Capítulo 9: Nombre

- ¡Hey! ¡Despierta!

Chuuya sintió un golpe en su rostro. Entreabrió los ojos, su vista estaba nublada, se sentía tan cansado. Cuando los recuerdos volvieron a su mente, no pudo evitar estremecerse. Nunca espero que el día terminara así…y su peluche estaba roto. Era el único recuerdo que tenia de su mama, y no sabía cuándo la iba a volver a ver. Sus ojos se llenaron de lágrimas, pero no dejo caer ninguna, evitando de este modo llorar. No debía llorar, especialmente cuando habían desconocidos a su alrededor.

Sintió como intentaban agarrarlo en brazos, era un olor desconocido, ningún desconocido debía tocarlo, eso era desagradable. Así que en un reflejo abrió la boca y mordió con fuerza a quien lo estaba agarrando.

El sujeto grito con molestia y lo lanzo al suelo. Chuuya se quejó ante el dolor.

- No te vayas a dormir de nuevo- le dijo la misma voz riéndose - No es divertido alimentarse de un cambiante que no grita

Chuuya parpadeo intentando quitarse de encima el cansancio

- Duele- susurro finalmente. Intentando incorporarse, pero su cuerpo no le respondía.

Su vista se despejó justo para ver a dos sujetos mirándolo fijamente. No parecían buenas personas.

- Ahora que esta despierto ¿Podemos beber, Entho? - comento uno de ellos saboreándose. Los colmillos sobresalían de su labio superior.

Chuuya que ya había recuperado parte de la conciencia lo miro aterrado.

- ¿Aunque ya casi no le queda sangre en su cuerpo, Lin? - le dijo el otro sujeto con burla- Sería lo mismo que comer un grano de arroz

- Es un cambiante- espeto el otro riéndose- su sangre, aunque sea en una pizca debe ser deliciosa

Entho asintió en acuerdo con ese comentario. Evaluando fijamente al niño

- Aun así, es muy poca sangre para los dos, esperemos que su regeneración actúe y nos alimentamos - dijo con seriedad. Ciertamente el niño tenía cada vez menos sangre en su cuerpo.

- No deberían beber de niños, no es un sabor agradable - murmuro el cachorro mirándolos fijamente. Estos se rieron divertidos por el comentario

- A mí me parece que estas mintiendo – le espeto uno de ellos con una sonrisa- Realmente tendrás un buen sabor

Chuuya tosió un poco, antes de responder. No se sentía bien.

- Mi tío…dijo que los vampiros no beben de niños – susurro parpadeando cansado

- Normalmente es cierto, pero, estas a punto de morir, lo haremos parecer como si te hubieran matado tu manada, después de todo, las heridas en tu cuerpo no la causamos nosotros y son prueba más que suficiente

Chuuya los miro aterrorizado. Esas no eran buenas noticias, quería correr lejos pero el dolor no lo dejaba moverse.

- Van a venir por mí – espeto el cachorro con seriedad

- Los cambiantes no pueden entrar a este territorio

Chuuya trago con fuerza. No,...vendrían a buscarlo no importaba cuando tiempo pasara. Su tío dijo que lo haría. Además...Dazai estaba en este lugar, él lo encontraría.

Miro a su alrededor, notando que ya no estaba en el bosque sino en un tipo de bodega. El miedo se apoderó un poco del cachorro.

- Me quiero ir - les dijo sin bajar mirada - deben estar preocupados por mí

Ambos vampiros estaban algo sorprendidos al ver este niño no lloraba ni gritaba por ayuda. ¿Habría algo mal con él?

- ¿Porque te dejaríamos ir?

- No es mi culpa haber caído aquí - murmuro, refiriéndose a cruzar el bosque. Recordó por un segundo la sensación de estar bajo el agua, temblando un poco- Solo intentaba respirar

- Aun así, no podemos tener lastima de ti, crecerás y serás tan malo como tu manada, quizás ya lo era y por eso intentaron matarte- le dijo el tipo que se había denominado Entho. Chuuya negó con lentitud con la cabeza

- No querían matarme – comento intentado mover sus manos, pero sin llegar a ningún lado, nunca se había sentido tan cansado – Creo que lo hicieron por que soy extraño

- ¿El que?

- El empujarme al río – susurro este con tristeza- Mis orejas y cola siempre provocan esto

Ambos vampiros miraron con sospecha al niño ante esas palabras. ¿Qué orejas y cola? Por mas que lo miraran no lograban captar eso. Si no hubiera sido por el olor de la sangre ni siquiera hubieran notado que era un cambiante. Entonces, otro pensamiento les llego… ¿Por qué la barrera había permitido que un niño cambiante entrara? Eso no debería ser posible… a menos que tuviera el permiso de alguien dentro del aquelarre

¿Por qué no pensaron en ello antes?

- Niño, ¿Algún vampiro te permitió entrar aquí?

Chuuya los miro aterrorizado, y negó con la cabeza con fuerza. No podía decirlo, no debía decirlo. Lin lo miro con una mueca.

- ¡¿Entonces cómo puedes entrar?! ¡¿Tu manada descubrió un modo de poder entrar?! – le espeto gruñéndole con los colmillos fuera. Chuuya cerró los ojos para no verlo- ¡Si no hablas te romperé un dedo!

Chuuya se mordió el labio sin querer hablar. El vampiro desesperado agarro uno de sus deditos y apretó. El cachorro se quejo por el dolor, el cual cada vez aumentaba más.

- Yo... conozco un...vampiro - espeto el pequeño antes de que su dedo se rompiera. El vampiro lo soltó con una mueca. El pequeño miro su dedo que ahora tenía un color más morado.

- No nos hagas reír - dijo el tipo que se había denominado Entho - ¿Porque un vampiro te permitiría entrar?

- No tengo porque contestar eso- espeto Chuuya con sus orejas encrespadas. Tenía miedo. Mucho miedo. Sus manos estaban temblando, pero, aun así, no podía mostrar debilidad.

Los dos sujetos se rieron divertidos por esto. Era imposible que un vampiro se acercara a un cambia formas. Especialmente a uno tan pequeño.

 - Ya que estas convencido de esto - le dijo finalmente Entho al parar de reír. Secándose las lágrimas de risa - Dinos su nombre, nos comunicaremos con él para pedir ayuda

Chuuya negó con la cabeza. Estaba casi congelado, pero, aun así, recordaba que Dazai le había pedido que no dijera su nombre. Era un secreto, no podía decir, el secreto que tenía con su amigo. No quería decepcionarlo

- Oh, vamos, dilo - espeto el otro sujeto agarrándolo por su brazo. Zarandeándolo con fuerza.

- Duele- se quejó Chuuya utilizando sus pocas fuerzas en intentar liberarse. Pero el sujeto solo apretó más.

- Te soltare si dices su nombre- le espeto con una sonrisa molesta. Pero Chuuya continúo negando con la cabeza. Ante la negación del niño, el sujeto apretó con tanta fuerza que solo se escuchó un desagradable chasquido del hueso de Chuuya rompiéndose. Sin poder aguantar el dolor susurro.

- Dazai…

El vampiro lo soltó de golpe. Dando un paso atrás por el impacto de lo que escucho. El cachorro cayó al suelo con fuerza.  Aunque, su cuerpo estaba tan malherido que no pareció procesar un golpe más.

- ¿¡Como osas decir ese nombre?!- le grito el sujeto enfadado. Estuvo a punto de golpear nuevamente al niño, pero Entho lo detuvo.

- Detente, Lin - le espeto con el rostro serio - ¿Qué pasa si realmente lo conoce?

- Eso es imposible, hermano ¿Por qué el rey se rebajaría a hablar con un cambiante? - le respondió con una ceja alzada. Aunque sus manos estaban temblando por el miedo.

Ambos miraron al niño que respiraba con dificultad. En cualquier momento parecía que su cuerpo iba a comenzar a fallar.

Chuuya no parecía estar ya consciente, el dolor le había nublado la vista y solo escuchaba un pitido en los oídos.

- Bien, mocoso, vamos a contactar con nuestro rey - le espeto Lin molesto. Aunque luego sonrió maquiavélicamente - Si es mentira él te matara en persona, no es conocido por aguantar mierdas de los cambiantes

Chuuya cerró los ojos queriendo dormir. No se sentía bien. Dazai se iba a enojar con él por romper su promesa.

- Bien, Lin - espeto de la nada Entho - Dile al rey que este niño dice conocerlo

- ¿Tengo que ir yo? - espeto este algo aterrado. No creía que sería buena idea molestar al rey por esta estupidez.

- Eres más rápido, yo me quedaré vigilando al niño

Lin suspiro. Pero opto por ir a donde Dazai, después de todo, no había forma de que fuera cercano al niño.

Chuuya cada vez se sentía más cansado. Sus labios ya estaban azules, tanto por la pérdida de sangre como por el frío que hacía. Su ropa aun no el paso tiempo no se había secado.

- ¿Por qué no te estas sanando? - espeto el vampiro de la nada. Habían pensado que, si lo dejaban quieto, el lobo lo iba a curar. Pero el cachorro solo parecía empeorar con cada segundo - Demonios, si resulta que el rey si te conoce y te encuentra muerto, creo que nos veremos en el otro mundo

- ¿Por qué? – susurro el pelirrojo con los ojos cerrados, le costaba un poco abrirlos

- No es conocido por su piedad – explico este sentándose en el suelo a cierta distancia del cachorro – En caso de que lo conocieras, no eres cercano a él ¿Verdad?

- Mi amigo – dijo el niño luego de pensarlo unos segundos.

El vampiro trago con fuerza. Si ese era el caso, no le quedaban mucho rato respirando. Con cuidado se acerco al niño colocando un pedazo de tela alrededor de la herida en su pierna, la cual era la que más sangraba. Haciendo presión.

Chuuya grito un poco ante eso. Por un segundo se le nublo la vista, pero el sonido de alguien chasqueando los dedos frente a él lo devolvió a la luz.

- No te duermas o morirías, niño – le espeto el vampiro mirándose las manos llenas de sangre del cambiante – Realmente es un olor embriagante

- ¿Dazai vendrá por mí? – pregunto Chuuya con la voz temblando por el pensamiento de que podría morir.

El vampiro enfoco su vista en el niño, aunque aun medio tentado a saborear la sangre, no era algo fácil de resistir

- Suponiendo que lo conozcas, diré que seguro mandara a alguien por ti, no creo que seas tan importante como para necesitar su presencia – le dijo el vampiro optando por limpiar sus manos en el suelo. No seria bueno si probaba al niño con la posible amistad con su rey en juego

La respiración del cachorro cada vez era más lenta.

- No deben atacar a niños – susurro Chuuya en un intento por quedarse despierto. Era difícil – No es como si pudiéramos defendernos de los adultos

- No me importa a quien ataco, odio a tu especie, han hecho más daño del que crees – le gruño el vampiro con molestia ante eso– Perdí a mis padres a tu edad por culpa de especie, les cortaron la cabeza, solo me quedo mi hermano

- Si mi mamá muriera estaría muy triste – susurro Chuuya al escuchar esto, no se imaginaba lo que debió sentir el vampiro- Pero, aun así, mi mamá siempre dice que los pecados de los padres no los deben cargar los hijos

- No he conocido a ningún cambiante que haya crecido sin odiar a los vampiros – le gruño el sujeto con una mueca. El niño acababa de decir algo muy sabio

- Yo no los odio – dijo Chuuya con una pequeña sonrisa

El vampiro lo miro sorprendido. Acababan de casi matarlo y decía eso. Sintió cierto arrepentimiento. No era tan viejo como para haber perdido las emociones, pero era un nuevo sentimiento.

- Bien, si no me matan me comprometo a intentar entender ese pensamiento, niño

De la nada el pequeño empezó respirar con dificultad, sus pulmones parecían estar fallando

- ¡Oye! ¡No te vayas a morir! – dijo Entho acercándose para sacudirlo, pero Chuuya no parecía poder responder.

Si le daba su sangre quizás se curaría. El vampiro se mordió la muñeca para luego guiarla hacia el niño. Pero antes de que una gota resbalara en los labios de Chuuya, el sujeto fue impulsado con fuerza hacia atrás, golpeando con fuerza la pared de la bodega.

El cachorro se asustó por el golpe, ¿Alguien mas iba a atacarlo? Tenia la vista nublada así que olfateo, reconociendo de inmediato la esencia, menta y chocolate. Sintió como la presencia se iba alejando de él, no quería que lo dejara solo así que con su mano no lastimada agarro el abrigo de Dazai, el cual, aunque no podía verlo, estaba temblando ante la vista de su compañero

- ¡Mi rey! ¡Le juro que a penas dijo su nombre lo dejamos tranquilo! – grito Lin que había corrido a atender a su hermano. El choque contra la pared parecía haberle dejado mas que otro hueso roto

Dazai ignoro este comentario, tomando en brazos con la mayor delicadeza que pudo a Chuuya, aun así, el niño se quejó en voz baja.

- ¿Dazai? – le susurro este sin abrir los ojos, olfateando su ropa. Era un pequeño gesto que rompió un poco el corazón de Dazai. Sobre todo, porque sabía que producto del dolor seguro su compañero no podía ver bien.

El castaño se mordió el labio con rabia, estaba empapado, observo que tenía su rostro con las marcas de garras de otro lobo, pero ¿Garras pequeñas? ¿Como su propia raza le pudo hacer tanto daño a un niño tan pequeño? Habían fallado en protegerlo...nunca pensó que debía protegerlo de su propia manada

- Cachorro, te metiste en un gran lío esta vez - le murmuro queriendo calmarlo. No sabía que curar primero, por primera vez en su vida, sus manos temblaban

- El agua estaba muy fría - le susurro el niño, con una pequeña sonrisa al sentir a Dazai cerca suyo. Eso lo calmaba un poco, algo que solo creyó que ocurría con su madre- No hay que nadar en el río cuando hace frío...

- No es un mal consejo, Chuuya - le dijo el castaño devolviendo la sonrisa, que, aunque intento que fuera alegre le salió llena de tristeza. La apariencia de Chuuya lo hacía parecer que se rompería en cualquier momento. Sus orejas y cola empapadas. Su rostro con una fea herida, que, aunque había dejado de sangrar, había dejado feas marcas de garras.

Mucha sangre. Aun cuando se había alimentado hace poco la sensación de querer beber apareció como si no se hubiera alimentado en siglos. Pero se obligó a mantenerse concentrado en lo lastimado que estaba el pequeño.

- ¿Voy a morir? – pregunto Chuuya temblando

- No dejare que mueras, cachorro – le dijo con firmeza Dazai. El pequeño asintió, Dazai no iba a mentirle

- No…mates a los vampiros – le dijo en cambio Chuuya, sobresaltando al castaño por la petición. Pero antes de pedir una explicación, el pequeño se dejo llevar por el cansancio.

Sin esperar un segundo más paso su mano por las heridas principales. Las cuales desparecieron como si nunca hubieran causado tanto dolor y miseria al pequeño.

Cubrió al niño con su abrigo para protegerlo del frio, aunque había curado las heridas, Chuuya había perdido demasiada sangre, necesitaba urgentemente una transfusión. Pero, si le daba la sangre de un vampiro lo mataría y si le daba su sangre lo uniría para siempre a él. Necesitaba la sangre de un cambiante, pero no iba a devolverlo a la manada. No cuando le habían hecho tanto daño. Buscaría el modo se salvarlo.

Miro por un segundo a los dos vampiros que habían lastimado a Chuuya.

- Pidió que no los matara, así que no la hare, no podría negarle algo a Chuuya – espeto con una sonrisa, que solo provocó que los vampiros temblarán con fuerza – pero no significa que no haga pagar el ojo por ojo

Miro de reojo a Odasaku que había llegado minutos después que él, asintiendo con la cabeza para que precediera. Dicho esto, se alejo con el cachorro en brazos. Hubiera querido lastimarlos él, pero su compañero lo necesitaba.

Gracias por leer 🐾🐾🐾🦇🦇🦇💖💖💖
 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top