Capítulo 27: さよなら...

*Créditos de la imagen: @ ds777sp en Twitter*

________________________________________________________

Ya habían pasado 48 horas desde que Deku había vuelto a la UA. Todos estaban enfocados en cómo encararían la amenaza de All For One y Tomura Shigaraki, excepto una personita.

Eri se encontraba con Nezu, quien se mantenía al lado de la niña para siempre cuidarla. Mientras el oso perro ratón mantenía a Eri jugando con la maqueta de la UA donde estaba todo el sistema de seguridad, llegaría Hawks con un semblante algo preocupado.

— Nezu-dono... -el héroe alado tocó la puerta de la oficina-.

— Adelante, Hawks-san. -el director abrió la puerta y este entraría notando que Eri se encontraba jugando con dos osos de peluche, Nezu lo vio disimuladamente-. ¿En qué puedo ayudarte?

¿Cree que podemos hablar en privado? -susurró Keigo-.

Hai... -el director sabía a lo que él venía, así que se acercó a la pequeña-. Eri-chan, ¿no tienes problemas con quedarte jugando unos minutos? Debo atender algo importante, pero volveré.

— Daijobou... -contestó la niña con ese ligero nerviosismo que aún tiene-.

Y así fue que Hawks y Nezu salieron un rato hacia afuera de la oficina, el director dejó la puerta entreabierta, para asegurarse que todo estaría tranquilamente.

— Hawks-san, es sobre la pequeña Eri que vienes a hablarme. -el director tenía alguna remota idea sobre qué le diría Keigo-.

— Hai, resulta que en una de las peleas de Midoriya-kun encontramos a Lady Nagant. Y como ella estaba fichada como posible colaboradora de los Preceptos de la Muerte... -Hawks no pudo continuar porque fue interrumpido-.

— Wakatta, ella fue enviada a Tártaros por haber asesinado a Kaneko-san. Es una pena que ella tomara esa decisión... -Nezu no sabía todo el contexto-.

— Ella dijo en la pelea que la presidenta la tenía en la mira desde antes porque tenía una relación con Overhaul. Pero, yo notaba que ella sí estaba enamorada. Me hablaba alegremente de él, yo no sabía que era su pareja hasta la redada y ella tampoco conocía todo lo que era Kai Chisaki. Cuando la presidenta confirmó todo, amenazó con quitarle todo a Kaina-senpai. Sentía la impotencia de haber condenado a una niña. -Hawks comentaba todo mientras su rostro expresaba la mayor seriedad posible-.

¿CÓMO PUEDO LLAMARME HEROÍNA SI CONDENÉ A UNA NIÑA QUE PUDE SALVAR? -la voz de Kaina sonaba aún en la cabeza de Hawks-.

— Así que fue eso... -Nezu puso su pata en su mentón para pensar-.

— Ella fue a Tártaros y, según sus palabras, se alió con All For One. Pero ella nunca pareció obedecerlo porque su objetivo era encontrarse con Eri y pedirle perdón, pero... -recordaba cómo ella agonizaba en sus brazos-... ella explotó cuando escuchó a Midoriya para decidir que aún había esperanzas. Quedó mal herida, tanto que es milagro que siga respirando...

— ¿Y quieres saber si Eri estaría dispuesta a verla? -el director rápidamente dedujo mientras notaba que la niña estaba algo más tranquila que cuando llegó a la academia antes de la guerra-.

— Hai, pero no hay garantías que pueda ser pronto o que sea posible, incluso. Kaina-senpai está en cama y sin señales de despertar. Parece que Midoriya le comentó sobre ella, y como la niña ya sabe que ella está viva... en algún momento preguntará por ella. ¿Cómo se lo decimos, Nezu-dono? -Keigo estaba nervioso-.

— De hecho, ella parece estar esperando que Midoriya descanse para hablar al respecto. Tengo que hablar con él primero, pero mientras tanto evita hablar del tema con nadie. La noticia sería un golpe muy fuerte para ella, solo espero no prolongar demasiado la ignorancia de esa pobre criatura. -el director veía con algo de lástima a la infante-.

— Hai, arigato Nezu-dono. Estoy en contacto con usted si pasa algo. -Hawks hizo una reverencia para luego dar media vuelta y marcharse-.

Los días pasaron y antes de partir a la gran pelea final, el director Nezu hablaría con Izuku, que estaba preparándose mentalmente para la batalla final. El pecoso fue citado a la oficina del director, y para evitar sospechas sobre el tema, la pequeña Eri dormía en la residencia de profesores, bajo el cuidado del ya retirado All Might.

— Midoriya-san, lamento mucho llamarte aquí pero es un asunto importante. ¿Has hablado con Eri-chan últimamente? -preguntó interesado el director-.

— Siendo honesto, por el descanso y el entrenamiento me ha hecho difícil pasar el tiempo con ella, sumimasen. -Izuku se disculpaba por eso, porque él sabía que Eri necesitaba hablar con él-.

— Entonces necesito pedirte algo importante. -Nezu se puso de pie sobre su escritorio-. Si ella te pregunta, antes que todos vayan a combatir, sobre Lady Nagant, no le digas lo que sabes. Hawks me contó tu encuentro con ella y cómo terminó, también sé que los sentimientos de ella están muy ligados a Eri. Así que es pertinente que ella no sepa lo que pasó, sería un golpe demasiado fuerte.

— Hai... -Izuku agachó la cabeza-. Nagant me dijo que en todo este tiempo que trató con Eri, se esforzó por verla sonreír y se perdió ese momento. Por eso quisiera poder reunirlas, pero...

— Midoriya-san... -Nezu se acercó a Deku-. A veces la ignorancia es una virtud, porque así nos protegemos de las amenazas que tocan nuestro lado más vulnerable. Y Eri es alguien que aún debe crecer, ya conoce mucho del mal que existe y no merece más tristeza a su corta edad. Si pasa el peor escenario, ella hará preguntas y no hay que permitir que ella choque tan pronto con el luto. Es mejor que ella no sepa nada, cuando pregunte, dile que ella volverá pronto. Ella eventualmente sabrá la verdad, pero es mejor creer que será luego de haber madurado lo suficiente. ¿Entiendes?

— Wakatta, aunque cuando ella descubra la verdad, puede que me odie a mí o a todos los que le ocultaron la verdad. -Deku estaba dudoso-.

— Aunque eso pase, tú eres su héroe y siempre la protegerás. ¿Verdad? No lo digo como una imposición, sino porque ella te buscó a ti primero. Te ve como alguien muy importante. -el director trataba de mantener el ánimo de Izuku arriba-.

— Hai, arigato Nezu-kouchou. -se despidió con una pequeña reverencia y con la determinación de proteger la sonrisa de Eri-.

El tiempo siguió su curso, Nezu también hablaría con All Might sobre el tema para evitar que pasen más problemas. Eri siguió con su vida, Aizawa la entrenaba con su don para que pudiera controlarlo mejor.

Cada vez que Eri decía: "¿Saben cuándo vendrá Kaina oka-san?", las respuestas que le daban a la niña variaban pero tenían algo en común.

Vendrá pronto, Eri-chan.

En este momento ella está haciendo algo importante, pero no tardará mucho en volver.

Ella no se olvidaría de ti, prometió que vendría a verte.

Recién se comunicó, dijo que surgió un asunto importante que no podía evitar y tardará un poco más.

Lo que ella no sabía que es que durante la guerra final, en el hospital de Enka, la salud de Kaina Tsutsumi dependía de un hilo. Había caído en un coma profundo y mientras su cuerpo luchaba por reponerse, su mente la mantenía en otro lado.

Ella estaba en un conocido campo de girasoles. Kaina veía el prado y era un vasto lugar lleno de vida bajo el sol de verano. Un impulso de su cuerpo la hizo entrar a donde estaban las flores. En ese campo estaban pequeños senderos y grandes espacios abiertos en forma de círculos. En su mente escuchaba que algo se movía entre las plantas. 

Así que ella comenzó a dibujar una flecha que serviría como guía para no perderse y tener una referencia del espacio en donde ella se encuentra. Entonces, comenzó a caminar según le guiaba una pequeña punzada en la cabeza.

En cada espacio grande dentro del prado, dibujaba varias flechas. Pasó un buen rato, podrían parecer horas pero la situación parecía inquietar más a Tsutsumi. Sin embargo, cuando empezaba a creer que era pérdida de tiempo, se encontró con dos siluetas que daban a entender que eran un hombre y una mujer de espaldas.

Cuando Kaina se acercó para saber si eran hostiles o no, una de las sombras volteó para verla a los ojos. Era su madre, Tsuki Tsutsumi, una mujer de cabello rosa pálido, un poco más baja que Kaina y con una sonrisa maternal.

https://youtu.be/yydIbBk5dzQ

— Kaina, te has convertido en toda una mujer. -la señorita Tsuki puso la mano en el hombro de su hija, que estaba atónita-. Te extrañé mucho, hija. Lo hiciste todo bien, siempre cuidaste de nosotros sin dejar de sonreír.

— Oka-san... -los ojos de la hija comenzaban a cristalizarse-. Yo no pude salvarlos... Hice cosas horribles...

— Era tu trabajo, Kaina. Sabíamos que en tu corazón debías soportar algo muy difícil, aunque era culpa de tus superiores, siempre pensaste lo que era mejor para otros y no para ti. Perdóname por ser egoísta, hija. Lamento mucho haberte hecho asumir responsabilidades como nosotros... -la madre Tsutsumi lloraba pero mantenía la sonrisa-.

— No digas eso oka-san, ¿cómo podría decirle que no a las personas que siempre estuvieron conmigo aún con sus problemas de salud? Siempre estaría dispuesta a darlo todo por ustedes. -Kaina empezó a derramar pequeñas lágrimas-.

— Kaina, lo hiciste muy bien. Arigato gosaimashita. -el padre volteó a ver a su hija, que esta abrió totalmente los ojos-.

El señor tenía esclerosis lateral amiotrófica, pero ahora estaba libre de todo padecimiento. Por primera vez, desde la niñez, que vio que el señor Fujio estaba en perfectas condiciones.

— Otou-san... -las lágrimas seguían cayendo y ambos padres abrazaron a su hija-.

— Gomenasai, gomenasai... no pude salvarlos... no fui capaz de mantenerlos conmigo más tiempo. -ella se había roto-.

— Kaina, agradecemos como no tienes idea todo tu esfuerzo, lamentamos nosotros obligarte a sacrificar tu felicidad. Tú tenías sueños que cumpliste, pero te limitamos. Nosotros queríamos hacer algo por ti, pero... -Fujio no podía seguir, se derrumbaba al ver a su hija-.

— Oka-san, otou-san, los amo. No tienen que decir que me limitaron, yo aprendí lo que significa ser una buena hija, quería que no les faltara nada, poder ayudarlos era la razón principal para ser una heroína. Pero también, porque quería hacer algo por los demás. Que supieran que la vida es difícil, pero que tiene que ser disfrutable y yo la gocé porque quería verlos sonreír. -decía Kaina mientras los abrazaba y lloraba-.

— También querías ver la sonrisa de Eri-chan. -las palabras de la mamá asustaron a Kaina-. Hija, siempre hemos estado a tu lado y vimos lo que pasó, fue terrible que fueras engañada por ese mal hombre, pero esa pequeña te vio como una esperanza.

— Además, necesitarás esto porque recibirás una visita en unos momentos. -Fujio le entregó a Kaina una especie de capa con capucha-.

— También deberás tener a estos pequeños. Creo que los reconoces. -Tsuki le dio a su hija dos peluches-.

— Estos son... -ella no podía creerlo-.

— Exactamente, hoy verás a Eri. Pero, Kaina... -Fujio se puso un poco triste para este momento-. Después de esto, vendrás con nosotros.

Esto asustó a Lady Nagant, la madre de ella tomó la mano de su hija. Su mirada decía que era cierto, esto desilusionaba a Kaina, que estaba confundida.

— Kaina, cuando ella llegue, le dirás esto... -Tsuki le susurró en el oído-.

— Gambare, Kaina. -Fujio le dio un beso en la frente-.

Después de esa charla, ambos padres se tomaron de las manos para después desaparecer. La bicolor estaba temerosa, pero lo que le dijo al oído su madre era verdad y esta sería la última oportunidad. Así que esperó unos segundo más hasta que una pequeña voz tímida sonó.

— Sumimasen, ¿quién es usted? -preguntó la niña algo tímida-.

— Solo soy un producto de tu sueño, Eri-chan. -decía una voz femenina que dibujaba algo en la tierra-.

— ¿Dónde estoy? -preguntó algo temerosa la niña-.

— Estás en un espacio que creó tu mente para encontrar algo importante. -se explicaba la mujer que se había puesto de pie-.

— ¿Qué es lo que tengo que encontrar? -Eri cada vez estaba más dubitativa y nerviosa-.

— Kocchi kocchi... -le indicó la señorita que se mantenía con la cabeza y cuerpo oculto en su capucha-.

La niña se acercó tímidamente, primero a paso lento pero a medida se asomaba, notó que había un par de figuras reconocibles para ella. Dos caras redondas con orejitas más redondas y rostro de osos.

— Rilakkuma... Korilakkuma... -Eri abrió los ojos al ver los rostros de los ositos con los que ella juega para luego ella alzar la mirada-.

— Ohayo, Eri-chan. -la mujer se quitó la capucha para descubrir su rostro-.

Esos ojos color morado, su cabello entre morado y rosa, su prominente altura y su inconfundible sonrisa eran un regalo al alma de la pequeña Eri.

— Kaina oka-san... -la niña comenzaba a lagrimear-.

— Eri-chan... -Tsutsumi se agachó para estar a la altura de la pequeña-. Me encantaría poder verte feliz algún día.

— Yo quiero que me enseñes a ser feliz, contigo aprendí que puedo serlo. -la niña se tomaba sus cachetes pero no podía hacerlo-.

— Un paso a la vez, Eri-chan. Estoy tan feliz de haberte conocido, Daisuki... -Kaina acarició su cabello para darle un abrazo-.

Al momento en que ambas se unieron en un apapacho tan especial. Eri sentía que algo estaba mal, pero no pudo reaccionar ya que sentía que su cuerpo desaparecía. Entonces, cuando solo quedó Kaina en el prado, sus padres volvieron a aparecer para tomarla de cada mano.

— Kaina, es hora de irnos. -Fujio le limpiaba las lágrimas a su hija-.

— Finalmente volveremos a estar juntos. -Tsuki ahora era la que lloraba-.

Eri-chan, gracias por todo, te amo. -diría Kaina por última vez-.

(Cr: @ tenkahyblid105 en Twitter)

El cielo se volvía más resplandeciente, a medida que el sol más brillaba, se opacaban las siluetas de la familia Tsutsumi. El paisaje a lo lejos se volvía borroso también, hasta que una voz se escuchaba entre las sombras.































Hora de defunción: 11:40 am. 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top