Capítulo 41: Feliz
Dazai solía quejarse y odiar muchas cosas de los cambiantes, muchas, pero muchas cosas, no era que lo hubiera ocultado, solía decir con frecuencia lo poco que los soportaba.
Era una sensación cuando los veía, una sensación que lograba ponerlo de malhumor en pocos segundos, los detestaba, le desagradaban, los odiaba, pero… al tener a Chuuya abrazándolo mientras su cola se movía de un lado a otro en completa confianza…. No podía mas que rendirse ante esta raza, no podía recordar ni un solo poco de esa sensación tan molesta, quedando algo que solo podía nombrar como felicidad.
Si, Dazai era feliz con un compañero cambiante…no, eso era incorrecto…él era feliz con que su compañero fuera Chuuya
El tiempo se extendía sin que Chuuya se separara del abrazo lleno de anhelo, solo inhalando con suavidad cerca del cuello de Dazai, completamente relajado. Demostrando la confianza ciega que le tenia al castaño, al mismo tiempo que, Dazai demostraba lo mucho que confiaba en su compañero, permitir que estuviera tan cerca de su cuello, una sola tan vulnerable, solo hacia énfasis de ese hecho
- ¿Tuviste una pesadilla? – El castaño rompió el silencio con esas palabras, jugando con suavidad con los mechones rojizos de su compañero.
Eran las primeras palabras que se decían en ocho años, las cartas no podían oírse, seguían siendo preciadas y no había modo de explicar lo mucho que significaban para Chuuya, pero el muchacho no podía compararlas al sonido de la voz de Dazai, siempre tuvo el temor de olvidar como sonaba…así que, solo podía volver a grabar cada palabra nuevamente en sus recuerdos, comprendiendo que estar en estos momentos con su compañero solo era momentáneo
- ¿Cachorro?
Chuuya suspiro contra el cuello de Dazai, podía relajarse en estos momentos, estaba a salvo y su hermano también, lo había escuchado en la habitación, sabia que Dazai no le haría daño. Poco a poco fue entrando en conciencia separándose lentamente para mirar a los ojos a el castaño
- Son muy comunes últimamente – contesto casi en trance mientras miraba a su compañero, Dazai estaba aquí… poco a poco los recuerdos regresaron a su mente, logrando que una mueca se posará en su rostro – pero, supongo que…es normal tener pesadillas luego de caer… al río – susurro por lo bajo, bajando la mirada unos segundos
El vampiro hizo una mueca ante esa frase, pesadillas por culpa del río, siempre supo que quedaría alguna secuela en su compañero…pero, no lo hacía más fácil.
No es que el muchacho le hubiera contado ese miedo, pero…lo había podido inferir, no era difícil cuando le contaban que cuando el muchacho viajaba a lugares cerca del mar, prefería quedarse en la orilla, sin acercarse demasiado a algo que seguro asociaba con peligro. Sin duda un recordatorio de lo mucho que le habían fallado cuando era solo un cachorro.
Chuuya noto la expresión triste que se lograba presenciar en el rostro del castaño. Solo pudo sonreírle con suavidad
- No tienes que culparte por eso, no fuiste tu el que me lanzo al río – comento el pelirrojo, sin mencionar que Dazai había sido la persona que lo había rescatado – De todos modos. ¿Por qué pude pasar la barrera?– comento tratando de cambiar el tema
- ¿De que estas hablando? – espeto el castaño con una ceja alzada – Este también es tu hogar, por eso, las puertas nunca estarán cerradas para ti, cachorro
Chuuya poco a poco sonrió feliz, sin poder evitarlo llevo una de sus manos para tocar con suavidad el rostro de Dazai, necesitando tocarlo, su instinto estaba golpeando mas fuerte que nunca. Aunque, termino por retirar su mano, negando suavemente con la cabeza en un intento de detenerse. Maldiciendo en su mente sus instintos de lobo por necesitar tocar, era difícil de controlar cuando estaba cerca de alguien a quien apreciaba mucho. El castaño observo como las orejas rojizas se movían nerviosas
- No me molesta, cachorro – comento Dazai con una sonrisa, atrayendo la mano del pelirrojo a su rostro, dejando que la apoyara ahí – No necesitas contenerte
Chuuya le sonrió, no retirando de su mano, estudiando a Dazai por uno segundos
- Hola – termino por decir el pelirrojo sin perder la sonrisa, se suponía que eso era lo primero que debió haber dicho cuando se volvieran a encontrar. Su cola se movió emocionada mientras saludaba
Dazai se rio divertido por eso, sintiendo esa calidez que solo aparecía cuando Chuuya estaba cerca
- Hola, Chuuya – contesto con cariño, dejando que el pelirrojo retirara la mano de su rostro - ¿No te advertí que si te volvías a poner en peligro te encerraría en una caja con muchos candados en una habitación hecha de metal?
El pelirrojo hizo una mueca ante eso, recordando las palabras
- Estuve pensando en ello, y… no me gustaría vivir en una caja – señalo con sus orejas completamente alerta – Se supone que tengo muchas cosas que hacer
Dazai resoplo ante eso, claro que no lo iba a encerrar…por ahora
Ambos se quedaron mirando fijamente, estudiándose como no había podido hacerlo en muchos años
- No has cambiado nada, cachorro – comento divertido Dazai, ganándose una mirada irritada de parte de Chuuya
- ¡Estoy mas alto y ya no soy un niño! ¡Es claro que cambie! – espeto ofendido, su cola se balanceo de un lado a otro igual de irritada
- Hmmm – Dazai fingió volver a estudiarlo, mirándolo de pies a cabeza – ¿Más alto?
Chuuya le gruño mostrando sus dientes, cosa que solo logro que el vampiro se riera divertido
- ¡Aun estoy en crecimiento! – reprocho el pelirrojo irritado, iba a crecer, no había modo de que no creciera
- Si, si, ya me dijiste que serias mas alto que yo – espeto el castaño revolviendo el cabello del pelirrojo en modo de disculpa – Pero, por ahora, sigo siendo más alto que tú, cachorro
Chuuya suspiro, dejando que el castaño tocara su cabello
- Ya no soy un niño – murmuro por lo bajo, logrando que el castaño lo mirara
- Sigues siendo un niño para mí – contesto el castaño con una sonrisa suave, quitando su mano
Chuuya asintió ante esa respuesta, lo sabía, Dazai nunca había dejado de decirlo, quizás por eso podría decir con tanta facilidad que se enamorara de alguien mas y viviera todas las experiencias pudiera
- ¿Cuándo seré un adulto para ti? – susurro mirando a los ojos del castaño, ¿Cuándo podría olvidar la petición de Dazai de vivir sus experiencias de vida solo?
Dazai le devolvió la mirada, sin poder alejar la vista de esos ojos azules tan intensos
- No tienes que apresurarte a ser un adulto – el vampiro lo dijo sin alejar la mirada – Esta bien como estas, cachorro
El pelirrojo negó con la cabeza, dejando caer sus orejas con tristeza
- Si sigo sin ser un adulto no podre volver aquí – explico con sinceridad, no era solo eso, no podía permitir que su compañero estuviera sufriendo en la oscuridad al no poder crear el vínculo
- Yo esperare por ti – Dazai le sonrió con cariño, siempre esperaría, incluso cuando la oscuridad se volvía insoportable – Asi que, no te angusties y vive con calma
Chuuya frunció el ceño ante eso
- No quiero – termino por decir enfadado – Tú me pides que viva sin ti, solo me hace creer que eres un imbécil
Dazai se rio ante eso, ahora era un imbécil
- Oh ¿Y por qué soy un imbécil?
- ¡Por que no lo entiendes! – espeto malhumorado el pelirrojo, por fin dejando salir las palabras que quiso responder apenas leyó la última carta donde se le mencionaba que podía enamorarse de alguien más si quería – ¡Tú eres mi compañero! Nunca…Nunca podría vivir mi vida sin ti, Dazai – espeto con seguridad – Tienes que entender…que un compañero es alguien que te acompaña en la vida…. ¡Tú eres el que tiene que estar a mi lado, idiota! ¡Como mi amigo, mi apoyo y mi pareja! eso es lo que es un compañero de vida, idiota – Dazai no pudo evitar escucharlo anonado, si, Chuuya nunca había hablado como un niño…siempre pareció tener un pensamiento demasiado maduro para su edad
- Lo siento – contesto el castaño. No encontrando otra respuesta, ciertamente no había tomado en cuenta lo como actuaba el vínculo en Chuuya
El pelirrojo suspiro, no queriendo discutir
– Si me dices que no me quieres cerca y que me vaya con alguien más, solo me hace creer que me estas rechazado, Dazai – espeto finalmente Chuuya con el ceño fruncido – Asi que, no vuelvas a decirlo, nunca – quizás fuera su parte de lobo, pero el que le mencionaran que tenia que tocar y querer a alguien mas le provocaba demasiado asco
- Te arrepentirás si te unes conmigo a penas seas un adulto, Chuuya – la voz de Dazai sonaba convencida, en ningún momento alejo la vista de Chuuya– Soy mucho más mayor que tú, no quieres estar atado tan pronto a mi
El pelirrojo frunció el ceño ante eso
- ¿Y qué? – contesto sin importarle la respuesta
- Aun tienes mucho que vivir, muchas cosas que experimentar
Chuuya giro los ojos ante eso
- No lo entiendo – realmente no lo comprendía - ¿Por qué no puedes acompañarme en todo eso que tengo que experimentar?- Dazai frunció el ceño, abriendo la boca para decir algo, pero terminando por cerrarla – Entiende, idiota. Un compañero de vida acompaña, es estúpido que me digas que tengo que hacerlo por mi cuenta, fuiste creado para mí, Dazai – tomo al castaño por ambas mejillas con firmeza – No hay modo que pueda seguir sin mi compañero a mi lado, el destino tuvo que tener sus razones para que no conociéramos tan pronto
- Te vas a arrepentir– argumento Dazai al final con un suspiro – Extrañaras el día si decides estar conmigo, nunca podre acompañarte a ese mundo de luz
Chuuya le sonrió, su cola se balanceo más tranquila, durante toda la discusión había estado tensa, casi en modo de ataque
- Nunca me arrepentiría – no había dudas en su tono de voz – Estaremos demasiado tiempo separados como para extender más el tiempo, Dazai – su sonrisa era segura – Y, siempre puedo salir al sol cuando quiera, pero, al menos sabre que puedo volver donde mi compañero
Dazai sonrió ante eso, apoyando una se sus manos sobre las de Chuuya
- Puedes volver a mi cuando quiera, Chuuya – termino por decir el castaño, comprendiendo que en realidad su compañero tenía razón – Realmente actúas como un príncipe – tenia ese aire elegante de alguien que cualquiera reconocería como digno
- Soy un príncipe – aunque no le gustaba que le dijeran así – Cuando cumpla 18 volveré, mamá estaría muy triste si desapareciera antes
Dazai le sonrió, hablaba en serio cuando decía que Chuuya podía venir a él cuando estuviera listo, pero, no se interpondría en las decisiones de su compañero
- Solo dos años mas ¿Verdad? – comento el castaño observando la confusión el rostro de Chuuya – Ya son mas de las 00:00, oficialmente tienes 16 años - Chuuya alzo sus orejas sorprendido… vaya, el tiempo había pasado volando – Feliz cumpleaños, cachorro
- Gracias, Dazai – contestó sonriente, había podido ver a su compañero, no podía haber tenido mejor regalo. Recordó por un segundo la fiesta a la que tenia que asistir esa noche – Hoy…
- Se anunciará un compromiso entre los dos – señalo el castaño terminando la frase del pelirrojo - ¿Estas bien con eso? No es tarde para que digas que no
El muchacho sonrió negando con la cabeza
- No me molesta – no es como si fuera una mentira – pero… ¿Estas de acuerdo con tener paz?
El castaño asintió, en su rostro no había ni una sola duda
- Estaré demasiado ocupado contigo como para seguir en una guerra sin sentido – y, ya no tenia motivos para buscar emociones en un derramamiento de sangre innecesario, queriendo renunciar a la búsqueda de un compañero para convertirse en un renegado, un ser que renunciaba a sus emociones para matar y beber sangre indiscriminadamente, se pregunto por un segundo porque pensó en seguir ese camino, recuerda que apoyo el argumento de los renegados de que las emociones eran innecesarias y que abandonarlas solo los haría mas fuerte, es decir, abandonar su alma lo haría mucho mas poderosos y la vida sería más divertida, pero…ahora, al recordar el momento en que conoció a su compañero, con esa calidez tan hermosa en su alma, no pudo evitar pensar en que los ideales de un renegado eran verdaderamente estúpidos, no había ninguna diversión en una vida sin emociones, y…no había ningún placer en renunciar a su Chuuya. Sonrió con cariño a su compañero - ¿No es un buen regalo de cumpleaños?
- ¿La paz? – pregunto sorprendido el pelirrojo, alzando sus orejas - ¿Por eso aceptaste?
- Claro, me quede sin ideas de lo que podría regalarte, eres un príncipe, lo tienes todo
Chuuya arrugo la nariz ante eso
- Eso…es muy creativo de tu parte – comento por fin el muchacho con una bella sonrisa – Pero, me conformo con verte, Dazai, es el mejor regalo que pude recibir
El castaño parpadeo ante eso, sintiendo la calidez en su pecho con más fuerza
- Tú – susurro Dazai mirándolo a los ojos con seriedad – Sigues siendo demasiado lindo
- No soy lindo – gruño Chuuya malhumorado ¿Por qué seguía diciéndole lindo?
Dazai se rio divertido, atrayéndolo a un abrazo, queriendo sostenerlo en el poco tiempo que les quedaba juntos, Chuuya se apoyó en el abrazo sin quejarse, restregando inconscientemente su rostro en el pecho del castaño. Un gesto de cariño.
Estuvieron así unos minutos, solo disfrutando de la compañía del otro, en un silencio acogedor. Chuuya solo quería quedarse así para siempre, siempre consciente de que en algún momento tendría que irse, no queriendo iniciar nuevamente ese vínculo incompleto que lastimaba a Dazai. Se aferro con ambas manos a la camisa del castaño ante ese pensamiento, debía ser muy doloroso
- ¿Dazai? – susurro por lo bajo, tratando de no mostrarse nervioso, pero siendo delatado por el movimiento agitado de su cola. Se separo para poder mirarlo a los ojos
- ¿Sí?
- ¿Nunca...te has arrepentido de que yo sea tu compañero? - el tono de voz de Chuuya era seguro, no parecía mostrar ese pequeño temor que siempre había tenido. Sin embargo, sus orejas cayeron en un movimiento suave, que Dazai no pudo evitar seguir con mirada
- Ni una sola vez - contesto el castaño solemne, acariciando con suavidad una de las orejas de lobo del pelirrojo, quien se apoyó en el gesto confiado, cerrando un segundo los ojos antes de enfocar su mirada en la de Dazai, este , le sonrió con cariño retirando su mano- ¿Cómo podría arrepentirme? Mi destino me bendijo con un compañero - Dazai guardo silencio un segundo, observando fijamente a Chuuya. Él...no esperaba tener un compañero cuando su alma estaba tan manchada por la oscuridad, pero, contra todo pronóstico, lo tenía, uno que fácilmente podía compararse como el sol en su vida, no era una mala analogía, Chuuya fácilmente podía eliminarlo si lo quería, mientras que, al mismo tiempo, era la preciosa calidez que todo su ser sentía. Si, nunca podría arrepentirse de tener a Chuuya como su compañero. Con una sonrisa volvió a hablar - Y no puedo quejarme, no es como si pudiera intercambiarte por otro compañero, tengo que conformarme contigo, enano
Chuuya le gruño malhumorado ante esas palabras, mostrando sus colmillos en el proceso.
- ¡Arruinarte todo lo que dijiste, idiota! - espeto el pelirrojo enfadado, aunque, en el fondo, guardo cada palabra que Dazai le había dicho - Me voy
El castaño de rio divertido, atrayéndolo a su costado con suavidad, ignorando que podrían recibir una mordida
- Solo bromeaba, cachorro - Dazai tenía una sonrisa sincera que el pelirrojo no pude evitar mirar - Si cualquier otra persona hubiera sido mi compañero, seguro hubiera preferido morir - parecía extrañamente sincero mientras decía esas palabras - créeme, cachorro, llegaste en el momento adecuado para que…alcanzaras a conocerme
Chuuya hizo una mueca ante esas palabras, olvidando su enfado momentáneo. Sin pensarlo mucho coloco una de sus manos en el rostro de Dazai, quien le devolvió la mirada curioso
- No hables de tu muerte tan fácilmente, Dazai - la intensa mirada del lobo mantuvo cautivó al castaño, quien solo podía escucharlo hablar - No tienes permitido morir, no quiero quedarme solo
El castaño parpadeo ante eso, atrayendo a Chuuya a un suave abrazo
- ¿Ves? Mi Chuuya es perfecto, no te cambiaría por nada en el mundo - comento dejando que el pelirrojo se apoyará en el gesto - Chuuya es la persona que más quiero
El pelirrojo resoplo ante eso, aunque sin alejarse del abrazo
- En tu mente aún soy un niño - Chuuya lo sabía muy bien
- Eso no quita el hecho de que te quiero mucho - Dazai alejó del abrazo para mirarlo fijamente, con completa seriedad – Siempre siempre siempre te querré mucho, no importa si eres un niño o un adulto
Chuuya le sonrió feliz ante esas palabras
- Yo también
Se quedaron juntos, hablando de todo lo que habían hecho, tratando de ponerse al día en el poco tiempo que iba quedando, de algún modo era desesperante, tenerse que separar. Nunca se haría mas fácil, no había modo de acostumbrarse a esta sensación tan triste
- El tiempo pasa volando – comento Dazai mirando hacia el horizonte, iba a amanecer – Ya tienes que regresar, cachorro
Chuuya se mordió el labio, asintiendo, esto…realmente no se hacía más fácil, no importa cuantos años pasaran
- Yo…volveré a casa mañana en la noche – susurro mirando a los ojos a Dazai - ¿Puedes venir…a despedirte?
Dazai le revolvió el cabello con dulzura
- Estaré ahí – incluso si no se lo pedía iría a despedirse desde la distancia – Siempre estaré aquí para ti Chuuya, pero…no olvides contestar las cartas
- No lo olvidaré, mientras tu no me escribas estupideces, Dazai – entrecerró los ojos, sabia que el castaño había comprendido su mensaje entre líneas
- No lo hare
Justo en ese momento la puerta de su habitación se abrió con fuerza. Ango los miro a ambos tratando de calmarse
- Tú… Tú… Tú…. Tú – lo decía tratando de controlar su magia mientras señalaba a Dazai – Tú… - repitió nuevamente sin que las palabras pudieran salir de su garganta – Tú… - terminando por gritar enfadado
- Entiendo, Ango – comento Daza con na sonrisa, su amigo estaba lo suficientemente irritado como para olvidar la cortesía hacia la realeza– Pero lo iba a devolver ahora
A los pocos segundos aparecieron Odasaku y Atsushi, este ultimo tenia ropa diferente y tenia los brazos repletos de dulces. Miro nervioso a Dazai
- No se me ocurrió…que otra comida pedir – se excusó Atsushi tratando de no botar ninguna de las bolsas de golosinas que tenía.
Dazai solo le alzo un pulgar en señal de que lo había hecho muy bien.
Atsushi sonrió contento por el gesto, la verdad, lo había pasado muy bien, ni siquiera se sintió como un trabajo el distraer al consejero, Odasaku y Ango le habían mostrado varios lugares…todos en este lugar eran muy amables, sin importar que fueran vampiros
- ¡Trajiste a dos niños! ¿¡Por qué creías que si no te pase por alto uno te iba a aceptar dos?! – espeto por fin Ango con el ceño fruncido, terminando por suspirar, bien , se rendia
- Es mi culpa – comento Chuuya con una sonrisa avergonzada – No debía cruzar, Dazai solo me ayudaba
Ango enfoco su mirada en el joven príncipe
- Si tu madre se entera… - trago con fuerza
Chuuya se apresuró a calmarlo
- Mamá no lo sabe, solo tengo que volver antes del amanecer
Ango suspiro aliviado, eso era algo bueno, no había modo de que se quisiera enfrentar a la madre de este niño.
Dazai acompaño a Chuuya hasta el final de la barrera, justo al borde del río, mirando en todo momento con cariño. Ango se apresuro a hacer un sondeo, notando de inmediato que ninguno de los jefes de la manada, incluyendo a Kouyou, no habían regresado. Eso fue un alivio
- No van a contar nada de esto ¿Verdad?
Atsushi y Chuuya asintieron al mismo tiempo. Ango los evaluó antes de encargarse de eliminar con magia cualquier olor que hubieran atrapado de los vampiros, dejándolos completamente limpios de cualquier rastro. Con un simple movimiento hizo que Atsushi apareciera al otro lado del río
Chuuya miro un momento a Dazai, aun había muchas cosas que decir, pero, seria en otro momento
- No vemos mañana en la noche, cachorro – dijo el castaño sin poder tocarlo por la limpieza que Ango había hecho
Chuuya le sonrió, aferrándose a esa promesa
- Nos vemos mañana – susurro queriendo abrazarlo, pero sin poder hacerlo
Al siguiente segundo estaba al otro lado del río, casi como si todo hubiera sido un sueño
- Vamos – comento Atsushi comenzando a caminar hacia la casa
- Ya voy - Chuuya se giró una vez más para ver a Dazai. Este seguía en el mismo lugar , estaría ahí hasta que supiera que Chuuya había llegado a salvo a su hogar, sin importar si el sol comenzaba a salir, no se movería
Extrañamente Chuuya no quería dar ni un solo paso más para alejarse, era una sensación angustiante el tener que alejarse del castaño.
Esto siempre era doloroso, aun así, le sonrió lleno de felicidad, se verían mañana, ahí podría recién angustiarse por la despedida
Esté capítulo es auspiciado por mi café de madrugada y mi lista de reproducción para escribir 😂😂
Gracias por leer ❤️😊😊❤️❤️❤️❤️😿😿😿😿😿 amo cada uno de sus comentarios, siempre los leo y me hacen muy muy muy feliz ❤️😿
Solo me queda una cosa por decir..... Fue divertido escribir la calma antes de....jajaja es broma❤️🧡💛
Nos vimos, besos ~
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top