Si supieran el miedo que tengo.

Lo se, puede que suene a que soy muy miedosa, pero es lo que siento cada vez que salgo.

No importa que lleve puesto. Una falda. Un pantalón. Un mono. O incluso un disfraz.

Siempre tengo la sensación de que me observan, estando con mis amigos o estando sola.

Por eso también e dejado de salir. Aparte de ver las noticias.

Ultima noticia, en el estado Mérida de Venezuela se acaba de informar el primer asesinato de una niña de catorce años. La chica salió a buscar unas cosas a la tienda. Su madre no se preocupo por su tardanza ya que quedaba lejos, y sabia que a su hija le gustaba ir con audífonos. Ella no pudo llegar. Fue secuestrada el pasado fin de semana, la fuerza policial estuvo investigando, y nos llevamos la decepcionante noticia de encontrarla ahogada sin vida.

Nuestro gran pésame a su familia.

Pobre chica, odio estos meses, son los peores, son los meses de asesinatos y secuestro de niñas, ninguna sale con vida lastimosamente.

Mamá esta preocupada, al igual que papá. Pero dudo que eso pueda pasar por aquí. Estoy en el centro de la ciudad. Y aunque si e escuchado que han desaparecido chicas, gracias a Dios no e sido ninguna de ellas.

Respiro. Debo ir a la escuela. No hay otra forma. Mis padres no pueden llevarme en el auto ya que deben irse a sus trabajos.

Como me gustaría tener amigos que vivieran cerca para irme con ellos, bueno, ni modo.

Salgo de la casa y escucha una pequeña campanilla. La piel se me eriza pero dejo todo el aire al ver que solo son unos niños pequeños jugando con sus bicicletas.

Vale, estoy exagerando. Calmante Saline, todo esta bien.

Si, todo esta bien.

Camino por la acera, pasan autos. Siento de nuevo como si me estuvieran observando.

Sacudo mi cabeza, no, son paranoias.

Llego a la escuela y el resto del día lo paso genial. No tardo en salir.

Seis de la tarde. Mama me acaba de mandar un mensaje dejándome claro que no podrá venir a recogerme.

Mierda.

No puedo decirle a mis amigos que me acompañen, viven demasiado lejos.

Ni modo, toca caminar. El camino a mi casa tarda una hora.

Pero odio el pueblo donde vivo. Aquí oscurece demasiado rápido, a las 6:30 ya esta totalmente nublado, las nubes grises.

¿Y el paisaje? Tampoco es bonito.

Escucho que silban y mis alarmas se disparan. Pero en eso paso un auto, con los chicos del equipo de Boxeo.

—¡Adios preciosa!—Grita dejando una ventisca de viento.

Mi corazón me martillea a mil. Lo odio. No debió darme ese susto.

Miro a mi alrededor y estoy totalmente sola. Genial.

Acelero el paso, no quiere que anochesca.

Esta mas oscuro de lo que recuerdo. Aun me falta por llegar.

Escucho pasos detras de mi, no me detengo, sigo caminando.

No necesito voltear para saber que me están siguiendo. Siento mis ojos humedecerse. No voy a llorar.

Apresuro mas el paso, pero sigo escuchándolo mas cerca.

Estoy asustada, mi pecho esta agitado, no quiero correr, seria muy evidente, no quiero correr mas riesgos.

Doblo a mi esquina, un poco y ya estaré a salvo.

—No corras princesa—dice la persona que me acosa, es un hombre.

Su voz es suficiente evidencia para que corra. Tomo un camino diferente a mi casa. No quiero que sepa donde vivo. Es un riesgo para mi.

Atravieso un parque. Sus pisadas se escuchan. Debo ir a un lugar publico. Estaré bien.

Corro y llego a una tienda de electrodomésticos. Entró y por suerte hay personas adentro.

Todos voltean a mirarme con extrañeza al ver agitada. Que se jodan.

Me acerco a un chico alto de cabello oscuro, parece agradable.

—¡Hola, bienvenida! ¿Puedo ayudarte en algo?—sonrie pero ve mi rostro, estoy a punto de llorar—oye...¿estas bien?.

—No…un—respiro—un loco me estaba acosando afuera. Llevo corriendo como una hora. Estaba a punto de llegar a mi casa, pero no quería que viera donde vivo. Así que corrí todo lo que pude—le cuento entre sollozos.

Tenia miedo, mucho miedo, cualquier cosa pudo haberme pasado, me pudo haber hecho daño.

El chico se acerca y sin molestias me da un abrazo. No me quejo, lo recibo y lo estrecho contra mi como si fuera lo mas preciado, cuando claramente es un desconocido.

—Ey, todo estará bien, puedes quedarte aquí, si quieres, o puedes venir conmigo—murmura, lo miro un poco asustada—¡No pienses mal! ¡No te voy a secuestrar ni nada!.

Se apresura a decir mientras se asoma un leve sonrojo.

—Oh bueno…puedes llamar a tus padres aquí, y que te vengan a buscar, puedo acompañarte hasta que vengan por ti—me da otra alternativa mucho mejor.

Asiento.

No es que desconfíe de él, cosa que si debería, pero después de este susto, no quiero saber de desconocidos y calles solitarias.

Él, que me entere que se llama Mario, me deja pasar adentro donde él y sus compañeros de trabajo descansan.

Espero a mis padres, unos cinco minutos encuentro a papá en el local buscándome.

—¡Papá!—grito.

Viene de inmediato y me abraza, es lo único que necesito, lugares seguros.

No quiero saber ni imaginar, que hubiera sido de mi sino hubiera corrido, esto solo me paso hoy a mi. ¿Pero quien sera su nueva víctima mañana? ¿Volvera por mi?.

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Una de las cosas que las chicas pasamos muy a menudo es el ser acosadas, vigiladas. No importa la hora del día. Lamentablemente somos el objetivo principal de las personas malas.

Algunas tenemos suerte de escapar y otras no…

Es un susto horrible, es el miedo extremo, porque sabes que tu vida esta corriendo peligro. Y es el instinto, sabes que tienes que sobrevivir.

Y aunque encontremos lugares con gente y pedimos ayuda, el "acosador" aparece y hace una escena haciéndole creer a las personas de que, se conocen de toda la vida.

Y lamentablemente, la ignorancia existe, por eso muchas de nosotras pasamos peligro.

Espero que nunca pasen por algo así, y si eso pasa, corran, pidan ayuda, busquen a la policía, o alguien que las pueda ayudar y defender.

#TodasSomosFuertes
#PodemosConEsto
#NoAlAcoso