♡Antinomia - Parte I♡
Hola a todos los que leen este fic raro y loco(?) Como habrán notado - si no lo hicieron, cerciórense para que vean que no miento- ya llegamos a las 30K <3 y bueno, es un gran logro para un fic, sobre todo para mí, porque como dije en los avisos (dale ésta con la repetidera) no esperaba llegar a tanto, por lo que quería agradecerles con algo especial que espero que les guste.
Si bien se me había ocurrido como un pequeño agradecimiento en mi mente por si llegaba a pasar, me hace feliz hacerlo ahora. Quiero agradecerle a IcePrincess_93 por apoyarme y ayudarme en los lemons y algunos review de los capítulos, porque como sabrán, a veces una nunca está conforme con su trabajo y a veces pienso que podría dar más, pero esta chica me da el apoyo moral que necesito, Minnie, amore mio, hermana de mi kora, ¡GRACIAS!
Bueno, no alargo más, no diré de quién es este flashback, pero creo que aclararé dudas o sorprenderé, no sé, pero espero que ocasione algo agradable en ustedes.
Sean todxs bienvenidxs a...
Antinomia
Todos somos diferentes en cuanto a personalidad respecta cuando crecemos, claro que todo depende de la crianza y cómo nos desarrollemos en el entorno que nos rodea, los factores externos juegan un papel importante en el día a día de un niño. Cómo será de grande depende de cómo se desenvolvió de pequeño. Ésto depende de aquellos momentos que se quedan grabados en nuestra mente, momentos insignificantes para cualquiera, pero que cada uno atesora para siempre.
Según el impacto que ocasionen esos pequeños momentos, esos pequeños impactos, se definirán nuestros "botones" para la alegría, la tristeza, el miedo, la valentía y todo lo que respecte a los sentimientos y personalidad que exteriorizamos al mundo según la situación que encaramos. Cada momento, cada actitud, cada palabra, cada roce, cada pequeño aspecto, insignificante para el mundo, significa un universo nuevo para un niño.
Esto le ocurrió a Kim JongIn.
El pequeño y único hijo de los Kim, quien había sido criado bajo el manto protector de su madre, había experimentado uno de esos pequeños momentos, claro que su madre nunca supo de ello, pero dejó marcado un "botón" que con el tiempo se dedicó a esconder de los demás por los factores externos que lo rodearon luego de aquel suceso.
JongIn había sido educado para ser alguien sumiso, respetuoso y agradable, su madre empezó a hablarle sobre la educación, las buenas costumbres y las apariencias desde que el niño empezó a hacer preguntas sobre lo que lo rodeaba, así que lo moldeó de acuerdo a los estándares de la familia conservadora que eran Kim, así que JongIn no tuvo más opción que aceptar y obedecer, claro que a sus dos años y medio no tenía mucho que reclamar.
Para cuando cumplió la edad suficiente para asistir al jardín de infantes, JongIn ya sabía agradecer y pedir favores, pedir permiso para realizar acciones, tenía horarios establecidos para realizar sus actividades recreativas, pero sobre todo, no sabía decir "no". He aquí el primer "botón".
JongIn estaba hecho, o mejor dicho, estaba educado para obedecer a los adultos. Cualquier orden por parte de uno de ellos, primaba en sus decisiones, porque obedecer y ser bueno, además de muy diligente era lo que marcaba la personalidad de Kim JongIn. Aquel "botón" hizo que fuese amado por sus maestras, familiares y sobre todo por sus padres, quienes henchían el pecho cada vez que los felicitaban por el hijo tan educado que tenían, ya que en comparación con los otro niños, JongIn era el prototipo perfecto de la obediencia.
Sus compañeros, naturalmente, se aprovecharon de eso, ya que notaron la intachable obediencia que le profesaba a los profesores, por lo que fue víctima de jugarretas pesadas, en las que su obediencia ocasionó que se metiera en problemas y sus padres lo retaran por ello. El debido resultado de ese conjunto de contrariedades fue una indescifrable frustración y la inminente represión de sus pensamientos y malestares, ya que JongIn no podía ir en contra de la voluntad de sus padres, no podía decir lo que sentía.
El niño siguió creciendo con una combinación de botones que lo dejaron sin salida alguna más que llantos silenciosos que no alcanzaba a comprender, porque a veces su corazón no soportaba no poder expresarse correctamente, no soportaba recibir un "no" a lo que quería hacer, no podía ser él.
Si quería salir a jugar, no podía porque podía enfermarse o algo podía pasarle, aparte de que su padre trabajaba todo el día y debía quedarse en casa ayudando a su madre con los quehaceres o simplemente, siguiendo al pie de la letra los parámetros que implicaban una buena educación, lo cual no era malo, pero para alguien con mucha inteligencia y con ganas de explorar resultaba fastidioso, pero bueno, no podía negarse, no estaba en su educación, el "botón" estaba impregnado a su piel con esas pequeñas acciones de sus padres, haciendo énfasis en la madre.
Cuando entró a la primaria, fue casi lo mismo que en el jardín. Jongin se destacó por sus buenas notas, lo cual llamó la atención de sus compañeros, de los hombres por el hecho de que veían en él el típico compañero que podría ayudarlos con las tareas y en la chicas, porque bueno, JongIn era un muchacho muy bien parecido, su apariencia física era atípica y llamativa, lo cual provocó interés en los muchachos que lo rodeaban.
Para sus ocho años, JongIn comenzó a experimentar la atracción por otras personas de manera afectiva, pero como era pequeño, su sexualidad estaba en pleno proceso de descubrimiento y desarrollo, así que no podía darle un nombre a lo que sentía. He ahí otro "botón" a punto de ser marcado, solo que éste tenía una relevancia demasiado especial.
JongIn dedicaba sus tardes libres a leer o a veces, si tenía suerte, a ver la televisión, siempre programas educativos. Esa tarde, esa precisa tarde, tenía que ir al patio trasero de su casa a recoger algunas muestras de hojas para su tarea, así que no resultó un problema muy grande pedirle permiso a su madre para tomar muestras, al fin y al cabo estaba en su casa. El niño tampoco tenía con quien hablar ya que no tenía amigos.
La tarde era fresca, así que su madre le había dado una chompa verde y unas botas de goma para que no ensuciara la casa con sus pisadas de barro para cuando regresara. Le habían dado una hora para tomar todas las muestras que necesitaba, lo cual creyó que era suficiente como para revisar de más su patio, porque JongIn ni siquiera salía a su patio, así que al salir marcó un "botón" más por la aventura.
Ya afuera, se dedicó a recoger no solo hojitas de pasto, arbustos, flores y del árbol, sino que recogió colores, olores e imágenes mentales, pequeñas "fotografías mentales" que se dedicaba a observar desde su ventana mientras que la frustración se apoderaba de él cada vez que se quedaba en intermitencia por no poder hacer nada más que quedarse en su habitación luego de sus lecciones de instrumentales, porque "JongIn debía desarrollarse en el ámbito de la música clásica, es buena para alguien correcto y respetable".
Los minutos pasaron lentamente mientras observó a las hormigas, el pequeño nido de unos gorriones en una rama y el viento soplando suavemente, provocando que los tulipanes danzaran al ritmo de las ondas de aire, un pequeño cosquilleo en las manos le indicó que sería agradable acompañar dicha danza con una tonada suave de su piano. Sus ojos recorrieron la cerca que separaba su casa de la de sus vecinos hasta que reparó en unos ojos grandes, bonitos y redondos que lo observaban con curiosidad.
Aquellos ojos oscuros se presentaron acompañados de unos cabellos negros llenos brillos, un rostro blanquecino, acompañado de un lunar claro en su mejilla izquierda y unos labios delgados, pero con un contorno bastante marcado. El corazón de JongIn se aceleró cuando sus miradas se conectaron, su estómago se contrajo y sintió un bajón o quizá un arranque de adrenalina que produjo una aceleración en su respiración, sensaciones que lo dejaron estático en su lugar.
Para alguien bastante controlado, ese "botón" de descubrimiento no estaba marcado.
El chico le sonrió de tal manera que le mostró una linda hilera de dientes blancos, por lo que JongIn retrocedió un par de pasos, solo sus compañeras le sonreían así, además de uno que otro niño, pero según su madre, solo buscaban desconcentrarlo de sus deberes, lo correcto era ignorarlos, pero aquellos ojos y aquella mirada eran diferentes. No vio interés, vio curiosidad y algo escondido, algo que quiso, por primera vez en su vida descubrir a como de lugar. Cuando dio un paso, marcó otro "botón" más, el de la desobediencia sin culpa, porque no tenía permitido hablar con nadie y solo había salido a recolectar hojas, sin embargo poco le importó, la necesidad de saber más lo impulsó a dar otro paso.
El chico abrió la boca para decir algo, pero no salió palabra alguna, ya que otro niño algo más bajito que el primero se asomó en la cerca y habló por él.
- Hyung, mamá nos está llamando, vamos, vamos, ¿Qué miras? - otro par de ojos más grandes, más expresivos y más llamativos se posaron en él - ¡Oh! ¡Hola! ¿Qué haces con tantas hojas? - la voz del segundo niño era algo chillona, pero melódica al mismo tiempo.
JongIn lo encuadró como agradable, pues su rostro igual de blanquecino que su hermano, lo dedujo porque lo llamó "Hyung", sus labios gruesos en comparación con el otro y con una silueta que describió mentalmente como la de un "corazón", y su cabello igual de negro y brillante también causó impacto en él al igual que el otro, solo que éste no fue reconocido con tanta rapidez por su organismo.
- ¡Niño! ¿No hablas? - volvió preguntar, pero JongIn estaba estático, más porque escuchó a su madre ordenarle que pasara, se le había acabado el tiempo - bueno, yo me llamo KyungSoo y mi Hyung, MyungSoo, pero puedes decirnos Myung y Soo o Kyung y Soo... Hyung, ¿Cómo quieres que te llame? ¿Yo te puedo llamar por tu nombre? ¿Por qué no hablan? ¡Háganme caso! - gritó el niño que se presentó como KyungSoo.
En respuesta recibió un tirón de cabello suave, pero severo, a lo que frunció el ceño y los labios en respuesta.
- No le hables así, KyungSoo, no sabes su edad y no me des ordenes, además sabes que no me puedes decir por mi nombre, tan maleducado... - le recriminó el chico de más edad, claro que no sabía que tanta como para tratarlo con respeto, pero eso no era importante, sino que su madre ya había encendido la luz de la cocina, tenía que pasar -. Perdona a mi hermano, pero ¿Cuántos años tienes? - la voz del otro hermano era más profunda, se notaba que era mayor que él.
Esta vez sí quiso responder, el "botón" de la desobediencia le pedía a gritos entablar una conversación, pero el "botón" de la obediencia le pedía a gritos que no se atreviera, le decía que su madre lo llamaba y claro, lo que ella decía primaba sobre sus deseos, primaba sobre lo que sentía, primaba sobre sus propias decisiones.
Sin siquiera pensarlo un poco más hizo lo que le dictaba el instinto, lo que dominaba sus impulsos, lo que haría que nunca se sintiera mal, lo que no le dejaría un sabor amargo en la boca, lo que lo haría libre, lo que lo haría feliz a todos. Entró a su casa dejando sus botas en las escaleras del pórtico trasero y dejó a los hermanos con miradas confundidas y risas por bromas personales, porque eso era lo correcto, obedecer, porque había sido criado así, pero sobre todo porque no conocía otra alternativa, ese "botón" de la obediencia estaba marcado en su piel.
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Bueno, esta sería la primera parte del "Antinomia" , algo así como un mini fic flashback para que conozcan un poco más a este JongIn.
Seguramente deben tener mil dudas, así que las responderé justo aquí: ______ (pregunten, pero no cosas spoiler xD )
Este especial es en agradecimiento por todo su apoyo a LQLHAKJI, así que espero que lo hayan disfrutado.
AHORA LO QUE QUIEREN SABER, QUE SEGURAMENTE ES: "¿¡CUÁNDO VERDURAS SUBIRÁS LA SEGUNDA PARTE!?", pues será de aquí a unos cuántos capítulos, no desesperen.
También se preguntarán porqué chupetes no hice un POV de JongIn y me dejaba de tanta psicología infantil, pues la respuesta es que ¡NO PUEDO HACER UN POV DE JONGIN TODAVÍA! Simplemente porque... bueno, tengo frustración con JongIn, no puedo hacer POV's de él, se me hace muy dkcsdckjf, simplemente no puedo, lo intentaré, pero no aseguro nada, la verdad no sé porqué chupetes no puedo, supongo que podría decir que me identifico más con D.O, podría decir que él es... mi guía para escribir en torno y respecto a Kai, porque bueno, ambos son mis bias xD
D.O es la decisión y Kai el camino a seguir (?) okno xD
¡CHAN!
Rivers22S <3
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