29. Hola soy yo
Vania
—Está llenísimo. —Lucia entra con una caja que apenas se puede—. Llegaron los vasos rosas, por fin. Con todo lo que se demoraron, esperaría que fueran hermosos... ¿Te sientes bien?
—Sí, claro. —Me pongo de pie y me acerco a ella—. Iré a ayudar, luego voy a seguir revisando los curriculums para contratar más gente. Más tarde podemos ver estos vasos.
Menea la cabeza.
—Noo, no quiero que te muevas tanto. Quédate aquí sentadita, nosotras con Annie y... Marlo, lo tenemos cubierto. Aparte es importante lo de los curriculums, necesitamos más gente. ¿Puedes contratar más chicos?
Suelto una risa.
—¿Puedes estar más loca? No me quiero sentar... y; puedo traer más chicos, pero no es para que salgas con ellos.
Resopla decepcionada.
—Está bien, no saldré con ellos. Y está lleno, pero no quiero que andes caminando de aquí para allá. Si tu no te preocupas lo suficiente, lo haré yo.
—¡Ni siquiera se me nota! Debe ser del tamaño de un maní... por supuesto que puedo moverme, no estoy enferma.
—Sí... más o menos, pero no quiero que le suceda nada al manicito.
—Bueno, si piensas que me quedaré los nueve meses de embarazo sentada, estás equivocada.
Lucia hizo una mueca.
—Te podría amarrar...
—Además, moverme más me hará mucho mejor.
Parece resignarse.
—Está bien, ¿ya comiste?... Ah, ¿y le contarás a tus padres?
—¿Para contarle? —Arrugo la frente.
—Sí... ¿o no les dirás?
—Viajaré a Nueva York la próxima semana, pero no les contaré. Ni siquiera saben que vivo en Miami. Piensan que estoy en Washington. Si no siguieran tan afectados por lo sucedido, no me comunicaría con ellos. —Tomo unos sorbos de agua. Papá quedó como un abuelo de 90 años después del incidente, y no se vale por si mismo a pesar de que su mente esté al 100%; y mi mamá, más que físicamente, quedó afectada psicológicamente—. Pero le conté a Marco, se puso feliz... demasiado feliz. Se puso a llorar como un niño. Dijo que la combinación entre yo y Josef, saldría hermoso. —Sonrío y me encojo de hombros—, ¿Qué crees tú?
—Ese bebe será lo más hermoso que he visto en mi vida. Literalmente ustedes son de las personas más bellas, así que sí... será de película. —Lucia da un saltito de felicidad.
Sonrío con la boca cerrada, Lucia habla de Josef como si todavía estuviese y quizás es así. Así espero que sea, pero me da miedo pensarlo demasiado.
—Y no ha sabido nada de Josef ni Mathis. Cree que siguen en Camboya, pero también dice que es extraño no haber recibido ningún tipo de señal. Ya han pasado meses...
—¿Cree que algo malo sucedió?
—Estoy segura de que cree eso, pero no me lo va a decir. —Me cojo la cabeza con las manos—. Daría demasiado solo para saber si está vivo.
—Lo sé... y aparecerá. ¿Thomas?
Meneo la cabeza.
—Ni rastros de él ni de Sara. Están los dos desaparecidos. —Suspiro y me llevo las manos a la cabeza—. Alan muerto y todos los demás de la familia Hart, desaparecidos. No creo que Sara y Thomas estén juntos. Después de todo, ya el mundo se enteró de quiénes estaban metidos en el salón 16. Thomas es un monstruo-
—Lo sé, lo vi en las noticias. Hay órdenes de búsqueda por todo el mundo, y por las chicas desaparecidas también.
Me dejo caer en el asiento.
—Espero que las encuentren, hay más de cincuenta.
—Y casi somos una más de ellas. —Lucia se estremece—. Me alegro de que hayamos salido de eso y de que no solo estemos bien, sino que además tengas a un bebé creciendo dentro de ti. Ese maní será muy amado. Ya lo amo demasiado.
—Y nunca conocerá a su papá —murmuro con los ojos llorosos. Lucia se acerca rápido y me abraza.
—Sé que apenas has querido hablar de Josef, pero tú sabes que yo puedo escucharte todo lo que necesites, que tú estés triste, me duele muchísimo. De verdad creo que Josef está bien y que en cualquier momento aparecerá vivo.
—Me dijo que me olvidara de él, que no lo esperara. —Llevo las manos a mi estómago. Este bebé se perderá al hombre más increíble del mundo y no lo quiero aceptar.
—¿Y él te puede dar órdenes? —Me abrazó más fuerte—. Sufre lo que tengas que sufrir, bueno no tanto eh, que el maní tiene que crecer feliz. Pero está bien sentir lo que sientes, es una mierda lo que ha sucedido y no puedes hacer como que nada ha pasado. Estos dos meses te la has pasado trabajando día y noche para esta nueva cafetería y lo has hecho increíble, pero sospecho que no has pensado casi nada en Josef y no te has permitido sufrir.
—Sí, he pensado en él, quizás mucho... solo que cada vez que se cruza por mi mente, mi corazón comienza a arder y decido no pensar en él. No quiero sufrir porque siento que me voy a derrumbar y ahora no puedo hacerlo.
—¿Derrumbar? Vania has pasado cosas increíbles y te has mantenido fuerte. No te vas a derrumbar, se te van a caer las lágrimas y pensarás que tu corazón va a explotar, y eso sucederá cada vez un poco menos, cada vez podrás vivir más tranquila con lo que sucede, ya sea si Josef vuelve...o no.
Cierro los ojos al escuchar "o no"
—Tienes razón, siento que he estado viviendo en modo zombie, sin pensar mucho. ¿Me dijiste que esos eran los vasos rosas? —pregunto enjuagándome las lágrimas.
—Sí, ¿los abrimos?
Justo tocan la puerta y se acerca Annie.
—Amanda, te han...—Abre la puerta por completo y entra con una enorme canasta con globos—. Ha llegado esto, supongo que es para ti. O sea, sí... es para ti. Dice Amanda. Exijo una explicación, cómo que no sabía que...
Lucia se pone a reír y coge la canasta.
—¿Esto es de quién es? Vaya forma de contarle a todos que estás embarazada. Oh, tiene ropa y juguetes. ¡Me encantaaaa!
Me encojo de hombros, riendo también. Ya llevo más de dos meses siendo Amanda.
—Si lo estoy, pero si nadie más se dio cuenta... no lo digas. Tengo apenas dos meses.
Cojo la tarjeta.
"Felicidades, con Miri estamos felices de esta noticia" Ya queremos saber si es niño o niña <3
Con cariño y amor, Marco.
Annie me abrazó.
—No sé cómo me aguantaré de contarle al resto, ¿en menos de un año tendremos a un bebé por aquí visitándonos? —Pega un pequeño saltito—. ¡Será lo mejor!
—Va a tener muchas tías increíbles y hermosas. Sí... estoy feliz, solo quería esperar un poquito más para contarlo.
—Lo malcriaremos... o la malcriaremos, ¿has pensado algún nombre?
—No, nada. Apenas he estado asimilando la noticia. Me enteré la semana pasada.
—¿Y vamos a conocer al padre? —pregunta Annie inocentemente. Las últimas semanas hemos estado muy cercanas, pero he omitido toda la historia de mi paso por Australia.
Arrugo la nariz.
—No estoy muy segura...
Annie agita las manos.
—¡No importa! A este bebé no le faltará nada nada de amor.
El teléfono comienza a sonar y veo en la pantalla el nombre con el que tengo a Marco: Stan.
—Chicas, tengo una llamada importante. Debo contestar
Las dos salen con las sonrisas más grandes que les he visto en la cara y no tengo dudas de que mi bebé será completamente amado.
—Muchas gracias por el regalo, está increíble.
—¿Te gustó?
—¡Por supuesto! Acabo de recibirlo, así que no lo he visto por completo...
—Perdón por enviarlo a la cafetería. Lo envié y luego pensé que no era tan buena idea.
Suelto una risita.
—No pasa nada, nadie se dio cuenta. Aunque sí intentaré tenerlo en secreto hasta que tenga unos tres meses.
Oigo el sollozo de Marco.
—Estoy demasiado feliz, Josf... él...
—Lo sé...
—Va a alucinar cuando se entere.
—Lo hará. Sé que le alegrará la noticia.
Carraspea.
—Te llamaba para contarte algunas cosas que han sucedido. Dana está a la espera de su juicio, pero me han estado informando que es probable que le den cadena perpetua.
—Increíble... Thomas Hart debería recibir lo mismo.
—Apenas lo encuentren, está siendo buscando incansablemente y a Sara porque creen que está con él.
—¿Estará?
—No lo creo, a menos... no por voluntad propia.
Eso me revuelve el estómago, por supuesto que Thomas sería capaz de llevársela a la fuerza.
—Asumo que aún no has sabido algo de...
—Nada. He enviado gente a buscarlos y llegarán mañana. Son expertos, así que tendremos noticias.
Marco no es tan claro en sus palabras en caso de que alguien esté escuchando la llamada. Finalmente, Josef fue en una misión para desbaratar algo que es mucho más grande que nosotros y eso nos pone en peligro. Me quedo tranquila con que Marco está haciendo todo lo posible para encontrarlos. Que haya enviado gente a Camboya, me parece que hará todo fluir más rápido.
—Los van a encontrar, no tengo dudas de eso.
—¿Todo bien por tu nueva cafetería? ¿Has tenido algún problema?
—Todo perfecto en esta cafetería, Miami está increíble. Todas las tardes me voy unos momentos a la playa a escuchar el mar.
—Increíble, sabía que amarías ese lugar... además tu departamento está en un lugar privilegiado con una vista maravillosa.
—Sin lo que me dejó él, habría sido imposible.
—Amanda... te mereces una vida completa de lujos. Te lo voy a repetir toda la vida, la alegría que tú le diste en poco tiempo, vale todo. Y ahora que serán dos... me encargaré de que no te falte absolutamente nada. He estado en traspaso de las empresas a Crista, y por supuesto ya está enterada de todo lo que tiene que ver contigo.
—¿Cómo va el traspaso? —Crista es como le decimos a la hermana de Josef. Él intentó mantenerla alejada de los negocios, pero no era lo que ella quería, así que obtener el poder de las empresas Hart, es un sueño cumplido. No la conozco, sin embargo, Marco cada vez que habla de ella, destaca lo prudente y buena persona que es. A pesar de nunca estar de acuerdo con la decisión de Josef de mantenerla lejos, ella entiende que fue para protegerla.
—Agotador, pero Crista está... muy preocupada y ha trabajado muy duro para encargarse de todo. No nos hemos detenido, trabajamos todo el fin de semana.
—Y te escucho feliz.
—Feliz de seguir siendo parte de las empresas y de poder ayudar en todo lo que pueda. Él... estaría orgulloso de que apoye a Crista. Lo haré hasta que no pueda más. Amanda... debo dejarte, me están llamando para una reunión.
—Gracias por tu llamada, me informas cualquier novedad, por favor.
—Por supuesto, apenas sepa algo, te llamo.
Me subo al avión cansadísima, pero me distraigo con una tarjeta que me entregó Lu, antes de ir al aeropuerto. "Buen viaje"... para mi mejor amiga y mi maní favorito. Me llevo la mano al abdomen y cierro los ojos.
—Señorita, hemos llegado a Nueva York.
En la salida del aeropuerto cojo un taxi directo a uno de mis cafés favoritos para trabajar. Dormí todo el vuelo y sigo agotada. Quizás es la idea de comunicarme con mis padres lo que me agota antes de tiempo. Pensé que ya me había separado de ellos, sin embargo, aquí estoy. Sé que esto es peligroso, y podría arruinar todo lo que he avanzado y he logrado ocultar, sin embargo, recibí hace algunos días un correo de la única empleada que tienen indicándome que mis padres no están recibiendo el cuidado que requieren. Alguien tiene que ocuparse del negocio de mi padre y de contratar gente que los ayude, y para eso recurrí a algo que no pensé que haría.
Desde el café, me conecto a la llamada que ha sido previamente aceptada por todos. No quería que rastrearan Miami y sé que hay formas de hacer para que aparezca conectada en otra parte, pero aún no conozco a nadie en Miami que me ayude con eso y no quiero improvisar sobre algo así. Además, tenía que venir a entregar unos papeles a la corredora que me ayudó a arrendar los espacios donde antes estaban mis cafés.
Me conecto con cámara y me pongo audífonos para que no se escuche lo que sucede al rededor. La pared blanca que tengo detrás no da pistas de dónde estoy. Mis padrinos aparecen todos al mismo tiempo. No me alegro de verlos, lo que creo les impacta. Hace mucho que no nos vemos y antes de que me vendieran a los Hart, eran otros padres para mí. Confiaba mi vida a cada uno de ellos y los amaba. Me duele el pecho de tan solo verlos y siento una presión horrible en la garganta.
—Vania... nos alegramos de que estés bien.
—Hola, los llamé para hablar sobre mis padres. —En ese instante, mi mamá aparece en cámara. Uno de mis padrinos la ha ayudado a conectarse.
—Nosotros queríamos pedirte perd...
—Tres enfermeras irán a casa de mis padres mañana y se espera que les hagan un contrato. No sé dónde han estado ustedes, pero me han comentado que mis padres no están recibiendo los cuidados necesarios y que...
—Perdón, llevábamos 1 mes fuera haciendo negocios y no se nos había comunicado que tus padres ya habían vuelto. Nosotros los fuimos a ver a Alemania. Vania, no tienes que preocuparte... nosotros nos encargaremos de todos, si a ti... si a ti te parece por supuesto.
—Mi padre necesita apoyo, su cabeza está a la perfección, pero está apenas con movilidad. Y entiendo que...
—Hija...—Mi mamá habla con dificultad—, gracias por las enfermeras, intenté buscar, pero no lo logré. Tu padre despidió a todo el servicio y yo... no me siento con fuerzas.
—Que vuelva todo el servicio. Ron, ¿te encargas de eso?
—Sí, claro.
—Y busca una asistente para mamá, por favor. También todos los lunes y jueves a las 9 am tendrá hora con psicóloga y luego con psiquiatra.
—¿Podremos... tener estas llamadas... contigo de forma semanal?
Meneo la cabeza.
—Cada cierto tiempo me estaré cerciorando de que esté todo bien y funcionando como corresponde.
Más tarde, me encuentro en otro café organizando mi semana, aún relajándome de la llamada que tuve antes, ya que fue bastante angustiante para mí ver a toda mi familia que ya no puedo considerar así. Contesto otra llamada de un número desconocido, solo porque lleva 3 veces seguidas llamando sin parar.
—¿Vania?
—Número equivocado —replico casi por inercia. Nadie debería llamarme Vania a este número que es nuevo.
—Soy yo. —La voz masculina me parece demasiado conocida, pero no me atrevo a decir ningún nombre, no me quiero ilusionar. Me quedo en silencio, quieta a que me dé alguna otra pista, pero parece que él también se ha quedado sin palabras.
—¿Quién quién...eres? —La voz me sale tan temblorosa y veo mi mano que tiembla sin parar. Él, luego de unos segundos, aún no dice nada, sin embargo, escucho muchas voces a su alrededor. Voces de niños.
—Soy yo, Alan.
___
Holaaa mis lectoras favorititititititas del mundo mundial.
Ay, quedan poquitos capítulos y solo me queda agradecerles por el apoyo.
¿Qué opinas de este final de capítulo?
¿Crees que Josef esté vivo?
¿Y qué te pareció la noticia de manicito?
Muackkkkk
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