Capítulo 28: Los caminos de la vida...
Luego de haber terminado la gran guerra. All For One y Tomura Shigaraki habían sido derrotados y caído en batalla. Los héroes tampoco salieron tan bien parados, pero habían ganado.
Cuando todos los héroes regresaron a la UA, Eri buscaba desesperadamente a dos personas. Ella corría entre los recién llegados, algunos estaban heridos que caminaban con el apoyo de otro, otros lloraban y otros cargaban a algunos cadáveres de héroes.
Para la pequeña Eri, todos ellos pasaban de largo pero encontraría a un joven peliverde con una capa amarilla totalmente destruída y sin un brazo. Toda la extremidad la había perdido en batalla y estaba vendado y lleno de sangre.
— SR. DEKU... -Eri se acercó para abrazar las piernas del peliverde-.
— Eri-chan... tadaima... -Izuku tosía un poco de sangre-.
— Daijobou? -ella se preocupó al notar que él tosía, Deku con lo poco que quedaba de la capa cubría el muñón vendado-.
— Hai, descuida... solo fue una batalla larga. -Midoriya trataba de mantenerse fuerte, aún con el cansancio y pérdida de sangre-.
— ¿Kaina oka-san estuvo con ustedes? -esta pregunta de Eri era difícil, pero debía seguir con el guión que Nezu le indicó-.
— Hai, ella peleó con nosotros y por eso tuvo que ocuparse de unos pendientes. Ella vendrá pronto. -Deku le daba una sonrisa forzada, gesto que la pequeña no notaría-.
Tras esa conversación, la pequeña fue con el pecoso al edificio principal. Caminaba con dificultad y Nezu lo recibiría junto con All Might.
— MIDORIYA-SHONEN. -Toshinori Yagi llegaría para abrazar con cuidado a su sucesor-. Terminaste con un ciclo que parecía eterno, arigato gosaimashita.
(Cr: desconocido)
El rubio lloraba de alegría, especialmente porque en su mente estaba el recuerdo del legado que su maestra Nana Shimura le dejó. Pero no podía seguir pensando en ello porque Nezu le pidió al rubio esquelético que se llevara a la niña.
— Ven Eri-chan, los héroes deben descansar. -All Might cargaría la pequeña-.
Eri vería cómo Nezu habla con Izuku, al principio todo parecía tranquilo. Pero luego unas palabras cambiaron todo. La niña no entendió porque no escuchaba a lo lejos ni tampoco podía leer los labios. Toshinori sí sabía lo que pasaba, pero evitó hablar del tema. Eri no lo soportaría.
Mientras tanto, el destino de Kai Chisaki estaría bajo la supervisión del detective Tsukauchi Naomasa. Tras ser entregado por Endeavour a las autoridades, el alto mando de la policía de Japón recibió una petición.
— Naomasa, este sujeto peleó con Deku en el pasado y según parece, su cabeza no está dentro de sus cabales. Solo balbucea que quiere ver a su padre... Y ese mocoso... no, ese héroe le prometió que lo reuniría con él. ¿Puedes hacer que eso ocurra? -preguntó Enji a Naomasa, quien estaba pensativo-.
— Es un criminal peligroso, fue clasificado como de alto rango por su don. Pero cuando fue derrotado e iba a Tártaros, perdió sus extremidades. El reporte decía que Shigaraki fue el responsable. Así que en teoría ya no es la misma amenazada, pero igual debe pagar. -el azabache lo cargó en su hombro y se lo entregó a un compañero-.
— ¿Cómo se procederá, jefe? Este tipo podría estar otra vez en confinamiento solitario. -preguntó un oficial gato-.
— Llévalo al castillo de la policía, hay que tenerlo bajo custodia. Habrá que investigar el paradero de su padre, haremos una excepción con él y después lo encerraremos donde corresponde. Aunque su destino está más que decidido...
Naomasa comenzaba a alejarse, Sansa simplemente dispuso a llevarse al desequilibrado Chisaki. Fue encadenado de pies y al entrar al auto, estaba balbuceando.
— Eri era mi arma... Kaina era mi reina... otou-sama te fallé y me arrepiento...
Tras una media hora de viaje, Sansa lo cargó como saco de papas para ponerlo en la celda más cercana. Cuando Chisaki estuvo encerrado, él se mantenía sentado y sin voltear a ver a nadie. Así pasarían 24 horas, apenas y aceptaba comer. De por sí su estado de salud era lamentable, la inanición era más evidente ahora.
— Chisaki... tengo noticias... -Tsukauchi se acercó para hablarle desde afuera de la celda-. Tu padre sigue con vida. Cuando estuviste en Tártaros, estuvo bajo cuidado de la policía desde su domicilio. Sin embargo...
— LLÉVAME CON ÉL, NECESITO DECIRLE CUÁNTO LO SIENTO... -Kai se puso de pie y puso su cara en los barrotes tratando de salir, pero fallando en el intento-.
— Escucha con atención... al estar tanto tiempo en coma, los médicos creen que es posible que nunca despierte. Su estado parece ser que decayó con el paso de los meses... así que es posible que pueda morir aún con la vida asistida. -Naomasa fue directo-.
Esto haría que Chisaki cayera de rodillas al suelo, su cabeza estaba baja y su vista estaba empañándose. Esto lo notaría Sansa y su jefe se mantendría viendo cómo el villano desahogaba sus emociones. Sabía que era lo que necesita hacer en el momento.
— Llévame con mi padre... si él se va, yo me iré también... -Chisaki seguía llorando, pero su voz se escuchaba baja y quebradiza-.
— Te llevaré con él, y después volverás al encierro. -Naomasa escuchó claramente lo que dijo el castaño, no quería permitir que las cosas se resolvieran así pero presentía esa posibilidad-.
Al siguiente día, Naomasa y Sansa se encargaron personalmente de llevar a Overhaul con su padre, a la antigua residencia principal de la familia Tsuda. El tiempo no fue benévolo con el lugar. Aunque no fue atacado por los villanos que escaparon de Tártaros, el abandono era más que evidente.
Le habían tapado la cabeza a Chisaki, por si dado el caso que pudiera escaparse y buscar al viejo por su cuenta o si decidía escapar a algún lugar. Así que al llevarlo a la habitación donde estaban varios doctores uniformados con distintivos de la policía, Naomasa con la cabeza pidió que lo dejaran solo.
Cuando finalmente Kai estuvo frente a su padre adoptivo, se le retiró la venda que tenía en los ojos y pudo verlo. A pesar del coma, el paso del tiempo no tuvo piedad con el señor Kenjiro Tsuda.
— Otou-sama... hace tiempo que... conocí a una mujer. Era alguien increíble, parecía la mujer que necesitaba en la vida... Eri y ella congeniaban bien. Esta mujer aceptó ser mi pareja y... quise usarla a ella y a Kaina para limpiar este mundo podrido. Esa mocosa veía en ella a Chi-chan... yo quería que Kaina estuviera conmigo para ver este mundo libre de los dones... Sé que no querías esto, pero no había otra manera... Esa niña te dejó postrado en esta cama y parece que... ya te rendiste y... yo también... Quiero que puedas descansar en paz... y así yo también lo haré después... -Chisaki decía esto entre lágrimas-.
— ¿Estás seguro de esto? -Tsukauchi sabía que esto pasaría-.
— Hai... pero después mátame a mí también... No quiero vivir si eso significa que la única persona que me quiso de verdad ya no está. -Kai se puso de pie frente a la cama de su padre-.
Naomasa solo suspiró mientras se acercaba al enchufe donde estaban los respiradores artificiales y monitores. Cuando volteó a ver por última vez, este solo recibió un pequeño asentimiento con la cabeza. Fue entonces cuando el detective retiró las conexiones del tomacorriente. A los pocos segundos, el cuerpo del señor Kenjiro empezó a mostrar pequeñas convulsiones, estaba teniendo el paro cardiorrespiratorio.
Durante el minuto y medio de sufrimiento, Kai apretó los ojos y luego sentiría una mano en uno de sus hombros. Kenjiro Tsuda había abandonado este mundo...
— Hay una jeringa en una de las mesas... llénala de aire y conéctala a mi corazón... El aire interrumpirá el paso del torrente sanguíneo, lo que hará que mi corazón deje de oxigenarse y empiece a debilitarme hasta morir por la descompensación. Si necesitas un consentimiento, grábame con tu teléfono. Llama a uno de tus compañeros, que sea testigo de mi deseo... -pidió Kai mientras respiraba profundo-.
El detective llamaría a Sansa, quien hacía vigilancia en la entrada de la habitación. Luego de empezar a grabar con el teléfono de Tsukauchi el consentimiento oral, el azabache tomó la jeringa con aire.
— Existe un 30% de posibilidades de que no mueras. Pero en caso de que pase, ¿hay algo que quieras decir como últimas palabras? -preguntó Naomasa serio-.
— No me arrepiento de haber usado a Eri... pero sí lamento una cosa... haberle quitado su sonrisa a Kaina... -dijo Chisaki, luego el detective apagaría la grabadora-.
Lo que pasaría en esa habitación quedaría como un secreto entre Sansa y Tsukauchi. Pero en el papeleo del acta policial, esto quedaría archivado en los más profundos recovecos de un gabinete.
Luego de varios días, donde comenzarían las reconstrucciones de varios lugares de Japón tras las batallas, Deku estaba esperando en la enfermería, ya que la nueva prodigio de la salud estaba preparándose para curar con su don a los jóvenes héroes.
— Enfermera Eri-chan, ¿todo bien? -Recovery Girl estaba vigilando que todas las intervenciones salieran bien-.
— Hai, daijobou. -ella contestó con una pequeña sonrisa-.
— Siguiente... -gritó la enfermera encargada de la UA-.
En ese momento, Midoriya llegó a donde se encontraba Eri para ella sonreírle de forma algo melancólica. Deku entendía el porqué Eri estaba sonriendo de esa forma.
Tras casi una hora en donde la pequeña peliblanca activó su don en el joven pecoso, Izuku había recuperado por completo su brazo. Parecía como nuevo, la movilidad estaba intacta y los nervios estaban en su lugar.
— Eri-chan, ya es hora de almorzar. Puedes ir a comer si quieres. -Recovery Girl le dio permiso para descansar un rato-.
(Cr: encontrado en Know Your Meme)
Ambos saldrían de la enfermería, y justamente aparecía All Might con un par de obentos. El rubio era la persona que había tenido más cercanía con Eri durante el tiempo de la guerra. Así que para la niña era agradable tener la compañía del antiguo y el próximo Símbolo de la Paz.
En una de las bancas que estaba en el camino de la entrada al edificio principal se sentaron los tres. La peliblanca comía de su almuerzo, pero mantenía la mirada en la entrada. Izuku entendía lo que pasaba, pero quería preguntar.
— Eri-chan, ¿por qué miras tanto a la entrada?
— Quiero ser la primera en recibir a Kaina oka-san. -ella respondió con un sonrojo y una pequeña sonrisa-.
Deku y All Might intercambiaron miradas a espaldas de la niña, ellos sabían realmente lo que pasaba. Habían prometido, prácticamente, con sus vidas el no decir ni una sola palabra a ella. Solamente lo harían cuando ella hiciera las preguntas correctas.
El almuerzo pasaría tranquilamente, al menos para Eri. Pero para Midoriya y Toshinori era un suplicio porque estaba conscientes que la niña podría cuestionar sobre la "verdad" que le dicen ellos.
"¿Kaina oka-san está muerta?", "¿Cuánto tiempo más piensan ocultármelo?", "¿Por qué me mintieron tanto tiempo?", "¿Kaina oka-san me quería?". Eran posibles preguntas que podían salir y la respuesta era más que difícil, aunque la última pregunta podía generar varias preguntas todavía más difíciles. Cada día que terminaba era un alivio para Izuku y Toshinori.
Y así pasarían los días, la niña pasaba su rutina entre entrenar su don, desempeñar funciones de asistente de enfermería, comer y esperar en la banca. A veces llovía y Eri llevaba un paraguas con una capa impermeable y botas para la lluvia. Cuando era invierno y caía la nieve, Eri se preparaba con su abrigo, bufanda y botas para la nieve. En el verano ella esperaba sentada con varias botellas de agua, un abanico y un sombrero para sol.
Con el paso de los meses, los alumnos de las otras clases veían que ella estaba ahí esperando y esperando. Algunos pensaban que ella solo quería estar sola, otros decían que sabía que algo pasaría y ella esperaba a ser la primera en verlo, pero varios sabían realmente que la niña esperaba a alguien.
Una noche, el profesor Aizawa iba a hacer su ronda de patrullaje nocturno. Al ser un héroe de la UA, tenía libertades para hacer trabajo heróico. Pero él cuando se disponía a salir, encontró que Eri estaba preparando un saco de dormir en esa banca donde ella siempre está.
— Eri-chan... ¿Qué haces aquí a esta hora? -preguntó Eraserhead con su típico tono cansado-.
— Quiero estar aquí cuando llegue... -la niña estaba con una pijama de gatos que le dio Aizawa en la navidad pasada-.
— ¿Esperarás a tu madre mientras duermes aquí? -preguntó Aizawa tratando de mantener la compostura-.
— Hai, puede que ella haya llegado por la noche y por no encontrarme aquí a esas horas, no haya podido verme. Entonces, quiero sorprenderla ahora. -decía la pequeña emocionada por la idea que tenía en mente-.
Shota solo acarició su cabello y caminó hacia la salida. Sus ojos estaban ocultos entre su largo cabello. Bastaba con verlo para saber lo que pensaba.
Después de quedarse ella sola, la niña se acomodó para poder dormir. Hacía algo de frío, pero el saco de dormir abrigaba bien. La brisa soplaba suavemente cerca de donde la pequeña descansaba. Un susurro muy bajo se escuchó, pero fue audible para Eri que se despertó para ver a todos lados.
— Eri-chan, daisuki...
— Kaina oka-san, te extraño mucho... -la niña solamente volvería a acomodarse para tratar de dormir-.
Una pequeña lágrima bajaba desde sus ojitos, ella se prometía no llorar pero al notar que el tiempo pasaba, la ausencia de su segunda madre le pesaba. Pero sería un peso mayor si supiera que ella ya no está entre nosotros.
A veces la ignorancia es la peor de las cegueras, pero también puede ser una bendición.
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Solamente falta el epílogo de esta historia, lo subiré una hora inmediatamente después de publicar este.
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