Capítulo 5- La esperanza de las hadas
Por la mañana los rayos de sol alumbraron la habitación en la que Lucy descansaba. Poco a poco abrió sus ojos encontrándose sola. Intentó levantarse pero tenía una pequeña molestia entre sus piernas y desnuda. Se incorporó, sentándose en la cama y tapándose con las sábanas. Miró a su alrededor buscando algo de ropa y la encontró en una silla.
Se vistió y salió de la habitación para buscar el comedor. Caminó por los pasillos intentando no perderse. Eso era enorme. Encontró una escalera y bajó encontrándose, por fin, con el comedor, y allí también estaba Natsu. Ella se quedó en el marco mirando un poco triste a aquella situación.
Él se giró y sonrió.
-Buenos días, Luce, ¿cómo estás?
-B-Buenos días. Estoy bien, s-solo...no importa-dijo desviando la mirada.
-Dime que es lo que te pasa-dijo levantándose y acercándose a ella.
-N-No...Es vergonzoso.
-Dímelo-la instó acorralándola.
Ella bajó la mirada avergonzada. No quería que supiera eso, era muy vergonzoso.
-Venga Lucy, dime que es lo que te pasa.
-Yo...yo...no puedo decírtelo.
-¿Quieres que te obligue a decírmelo?
-Es que...es que...T-Tengo m-m-molestias a-ahí-dijo con la mirada gacha.
Natsu sonrió con picardía. Ese dolor le haría saber quién había estado dentro de ella. El la cogió de la barbilla haciendo que ella le mirara a los ojos, y la besó. Se separó de ella y la miró a los ojos.
-Pues eso te servirá para recordar quien ha estado allí dentro-dijo Natsu con sus ojos entornados.
Ella se quedó allí mirándolo y a la vez recordando como era antes de todo eso. Cuanto extrañaba a su amigo, infantil, inmaduro e hiperactivo.
-Ven, vamos a comer-le dijo mientras la agarraba de la mano.
Se sentó a su lado y comenzó a comer lo que le había puesto. Estaba muy bueno, había que admitirlo. Saboreó ese delicioso manjar. Estaba hambrienta y no dejó absolutamente nada en el plato.
-Oh, Lucy, veo que tienes hambre-dijo riéndose mientras la miraba de reojo.
-Sí, tenía hambre, gracias por la comida.
-Lucy, por favor no me hables con ese miedo en la voz-le pidió mientras le acariciaba la cabeza.
-Es que...tengo miedo, todo esto, nunca quise que pasará. Solo quiero que vuelvas a ser quien eras antes.
-No sé qué me estás diciendo con volver a ser quien era, no quiero hacerte sufrir, lo único que quiero es que estés a mi lado, no te quiero compartir con nadie.
Lucy sintió algo de alivio, se relajó un poco. Lo que dijo, le recordó algo al viejo Natsu. Vio su mirada, y vio en su mirada un atisbo de tristeza y ahí lo decidió. Le haría ser el mismo que antes.
*En el gremio*
Todos estaban rodeando a Mackarov esperando una decisión.
-Ahora que sabemos dónde se encuentran, debemos atacar. Rescataremos a Lucy y luego atraparemos a Natsu sin matarlo, ¿queda claro?-anunció el maestro.
-SI!!-se escuchó el grito de todos.
Se comenzaron a preparar para la batalla. Sería difícil, tendrían que luchar contra un amigo intentando no matarlo sabiendo que él sí que estaría dispuesto a matarlos a todos. Ya lo había demostrado.
Se veían a todos los magos de un lado para otro preparándolo todo para el ataque. Estrategias, armas, todo eso era lo que se veía en esas paredes del gremio.
-Bien, el primer equipo ira por aire junto con Happy Charle y Lily. Este equipo estará formado por Wendy, Gajeel y Gray. El próximo equipo será el principal de ataque, estará formado por Erza, Mirajane, Cana, Elfman y Laxus. Por último el de refuerzo y defensas que estarán conformados por el resto con gran importancia de Freed y Levy- explicó el maestro.
Cuando acabaron los preparativos todos se dispusieron a salir de Magnolia, dirección a donde Natsu se encontraba, o mejor dicho, END.
*En la mansión*
Natsu estaba estirado en el sofá y observaba a la ventana. Una sonrisa se dibujaba en su cara solo al recordar lo sucedido esa mañana. Ver a la rubia tan avergonzada le producía un placer que nunca hubiese imaginado y pensar en la razón por la cual ella tenía esa molestia, le daban ganas de volverlo a hacer hasta que no pudiera moverse.
Se incirporó y miró hacia las escaleras, sabiendo que Lucy estaba en la ducha. ¿Por qué había tardado tanto en decidir subir para poder estar con esa rubia? Parecía tonto. Rápidamente subió las escaleras y se metió silenciosamente en el cuarto de baño. A través de la cortina se divisaba la figura de Lucy mientras el agua caía encima de ella.
Ella estaba profundamente metida en sus pensamientos, mientras el agua le limpiaba su cuerpo no se dio cuenta de cuando Natsu había entrado en su cuarto de baño y se metió dentro hasta que lo notó detrás suyo rodeándole la cintura con un brazo mientras su boca dejaba besos por todo su cuello.
-Mmm-gimió con sorpresa.
-Oh, Lucy, te estás volviendo muy pervertida-ronroneó Natsu en su oido.
Ella se avergonzó de lo que acababa de pasar y se encogió en su lugar.
-Ahora no te pongas vergonzosa, sé que te gusta-dijo él mientras masajeaba con la palma de la mano por la barriga hasta sus pechos.
Lucy intentaba esconder sus jadeos, le avergonzaban de verdad, pero cada vez le era más difícil. Y Natsu no paraba en su tortura lujuriosa.
-Sí, lo ves, Lucy, no te contengas, sabes que tu cuerpo te lo está pidiendo.
Natsu la giró para tenerla de cara y la besó profundamente. Disfrutaba cada momento en los que pasaba con Lucy, y cuando ella se avergonzaba, le encantaba aun más. La estiró en la bañera y se posicionó encima de ella. Estaba ansioso por estar dentro en ese mismo momento, sobretodo con cada vez que ella se avergonzaba, era cuando más le ponía.
Lucy se sentía en la gloria, abstraída de la realidad, en un mundo de placer. Rápidamente se adentró dentro de ella, con un ronco gruñido y un gran gemido por parte de Lucy. Se movía rápidamente, en un vaivén exquisito que le hacía perderse en una bruma de placer y alejarse de su razonamiento.
En un ruidoso orgasmo estalló llena de placer y su cuerpo temblaba levemente del placer. Natsu se derrumbó dentro de ella llenándola con aquel líquido espeso.
Natsu se incorporó y salió fuera de la ducha cogiendo a Lucy en brazos para llevarla al cuarto. La envolvió en un albornoz y el cogió otro y la llevó hacia su cama, para dejarla descansar. Justo en el momento en el la dejaba encima de la cama, detectó unos aromas de varias personas, personas que él conocía, personas que eran importantes para Lucy pero no para él.
Veía la cara somnolienta de Lucy y se debatió lo que hacer. Él le dio su palabra de que si ella estuviese allí él no mataría a ninguno de ellos, pero ellos amenazaban su situación con la rubia. Y, en contra de lo que él prometió, no dejaría que ellos le estropearan lo que estaba viviendo.
-Lucy, quédate aquí durante un rato, enseguida vuelvo-le dijo yendo hacia la puerta.
Ella asintió, algo confundida.
Natsu fue al bosque donde se encontraban aquel gremio molesto. Delante suyo se encontraba Erza, Mirajane, Cana, Elfman y Laxus. Sabía que detrás de ellos había más y también que había algunos por el aire. Pero no tenía prisa, primero se ocuparía de ellos.
-Natsu, ¿Dónde está Lucy?-preguntó Erza con cara decidida.
-¿Ella? Pues... la dejé en la cama, a penas podrá moverse-dijo con algo de sorna.
-¿Apenas...podrá moverse? ¿Qué narices le has hecho?-preguntó con rabia Mira.
-Tranquila, ella lo ha disfrutado tanto como yo, pero como son sus primeras veces es un poco doloroso.
-¿Qué narices has hecho con ella?-preguntó Laxus intentando mostrarse tranquilo.
-¿En serio tengo que explicaros lo que hacen un chico y una chica en su intimidad? Os creía un poco más listos-dijo Natsu con una sonrisa de autosuficiencia.
De repente un rayo impacto en el sitio done Natsu se encontraba pero al despejarse el polvo provocado, no había nadie.
-Eso fue muy débil, ¿no crees?- dijo Natsu detrás de él propinándole un puño con fuego mandándole lejos. Laxus se levantó y todos se pusieron en posición de pelea.
*Con Wendy y los demás*
-Parece que Natsu-san ahora está luchando con Erza-san y los demás, es nuestra oportunidad de buscar a Lucy-san-dijo Wendy.
-Si, vamos hacia aquella mansión-dijo Gray.
Llegaron en un momento y se adentraron, buscando de habitación en habitación hasta por fin hallar a quien estaban buscando. En un cuarto, en albornoz estaba Lucy, dormida. Wendy y Gray se acercaron dejando a Gajeel vigilando por si acaso.
-Lucy-san despierta, por favor-decía Wendy mientras la zarandeaba.
-Mmm-se quejó la rubia mientras abría perezosamente los ojos.
-Vamos Lucy, tenemos que irnos-insistió Gray.
Cuando Lucy pudo ver bien se encontró con Wendy y Gray. Oh no, ella no se podía ir.
-No quiero irme, ya os lo he dicho-le dijo.
-Lucy, si es porque te tiene amenazada y te está diciendo que nos matará, no tienes que preocuparte, no tienes que cargar ese peso tu sola-le dijo serio Gray.
Lucy soltó una lágrima traicionera.
-Lo sé, pero ya no es solo por eso, quiero salvarlo, quiero que vuelva a ser el Natsu que siempre estuvo con nosotros, al Natsu que quiero.
-Y ¿después de todo lo que te ha hecho, aun lo quieres?
-Si, porque aun con todo eso, sé que quiere protegerme, como antes.
-Por favor, Lucy, ven con nosotros, todos los del gremio estamos luchando para traerlo de vuelta, así que no te preocupes por eso.
Lucy acabó asintiendo y se fue con ellos. Ella lucharía junto a ellos para salvar a su Natsu.
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