capítulo 02

❝ besitos ❞

          

Un nuevo amanecer, y nuestros pequeños protagonistas usarían el alegre día para continuar con su inocente y tierno juego de paternidad lleno de mimitos y sonrojos.

—Oh, ¡Kookie hyung! —gritó feliz el castañito al recibirlo en su casa, lánzandose risueño en un fuerte abrazo.

—¡Minnie! —se abrazaron con fuerza, presionando sus rellenitas y rosadas mejillas—. ¿Vamos a seguir jugando a lo que hacen las mamás y los papás? —el castañito asintió.

—Ven, Kookie —se tomaron de la mano, entrelazando sus deditos para ir corriendo hasta el cuarto de Jimin.

Rápidamente Jimin empezó a buscar platos de plástico, colocándolos en la pequeña mesita en donde hacía su tarea.

—Ya sé qué otra cosa hacen los papás, Kookie —dijo, sacándo dos cajitas de jugo de manzana que tomó a escondidas hace unos minutos, para colocarlas en la mesa.

—¿Qué es? —dió pequeños saltos de emoción. Por último, Jimin abrió su bolsa de gomitas de gusanitos junto a las de panditas para colocar la mitad en cada plato.

—Se dan besitos, Kookie —tiró las bolsas ahora vacías a la basura—. Ayer ví una película donde una pareja iba a cenar, y cuando terminaban de comer, ¡se daban un besito! 

—Oh —abrió su boquita impresionado—. ¿Empezamos a jugar ya, Minnie? ¿Sí...? —le hizo ojitos de cachorro, Jimin asintió con sus cachetitos ligeramente carmín.

Se acomodaron en las pequeñas sillitas para comenzar con su juego.

—Hice la cena para ti, Jungkookie —habló el pequeño Jimin, tratando de sonar formal, sosteniendo ambos utensilios de plástico con los deditos meñiques alzados.

—Oh —Jungkook tomó varias gomitas, masticándolas con gusto—. Te quedó espléndido, mi amor —juntó su dedo índice con el pulgar cerrando sus ojos y haciendo boca de pato.

—Muchas gracias —sonrió satisfecho, bebiendo de su jugo de manzana con su meñique aún alzado.

Ambos terminaron de comer sus gomitas, bebiendo todo el jugo y levantándose de la mesa, dando por finalizada su pequeña y adorable cena.

—¿Ahora los besitos, Minnie? —preguntó, ya sin el tono formal, el azabache con emoción.

—¡Sí, sí! —soltó alegre.

Se acercaron tomándose de las manos para dejarlas a la altura de su pecho, entrelazando sus deditos. Sus corazones saltando de emoción dentro de sus pequeños cuerpos. 

Lentamente se fueron inclinando, cerrando sus ojitos por instinto, hasta que sus boquitas estiradas como las de un patito se juntaron en un tierno e inocente roce que duró apenas un segundo, que fue más que suficiente para colorear sus mejillas de un intenso rojo.

—Creo que ya sé porque se dan tantos besitos, Minnie —comentó un Jungkook muy avergonzado, aún sin querer soltar sus manos de las contrarias y alejarse.

—¿Por qué lo crees, Kookie? —el más bajo ladeó su cabezita en un tierno gesto. 

—Porque se siente bonito... —confesó—. ¿Puedo darte otro besito? —Jimin se sonrojó más de lo que estaba, encogiéndose un poco en su lugar, pero asintiendo al instante. 

Se dieron un pequeño beso de piquito, luego otro, y otro, y otro más. El dulce sentimiento alimentando sus almas. 

—Pequeños, la... Oh... —entró SeokJin, sorprendiéndose por ver a su hijo compartiendo pequeños besos con su amiguito. Aunque no podía negar que la escena era sumamente adorable.

Miró por el pasillo, visualizando a su esposo que caminaba hacia la sala lentamente al mismo tiempo en que leía un libro. 

—¡Yoon, ven aquí! —lo llamó, agitando su mano para captar su atención.

Inmediatamente un castaño llegó al lado de su esposo, y éste señaló con la cabeza al par de pequeños que seguían con sus inocentes besitos sin darse cuenta de lo que sucedía a su alrededor.

—Chicos... —ambos pequeños, al escuchar el llamado, finalmente dejaron de darse besitos, mirando inmediatamente a los mayores—. ¿A qué juegan? —preguntó dulcemente SeokJin.

—¡Jugamos a la mamá y el papá, papi! —respondió alegre el castañito. Yoongi se dirigió hacia los pequeños y se acuclilló frente a Jungkook.

—Entonces, ¿tú eres el esposo de mi bebé? —preguntó, riendo internamente ante la tierna escena. 

—Aún no soy su esposo... ¡pero pronto lo seré! —aseguró, sus ojitos brillando con confianza. Yoongi sonrió.

—Bueno, sólo te pido que cuides muy bien a mi Jimin y lo ames mucho, mucho, ¿sí? 

—¡Sí, señor! —respondió Jungkook, haciendo un saludo militar.

Mientras tanto, Jimin jugaba con sus manitas, meciendo su pequeño cuerpo de un lado a otro, con la cabeza gacha y una sonrisa cubierta por un sonrojo. Sus lindos ojitos se encontraban cerrados y sus pestañas casi rozaban sus mejillas carmesí. Estaba adorablemente avergonzado.

—Yoon, sólo están jugando... —negó levemente con la cabeza,  mientras suaves risas abandonaban su boca.

—¿Y? —volteó a ver a su hermoso esposo—. Mi bebé ya tiene a su pareja y no podré cuidarlo yo, entonces me aseguraré de que este muchachón —sacudió amistosamente el hombro de Jungkook—, lo cuide muy bien por mí.

SeokJin explotó en sus singulares carcajadas mientras se dirigía a su esposo y salía del cuarto junto a él para dejar jugar en paz a los pequeños.

Y así fue, ellos siguieron jugando con algún muñeco de acción, dándose uno que otro besito mientras se divertían por el resto de la tarde.

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