Capítulo 35: Fiesta - Parte I
POV KyungSoo
Eran las siete de la mañana, en dos horas tenía un maldito examen y justo para ese, no había logrado estudiar bien por faltar tantas veces. Había sido llamado a la dirección para que me dieran ultimátum de que si no aprobaba justo esa clase (Psicología II), repetiría el año.
Algo que no quería porque me tomaría más tiempo.
JongDae y XiuMin no se habían aparecido hace una semana porque también tenían exámenes importantes y no querían volver a llevar el curso de historia, yo ya lo había aprobado. SeHun, por otro lado, no se había aparecido por la casa ni una sola vez, pero lo veíamos en la universidad muy ensimismado en sus libros, pero como era de esperarse, evitaba a Lu "hijodeputa" Han, porque ya sabía lo que el muy maldito le había hecho a mí mejor amigo. Ya me vengaría de él luego.
Lay y SuHo Hyung habían estado yendo frecuentemente a la casa de SuHo Hyung porque al parecer sus papás se habían ido de viaje de trabajo nuevamente. Yo estaba feliz de que mi Hyung ya no estuviese en modo imbécil y más que nada, que hubiese dejado esas estúpidas pastillas.
De Tao y Kris solo sabía que andaban por ahí y sin intención de permanecer demasiado tiempo en la casa, por mi estaba bien, no quería verlos, porque sí andaba de malas no resistiría a lanzarme encima de ese chino hijo de puta.
Las cosas habían seguido su curso de manera normal. DongHae ya había vuelto de viaje y tuve que encontrarme con él en un par de ocasiones, su matrimonio iba viento en popa según algunas revistas, pero no terminaba de comprender cómo era posible que no le recriminaran nada si la homosexualidad estaba repudiada por nuestra sociedad. Claro que siendo uno de los mayores accionistas del mercado era imposible denegarle algo, justo por eso mi padre lo tenía como su mejor amigo, Lee DonHae tenía influencias.
Mi madre me había estado llamando frecuentemente en los últimos meses, cada vez más seguido y yo de verdad se lo agradecía, pero a veces me agobiaba, más cuando estaba con cierto asunto entre manos. Asunto llamado Kim JongIn.
Entre nosotros las cosas se habían tornado entre raras y naturales.
Raras, porque no esperaba que dejara su celular y se concentrara en mí cuando pasábamos tiempo juntos, y si me preguntan, jamás esperé que pasáramos tiempo juntos. Al principio me fastidiaba que se acercara a mí cuando me sentaba afuera del bloque fumando y leyendo algunas cosas de la universidad, incluso me seguía cuando me escabullía algún bar para pasar el rato, era irritante, pero con el tiempo me di cuenta que de verdad gozaba de su compañía y se me hizo tan necesaria (aunque jamás lo admitiría en voz alta) que cuando se iba al trabajo las tardes de estudio se me hacían completamente aburridas.
JongIn siempre comentaba que era un trabajo bastante rentable, ya que él se dedicaba a los instrumentos, así que dar clases de piano a personas ricas en un estudio de música le resultaba favorable, pero no terminaba de comprender como hacía para quedarse quieto, porque en algunas oportunidades lo había atrapado tarareando algunas canciones y moviéndose elegantemente al ritmo de ellas, él decía que así podía remarcar las notas cuando los movimientos eran con sus dedos, pero a mi parecer, la danza también se le daría bien si lo intentaba.
Lo natural hacía énfasis cada que nos encontrábamos en la universidad y automáticamente se me pegaba y se mantenía silencio hasta que yo le hablara o le comentara algo de la clase que compartía con él o simplemente sobre algo de la casa, cosas tan simples, pero que resultaban agradables, siempre respetaba mi mutismo y eso lo valoraba. A veces y solo siempre y cuando estuviésemos completamente solos, nos besábamos, claro que no eran besos inocentes, siempre de mi parte era intensidad y JongIn la recibía muy gustosamente, pero cuando subía la temperatura salía huyendo y yo me quedaba con el pan a medio hornear.
Era frustrante estar así, pero al mismo tiempo lo volvía interesante, extrañamente interesante.
Cuando se me antojaba descargar la pistola me iba montado en Henry a las afueras de la ciudad y me satisfacía a gusto con algún tipo interesado en mi exuberante belleza y regresaba como una margarita recién brotada, pero claro, en consecuencia el moreno evitaba quedarse a solas conmigo, pero no le hacía caso, después de todo, quien no quería ceder era él, no yo. Yo estaba dispuesto a darle todo siempre y cuanto haya una cama de por medio. El gusto me lo quitaría tarde o temprano, Kim tenía que ceder.
En fin, todo había marchado tan tranquilamente que ya empezaba a sentirme inquieto, nada bueno se avecinaba cuando a mí las cosas me andaban con paz y calma.
Me di cuenta semanas después de que mis premoniciones estaban pegadas a la realidad cuando caí en que se acercaba navidad. Todos habíamos aprobado nuestros exámenes y solo restaba ir a las últimas clases para cerrar las notas y eso. Al principio me dije que preocuparme era completamente ilógico, pero sabía que cierta persona no me dejaría pasar la dichosa fecha con tranquilidad y dicha persona hizo acto de presencia por vía telefónica un veintidós de Diciembre.
Estaba en camino a encontrarme con los chicos en un café cerca de la universidad cuando Do HyeRa me comenzó a llamar por teléfono. Primero quise ignorarla, pero la mujer era tan insistente que todos me miraron mal cuando se dieron cuenta de que mi madre me estaba llamando tan insistentemente. JongDae dijo que podía ser una emergencia, mientras que SuHo Hyung me miró reprobatoriamente mientras giraba mi celular sobre el tablero de la mesa como si fuera un trompo.
- No te hará daño un poco de sensibilidad, KyungSoo - me dijo el chico hamster o mejor dicho, MinSeok.
Yo solo viré los ojos y me mordí una uña ignorándolo. Lay me sonrió cuando nuestras miradas se encontraron y solo atiné a poner los ojos en blanco, ese chino tenía la voz de la razón irradiando de su cuerpo, no me resultaba raro que SuHo Hyung anduviera detrás de él como si se tratara de un divinidad. Yo no le veía sentido al desvivirse por alguien, pero si les funcionaba, bien por ellos.
JongIn se encontraba en camino porque ese día había tenido clases con un hombre rico e importante, según mencionó, así que le había ocupado toda la mañana, pero ya estaba en camino según el imbécil de LuHan. SeHun se había quedado en su casa ayudando a su madre con los preparativos para la navidad, vendría su familia o algo así había mencionado una semana atrás.
Cuando dejaron de hablar y me miraron fijamente para que contestara el celular de una vez por todas no tuve más opción que hacerles caso. Me puse de pie arrastrando la silla y contestando la trigésima primera llamada en lo que iba de la tarde con mucha furia.
- Madre - fue lo primero que dije apretando la mandíbula para no mandarla a volar por la insistencia.
- ¡Hijo mío, por fin! - dijo entre sarcástica y jocosa -. Niño, ¿Acaso pensabas que te librarías de tu progenitora dejando de contestarme toda la tarde? - me dijo medio fastidiada.
- Pues para serte sincero, sí, esperaba que a la décima vez entendieras la indirecta - le dije pateando un muro que había por ahí. Me había alejado de los chicos para tener privacidad.
- ¡Já! Nunca olvides que yo fui la que te trajo al mundo y te crió aunque te me volvieras un mocoso malcriado - suspiramos los dos al mismo tiempo y nos reímos por inercia -, pero aun así, malcriado y todo te amo, cielo.
Me quedé estático por unos segundos en los que procesaba lo que había dicho. Mi madre no era mala, ni mucho menos me trataba mal como mi padre, todo lo contrario, siempre era cariñosa a pesar de que yo la despreciara. Me sentí una basura, pero una basura amada.
- No fastidies, madre. Mejor dime a qué se debe la casi explosión de mi celular - excelente respuesta idiota.
Ella chasqueó la lengua y dijo algo parecido a un "los niños de ahora", por lo que supuse que me había puesto en altavoz.
- Bueno, voy al punto. Como sabrás y espero que no hayas olvidado, en dos días es la cena de navidad que da nuestra empresa, así que espero contar con tu presencia - abrí la boca para refutar, pero siguió hablando -. Y no, amor mío, no te estoy pidiendo que vengas, sino mucho mejor, vendrás porque te lo estoy ordenando - quise interferir otra vez, pero no me dejó -. ¡Shh! Nada de peros, si lo que te molesta es tu padre, haré que no te hable más de lo debido, Si quien te molesta es MyungSoo, pues ya hablé con él y le dije que te deje en paz, así que no se te acercará tampoco o lo desheredaré - quise volver a intervenir, pero nuevamente me interrumpió -. ¡Oh! Y si lo que te preocupa es aburrirte con tanto viejo estirado, puedes traer a tu novio, los atenderé yo personalmente. No te puedes negar porque ya te di todas las comodidades.
- ¡Pero mamá! - logré decir cuando se descuidó de su parloteo ilógico.
- Nada de peros, KyungSoo, solo son unas horas, te irás rápido, no te preocupes. Solo quiero verte más seguido, eres mi bebito, te extraño como no tienes idea, además te tengo tu regalo de navidad por aprobar todos tus exámenes - boqueé sorprendido porque no se lo había dicho -. ¿No me digas que pensabas que no me enteraría? Cielo, soy Do HyeRa, yo lo sé TODO - remarcó y yo tragué saliva con dificultad. Ese todo me perturbaba.
- No puedes obligarme a ir - le respondí como último recurso, pero fallé una vez más.
- Por eso te mandaré tu regalo, espero que te guste, porque esa moto tuya es peligrosa, aunque no le quité tu estilo... Estoy segura de que te va a encantar, ya quiero ver tu cara. SungJin irá a dejártelo, dentro está tu traje que obviamente elegí del mejor modisto y el de tu novio, ojalá les quede, sino debes llamarme para cambiarlos, aunque son modelos exclusivos... Igual llámame, yo lo solucionaré.
- Mamá... ¿No crees que es demasiado? - pregunté en un intento para que desistiera de su locura, pero claro, obviamente no pasaría.
- Tonterías, harás lo que digo y punto. Te quiero a las siete en punto en la entrada de la casa, pero eso sí, nada de muestras de afecto con tu novio, ya sabes como son estos viejos, no sé como no se le lanzan encima a DongHae y a-
- Ya madre, estaré ahí, adiós - la corté de una vez por todas.
- Gracias, amor mío, me muero por verte, te quiero.
Y por fin colgó.
Estaba en un serio problema, uno de los gordos y que no traerían nada bueno, porque tener a DongHae, su esposo, mi padre, Myung"idota"Soo, JongIn y la escandalosa de mi madre con todos esos estirados... Definitivamente sería como un grano en el trasero.
Suspiré y mi celular, de seguro mi madre me había comprado un auto y de seguro mi padre habría pegado el grito al cielo o claro, capaz lo había comprado a sus espaldas, no quería ni imaginar la cara de mi hermano y mi padre en cuanto se enteraran.
Pateé un tacho de basura algo frustrado tratando de pensar en qué debía hacer, porque si me provocaban no me contendría y mandaría a todos a la mierda, claro que también estaba el problema que hasta ahora no había considerado del todo, JongIn.
¿Aceptaría ir a una cueva de lobos? Esperaba con todo mi corazón que sí, porque ninguno de los bastardos de mis amigos querría ir, quizá SeHun, pero lo veía poco probable.
Me alejé hacia los baños para refrescarme. El café estaba algo concurrido, así que choqué con una chica, pero no me molesté en pedir disculpas, simplemente seguí con mi camino hasta que choqué con alguien más y estuve a punto de golpearlo por chocar conmigo, pero me detuve cuando vi de quién se trataba. Lo tomé del brazo y lo arrastré conmigo hasta los baños.
El espacio destinado a los sanitarios era algo reducido, pero cabrían unas diez personas ahí dentro. Dejé que JongIn por fin obtuviera su respuestas al porqué lo estaba arrastrando.
- Necesitaba alguien que me ayude a no morir - le dije guiñándole un ojo y él enarcó una ceja en respuesta.
- Eso es surrealista, KyungSoo - dijo asomándose al lavabo para lavarse las manos él también -. Si quisieras matarte mi oposición no te importaría en lo más mínimo - me dijo el muy desconsiderado salpicándome agua en la cara cuando lo miré.
Le mostré los dientes en señal de molestia y me tiré más agua al rostro y al cuello.
- Pues la verdad es que tengo un problema que te incluye - le dije sonriéndole y secándome con una de las toallitas del dispensador.
Justo en ese momento un chico de casi nuestra edad salió de uno de los cubículos con cara de espanto y nos miró asustado, lo más probable es que hubiese malinterpretado mis palabras y la verdad es que disfruté su susto, porque parecía un ratoncillo asustado. Rápidamente se lanzó al lavadero para asearse y casi a tropezones (gracias a sus propios pies) salió del baño, todo bajo nuestra atenta mirada. Cuando ya nos encontramos solos rompimos a reír sin discreción alguna por algunos minutos y ese fue uno de los momento naturales que pasaba solo con JongIn, porque con mis amigos ya había dejado de ser lo mismo desde hace bastante y de alguna manera no lo extrañaba.
- Bueno, dime cuál es tu problema - me dijo en un tono totalmente informal para ser él y el muy bobo se sonrojó hasta las orejas cuando se dio cuenta. Me dio hasta ternura que siguiera empecinado en mantener sus formalidades a las alturas en las que estábamos.
No pude resistirme a tomarlo de la camiseta y tirar de él para besarlo con fuerza, incluso mordí su labio inferior y luego lo lamí. Como tome final le di un lenguetazo a su mejilla. El moreno solo se quedó quieto y recibiendo mi beso como un buen chico, claro que me di cuenta que tuvo que apoyarse en el lavatorio porque lo había tomado con la guardia baja.
- Tengo que ir a una estúpida reunión con los socios de la empresa de mis padres, así que mi madre tuvo la estupenda idea de invitarte para que no me aburra, así que... irás conmigo, ¿Verdad? - dije contra sus labios, mirándolo fijamente a los ojos.
JongIn me miró algo sorprendido, pero de todas maneras asintió y aceptó tácitamente. Me regocijé como una serpiente cascabel por dentro.
Perfecto.
**
El resto de la tarde la pasamos conversando con los chicos, pero evité comentar de la dichosa fiesta para no alertar a nadie, no quería que se preocuparan, sobre todo SuHo Hyung. Fue agradable pasar tiempo con mis amigos, pero más que nada me sentí a gusto y eso me hizo sentir feliz.
Por la noche todos se fueron a sus respectivas revidencias y habitaciones, pero yo me quedé en el patio jugando con MingJi. Me sentía ansioso después de haber revisado mi celular hace un rato, por un lado tenía un pequeño mensaje de BaekHyun pidiéndome que regresara o que simplemente aceptara verlo en algún lugar público, pero lo ignoré algo fastidiado. A diario me mandaba mensajes así e incluso se atrevía a llamarme a altas horas de la noche, de seguro esperando encontrarme ebrio o drogado para acceder más rápido, pero para mi sorpresa había dejado de beber con tanta intensidad desde hace un par de meses y sinceramente, me sentía mejor.
Por otro lado, estaba el otro mensaje, el que me inquietaba y me asustaba un poco, pero solo un poco.
DongHae me había escrito algo que rezaba:
"Hola, hermoso. Ya vi la lista de invitados para la fiestita que generosamente ha vuelto a organizar tu padre, ya sabes que iré con Min, así que quiero que te mantengas alejado todo lo posible, a no ser que me sienta caliente al verte y te indique que me acompañes al baño para una mamada rápida, ¿De acuerdo?
Aunque no parezca, me muero por verte, pero ya sabes, mi esposo siempre estará primero, así me resultes apetecible, nos vemos, Soo"
Me sentí algo asqueado al recordar su mensaje. Lancé la pelotita de MingJi lo más lejos que pude, tanto que se salió de la cerca y fue a parar a la pista, mi perro me ladró como si dijera "imbécil", así que salté la reja y fui por la maldita bola. El sueño ya me estaba alcanzando, así que al momento de regresar y tratar de saltar, muy estúpidamente y caí de cara al césped; MingJi vino a recoger su pelota, pero creo que le di lástima porque me lamió la oreja que tenía a su alcance.
Me levanté pesadamente y me volví a tirar al césped para mirar el cielo oscuro, solo las luces de la calle iluminaban los alrededores, ya estaba empezando a hacer más frío de lo normal para las fechas en las que nos encontrábamos, afortunadamente traía encima un buen abrigo.
Luego de meditar sobre la mierda sentimental que me recorría el cuerpo decidí ponerme de pie y volver a la casa, pero tenía en claro que no estaba listo para enfrentar todo lo que se me venía mañana u hoy si contaba que ya eran las dos de la mañana. Sabía de antemano que MyungSoo se me echaría encima en cuanto me viera y de seguro haría alguno de sus comentarios odiosos delante de JongIn y eso, si es que lográbamos entrar, porque era posible que mi padre me sacara a patadas a penas pusiera un pie dentro de la residencia.
¿Por qué mi madre quería que me mataran y despellejaran vivo? La respuesta estaba en que ella solo quería que su familia estuviera junta de nuevo, pero el problema se centraba en que habíamos dejado de serlo hace tanto tiempo que el hecho me dolía un poco.
Entré y me quité los zapatos para no hacer demasiado ruido, fui a la cocina para tomar un poco de agua, luego me dirigí a la habitación de MinSeok que ahora era algo así como mía. Me quité la ropa con un par de patadas y me senté en la orilla de la cama, todo estaba en penumbra así que encendí la lámpara de noche. Me rasqué la mejilla y encontré una hojita de pasto, así que la mandé a volar con mis dedos. Quería dormir, pero la ansiedad me estaba matando y no quería salir a manejar, aunque al mismo tiempo la idea me resultaba agradable. Saqué un paquete de cigarros del cajón de la cómoda y lo encendí, pero no lo fumé, solo lo vi consumirse por un rato, tratando de asimilar mis estúpidos sentimientos a la estructura de un cigarrillo, con las mierdas quemándose y deshaciéndose lenta e inminentemente.
Para cuando se hubo consumido por completo, me puse de pie y salí al pasadizo que conectaba todas las habitaciones y dejé que mis pies me guiaran hasta donde querían llevarme. Entré a la habitación con delicadeza y me dirigí a la cama, justo donde estaba lo que buscaba. Me metí entre las sábanas y me abracé al cuerpo que descansaba plácidamente, pero que al sentirme se levantó de golpe y me miró atontado.
- Hyung, es tarde... - dijo encendiendo su lámpara y mirando su reloj.
- Ya sé duérmete.
- ¿Estás bien?
- No, por eso vamos a dormir - me recosté y me cubrí casi por completo con sus sábanas, JongIn solo me miró preocupado, pero asintió e hizo lo que le dije.
- Hyung... - dijo con voz baja, casi un susurro imperceptible.
- Hummmm - logré formular ya que la cama del moreno estaba haciendo un trabajo perfecto de somnífero sin darme cuenta. Me sentía más relajado gracias al perfume que estaba impregnado en las sábanas y la almohada, era una mezcla de menta con chocolate.
- No te preocupes, yo estaré contigo, lo prometo.
No le respondí, pero de alguna manera terminé abrazando su cintura y dejando que me envolviera en sus delgados brazos. Me sentí mucho mejor, aunque sea por una noche.
**
FELICES 100K LECTURAAAAAAAAS!!!!!!!!!!!!!! NO PUEDO CREERLO, ESTOY TAN JODIDAMENTE FELIZ QUE CUANDO LO VI ME QUISE MORIR DE LA EMOCIÓN. Agradezco a los que leen, votan, comentan y comparten esta cosa llamada fanfic, ¡GRACIAS!
Actualización fugaz porque no doy más, me moría por actualizar, pero me había ido de paseo y recién mi hermana me deja libre la pc.
Espero que les guste, no está corregido porque ya dije que no daba más xD y prometí actualizar rápido, pero mírenme demorando un mes -.-
Más tarde avanzo la siguiente parte, creo que serán tres, así que espero que las disfruten, esta ya es pasada la mitad del fic, casi tirando para el final, porque ya es hora de cerrar esta historia rara.
Nuevamente gracias y comenten qué les pareció *o*
Buena noche/Buen día, Rivers22S <3
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