Capítulo 5: Luna
Chuuya estaba sentando en el porche de su casa leyendo en voz alta un libro, sé supone que ya debería poder leer más rapido, así que se esforzaba al máximo para poder lograrlo.
Era un día especial, cuando la manada salía correr en su forma de lobo, el día de luna llena.
Pero él se había tenido que quedar, era el único en el lugar que no podía transformarse en lobo. En simples palabras estaba solo en la gran casa. Era solitario quedarse dentro así que prefirió sentarse en el porche a esperar que su tío regresara.
Aun quedaban vestigios de la nieve, por lo que, el frio estaba potente. Por eso su tío lo tenia completamente abrigado, hasta le había puesto dos pares de calcetas.
- Aunque no hace tanto frio – susurro en voz alta Chuuya.
Cualquiera pensaría que dejaron al cachorro solo, pero había medidas increíbles de seguridad para que nadie pudiera entrar a la casa. Un tipo de círculo mágico que destruía a cualquiera que entrara con intención de hacer daño.
Chuuya miro las estrellas encantado. Sin mucho que hacer dejo el libro en el suelo, de todos modos, le estaba costando leerlo y entenderlo.
Camino hasta el límite del circulo, admirando el color morado que tenía este al estar activado. Era bonito le habían dicho que no saliera de él, pero ¿Porque no? ¿Que ocurriría si salía solo un segundo? Mirando hacia todos lados con sus orejas alerta, estiro uno de sus pies para salir. Solo un segundo. Solo un segundo bastaría.
- Chuuya, no salgas de ahí
El pelirrojo levanto la vista sorprendido de ser atrapado. Tenía buena audición. Después de todo tenía dos pares de orejas era lo normal. Aun así, no había escuchado que alguien se acercaba. Quizás estaba muy distraído.
Aunque reconoció de inmediato al dueño de la voz
- ¡Oda-san! - dijo emocionado queriendo salir, pero al recordar las palabras del adulto se mantuvo quieto
- Tienes que regresar dentro, hoy no es un día seguro - le comento este acercándose con una sonrisa suave.
El cachorro asintió. Intentando aparentar madurez. Pero su cola emocionada lo traicionaba.
- Se que no es seguro - dijo con claridad sorprendiendo a Oda- Nuestros lobos son más agresivos
Para apoyar esas palabras fingió gruñir mostrando sus dientes. El peli rojizo-marrón se rio divertido. Chuuya miro detrás de Odasaku, juntando la ceja confundido
- ¿Dazai no viene? - susurro lo más bajo que podía, no debían escuchar el nombre de su amigo
- Él...esta indispuesto hoy - comento Odasaku con una mueca
Los vampiros también se ven afectados con la luna llena...la sed de sangre aumentaba hasta tal punto que se les hacía difícil controlarse de atacar.
Dazai le estaba afectando más que otras veces debido a que tenía a su compañero tan cerca y sin poder probar ni una sola gota. En conclusión, habían tenido que encerrarlo para que no escapara. A la fuerza.
Odasaku suspiro, se supone que cuando reclamas a tu compañero a la sed se detiene, por eso él estaba bien.
El castaño en un semi estado de conciencia le había pedido que fuera a vigilar a Chuuya comprendiendo que el cachorro seguro estaría solo por su incapacidad de cambiar. Así que había venido a vigilarlo. En las cuatro horas que llevaba vigilando al niño, descubrió que era bastante tranquilo, parecía soportar más peso del que debía en esos pequeños hombros.
Observo como el niño lo miraba preocupado, con un leve puchero de tristeza. Sus orejas poco a poco fueron cayendo sobre su rojiza cabellera.
- ¿Está enfermo? ¿Le contagie mi resfriado? - el cachorro ahora tenía las orejas completamente caídas - El me cuido cuando estaba mal...hasta me trajo helado ¿Puedo ir a cuidarlo también?
Aunque el rostro de Odasaku no lo demostrara. Estaba feliz. Dazai tendría un buen compañero.
- Él está bien, solo que tenía mucho trabajo que hacer
A penas dijo eso Odasaku hizo una mueca ante una presencia que se acercaba a gran velocidad. Se supone que no debería estar aquí. Bien, parece ser que Dazai iba a venir a pesar de todo. Pensó que duraría más tiempo encerrado.
- Me tengo que ir, no vayas a salir de este círculo, Chuuya - le comento mientras se intentaba de nuevo en el bosque.
El pelirrojo lo despidió con su manito. Confundido por la repentina partida del vampiro.
Había caminado unos metros hasta que sé encontró de frente con el castaño, parecía cansado.
Oda noto que Dazai volvía a tener la mirada fría que había adquirido con el paso de los tiempos. Era lo normal, hasta que no reclamara a su compañero, solo sentiría las emociones cuando estuvieran cerca.
- ¿Me dirás algo, Oda? - le pregunto Dazai con una sonrisa al verlo tan silencioso
- Nada en especial - respondió Odasaku colocando sus manos en sus bolsillos.
- ¿Seguro? ¿No me dirás que matare a Chuuya en mi estado actual? - le murmuro este con el ceño fruncido.
- No mataras a tu compañero sea cual sea tu estado - respondió el vampiro con una mueca, seguro Ango lo había regañado mil veces mientras el castaño estaba encerrado.
- A veces lo dudo - dijo de la nada Dazai apretando los puños - Quizás estoy muy lejos de ser salvado
- Estarás bien, no eres alguien que se deje vencer por sus impulsos - le dijo Odasaku con tranquilidad - pero ¿Qué haces aquí?
- ¿No debería? - Dazai lo miraba fijamente curioso por la pregunta de su amigo. No parecía ser mal intencionada
- Es extraño que vengas cuando me pediste que cuidara a tu compañero - explico Oda con su típica voz seria
Dazai le sonrió. Si, era extraño que haya venido, especialmente cuando a esta distancia ya sentía a Chuuya y su sed solo aumentaba.
- Solo...me descontrolaba mas no verlo que cualquier otra cosa...ahora me siento más o menos en calma aun cuando siento sed
Oda comprendió, debe ser sumamente difícil estar lejos de tu compañero, especialmente cuando este era un niño que no se podía defender. Golpeo en símbolo de compañerismo la espalda de Dazai animándolo
- Está aprendiendo a leer - le dijo Oda mientras se alejaba. De la nada sentía que quería ver a Ango.
El castaño sonrió mirando a si amigo y camino hacia la casa de Mori. Notando de inmediato al cachorro, se sintió en paz.
El pelirrojo había regresado a su lugar en el porche a leer su libro. Frunció en ceño ante las palabras complicadas. Su tío Fukuzawa debió traerle un libro más comprensible.
Intento volver a leer en voz alta
- Si... tus ...fuerzas... son diez veces supera...superior...superiores a las del advera... adversa... adversario... rodea...rodéalo- Chuuya miro el párrafo con el ceño fruncido. Estaba leyendo, pero entendía nada.
- Si tus fuerzas son diez veces superiores a las del adversario, rodéalo; si son cinco veces superiores, atácalo; si son dos veces superiores, divídelo - Escucho que le decían. Sus orejas se elevaron felices al reconocer la voz de Dazai. Este lo miraba a cierta distancia. Parece extraño, como más oscuro. Pero el castaño le sonrió alejando sus pensamientos sobre eso - Buenas noches, Chuuya
El niño se levantó intentando acercarse, pero Dazai negó con la cabeza.
- Quédate ahí - le dijo con voz tranquila, pero apretaba los puños con fuerzas - Si te acercas me tendré que ir
- No te vayas - respondió el niño volviéndose a sentar - Me quedare quieto ¿Ves? No me muevo
Parecía completamente seguro. Dazai miro sonriente la cola de Chuuya, la cual se movía de un lado a otro emocionado, traicionando al niño.
- Estaba aburrido – le dijo este moviendo sus piernas en el aire – No esperaba que Dazai viniera
- Yo también estaba aburrido
El castaño debía admitir que el cachorro hoy parecía un bollo. Tenia mas ropa de la que había visto usar a alguien. Así que por fin estaban preocupados por si se resfriaba, pero esto era exagerado.
- ¿No tienes calor? – le pregunto a Chuuya, el que lo miro con un puchero
- Mucho – espeto mirándose la ropa. Luego suspiro – Pero si me quito algo, mi tío me encerrara en una burbuja, o algo así dijo
Dazai ladeo la cabeza ante eso.
- Pareces un bollo – le comento con sinceridad. Chuuya le saco la lengua - ¿Porque estas leyendas a Sun Tzu? - le pregunto divertido por la expresión del niño
- ¿Quien?
- Ese libro se llama el arte de la guerra escrito por Sun Tzu, no es lectura para un niño- le comento sentándose en el suelo a una distancia razonable del niño.
Al menos sentía que su sed había disminuido un poco, habían intentado encerrarlo, pero no le costó mucho salir, solo quería estar cerca de Chuuya o mataría a cualquiera para distraerse. Ya lo había hecho antes de conocer a Chuuya y limpiar el lío era una tarea difícil
- Me lo dio mi tío Fukuzawa- comento el niño mostrando el libro a Dazai- Aunque no entiendo que dice
Dazai se rio por la cara de molestia que tenía el niño.
- ¿Para que estas leyendo en todo caso, cachorro?
- ¡Debo aprender a leer más rápido! Así no seré estúpido- comento con una sonrisa.
Dazai lo observo, se sentía mejor cuando lo escuchaba hablar
- Te ayudare con las palabras difíciles, así que lee para mí - El pequeño asintió contento ante eso. Así sería más fácil.
- Si quieres… fingir… cobar…día para cono…cer la es…tra…tegia de los adver…sarios, prime…ro tie…nes que ser estre…ectre…extre
-Extremadamente - Dazai estaba divertido al verlo esforzarse por leer bien las palabras. Se sabía es libro de memoria, era elemental para todo aquel que quisiera saber luchar.
- Extremadamente - repitió el niño con dificultad
- Sigue, te estoy escuchando
El cachorro asintió, pero se detuvo antes de comenzar a leer de nuevo. Con el ceño fruncido
- No sé qué dice esta palabra- comento.
- ¿Cómo es?
Chuuya sin pensarlo se levantó y corriendo se acercó a Dazai con el libro en mano para mostrarle palabra.
- Aquí - le dijo cuando estuvo a su lado.
Dazai sentía sed...tanta sed…sabía que no debería haber venido, la voz de Chuuya lo calmaba, pero su cercanía solo provocaba que quisiera beber su sangre. Tenía sed.
Con rapidez abrazo a Chuuya contra él, inhalando cerca de su cuello. Que sed
- ¿Dazai? - el cachorro lo abrazo de vuelta- ¿Te sientes mal?
¿A qué sabría la sangre de Chuuya? Era doloroso la sed que sentía, pero Dazai en último momento de control se mordió el brazo. No le iba a hacer daño a Chuuya. Sin contenerse lo alejo de él, listo para irse. Sintió como el cachorro lo agarraba de su gabardina negra.
- Suéltame – le gruño, no queriendo sonar tan brusco como sonó
Sintió como la mano del niño temblaba, pero no lo dejo ir
- Lo siento… - le dijo Chuuya al ver que el castaño realmente se iba - No volveré a acercarme...no te enojes…me alejare de ti...pero no me dejes
Dazai se estremeció por la voz triste de su compañero. Se giro para decirle que no estaba enojado, pero ya era muy tarde, Chuuya estaba llorando. Sintió que se le rompía el corazón por cada lagrima que veía caer.
Se apresuró a acercarse a él, abrazándolo con suavidad. El cachorro escondió su rostro en su pecho sin parar de llorar.
- No llores, Chuuya- le dijo palmeándole con suavidad la espalda
- ¿No te iras? - se separó mirándolo aun con sus ojos llenos de lágrimas. El castaño asintió. ¿Como le iba a decir que no cuando lo miraba de ese modo?
Le seco las lágrimas con sus manos. Era la primera vez que lo veía llorar y había sido su culpa. Era un idiota. Lo sostuvo cerca hasta que Chuuya dejo de llorar.
- ¿Por qué no podía acercarme? - pregunto el cachorro
- Tengo hambre - dijo finalmente. Apoyando su frente en el hombro del Cachorro. Este movía su cola con tranquilidad sin comprender del todo el comportamiento del vampiro
- ¿Quieres pasar a comer algo? Creo que hay pizza de ayer- pregunto Chuuya separándose de Dazai. Tomándolo de la manga para que los siguiera. El castaño le sonrió divertido
- No como esas cosas - le dijo en cambio, Chuuya frunció el ceño confundido
- ¿No te gusta la pizza?
- Podríamos decir eso - estaba feliz, las emociones que sentía parecían calmar sus ansias de sangre
- ¿Y qué te gusta comer? - el pelirrojo lo miraba con sus ojos brillantes, le gustaba el azul de esos ojos
- Soy un vampiro, Chuuya - le murmuro esto explicara todo. Y lo hizo porque el cachorro se sonrojo recordando que Dazai efectivamente era un vampiro
- Humm... ¿Quieres beber de mi sangre? - le susurro con valentía. Le daba algo de miedo, bastante en realidad, no tenía bienes enseñanzas respecto a las formas de alimentación de un vampiro. Pero si Dazai tenía hambre era lo mínimo que podía hacer por todas las veces que lo había acompañado.
- ¿Me dejarías? - pregunto el castaño con seriedad. El cachorro le asintió con más seguridad. Dazai se le sonrió - Tomare esa oferta en un futuro, cachorro
- Pero tienes hambre ahora - murmuro con la nariz arrugada.
Dazai se rio. Lo atrajo hacia si, para que se sentara a su lado. Chuuya se acomodó en su costado feliz.
- ¿Que palabra no entendías?
- Esta - Dazai miro el lugar que le señalaba en el libro
- Artificial - lo leyó lentamente para que el Chuuya lo captara. Este frunció el ceño
- No me gusta este libro - dijo malhumorado. Frustrado por no poder comprender bien el contenido, miro al castaño suspirando- ¿Me la lees? - este le acaricio el cabello asintiendo
- Si quieres fingir cobardía para conocer la estrategia de los adversarios, primero tienes que ser extremadamente valiente, porque sólo entonces puedes actuar como tímido de manera artificial
Chuuya pensó con esfuerzo lo que le habían leído. Rindiéndose después de unos minutos.
- Te traeré un libro más para tu edad después, Cachorro - le comento Dazai divertido por la expresión del niño. ¿Que estaban pensando en darle ese libro?
El cachorro asintió feliz. Este libro había estado difícil de leer.
- ¿Quieres jugar conmigo ahora? - pregunto emocionado el pelirrojo mientras se alejaba del costado de Dazai.
- ¿A qué quieres jugar?
- Pensé que tendrías alguna idea - comento Chuuya emocionado.
Dazai lo pensó, no sabía mucho de juegos, en su infancia no jugo nada en particular. A no ser que torturar contara como un juego. De todos modos, no podría estar jugar con Chuuya en estos momentos
- Ya es muy tarde para jugar, Cachorro, ve a dormir para que me pueda ir tranquilo - le dijo finalmente, a lo que el niño frunció el ceño
- No quiero - comento. Aferrándose al abrigo del castaño - Tengo qué esperar a que regresen ¿Esperarías conmigo?
- Depende ¿Qué gano yo con esperando? – le espeto levantándose con el niño en brazos. Este se dejó, no le molestaba que Dazai lo cargara
- No estarías solo – le comento el niño, refiriéndose a que, si se iba, estaría solo en el camino a casa. Pero para el castaño fueron palabras más fuertes.
- No estaría solo... – repitió mirando hacia el cielo. Su garganta estaba ardiendo por la sed, pero…quería seguir escuchando a Chuuya, su corazón parecía calmarse- Bien, me convenciste cachorro ¿Dónde quieres esperar?
- En la casa, no puedo salir hoy – le contesto este señalando la casa. Dazai estaba de acuerdo…la noche no era segura para un cambiante sin manda – Ven, te mostrare toda la casa
Dazai lo bajo, el niño se alejo corriendo. Deteniéndose en ultimo momento para mirarlo fijamente
- Tienes que apresúrate, Dazai o te perderás – le comento con una sonrisa alegre. Sus ojos estaban brillando por enseñarle la casa al castaño.
Fue un recorrido divertido para Dazai, sobre todo por los comentarios del cachorro sobre cada habitación
- Aquí leo…aquí ceno…aquí juego…Aquí me caí dos veces – le iba diciendo mientras pasaban por cada lugar. Hasta que finalmente llegaron a su ya conocida habitación- Y aquí duermo – comento con una sonrisa
- ¿Y si duermes ahora? – le espeto el castaño, no queriendo dejarlo solo mientras estuviera despierto
- No tengo sueño – reitero el niño
- Si te cuento una historia ¿Te vas a dormir?
Chuuya lo analizo, sus orejas estaban atentas a cualquier movimiento. Luego asintió.
- No se si me duerma, pero quiero oír la historia – murmuro emocionado
- Bien, ve a acostarte
Cuando el niño estuvo bajo las tapas, Dazai se sentó a su lado. Chuuya de inmediato se apegó a su costado. Jugando con el tejido de su gabardina. El castaño parpadeo sorprendido por este gesto tan lleno de confianza, casi como si se hubieran conocido de toda la vida.
- Dicen que hace mucho tiempo- comenzó Dazai con una voz fingida, intentando aparentar ser un narrador. Chuuya se rio ante eso
- Te escuchas gracioso – le dijo el cachorro. Dazai le guiño un ojo.
El castaño continúo hablando
- Dicen que hace mucho tiempo una humana se enamoró de un vampiro que le salvo la vida mientras viajaba a casarse con un desconocido - comento pensativo en la leyenda que siempre les contaban a los niños en su aquelarre, la había escuchado un día por casualidad. Nunca pensó que le serviría
- ¿Te puedes casar con un desconocido? – dijo Chuuya impactado. Dazai observo como su cola se quedaba quieta ante esa revelación
- Antiguamente era muy normal los matrimonios de ese tipo
- Yo no me casaría con alguien que no conociera – le respondió bostezando.
- Ella tampoco quería – continuo Dazai riéndose por la nariz arrugada de Chuuya ante la historia. Si poder evitarlo sujeto la pequeña nariz de Chuuya, quien entre risas lo quito de encima- Así que intentó huir con el vampiro, que también se había enamorado de ella a primera vista, pero, huir no les funciono por demasiado tiempo
- ¿Por qué? – murmuro Chuuya mirándolo atento.
- Él no podía protegerla durante el día y ella no podía estar con él durante la noche, era un amor completamente imposible, entonces, un día el padre de la chica los encontró y asesino a la chica frente al vampiro, que corrió hacia ella, muriendo a su lado por las quemaduras del sol.
- ¿Murieron?
- Si, por eso no debes desobedecer a tus padres y correr con un vampiro desconocido, terminaras muerto y sin felicidad, y si ese el caso es mejor suicidarse
Chuuya miro con la boca abierta a Dazai. ¿Qué pasaba con ese final trágico? Dazai levanto una ceja
- ¿Qué? – le espeto con un puchero – Encuentro que fue un buen final
Chuuya lo miro enfurruñado
- ¿Por qué ella no convirtió en un vampiro para estar con él? – gruño el cachorro
- ¿Abandonarías la luz para estar toda tu vida en la oscuridad, Chuuya? – le dijo en cambio el castaño – Sin poder volver a ver la luz del sol, dejar todo atrás
- Si – respondió Chuuya firme, no se notaban dudas en su voz. Dazai lo miro con una sonrisa
- Ella quizás pensó eso al final – narro Dazai atrayendo al cachorro aun abrazo. Queriendo creer que esa siempre seria su respuesta- Veras, hay una flor en mi territorio que solo florece de noche
- Las flores son del día – comentó el cachorro con una sonrisa – en la noche no viven
- Esta si, por eso es tan extraña – le dijo es castaño acariciando sus cabellos. Chuuya se apoyó en el gesto. El vampiro no pudo evitar pensar que los cambiantes realmente eran seres de piel. – La flor se llama Magnolia, florece en la noche y se cierra cuando empieza el amanecer, casi como si fuera de la familia de los vampiros, dicen que esa flor es el deseo desperado de la chica de querer volver a estar con el vampiro sin importar si dejaba de ver la luz, es de un bello color blanco
- ¿Podemos ir a verla ahora?
Dazai pensó en el lugar donde estaba la flor, sería difícil ir cuando todos están tan descontrolados
- Otro día te llevare, cachorro – le dijo en cambio.
Chuuya estaba dormitando en los brazos de Dazai. Así que solo asintió en acuerdo a ese trato.
Gracias por leer 🐾🐾🦇🦇
¿Se han leído el arte de la guerra de Sun Tzun? Es bastante bueno, por si algun dia el aburrimiento les gana😂😂 mi profe dijo que servia para la vida. Y quien sabe, si hay tercera guerra mundial sirve para sobrevivir 🎤🎤🎤🎤
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