Capítulo 23: Confrontando con el corazón
*Créditos de la imagen: @ hacchaikai_48 en Twitter*
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Luego de haber salido de Tártaros con el don que All For One le regaló a Kaina, ella y su bulto llamado Kai Chisaki, caminaban sobre las nubes entre las tormentas. Al sobrevolar por Musutafu, la situación parecía bastante crítica. Parecía que hubo una guerra, pero estos dos no sabían nada al estar encarcelados.
Cuando Kaina llegó al edificio donde está su apartamento, buscó a Leno pero él parecía que no estaba en casa. Eso preocupaba a la bicolor, pero no tenía tiempo para pensar en él. Tenía que arreglarse y de paso, hablar a solas con ese sujeto.
Tan pronto ella pudo entrar gracias a una vieja y confiable: la llave debajo de una tabla de madera en la entrada de su apartamento, se dirigió a su habitación. Ella dejó a Chisaki tirado en su cama, lo puso como si no fuera nada. Kaina tampoco estaba de humor para tratarlo bien a él.
Mientras Tsutsumi comenzó a desnudarse de espaldas, Chisaki la vio de reojo, pero no con ojos de lujuria, sino con tristeza. Luego de ponerse un legin y una blusa sin mangas para luego buscar en su armario. Ella escuchó unas palabras.
— Yo conozco a ese mocoso... -decía Chisaki con la cabeza baja-.
— ¿Huh? -ella volteó a ver extrañada que al fin lo escuchó hablar-.
— Él arruinó mis planes, otro infectado por el Síndrome del Héroe. -Kai estaba decaidísimo-.
— Yo también fui una heroína... -Kaina apretó los puños y volteó a ver Chisaki-. ¿Solo me usaste para torturar a Eri? ¿Acaso llegué a significar algo para ti que solo una herramienta más? Yo maté para tratar de arreglarlo. Te entregué mi corazón y mi cuerpo, ¿por qué hiciste todo esto?
Ella estaba tratando de contener las lágrimas, pero era imposible porque ya sus ojos estaban humedeciéndose. Necesitaba una respuesta, aunque fuera una mentira.
— Porque quería acabar con mi maldición. -él levantó la cabeza y por primera vez intercambiaron miradas-. Nací para que me dejaran a mi suerte, cuando mi don despertó, maté a un niño sin querer. Los que me recogieron del orfanato me dejaron en la calle a esa edad. Mi padre real, el que dio su adultez en cuidarme fue quien me dio la mano sin miedo, me dio alas para creer que todo podía ser bueno. Pero luego nació esa niña... -Chisaki ahora tenía la mirada sombría-. Ella tiene una enfermedad, su don despertó a los meses de nacida y desintegró a sus padres y dejó en coma a mi padre. Yo quería curar a la maldita humanidad de esta enfermedad de los dones, y esa mocosa era perfecta para el trabajo. Si usaba su sangre para limpiar de los quirks al planeta, volveríamos a los orígenes de la humanidad.
— ¿Y para eso tuviste que torturar a una niña que no sabía lo que hacía? ¿Tantos años la torturaste para cumplir tu arcaico deseo? ¿Cómo es que tu padre no se opuso? ¿Eso de que era tu hija era solo otra mentira más...? -Kaina sería interrumpida-.
— Ese monstruo no sería mi descendiente. Era hija de mi hermana adoptiva y su esposo. Ambos morirían por culpa de ese engendro cuando despertó su don y dejó a mi padre en cama postrado en un coma que lo mantiene sin despertar. Quería usarla también para que él despertara, pero era imposible. Ella es la culpable de todo esto, si no hubiera escapado de mis manos, no habría llamado la atención. -cuando Chisaki terminó de hablar, levantó la cabeza y notó que ella estaba apuntándole con el rifle de su brazo-.
— Vuelves a decir algo sobre Eri y no me tocaré el corazón en volarte los sesos. Haberla conocido fue lo mejor que me pasó en la vida y no pude ver que ella necesitaba ser rescatada. Y aunque ella me odie o me olvide, quiero pedirle perdón por todo lo que pasó. Yo me enamoré de ti, Kai. Pero solo fue el peor error que cometí en la vida. No te deseo la muerte, pero noté que ya sufres con perder los brazos. Habla, ¿qué te pasó? -ella estaba algo alterada, pero trataba de no ser tan obvia-.
— Tomura Shigaraki, eso pasó. -Chisaki frunció el ceño-. Cuando iba a un hospital tras perder contra ese niño verde, él interceptó mi ambulancia y me...
Él respiraba agitado, al ver los muñones que quedaron de sus brazos no podía dejar de pensar en la sensación de quedar vacío en su alma. Ya no solo no podía usar su don, ya no podía hacer nada.
— ¿Él te desintegró los brazos? -preguntó Kaina y Chisaki solo asintió algo extrañado-. Yo lo investigaba en su momento. ¿Sabes algo? Debiste morir, lo que hiciste no tiene perdón, aunque soy la menos indicada para hablar de eso.
Kaina terminó de cambiarse y se preparó para cargar a Kai como un saco de papas al salir por una de las ventas. La lluvia seguía cayendo y entonces, el ex yakuza abrió la boca.
— Kaina... yo también me enamoré pero... mi mente siempre priorizó el objetivo de borrar los dones de la gente... -Chisaki se quedó callado-.
— ¿Alguna última voluntad? -preguntó ella cuando aterrizó en un edificio-. Porque cuando consiga lo que busco, no volveremos a vernos y dudo que sobrevivas por tu cuenta.
— Quiero que me lleves con mi padre... quiero pedirle perdón por todo... -Overhaul estaba hundido en la depresión-. A cambio puedo decirte cómo luce el joven que buscas...
— Me dijeron que era un chico verde, en Tártaros varios lo conocían. Incluso All For One, así que habla... -Kaina estaba pensando en una posible estrategia-.
— Tenía un traje de verde oscuro con una máscara con puntas que parecen orejas de conejo, un bozal de metal, unos guantes blancos y botas rojas con refuerzo metálico. Si lo encuentras, llévame con él. -Chisaki veía de forma displicente la ciudad en total ruina-.
Ella se hacía la idea de cómo podía lucir, pero debía tomar en cuenta cómo se vería según la imagen mental que le dio AFO. Comenzaba a recordar un poco la pelea que hubo con los héroes el día que la apresaron y hay pequeños destellos mentales sobre un joven de pelo verde.
Y como si Kamisama hubiera escuchado sus plegarias, ella notó un rayo verde que saltaba entre edificios y se balanceaba en las calles. La lluvia no le permitía dilucidar bien dónde estaría el responsable. Así que tuvo que activar su rifle y buscar con la mira si se quedaría estático.
Cuando el emisor de ese rayo se quedó en un punto quieto, Kaina se arrancó un mechón de su cabello, que en pocos meses había vuelto a su estado normal, apuntó con su rifle y sin previo aviso disparó una bala especial que pegó en el teléfono de él. Era un kunai con una salida de sonido.
— Así que eres tú el muchacho verde, ya te recuerdo. Voy llevarte conmigo. Si sigues mis órdenes, no tendré que arrancarte los miembros. -decía la ex heroína Lady Nagant mientras apuntaba con un sniper al joven héroe-.
(Cr: hellbram9903 en DevianArt)
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