Capítulo 11: あなたが好き
*Créditos de la imagen: @ hanbunshonen en Twitter*
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Pasaron cinco días en donde ambos individuos mantendrían constante comunicación, pero quien más se sentía nerviosa era Kaina. Todos los días luego de salir del trabajo, ella partía directamente a su apartamento.
— Arigato, Leno-san. Te agradezco mucho que me ayudes para la cita con Chisaki-kun. Quiero compensarle por lo que pasó la otra vez. -decía ella mientras salía del súper-.
— No es nada, Kaina-chan. Aunque creo que no deberías esforzarte demasiado. Tampoco es que te vayas a casar con él como para invertir mucho para llevarle comida. -el comentario de Leno hizo sonrojar a la bicolor y esto le provocó una pequeña risa al veterano hombre-.
— Leno-san, onegai... me da mucha vergüenza. -Kaina pensaba en un futuro con Chisaki como pareja-. Pero, Keigo me ha dicho que por nuestro trabajo podemos perder mucho.
Ahora la señorita estaba algo desalentada porque esas palabras tenían algo de verdad, pero ella quería contradecirlo al dar el ejemplo que es posible. Leno entonces le puso la mano en el hombro y le dio una sonrisa tranquilizadora. Y con un silencio tranquilo llegaron al hogar de Tsutsumi.
Eran jueves en la noche, el viernes sería día libre para ella al pedir permiso en la comisión. Además de lograr que Hawks logre cubrirla, aún con una misión en secreto que está llevando por su cuenta.
Ella le pidió a Leno ayuda para algunas recetas nuevas para cocinar. Ya que durante varios años que él cuidó de Kaina, la señorita aprendió del arte culinario y para Leno, ella tenía talento para ser una buena chef en lugar de heroína. Pero las circunstancias fueron diferentes.
Pasaron parte de la noche compartiendo un tiempo de calidad, casi como padre e hija. Hasta que al siguiente día por la tarde ya tenía todo listo. Alrededor de las 3:00 pm fue que ella decidió escribirle a su interés romántico.
— Oe, no lo digas así tan brusco. Sí me gusta pero... -ella se estaba quejando y dudando-.
— Ya deja de romper la cuarta pared y sigue lo que dice la historia. -el autor la regañó y ella solo asintió para tomar su teléfono-.
Kaina Tsutsumi
Chisaki-kun, buenas tardes.
Ahora saldré de mi casa. Podemos reunirnos en el negocio de Leno-san.
¿A qué hora podrás llegar?
Kai Chisaki
en línea
Tsutsumi-san, ¿cómo estás?
Ya casi termino de prepararme y encargarle a Eri con mi asistente.
Llegaré en unos minutos, nos vemos.
Y así fue como Kaina decidió terminar de alistarse y salir de su apartamento. Tenía una canasta con bastante comida, postres y bebidas. Ella iba con un jeans azul, zapatos Vans, una blusa blanca con una gabardina rosa. En el reporte del tiempo decía que vendría un frente frío en Musutafu y los alrededores.
Ella iba caminando hacia la venta de carne cuando notó que también se acercaba Chisaki. Quien se veía con un jeans azul casi a juego con el de ella, mocasines negros, una camisa verde manga larga y una bufanda morada en su cuello.
— Kobanwa, Chisaki-kun. -ella saludó mientras lo veía caminar pero pensativo-.
— Kobanwa, Tsutsumi-san. -él levantó la mano y se acercaba a ella, cabe decir que lleva la típica mascarilla negra puesta-. ¿Adónde quieres ir?
— Vamos a caminar un rato y pasar el tiempo. Preparé algo de comida para un día de campo por la noche. -ella sonreía y un pequeño sonrojo se le marcaba en las mejillas-.
Comenzaron a caminar y un gesto que extrañaría bastante a la señorita fue que Kai estiró el brazo flexionado. Era una señal para que ella se acercara y entrelazara su brazo con el de ella. Chisaki mantenía su vista al frente, más para no verla que para concentrarse en el camino.
Ella tardaría unos segundos en comprender que él quería que ella se acercara. Así que lentamente pondría su brazo lentamente entre el de su acompañante. El silencio se hizo más que evidente, pero era entre incómodo y relajante. Aunque luego de un par de minutos, él abriría la comunicación.
— Te ves bonita, Tsutsumi-san. -él mantenía la vista al frente, sin voltear a verla-.
— A-arigato, Chisaki-kun. Tú te ves guapo como siempre. -esas palabras dibujarían una sonrisa en su rostro-.
— Arigato. Eri juega mucho con los ositos que le compraste. Arigato gosaimashita. -le dijo él con un tono bastante tranquilo, casi sincero-.
— No es nada, a mí también me gustan esos ositos. Son tan tiernos. -Kaina decía esto con una sonrisa-.
Cuando pasaron por la misma juguetería donde Kaina compró los peluches, él le propuso que entraran. Quería conocer realmente porqué ella había escogido ese oso como para que Eri se sintiera menos infeliz.
Luego de dejar la canasta en la paquetería de la entrada. Kaina comenzó a caminar en los pasillos y para ella era un mundo que siempre quiso estar. Aunque tenga sus años, ella se sentía como una niña, explorando los juguetes para chicos como carros, camiones, armas.
— ¿Sabes algo Chisaki-kun? Las armas de juguete como estas son diseñadas basándose en los videojuegos FPS y algunos sandbox. No están demasiado adecuadas para transmitir la experiencia de disparar un arma real, tomando en cuenta la presión del aire, el tipo de munición, la cadencia y la potencia. Aparte, muchas veces parece que las balas son universales y no hay un consenso sobre... -ella al darse cuenta de lo que estaba hablando, se sonrojó y se calló abruptamente-.
— Tsutsumi-san, ¿te gustan mucho las armas de fuego? -preguntó Chisaki con un tono algo bromista-.
— Etto... es que mi padre era policía y me hizo conocer algo sobre armas... -ella trató de excusarse pero le salió mal-.
— Eso no suena muy convincente, pero no le diré nada... -pensó Overhaul mientras seguía caminando con ella-.
Ellos siguieron explorando la juguetería, incluso habían inflables de varias formas, tamaños y hasta temáticos. Por ejemplo, había un tanque inflable bastante grande e incluso atractivo para comprar. También había un Maserati inflable. Kaina disfrutaba entrar en ese específicamente para regodearse de un lujo que no tiene.
Y así fue pasando el tiempo hasta que llegaron a los ositos de peluche. Habían de varios tamaños e incluso personajes nuevos que él desconocía, más allá de los que Eri ya tenía.
— Chisaki-kun, ¿crees que le guste a Eri? -ella tomó un pollo redondito-. Este es Kiiroitori, él se parece un poco a ti. Tú me dijiste que eres un adicto a la limpieza. Este pequeñito también. Son idénticos. -ella le dio el peluche y él lo examinó-.
— Es un amiguito redondo, y si se parece a mí en la limpieza, significa que él será grande en la vida. -él notó que Kaina veía a otro peluche de reojo-.
Chisaki tomó un peluche mientras ella estaba distraída, el mismo que ella veía. Luego de terminar de explorar el lugar, él se dirigió a la caja para pagar ambos juguetes. Kaina por su parte se sorprendió de ver que él había asumido ese gasto, ella quería ayudarle a pagar pero se negó.
— Tsutsumi-san, este es un regalo. Sé que querías este pequeño oso y quiero dártelo a ti. -esto hizo que ella se sonrojara y con la sonrisa de ella se notara más el rubor-.
— Arigato gosaimasu. -Tsutsumi sonrió para poner el osito en uno de los bolsillos de su gabardina. El nombre del pequeño era Chairoigokuma-. Chisaki-kun, ya está cayendo el sol, ¿tienes hambre? Podemos ir al parque y tener un día de campo bajo el atardecer.
— Hai, me encantaría. -él dio su respuesta afirmativa y sintió como era ella quien se aferraba a su brazo-.
El sonrojo de Kaina había disminuido, pero se notaba que tenía una sonrisa bastante obvia. Su corazón se aceleraba, pero esta vez no eran los nervios, era la emoción de estar cerca de un hombre que, a ojos de ella, era alguien con quien se puede compartir.
Llegaron al parque donde tuvieron su primera cita, el sol había teñido de naranja el oleo que se posaba sobre sus cabezas. Kaina preparó un mantel blanco para ponerlo sobre el césped y sacar de la canasta la comida que ella preparó.
Había desde Frutti Di Mare con salsa Alfredo al gusto, camarones tempura, ensalada de papas hasta pie de limón y un buen vino Chateau Lattour de 1996 al gusto.
— Sugoi, Tsutsumi-san. Debiste esforzarte mucho. -Chisaki estaba sinceramente admirado de cuánto esfuerzo debió invertir ella en preparar todo-.
— Arigato, Chisaki-kun. Espero que te guste. -ella sonrió mientras preparaba los recipientes para empezar a comer-. Ahora que lo pienso, tal vez podré ver su rostro.
Esto último lo pensó Tsutsumi, que tenía la esperanza de ver el rostro completo de ese misterioso hombre. Pero, su suerte se vería frustrada porque en todo momento el castaño de ojos color miel estuvo comiendo con la mascarilla puesta. Esto hizo que ella se decepcionara, cosa que nuevamente no volvería a pasar desapercibida por él.
Los minutos habían pasado y el ocaso fue en silencio, adornado con el viento y los cerezos que estaban en las inmediaciones del parque, los cuales parecía que estaban floreciendo.
Aunque sin que ellos lo notaran de inmediato, hubo gente que comenzó a unirse al área donde estaban nuestros protagonistas. La noche comenzaba a asomarse, un manto azul oscuro se extendía en el cielo de Japón. Las flores de cerezos complementaban el baile cósmico que habían comenzado las estrellas en el firmamento.
Esto confundía a la pareja, que notaba cómo cada vez más y más personas que venían acompañadas se acomodaban en la grama del parque.
— Parece que estamos en un cambio de estación, porque incluso siente como que... -Kaina no pudo terminar de hablar ya que una explosión de vivos colores apareció en el cielo-.
A partir de ese momento los fuegos artificiales y sus mentes estaban explotando en una inmensidad de pensamientos.
— Tsutsumi-san... -Chisaki fue interrumpido-.
— Llámame Kaina. -ella pidió alzando un poco la voz con un rostro preocupado y sonrojado-. Sin honoríficos ni nada, quiero que me llames por mi nombre.
— Hai Kaina. Y tú llámame Kai. -él sonrió y por primera vez era con absoluta honestidad mientras se sonrojaba por decirle a ella por su nombre de pila-.
(Cr: @ nightcrow_nw en Twitter)
— Kai, me encantaría poder disfrutar más momentos así. Saber tus sueños, qué cosas te molestan, tus talentos y debilidades, descubrir porqué ocultas tu rostro. Dakara... -Kaina estaba nerviosa de continuar, pero necesitaba decirlo todo-. Anata ga sukina no. (Porque tú me gustas).
Estas palabras dejaron expuesta y vulnerable a Kaina, ella había dado a conocer públicamente sus sentimientos a la luz de los fuegos artificiales. Chisaki, en su nula experiencia con el amor, actuaría por instinto y se pondría de pie.
Tsutsumi, al ver esto, pensaba en lo peor y eso provocó que agachara la cabeza. Ella daba por hecho que había metido la pata y las lágrimas comenzarían a salir. Pero...
— Kaina... -la voz masculina de su acompañante se escuchaba cercana, baja por tranquila, la mencionada levantaría lentamente la mirada-.
Chisaki estaba con la cara al descubierto, tenía un rostro hermoso a los ojos de ella, unos labios finos pero masculinos, una nariz pequeña pero elegante y una sonrisa que invitaba a admirarla.
Ella tomó la mano de él para ponerse de pie. Los fuegos artificiales estaban en su climax.
— ¿Por qué hice todo esto? Al principio todo era para mi plan, pero porqué no puedo evitar pensar que ella sería un precepto conmigo. ¿Por qué quiero que en el futuro que estoy soñando ella está presente? Si se entera de todo, se acabará. Pero... prefiero tenerla a ella y perderla, aunque me duela después. Al menos podré ser feliz y morir sin remordimientos. -Chisaki estaba absorto en la mirada de Kaina mientras pensaba en el futuro-.
— Su rostro es hermoso, es un padre amoroso, un hombre amable y tranquilo. ¿Por qué quiero protegerlo? Keigo me advirtió que encariñarme traería consecuencias, pero no quiero que este momento con Kai ni ningún otro se termine. -Kaina estaba hipnotizada por los ojos de él-.
— Kaina. Boku mo anataga suki. (Tú también me gustas). Yo también quiero saber qué sueñas o qué soñabas hacer en tu vida, qué te gusta de la vida, qué odias o qué haces con lo que no te agrada, qué se te da bien y qué cosas quieres aprender a hacer, quiero conocer a la mujer que hizo lo que yo no pude hacer: hacer que mi hija se sienta feliz. -Chisaki le contestó para corresponder los sentimientos de ella, a quien se le formó una sonrisa muy brillante-.
Kai en estos momentos no tenía cabeza para pensar en lo que estaba diciendo. Tal vez sea un instinto, tal vez realmente aprendió a abrir sus emociones o simplemente es tan buen actor como para decir semejantes palabras de amor.
Mientras los fuegos artificiales estaban cerca de concluir su espectáculo. Ambos comenzaron a acercar sus rostros, el mundo alrededor de ellos era totalmente invisible, no existía nadie más en el espacio que sus emociones estaban creando. Sus labios estaban más cerca que hace dos segundos.
(Cr: @ hanbunshonen en Twitter)
Cuando finalmente los labios de Kaina y de Kai encontraron su destino, una unión comenzó. El frío que hacía no era nada en comparación al calor de sus corazones que estaban uniéndose en un cálido beso. Eran inexpertos, pero para ambos era la experiencia más agradable que podían tener en el momento.
— Kai. ¿Puedo ser tu novia? -después de todo, Kaina fue la primera en expresarse, estaba con toda la confianza del mundo-.
— Hai, Kaina. Yo quiero ser tu novio. -Chisaki estaba hipnotizado en los ojos de ella y sus labios respondieron más con el corazón que con la cabeza, pero eso no importaba-.
Ahora ambos se fundían en un abrazo tierno, amoroso, romántico y pintoresco. Sin embargo, eran dos caras diferentes en la misma moneda.
— Seré la heroína que protegerá este nuevo amor entre los dos. Solo espero no te molestes cuando un día te confiese la verdad. -pensó Kaina-.
— Perdóname Kaina, quiero amarte pero espero me perdones cuando llegue el día que tenga que limpiar este mundo de la enfermedad de los dones. -pensó Chisaki-.
Ambos no se separaban del abrazo, todo el mundo estaba concentrado en los fuegos artificiales y algunos estaban aplaudiendo a la nueva pareja a lo lejos. Pero eso se vería interrumpido por un sonido fulminante que asustaría a muchos.
Un disparo de arma de fuego hizo eco en el lugar. Al parecer estaban tres héroes presentes antes de que todo eso pasara. Cuando Chisaki y Kaina se dieron cuenta que algo pasaba, la gente estaba corriendo.
— JEFE, HUYE. -gritó un hombre con un revólver apuntando a un héroe bastante joven-.
La primera detonación parece que había dado en el héroe, un muchacho de cabello azul oscuro con una capa blanca. Al frente su puso un chico aún más joven de pelo rojo y pectorales al descubierto.
— SUNEATER, RED RIOT. CUIDADO. -gritó un héroe de apariencia obesa con una chamarra amarilla: el héroe profesional Fat Gum-.
Sonó un segundo disparo que fue a la cabeza del pelirrojo, Red Riot. Su don de endurecimiento permitiría evitar que el proyectil le dañara de gravedad. Esto sorprendió al malhechor, tanto que se asustó lo suficiente para salir huyendo.
A lo lejos estaba Chisaki con Kaina, quienes trataban de moverse entre la multitud que no se movía por el miedo.
— No puede ser, ¿qué sucede? Y justo cuando estaba en un momento muy importante. No puedo intervenir, al menos hay héroes cerca. -pensaba Kaina mientras tomaba de la mano a su novio para irse de ahí-.
— Suneater, daijobou desu ka? Iré a ayudar a Red Riot con ese sujeto. Los otros héroes vendrán a asistirte. -Fat comenzaría a correr pero su pupilo lo sorprendería con la siguiente afirmación-.
— Fat, no estoy herido pero no puedo usar mi don. -dijo para que el profesional se detuviera súbitamente-.
— ¿Eraserhead está por aquí? -esto que dijo Fat Gum lo escucharía Chisaki claramente-.
— Eraserhead no está aquí. Y esa bala que disparó ese tipo era una de las nuestras. La limpieza ha empezado. -Kai veía a Kaina que parecía preocupada-. Parece que esto nada más acaba de empezar...
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Ya sé que esta historia pasa sin pena ni gloria, lo tenía ya en mente y como algunos saben, yo suelo escribir la historia completa y luego publicarla semanalmente. Así que lo siguiente van a ver algo que quise intentar escribir, así que a los pocos que me leen les aviso: en el próximo capítulo habrá lemon.
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