Capítulo 42: Mentira
El pelirrojo se removía incómodo en su cama, le dolía la garganta, apenas podía abrir los ojos por el fuerte dolor de cabeza provocado por la fiebre, este último síntoma era el más preocupante, siempre lo hacía sentir terrible.
A pesar de todo, se rio por la mala broma, ya no era un cachorro sin defensas y era mucho más fuerte que un soldado entrenado, pero su sistema inmune seguía siendo terrible… De todos modos, ¿Cómo se supone que luchara contra su sistema inmune? Había intentado entrenarse, y comía todas las verduras, incluso cuando no le gustaban. Quizás por eso ya no enfermaba si no usaba ropa demasiado abrigada o si no cubría sus orejas al salir al exterior
- Atsushi, ¿Me pasarías…un vaso de agua? – murmuro enfocando su mirada en su hermano quien todo el tiempo ha estado sentado a su lado en la cama
- ¡Voy! – grito el tigre mientras corría apresurado fuera de la habitación
Normalmente sentiría mucho calor, pero esta vez, sentía frío, la fiebre le estaba dando sobre todo frío… ¿Cómo le iba a explicar a su madre las razones por las que estaba enfermo? No espero que estos síntomas aparecieran al poco rato de llegar a casa con Atsushi, primero fue la toz, luego de un rato fue el dolor de cabeza y ahora era la fiebre
A los pocos segundos Atsushi regreso con el vaso de agua, entregándoselo rápidamente a su hermano.
Chuuya se incorporó a una posición sentada, bebiendo lentamente del agua, calmando levemente la sequedad de garganta que sentía.
- Han… pasado años…desde que Chuuya no se enfermaba – comento nervioso Atsushi, nunca era bueno cuando su hermano se enfermaba, parecía sufrir mucho más incluso cuando era un simple refriado
- Si, siempre se ha sentido como un infierno – dijo el pelirrojo sonriente, no se arrepentía de nada, su cola se movió emocionada ante ese pensamiento, aunque a los pocos segundos se dejó caer sin fuerza a su lado
- Lo siento – El pelirrojo de inmediato miro a Atsushi confundido
- ¿Por qué?
- Río…bosque…vampiros – murmuro por lo bajo, tratando de referirse a todo lo que estaba pasando
- Oh, si, eres un idiota – Chuuya espeto logrando que el tigre bajara a un más la mirada, aunque, volvió a mirar al pelirrojo cuando este revolvió su cabello con cariño – No vuelvas a correr al bosque de ese modo, Atsushi, podría haber ocurrido algo peor – incluso si su hermano se recuperaba más rápido que él no significa que herirse no doliera – Y no le digas nada a mamá ni a tío Mori
- No puedo…es mi deber – Atsushi estaba decidido a recibir un castigo por sus actos – Debo acatar lo que mi alfa solicite y lo que Neesan quiera
Chuuya suspiro, incluso si castigaban a su hermano, lo máximo seria que lo encerraran sin comida o agua, pero nada de torturas físicas que provocaran dolor... o eso esperaba
- Atsushi, hoy es mi cumpleaños – comento en cambio el pelirrojo captando la atención del tigre, quien inmediatamente se avergonzó, era cierto ¡Era un día importante! ¡Lo había esperado y por toda la situación lo olvido!
- ¡Feliz cumpleaños! – grito emocionado, extendiendo sus brazos, pero deteniéndose en un último segundo, nervioso si le permitiría algún gesto de cariño, el pelirrojo se rio dejando que Atsushi lo abrazara, era tan extraño que su hermano comenzara los derechos de piel. Asi que solo pudo abrazarlo de vuelta
- Gracias, hermano - comento Chuuya sonriente, olvidando por un segundo lo mal que su cuerpo se sentía – Y veras, como es mi cumpleaños, tengo derecho a pedir un favor, es mi día
Atsushi asintió, separándose del abrazo, para volver a sentarse a cierta distancia
- Lo que Chuuya quiera – Sonrió en completa sinceridad, lo que su hermano quisiera por su cumpleaños se lo daría
- No le digas a mamá y a Tío Mori – comento solemne el pelirrojo, queriendo que sus palabras llegaran a su hermano
- Pero… - Atsushi se mordió el labio nervioso – Eso no es correcto
Chuuya asintió, no era correcto mentir, y Atsushi siempre le ha costado mas hacerlo, sobre todo cuando siempre sentía la necesidad de obedecer a los demás
- Sin embargo, es más peligroso contarles – tosió un poco, sintiéndose mareado – Ya sabes, si se enteran que vi a Dazai antes del tiempo estimado podríamos regresar a una guerra, puede que no nos haya hecho daño, pero, su confianza en estos momentos es una cuerda muy fina, no es fácil eliminar el odio de siglos – susurro Chuuya queriendo que Atsushi comprendiera – No quiero que más personas sufran, hermano ¿Me comprendes? Tío Mori no tolerara lo que ocurrió hoy, mucho menos Mamá, debemos evitar conflictos innecesarios
- Neesan no nos creerá – susurro finalmente el muchacho, bajando la mirada – Ella sabe cuándo hacemos cosas que no se deben
Chuuya asintió, si, su madre siempre sabia
- No está de más intentarlo – el pelirrojo asintió tratando de parecer convencido de su plan aun cuando no era así, no quería mentir, pero era por un bien mayor – Y si mamá se va a enterar, al menos que sea cuando estemos lejos de la manada, lejos de tío Mori – no seria bueno que su tío se enterara
Atsushi asintió lentamente, pensando que tampoco le gustaría ver enojado al alfa
- No volveré a ponerte en peligro – comento con seguridad el tigre, pasara lo que pasara no dejaría que su hermano estuviera en peligro, además, Dazai ya lo había asustado y regañado lo suficiente
Chuuya le sonrió cansado, no había modo de que Atsushi quisiera ponerlo en peligro a propósito, de todos modos, el caer al río fue su culpa, si no se hubiera resbalado o reaccionado mejor no estarían en esta situación.
- Solo abre las ventanas… - termino por comentar al mismo tiempo que se dirigía a abrir las que estaban más cerca de él, Atsushi hizo lo mismo con las otras ventanas
Luego ambos acomodaron todo de tal modo que pareciera que estuvieron viendo películas toda la noche, esparcieron algunas palomitas por el suelo y dejaron varias películas cerca de la televisión.
Para cuando terminaron, Chuuya no podía mas del cansancio, tenia demasiado frío, volvió a recostarse bajo las frazadas, todo su cuerpo temblaba, sus orejas y cola no se movían sin importar cuantas emociones estuviera sintiendo
- ¿Duele mucho? – Atsushi se sentó a su lado mirándolo preocupado, toco la frente de Chuuya notando lo cálida que estaba
- No tanto…como las otras veces – susurro el pelirrojo tratando de mantenerse despierto – Estaré bien…si duermo un poco… - susurro acomodándose, estaba tan cansado, se preguntó cómo podría ir a su fiesta de cumpleaños
El aire helado entro con fuerza por la ventana, provocando que el pelirrojo se estremeciera
- Hay que cerrarlas – Atsushi trato de hacer eso, pero fue detenido por Chuuya, quien lo tomo con suavidad por la mano
- Estoy bien… regresaran pronto y podremos cerrarlas – le sonrió levemente sin abrir los ojos
- Neesan se asustará cuando te vea así – hace años que el pelirrojo no se enfermaba
No recibió respuesta, Chuuya ya se había quedado dormido, aun agarrado de su mano con suavidad.
Atsushi observo preocupado como el pelirrojo respiraba a descompás, quizás su hermano creyera que se enfermo fácilmente, pero, para su contextura claramente fue extremo caer al agua congelada.
Se quedo cuidándolo, dormitando a su lado, al menos hasta que se escucharon voces en el piso de abajo. Tanto Atsushi como Chuuya se despertaron, ya habían regresado
Los pasos apresurados se escucharon en dirección a la habitación de Chuuya, antes de que golpeara la puerta, Kouyou espero tres segundos antes de abrir, inhalando sorprendida ante la vista
- Dios, ¡Chuuya! – Kouyou se apresuro a tomar con ambas manos el rostro de su hijo - ¿Qué paso? ¿Por qué tienes fiebre? – no dejaba de preguntar moviendo el rostro del muchacho de un lado hacia otro – Y no te atrevas a mentir, Cachorro - De reojo observo a Atsushi, quien se había acercado a las ventanas para cerrarlas, sonriéndole algo asustado - ¿Atsushi? ¿Están bien? ¿Qué ocurrió? - No había modo de que Chuuya se hubiera enfermado fácilmente, su resistencia solo debía verse afectada por algo muy grave. Chuuya sonrió tratando de decir que estaba bien, pero no siendo muy efectivo por la manera en que sus orejas rojizas no se levantaban de su cabello, mientras que su cola se mantenía quieta en su costado - ¿Cachorro?
- Nos dormimos con las ventanas abiertas mientras veíamos películas– tosió el pelirrojo, recibiendo una suave caricia en su espalda de parte de su madre – Y, nos quedamos…hasta muy tarde fuera
Se dejo caer sin fuerzas contra la cama, se sentía terrible. Kouyou lo miro preocupada, había pasado mucho tiempo desde que esto había ocurrido
- ¿Es así? – Kouyou dirigió su mirada a Atsushi, quien sonrió nervioso - ¿Atsushi?
- Si, Neesan, estábamos mirando… ¿el cielo? – siempre iba a ser pésimo mintiendo, así que, ante la mirada interrogante y dominante de la pelirroja, Atsushi solo tuvo una estrategia que hacer, no lo hacia seguido, pero, no tenía más opciones – Tengo mucho sueño – dicho esto se apresuro a recostarse al lado de Chuuya
- ¿Atsushi? – Chuuya no se quejo ante el repentino movimiento, simplemente lo dejo que se recostara a su lado, aunque, eso no termino ahí, de un momento a otro Atsushi se convirtió en un joven tigre, quien bostezo dejando ver sus peligrosos colmillos antes de acurrucarse alrededor de Chuuya, dándole el calor que necesitaba para superar un poco la frialdad causada por la fiebre
- Asi que así va a ser, jovencito – reprocho Kouyou al ver como su hijo mas joven ronroneaba bajo las caricias de un emocionado Chuuya, quien, a pesar de su enfermedad, no iba a desaprovechar el tener tan cerca al tigre – Se que solo me están diciendo la mitad de la verdad – continuo Kouyou con una ceja alzada
Aunque ninguno de los dos muchachos ya la estaba escuchando, los lobos también podían transformarse cuando quisieran, pero era más común que lo hicieran en luna llena para correr con su manada, pero eso era costumbre, no significaba que no pudieran hacerlo en la cotidianidad, era lo mismo con los tigres
- Mira mamá, Atsushi por fin se trasformo por voluntad propia – comento con una sonrisa, dejándose caer sobre Atsushi, el pelirrojo no dudo en cerrar los ojos apoyado en el suave pelaje del tigre blanco, era muy extraño ver que Atsushi se trasformara sin que no se le obligara por temas de entrenamiento, siempre parecía avergonzado de mostrar la apariencia del bello tigre blanco, aunque, por otro lado, Chuuya sospechaba que no se trasformaba también por su culpa , su hermano siempre era considerado con su incapacidad para controlar el cambio, así que raramente mostraba que él podía controlarla, no es que el pelirrojo sintiera celos, solo podía aceptar su defecto. Le entristecía y molestaba mas el hecho de que la gente tuviera que mirarlo con lastima por ello, como si fuera una discapacidad terrible, pero, no iba a decirle eso a su hermano que lo hacia solo por que lo apreciaba mucho - ¿Mami? – Chuuya recurrió a llamarla así, haciendo un leve puchero, producto de la fiebre sus orejas se mantuvieron agachadas
Kouyou suspiro, acariciando el cabello de Chuuya con cariño, al mismo tiempo que con su otra mano tocaba las orejas del tigre
- ¿Están bien? – susurro con suavidad, logrando que ambos muchachos se sobresaltaran – No preguntare nada mas hasta que estés mejor, cachorro, pero, al menos contesten eso
Tanto Atsushi como Chuuya se sintieron mal por preocuparla de ese modo
- Estamos bien, mamá – contesto el pelirrojo con una sonrisa, si no fuera por su resfriado todo hubiera pasado desapercibido
Atsushi ronroneo en su forma de tigre, afirmando con ello lo que había dicho su hermano. Kouyou los miro atenta, antes de atraer a un abrazo a Chuuya
- No preguntare nada más hasta que te hayas recuperado – comento acariciando los rizos rojizos de Chuuya – Y antes que cualquier cosa, feliz cumpleaños, cachorro – comento con una suave sonrisa, el pelirrojo devolvió el abrazo, dejando caer contra el toque de su madre
- Gracias por traerme al mundo, mamá – contesto el pelirrojo, suspirando con cariño en el abrazo
- La mejor decisión de mi vida – Kouyou se separo volviendo a agarrar el rostro de Chuuya con ambas manos – Ahora, cariño, ¿Cómo vamos a solucionar tu resfriado?
El pelirrojo le sonrió cansado, acariciando con una de sus manos al tigre, quien se estiraba perezosamente en la cama, sin ninguna intención de volver a ser humano, no quería abrir la boca y contar todo
- ¿Médico? – Chuuya estaba algo avergonzado, no quería ser atendido otra vez por un médico que estaba en su manada solo por los cachorros
- Lo llamaré – comento Kouyou que había llegado a la misma conclusión que su hijo.
Los medicamentos no solían ayudar al muchacho en cantidades normales, después de todo Chuuya no era humano, y no existían medicamentos para los cambiantes, sobre todo, por que no era normal que se enfermaran. Por ello, el único modo era darle grandes cantidades, e incluso con ello, no se curaba de inmediato
- Cariño, tienes demasiada mala suerte como para resfriarte justo hoy, no podrás comer nada que te aumente la fiebre – eso solo provocaría que esta subiera
Los ojos se Chuuya se abrieron impactados, si no estuviera tan agotado por la fiebre y el sueño sus orejas se hubieran alzado ante esas noticias
- Es mi cumpleaños – se quejó, en su cumpleaños era cuando mas dulces había, y claramente habría chocolate, eso no podía faltar
Kouyou negó con la cabeza antes de dirigir su mirada a Atsushi que había estado escuchando
- No le des dulces a escondidas, Atsushi – regaño comprendiendo las intenciones del tigre – O tendrás la misma orden
El tigre resoplo ante eso, acurrucándose mas cerca de Chuuya, quien se dejo caer a su lado abrazándolo con toda la intención de dormir, no tenia sentido discutir con su madre cuando estaba preocupada por su estado, y de paso, no tenia derecho a quejarse cuando le había mentido tan descaradamente, el quedarse sin dulces era lo justo
- Iré a llamar al médico - Kouyou los miro un segundo antes de ir a buscar a Mori, tenia que saber en que lado encontrar ese tipo de medicamentos antes de la celebración de su hijo, no permitiría que el cachorro asistiera si a penas se podía levantar de la cama
Graciassss por leerrrrrrrr ❤️❤️❤️
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