Capítulo 29: Casa

- Dije: “Veo, veo algo rojo” el conejo es blanco, así que sigue intentando – Ranpo ni siquiera abrió a los ojos para decir eso, Chuuya comenzaba a pensar que estaba alargando este juego a propósito, después de todo había dicho todos los objetos rojos de la habitación, pero, no creía que fuera tan malo como para mantenerlo distraído de ese modo

- La joya de mi pulsera!

- No

- Mi pelo!

- No

- Mis orejas?

- No

- Mi cola?

- No

- La joya de la pulsera?

- ehhhhh…creo que esa…Nop

- Mi pelo?

Ciertamente habían estado en ese círculo la última media hora. El ceño fruncido del cachorro era cada vez más pronunciado. Su mirada recorrió rápidamente la habitación. Asi que termino por suspirar

- Me rindo – comento este con un puchero malhumorado

Ranpo se rio para sí mismo

- Eso me deja en siete victorias y cero derrotas

El cachorro pareció enfadado al respecto, no era justo ¿Cómo iba a saber que en el primer juego se refería a un pájaro que se posó en la punta de un árbol del bosque? Ni siquiera sabía si era posible ver eso

- Tío Fukuzawa dijo que Ranpo-Onichan no debía sentirse orgulloso de ganarle a un niño de ocho años – murmuro dejándose caer en su cama, atrayendo a su conejo de peluche a un fuerte abrazo. Bugs dormía cómodamente a su derecha, sin parecer consciente de que su dueño ya había despertado

- Una victoria es una victoria, niño – espeto Ranpo dibujando un uno en la hoja donde llevaban la cuenta de los juegos - ¿Jugamos uno por lastima?

- ¿Jugar…por lastima? ¿Qué es eso? – las orejas del niño se levantaron curiosas, aunque no se incorporó de su posición en la cama

- Cuando juegas por un sentimiento de tristeza hacia a alguien, en este caso sería tener lastima de un niño que siempre pierde – su voz sonaba tan llena de pesar que hasta era creíble, si no fuera por el brillo narcisista que sobresalía de mirada.

El cachorro frunció el ceño. Quizás no debió aceptar jugar con Ranpo, siempre terminaban igual. Pero…sabía que solo había jugado con él para calmarlo de todo lo que estaba sucediendo. Después de todo Chuuya había despertado algo desorientado, sin comprender del todo lo que había pasado, los recuerdos volvían con lentitud. Si hubiera estado solo en la habitación, hubiera reaccionado mal ante lo que había pasado, pero Ranpo había estado junto con él en la habitación. Y habían comenzado con este juego

Aun así, el cachorro quería algunas respuestas, ¿Dónde estaba su mamá? ¿Por qué sus tíos no estaban? Y ¿Por qué solo estaba Ranpo cuidándolo?

Con eso en mente volvió a incorporarse

- Ranpo-Onichan ¿Puedo pedir un favor?

- Ya te dije que no te voy a abrazar ni cargarte en brazos, tu pulsera me rostizaría

Chuuya lo miro malhumorado, él no había dicho que quisiera un abrazo. Bueno, no lo había dicho consciente, lo dijo cuando a apenas estaba despertando, pensando que estaría su madre al lado

- No es eso – murmuro por fin tratando de alcanzar a Bugs que había despertado, aunque Ranpo se lo quito del alcance, manteniéndolo entre sus brazos. El conejo se removió incomodo, terminando por quedarse quieto, casi como diciendo que no se confiaba del todo, pero que se conformaba. Chuuya miro sorprendido como quitaban a Bug de su lado - ¿Mi conejo?

- No sabemos si lo puedes rostizar también, niño – comento Ranpo mirando al animal en sus brazos – Seria algo de traumante para mi ver un conejo siendo asado

Chuuya pareció ansioso ante eso. Dejando caer la mano con la que había tratado de alcanzar a Bugs, conformándose con sostener a su peluche

Ranpo evaluó el estado triste del cachorro, antes de suspirar

- ¿Qué favor quieres? – comento este finalmente dejando al animal en el suelo, el cual se dedico a corretear alrededor de la habitación, decidiendo por quedarse bajo la cama

Las orejas de Chuuya reaccionaron ante la pregunta, sonriendo hacia Ranpo

- ¿Vamos a buscar a mamá?

Ranpo se rio divertido

- Yo se que no eres estúpido cachorro – comento este en cambio, el niño asintió, no era estúpido – Asi que puedo apostar que tienes bastante claro donde esta tu madre en estos momentos

El cachorro termino por asentir con una mirada triste

- Pero… ¿Podemos ir? – Ranpo, contra todo pronóstico, asintió de inmediato. La cola de Chuuya se movió emocionada - ¿Enserio?

- Claro que podemos, pero no quiero – espeto Ranpo regresando a sentarse en la barandilla de la ventana, sacando de su bolsillo una bolsa de frituras, procediendo a comérsela con calma

- ¿Qué? ¿Por qué? ¿No sería divertido? – Chuuya se apresuro a sentarse en la orilla de la cama para mirar mejor al cambiante

- Primero, no puedo pasar la barrera como tu niño

Chuuya lo miro confundido

- ¿Barrera? - ¿Había algo así?

- Segundo, tu madre me mataría – Ranpo decía bastante enserio este punto – Y tercero, no tengo ni idea de como llegar

El cachorro frunció el ceño

- Esta ahí – el niño señalo el bosque confundido, hasta el sabia como llegar

Ranpo no dijo nada, solo encogiéndose de hombros. Chuuya termino por rendirse, se mantuvo en silencio unos segundos, simplemente moviendo sus piernas en el borde.

- ¿Crees que estén…bien?

- Están bien – la voz no tenia espacio para dudas – Te lo aseguro

- Es un vampiro – insistió el cachorro, refiriéndose al hecho de que los cambiantes odiaban a los vampiros y viceversa

- Y tu compañero

Chuuya asintió, sonriendo mucho más calmado. Si, era su compañero, no tenían que hacerle daño. Se pregunto si podría verlo, aunque fuera desde lejos.

Cierto pensamiento nació en su mente al pensar en su compañero, mirando confundido a Ranpo.

- ¿Ranpo-Onichan...?

- ¿Qué? – espeto este entrecerrando los ojos mientras apretaba contra sí mismo sus frituras – No te daré, tú tienes más que yo, eres un príncipe con contactos – se defendió el lobo con voz seria

Chuuya lo miro malhumorado.

- ¡No quiero frituras! – espeto sin dudar, no iba a preguntar eso

- ¿Entonces?

El cachorro estaba realmente curioso sobre algo

- ¿Por qué Ranpo-Onichan no tiene un compañero? – después de todo siempre le decía que no había nada que no supiera

El lobo dirigió su mirada al niño ante la pregunta

- ¿Eh? ¿Quién dice que no tengo?

- ¿Tienes?

- Todos tenemos, ¿Por qué el gran Ranpo no tendría uno?

Chuuya le sonrió. Si, eso era verdad.

La mirada del cachorro estaba interesada en esto, casi distrayéndose de lo que estaba pasando a su alrededor

- ¿Y dónde está? ¿Lo has buscado? – ¿No se suponía que los compañeros tienen que estar juntos?

- No es algo que debiera hablar con un niño, pero ya que te gusta escucharme hablar te contare

Chuuya no había dicho eso, pero….

- Si me gusta escuchar hablar a Ranpo-Onichan, es muy interesante

El mencionado extrañamente miro al cachorro con algo parecido al cariño, aunque rápidamente regreso a su mirada malcriada normal

- Lo conocí cuando cumplí veinte años - comento este comiéndose unas frituras, no parecía estar en lo más mínimo interesado, aunque luego comenzó a reírse – Pero se alejó corriendo ¡Corriendo!

Chuuya no le veía lo divertido, ¿No era malo que los compañeros corrieran de uno?

Ranpo paro de reír para continuar llenando su boca de frituras

- No te equivoques, no es que no me quiera – espeto con los ojos llenos de orgullo Ranpo- Es obvio que me quiere

- Entonces ¿Por qué corrió?

A Ranpo le brillaron los ojos ante eso, seguía teniendo una sonrisa divertida

- La última vez que lo vi dijo que tenía que esperar a que fuera digno de mi – comento Ranpo con un encogimiento de hombros – eso fue hace dos semanas y me lo grito desde los árboles, debo darle crédito, es lo más que se ha acercado a mí por voluntad propia desde que lo conozco

Chuuya realmente no comprendía del todo la historia, ¿No se supone que los compañeros tenían un impulso de siempre estar juntos? ¿Por qué Ranpo se veía tan divertido?

- No es eso… ¿Muy raro?

Ranpo se encogió de hombros

- Asi es mas divertido, además, no todas las relaciones de compañeros tienen que ser iguales, especialmente entre cambiantes – comento Ranpo con tranquilidad, sonriendo suavemente – Mori-san intento matar a tu tío Fukuzawa varias veces antes de que lo reconociera como su compañero

Chuuya parpadeo sorprendido

- ¿?

- Que consté, si alguien pregunta yo no te conté nada de esto

El pelirrojo negó rápidamente con la cabeza.

- No lo contare, lo prometo – susurro este como si ya fuera un secreto- Aun así, ¿Ranpo-Onichan no quiere estar con su compañero?

- No estoy apurado, mi alma está bien – aunque…no es como si no se encontrara con su compañero seguido, siempre sabia donde estaba o si lo necesitaba. Eran compañeros incluso si no se habían marcado

- ¿Tu alma…está bien?

El lobo paro de comer sus frituras

- Supongo que no te han dicho sobre eso – su mirada era claramente capciosa - ¿Ganaré algo si te lo explico?

- ¡Lo que sea! – Chuuya asintió de inmediato

- Quiero que me des la clave de la nueva alacena – comento con una sonrisa

El niño arrugo la nariz ante eso

- Pero…Ranpo-Onichan puede conseguirla fácilmente

- No es divertido si lo hago yo – espeto este con un puchero - ¿Es un trato?

- ¡Bien! – el cachorro solo la preguntaría, no es como si no se la fueran a decir…al menos no mientras su madre no lo escuchara

Ranpo evaluó su sinceridad ante de sonreír

- Un alma se vuelve más oscura mientras mas años pasa sola, niño – comento Ranpo en cambio, sin quitar en ningún momento la mirada del cachorro – A un punto en que la poca humanidad que tenemos como cambiantes comienza a perderse y terminas por elegir entre suicidarte o perderte en el lobo – Chuuya escuchaba con atención cada palabra, nunca le habían dicho sobre esto – Eso se detiene cuando tu compañero llega y se crea el vínculo

- ¿Se cura el alma?

Ranpo negó con la cabeza

- La oscuridad se queda, se comparte y deja de esparcirse – explico el lobo sacando una paleta de frutilla de su bolsillo, se notaba que traía un buen poco de dulces para pasar el rato. Luego sonrió – Los cambiantes viven mucho, pero…un Nakahara excede ese tiempo normal de un cambiante – comento este, el cachorro asintió, su madre le había dicho algo así – Asi que la oscuridad que tienen antes de encontrar a su compañero es más peligrosa que la que yo tendré que soportar, por eso mi alma está bien, aun soy joven, no tengo que apresurarme

- ¿Yo tampoco tengo que apresurarme? Tengo ocho años

Ranpo pareció divertido sobre eso

- ¿Te digo la verdad o te asusto más? – comento este con una sonrisa más emocionada que la que debería

Chuuya lo pensó unos segundos

- No me asustare – argumento en cambio

- ¿Estás seguro? Las historias de terror no son divertidas

El cachorro frunció el ceño ante eso. Aunque de todos modos no logro encontrar una respuesta.

El sonido de la puerta principal siendo abierta sobresalto a Chuuya. Olfateo unos segundos, concentrándose, antes de que sus ojos brillaran emocionados

- ¡Es mamá! – se apresuró a salir corriendo de la habitación, dejando a un divertido Ranpo solo comer sus frituras.

Chuuya se asomó desde la barandilla mirando a su madre con una sonrisa. Kouyou se la regreso sintiéndose más calmada.

- ¿Vienes aquí, cariño? – comento esta con un delicado gesto de su mano

Aunque el cachorro negó con la cabeza

- Voy a lastimar a mamá si me acerco – susurro este dejando caer sus orejas. La pulsera aún seguía activa

- Voy a arreglar eso ¿Bueno, cachorro?

Chuuya asintió dudoso, pero termino por bajar las escaleras para acercarse a Kouyou. Esta lo miro con cariño, sin intentar tocarlo

- Te entregare algo, pero tienes que prometer que solo colocaras un poco sobre la joya roja y nada mas ¿Puedes hacer eso?

El cachorro la miro sin comprender. Pero asintió con suavidad

- Yo puedo…- se interrumpió sintiendo un olor agradable, comenzó a olfatear sin poder evitarlo - ¿Tienes un dulce mamá? Huele muy bien

Kouyou lo miró fijamente antes de sacar el pequeño frasco con el líquido rojo. Chuuya no pudo evitarlo, olfateo curioso en esa dirección.

Ladeo la cabeza confundido ante el olor que parecía ser conocido para su pequeña mente. Era un olor muy agradable

- ¿Eso es sangre?  

- Dazai la manda para ti, cariño – con suavidad dejo el frasco de sangre en el suelo, no le iba a decir que era sangre del vampiro

- ¿Lo hizo? ¿Por qué? – insto este sin querer acercarse al frasco con sangre

- Para ayudarte ¿No dijiste que él te protegía? - El cachorro asintió nervioso, sus orejas estaban pegadas a su cabello, casi queriendo ocultarse – Eso ayudara a que se apague la pulsera, solo tienes que colocar un poco en la joya ¿Puedes hacerlo?

El cachorro se estremeció, no sabía por qué, pero la sangre tenía un olor agradable

- Mamá – el cachorro levanto su mirada, llena de nervios, para observar a Kouyou - ¿Es raro que quiera probar eso?

La mujer no se sobresaltó, así que por eso el vampiro había dicho eso

- Dazai te quería decir algo – comento en cambio la mujer con una suave sonrisa, Chuuya de inmediato la miro atento – dijo que no olvidaras que ese frasco sabe a sangre de conejo – sea lo que sea que eso significara

Aunque para su sorpresa Chuuya se rio divertido, sus orejas se alzaron y su cola volvió a moverse de un lado para otro

- …Eso no es cierto – susurro calmándose, recordando con una suave sonrisa que había prometido que no probaría sangre de nadie hasta que fuera un adulto.

No es que quisiera, no era un vampiro, sin embargo, había algo en el que le decía que probara la que había en el frasco, pero, no lo hizo, simplemente coloco la gota de sangre en la joya como le indicaron, la cual de inmediato dejo de brillar con esa aura roja, dando a entender que ya se había apagado.

Miro nervioso a su madre, la cual simplemente extendió sus brazos

- Ven aquí, cariño

Chuuya pareció dudoso unos segundos antes de acercarse donde su madre para abrazarla con fuerza. Ambos se quitaron un peso de encima mientras se abrazaban.

Se quedaron así unos segundos, hasta que Chuuya rompió el silencio

- ¿Cómo esta Dazai, mamá?

La bella mujer hizo una mueca. Igual de peligroso que siempre

- Esta bien, cachorro – comento está en cambio, separándose lo suficiente para mirar los bellos ojos de su hijo – Llegamos a una conclusión importante

Chuuya la miro confundido

- ¿?

- No es nada malo – dijo esta con una sonrisa, calmando a su cachorro

El niño le sonrió feliz

- Eso está bien

Kouyou asintió. Peinando un poco el desordenado cabello de su hijo. Este no se quejó en ningún momento. Dejándose mimar, al menos hasta que su madre volvió a hablar

- Ya es hora volver a casa, Chuuya – comento está soltando el cabello de su hijo.

Graciasss por leer❤️❤️❤️🦇🦇🦇🐾🐾🐾🐾

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top