Epílogo: Ella siempre te amó, Eri-chan

*Créditos de la imagen: @ hanbunshonen en Twitter*

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Han pasado varios años desde que la pequeña Eri fue rescatada de las manos del villano Overhaul. Tras la fuga de Tártaros, este fue enviado con escolta especial a la casa de su padre Kenjiro Tsuda.

Él se mantenía en coma, pero se le permitió a Kai Chisaki estar con él para disculparse por todo lo que causó. Tras varios minutos, al villano se le devolvería a Tártaros, de donde no volvería a salir hasta el día de hoy.

Izuku Midoriya, o Deku para la sociedad que debe proteger, se convertiría en el llamado "libertador de Japón" tras vencer a Tomura Shigaraki. Junto a la señorita Ochako Uraraka, formaría una agencia de héroes tras la gran guerra paranormal. Por la Constitución del país, era necesario que la niña tuviera una madre para facilitar los trámites de la adopción.

Lo que pasaría el día de la graduación de la UA sería melancólicamente recordado por la niña cuando, tras la entrega de licencias profesionales, fue citada por Izuku y Ochako y el profesor Aizawa.

— Eri-chan, quiero decirte algo y debes ser fuerte. -Eraserhead se agachó para ponerse a la altura-.

— ¿Qué pasa, Aizawa oji-san? -la niña, ahora de 8 años, veía también como un tío para ella-.

— ¿Estás alegre con que Midoriya sea tu padre? -preguntó el docente con su aspecto serio e increíblemente no se veía agotado-.

— Hai... Izuku otou-san. -ella abrazó a Izuku que estaba al lado de Aizawa-.

— Arigato, Eri-chan. Pero, quiero preguntarte algo. -ahora Deku era quien tomaba la palabra-. ¿Aún extrañas a Tsutsumi-san?

— Todos los días desde que la vi por última vez. -ella al pensar a Kaina, agachaba la cabecita y se le asomaban las lágrimas-. ¿Ella no me quería? ¿Por qué me dejó?

Ochako notaba que la pequeña estaba al borde del llanto, así que se acercaría para abrazar a la pequeña. Eri. Durante todos estos años que su héroe estudiaba en la UA, ella esperó y esperó pacientemente el regreso de Lady Nagant, pero esto no sucedió.

— Eri-chan, sé que es muy atrevido que te pida esto pero, ¿me permites ser parte de tu vida? -preguntó Ochako mientras acariciaba el cabello de la niña-. Sé que tu vida fue difícil, pero eso no debe ser así para siempre. Necesitas alguien que te abrace, te mime, te diga lo especial que eres y lo más importante: que te diga que te ama. No podría reemplazar a tu madre nunca, pero quiero hacerte sentir amada como ella lo hizo.

Esas últimas palabras romperían finalmente a Eri, quien solamente enterró su cabeza en el pecho de Uraraka. Ella se mantenía viendo al frente, las lágrimas se le contagiaron y también se uniría a la tristeza de la infante.

— Eri-chan, necesito que vengas con nosotros a un lugar. Es la razón por la que debes ser fuerte. -Izuku le ofreció la mano a la peliblanca-.

Ella solo puso su manita con la de Deku mientras se limpiaba las lágrimas. Eraserhead escoltó a los tres individuos en un incómodo viaje a pie. El ambiente era depresivo, pero lo sería más cuando Eri levantara su vista y notara el nombre del lugar al que llegarían: Bochi Saigo No Yūhi (Cementerio La Última Puesta del Sol)

— Eri, en este lugar se encuentra alguien muy especial para ti. Vinimos a hacer una visita. -Aizawa ahora tomaría a la niña de la mano-.

Ella estaba asustada y confundida sobre el porqué estaban en ese terrible lugar. A medida que entraba, veía pasajes de cemento entre la vegetación. El atardecer caía en Musutafu, hacía un poco de frío pero el viento era agradable.

Eri veía que durante el camino, había pequeños pilares grises con kanjis familiares escritos en vertical. Algunos de esos también tenían ofrendas florales y de incienso. Incluso había comida en algunos de esos lugares. Cuando la niña estaba inspeccionando con la mirada, Deku se puso frente a ella.

— Eri-chan, debemos decirte la verdad. Pero debes ver a alguien acá. -Izuku se había apartado para presentarle un lugar-.

— Kaina oka-san... -la niña estaba asustada y tratando de asimilar lo que veía-.

En frente de ella estaba una lápida con el nombre de Kaina Tsutsumi y un epitafio que decía: Heroína que conocía la oscuridad y la luz, pero ninguna tan brillante como Eri.

La pequeña fue acercándose lentamente para después caer arrodillada en el césped mientras se marcaba un pequeño camino de lágrimas. Al terminar de comprender lo que estaba pasando, Eri se echó en el suelo y enterró su cabeza entre sus brazos para entregarse a la tristeza.

Shota, Izuku y Ochako trataban de mantenerse fuertes, pero era complicado. Ver a una niña llorar de la manera en que Eri lo hacía por la persona que ella estimaba tanto era desgarrador. El pecoso se acercó para posar su mano en el hombro de la pequeña, para demostrarle que estaba para ella.

— Eri-chan, ella no te abandonó porque quisiera. Simplemente pasó algo que no pude evitar. Fue mi culpa no haber podido hacer más por ella. -Midoriya comenzaba a sentir remordimientos al recordar el encuentro con ella-.

Al escuchar esas palabras, Eri como pudo levantó la vista para ver que Deku no estaba mejor que ella anímicamente. Ochako se acercó a él para abrazarlo por la espalda, ella supo en su momento lo que pasó y sabía que para Izuku era un tema muy complicado.

— Cuando la conocí, ella estaba huyendo como todo el mundo. Pero por una desafortunada decisión ella explotó frente a mí cuando pude sostener su mano. No fui capaz de salvarla y lo lamento muchísimo. A pesar de haberla pasado mal en algún momento de su vida, ella me dijo unas palabras que jamás podré olvidar: Conocer a Eri-chan me hizo darme cuenta que el mundo era más alegre de lo que había creído. Solo quiero decirle cuánto lamento haberle arruinado la vida.

Estas palabras hicieron que Eri se levantara de su posición, lo cual hizo que los tres acompañantes pusieran especial atención.

— Kaina oka-san no arruinó mi vida... -Eri voltearía hacia la tumba-. Ella me hizo tener esperanza en que podía ser feliz. Jugaba conmigo, me hacía sentir bien, podía olvidar todo lo malo que tenía que vivir. Soñé varias veces con volverla a abrazar una última vez. Y...

Ella estaba volviendo a sentir la tristeza, pero esta vez ella se sentó. Izuku y Ochako se sentaron a cada lado de Eri. Cuando volteó a verlos, solo pudo ver sonrisas pequeñas pero alentadoras.

— Eri-chan... -Izuku se puso a su altura y la tomó de las manos-. Yo no entiendo por completo cómo te sientes ahora, pero sé que desde llegaste a nuestras vidas has sido alguien importante. Tú eres maravillosa, y sé que Tsutsumi-san te lo hizo ver. Cuando no tengas a nadie cerca, y el dolor o la tristeza no te dejen pensar y cuando ninguno de nosotros esté cerca para que te consuele, ella estará contigo en espíritu. Y cuando tú la recuerdes con tu corazón, ella no morirá jamás. Y sé que su sueño era verte sonreír siempre. Así que cúmplele ese deseo, sé que podrás hacerlo por ella.

— Yo sonreiré por Kaina oka-san. -la pequeña jalaba sus pequeños cachetes, pero le costaba un poco a pesar de que ya sabía sonreír, pero la noticia todavía le afectaba-.

— Es como dijo Deku-kun antes, Eri-chan. -Uraraka le ayudó a Eri mostrándole cómo debía sonreír-.

(Cr: @ katochuu en Twitter)

La mochi puso sus dedos en los extremos de sus labios y dio una sonrisa fuerte. Luego ayudaría a la pequeña a hacerlo al hacer lo mismo, pero en el rostro de ella. Así Eri pudo sonreír.

— Eri-chan, una última cosa. -Aizawa se puso frente a la pequeña-. Los doctores que la atendieron me dijeron que ella pensó en ti hasta el último momento. Kaina Tsutsumi dijo que te amaba y te daba las gracias.

Ochako volvió a llorar e Izuku le dio consuelo con un abrazo. Aizawa disimulaba bien sus emociones y al final, Eri se acercó para tocar el pilar de la tumba de Kaina.

Los tres héroes solo veían con melancolía a la pequeña que recorría su manita en la tumba donde estaba escrito el kanji del nombre de la ex heroína.

— Deku otou-san, caen gotas del cielo -decía Eri sin voltear a ver a nadie-.

— No Eri-chan, está despejado. -decía con inocencia el pecoso-.

— Entonces, ¿por qué siento que cae la lluvia? -dijo la pequeña que volteó a ver a los demás que la acompañaban-.

(Cr: @ celtisart en Twitter)

Izuku corrió para abrazarla fuerte, solo sentía que su hombro se humedecía. Aizawa y Ochako estaban cerca y le dieron un pequeño abrazo grupal, nadie decía nada y la pequeña solo se desahogaba. A la tierna edad de 8 años ya había pasado por fuertes penas, pero eso la haría más fuerte en el futuro. Ella dejó de llorar y cayó dormida, así que los tres que la acompañaban habían salido del cementerio.

Cuando Eri abrió los ojos, el viento soplaba agitando las hojas de los árboles que adornaban la entrada del cementerio, pero ella pensó ver una figura de pelo bicolor y una aureola. Tal vez era su imaginación o era una manifestación divina, pero Eri alcanzó a ver una pequeña sonrisa desaparecer entre el cielo, con eso fue suficiente para que su corazón sintiera ese calor que Kaina Tsutsumi en vida le dio.

Kaina oka-san, yo también te amo y gracias por llegar a mi vida...

(Cr: @ kimagure_psyche en Twitter)

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Y bueno, así concluye esta historia, soy fan de los finales felices y quise experimentar con uno triste y trágico. Lamento mucho que no sea el mejor final para ustedes los pocos que lo leen, pero para mí funcionó bien. Pronto publicaré una nueva historia nueva de BNHA y será con el ship más conocido de la serie. Será corto, pero espero les guste. Gracias por leer, votar y comentar en esta historia, nos leemos en la próxima, los quiero mucho uwu

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