trate de hablar pero mi voz no salía, no sabía porque pero ningún sonido salía de ella.

Patético. Patético. Patético.

Sentía que pasaron horas y el chico me miró incómodo y volteó para regresar a su puesto pero me llene de pánico y dije lo primero que se me ocurrió: - Quiero un pastel.

El me miró extrañado y asintió.

- Adelante pase.

Entré y elegí el pastel, era el favorito de Hoseok, pagué y tan pronto que se me fue entregado huí que de ahí, porque si, lo que hice fue huir como un cobarde.

Corrí sin mirar atrás abrazando el pastel como si mi vida dependiera de ello.

Cuando llegue a mi casa no creí encontrar eso en mi puerta.

Una caja decorada se hallaba en la puerta de mi casa, avance lentamente y me acerque a ver la nota encima de la ella, cuando lo leí me quedé paralizado, no lo podía creer.

Miré por todos lados buscándolo, me sentía desesperado por encontrarlo pero él ya no estaba, se había ido y como un estúpido salí de casa.

Mis lágrimas empezaron a caer nuevamente, porque todo me salía mal.

Solo lo quería ver y no puede hacerlo.

Tomé la caja y entré a mi casa, mi cara estaba mojada de lágrimas pero no me importo, abrí la caja y gimoteos sonaron en toda mi casa.

Como lo extrañaba, Hoseok no me olvidó, él se acordó, aún le importo.

Abracé a mi peluche favorito, este regalo será mi nuevo tesoro.

Hoseok no me olvidó y eso me traía esperanza.

Hola Tae, feliz cumpleaños, espero que con este regalo me recuerdes, Tata te cuidará en mi lugar, perdón por no estar contigo un día como hoy pero la universidad me exprime, te prometo que el otro año si estaré contigo.

Te quiere, hobi.

Quise darle más desarrollo a Tae, no quiero que solo se hunda en su miseria.

Trate de tocar la fobia social de Tae dentro el entorno que él se hallaba, no sé si sea correcto las emociones que escribí pero son algunas que yo siento cuando salgo a la calle :(

©rxdmoonlight