Capítulo 22: Solo
Chuuya estaba sentado en bajo el árbol de su patio. Sus ojos estaban cerrados mientras sentía como la brisa jugaba con su rostro. A su lado estaba el conejo de peluche. Parecía haber sido sentado de tal modo que pareciera que también estaba recibiendo la brisa.
Por otro lado, el conejo que había traído Dazai correteaba alrededor del niño. Por mucho que Chuuya lo intento liberar este no se alejó de su lado.
Fukuzawa y Mori lo miraban desde la distancia bastantes preocupados
- ¿No crees que el cachorro está actuando extraño? – Mori tenía varias razones para argumentar esa expresión. Empezando por los conejos que ahora tenía el niño, habían aparecido hace cuatro días y tenía bastante claro el cómo habían llegado a manos del niño. Pero… la existencia de ese vampiro realmente parecía haber desaparecido. Ni siquiera los espías que tenían habían logrado dar información de su existencia. Como si se hubiera esfumado
- Normalmente es un niño extraño – contestó Fukuzawa sin malicia en su respuesta. Ciertamente Chuuya nunca se había comportado de manera normal – Pero, si lo he notado más distraído
Aun si decían eso, el niño había estado durmiendo bien, ya no se despertaba con pesadillas. Incluso no se quejaba cuando no lo obligaban a comerse las verduras de su plato y eso sí que era extraño. Chuuya normalmente no dejaba de hacer pucheros cuando aparecían zanahorias en su plato
Mori lo miro unos segundos más antes de acercarse con paso suave a su sobrino.
El conejo que hasta ahora jugaba tranquilo alrededor del cachorro, salió corriendo ante la presencia de lobo.
- Chuuya-kun, hablemos – comento Mori sentándose a su lado.
El cachorro abrió los ojos enfocándolos en su tío. Estos se miraban confundidos
- ¿Bueno? – la afirmación salió como una pregunta. ¿Por qué su tío quería hablar de la nada? - ¿Paso algo malo?
- ¿A ti te paso algo malo? – contesto en cambio el pelinegro con calma
El cachorro negó rápidamente con la cabeza
- Estoy bien – contesto este tranquilo. Nervioso agarro al conejo de peluche a su lado para jugar con sus orejas – No tienes que preocuparte tío
Mori suspiro. Si claro, eso sonaba muy convincente
- Si es por ese vampiro…
Chuuya abrió los ojos por la sorpresa
- No tiene que decir la palabra vampiro, tío- contestó este en un susurro
Mori levanto una ceja ante eso
- ¿Por qué?
- A ti te dan miedo – contesto Chuuya, no había rastro de mala intención en su tono de voz. Realmente había llegado a la conclusión de que por eso su tío prefería no hablar al respecto
Mori apretó los dientes con fuerza ante eso
- Yo no les tengo miedo – contesto molesto
El cachorro lo miro confundido
- Mamá dice que solemos alejarnos de los que nos da miedo
- Chuuya-kun, te prometo que no me dan miedo – contesto Mori con un suspiro. No tenía porque discutir con un niño de ocho años- El niño asintió, pero no estaba muy convencido – Entonces ¿Tiene que ver con ese vampiro? ¿Te visito de nuevo?
- Dazai se fue – susurro Chuuya lo suficientemente alto como para que lo escucharan – Y no volverá en mucho mucho mucho tiempo - Mori lo miro atento. Asi que se había ido
- No estaría mal que olvidaras a ese vampiro, cachorro – contesto en cambio Mori con simpleza
Chuuya negó con la cabeza.
- No creo poder olvidar a Dazai – respondió este con calma
Mori lo miro con curiosidad
- ¿No olvida uno a las personas cuando te abandonan? – contesto Mori sin pensar en sus palabras
Chuuya parpadeo ante eso
- Dazai, no me abandono. Él va a regresar cuando menos me lo espere – contesto este con una sonrisa tranquila, eso no lo había afectado en lo más mínimo. El creía en Dazai- Además, mamá también se fue, tío – explicó este pensando en su madre- Y yo no la he olvidado – Mori hizo una mueca ante esa comparación – Además, si tío Fukuzawa se fuera ¿Lo podrías olvidar?
El pelinegro comprendía eso, pero que se lo dijeran de ese modo era más impactante
- No, no lo olvidaría – contestó con un suspiro - ¿Por eso has estado tan distraído? - apenas pudiera conversar con su hermana tendrían que arreglar esta situación. Después de todo el que ese vampiro fuera compañero de este niño no era un tema que tuviera que tomarse a la ligera. Tendrían que llamar a una reunión de emergencia
- Un poco – contesto el cachorro con sinceridad – Pero…mas que nada, me he sentido solo – eso ultimo fue completamente en serio, extrañar a Dazai no era solo en cariño, sino en presencia, después de todo, había sido su único amigo por un tiempo. Y sus tíos trabajaban todo el día últimamente - ¿Mamá aun no contesta? Quiero escucharla – susurro este con tristeza
- A penas pueda contactar con ella te la pasare, Chuuya – contesto Mori con firmeza. No había modo de saber cómo estaba Kouyou, era realmente extraña su desaparición – Por mientras te ayudare con eso de tu soledad
El cachorro lo miro confundido. Pero asintió hacia su tío.
Mori se levantó del lado del pequeño acercándose a Fukuzawa que en todo el rato solo había mirado la conversación entre ambos.
- ¿Vas a llamar a Kunikida? – pregunto Fukuzawa a penas tuvo a su alcance a Mori
- Chuuya solo parece querer a ese pequeño tigre – contesto este sacando su teléfono.
Sonó el pitido de espera antes de que tomara conexión
- “¿Necesitan de mi presencia?” – contesto Kunikida de inmediato, se escucharon ruidos de alguien preparándose para salir
- “Mas que nada de Nakajima-kun” – contesto Mori con tranquilidad – “¿Puedes preguntarle si quiere venir a jugar con Chuuya-kun?”
- “Él quiere” – contesto el mencionado sin dudar – “Es un honor para nosotros servir a su familia, señor”
- “Entonces los estaremos esperando”
Corto el teléfono luego de despedirse.
No pasaron mas de tres horas antes de que tocaran la puerta. Mori abrió con una sonrisa de bienvenida.
- Espero que hayan tenido un buen viaje
- Gracias por su preocupación – contesto Kunikida con calma – Mocoso, saluda
- Buenos días, alfa – el niño pequeño hizo una reverencia pequeña, Atsushi contesto al saludo sin miedo. Aunque seguía mirando el suelo como si no quisiera enfocar su vista en nada mas
- Pareces más confiado hoy, Nakajima-kun – contesto Mori con curiosidad
El niño se sobresalto
- No las veo si no quiero verlas – contesto este en cambio, aunque tenía una pequeña sonrisa
Mori miro a Kunikida para una traducción de eso. Estaba al tanto de la habilidad desde la última reunión
- Parece ser que ha logrado controlar un poco esa habilidad
- ¿Por qué?
- No lo sé, tuvo dos malas noches donde no dejaba de gritar del dolor – contesto arreglándose los lentes mientras miraba al pequeño- Y cuando despertó parecía poder controlarlo mejor, no le encontré muy sentido, pero…se ve más tranquilo
Kunikida parecía algo orgulloso del pequeño
Atsushi los miro avergonzado, sin levantar la vista del suelo
- ¿Pue…puedo ir a buscar…a Chuu…Chuuya? – pregunto nervioso
- No tutees al príncipe, mocoso – comento Kunikida con firmeza
El niño se estremeció ante eso. Corriéndose
- ¿Nakahara-san? - dijo finalmente
- Esta en el patio ¿Recuerdas donde es o quieres que te acompañe? - pregunto Mori
El niño negó con la cabeza
- ¿Es por… ahí? – pregunto señalando el pasillo
Mori asintió
Atsushi le dio una pequeña sonrisa antes de correr por el pasillo.
Encontró a Chuuya jugando con el conejo
- ¡El conejo… si existía! – dijo Atsushi con una sonrisa mientras se acercaba a el cachorro. Este levanto las orejas de golpe ante la sorpresa de que alguien en el patio
- ¿Existe? – contesto este extrañado, agarrando en brazos al conejo que parecía querer huir. Termino por quedarse quieto en los brazos de su ahora dueño
Atsushi se sonrojo ante eso
- El otro día, antes de irme, lo vi– le susurro este nervioso – Pero Kunikida-san…Creo que no me creyó…
Chuuya miro al conejo en sus brazos antes de estirarlo hacia Atsushi
- Puedes tomarlo si quieres
El tigre abrió los ojos sorprendido
- ¿No se asusta?
- Esta bien – dijo el cachorro sonriente
Atsushi estiro sus brazos nerviosos, tomando en sus brazos al conejo. Este se removió inquieto, pero al final solo se rindió
El tigre blanco sonrió feliz
- Es primera vez…que abrazo a un animalito – susurro este encantado - ¿Cómo…se llama?
- No tiene nombre – contesto Chuuya con una mueca – Quería liberarlo y si le daba un nombre no se iba a querer ir, mamá dice que una vez que le pones nombre a una mascota tienes que cuidarla
- ¿Liberar?
Chuuya se balaceo en sus pies
- Dazai lo trajo sin permiso de su familia del bosque – contesto el cachorro recordando cuando se lo habían entregado- Pero, por mucho que lo deje en el bosque no se va y me sigue
- Es…porque… ya es tuyo – susurro Atsushi mirando al tranquilo conejo
- ¿Mio?
- Quizás se apegó mucho a Nakahara-san…
Chuuya parpadeo ante eso
- Chuuya – dijo este con el ceño fruncido – Solo dime Chuuya
Atsushi se sobresaltó ante eso
- No tengo que tutear al príncipe – contesto este nervioso – está mal
El ceño fruncido del cachorro se asentó aún mas
- ¿Los amigos no se tratan por su nombre? – contestó este cruzándose de brazos
- ¿Amigos?
- Somos amigos ¿Verdad?
- Si – Atsushi le sonrió alegre- Somos amigos
- Entonces solo dime Chuuya – contesto este con una gran sonrisa. Atsushi asintió de inmediato, lo habían convencido
El conejo se removió para soltarse. Asi que lo dejaron el suelo para que corriera libre, aunque no se alejaba mucho de los dos niños
- ¿Qué nombre…vas…a colocarle? – dijo el niño mirando al conejo
Chuuya pareció pensarlo
- Si ya es mío…entonces – el pelirrojo miro a su alrededor - ¡Bugs! ¡Ahora se llama Bugs!
El conejo lo miro curioso ante eso, pero luego siguió jugando.
Los niños se sentaron en el pasto jugando con algunos bloques de construcción que Fukuzawa había dejado antes para que el cachorro jugara
- Atsushi – Chuuya rompió el silencio cómodo en el que estaban - ¿Puedo preguntarte algo?
El niño asiento de inmediato mientras colocaba un bloque en la cima de la casita que habían hecho
- ¿Qué cosa? – pregunto este confiado
- ¿Qué opinas de Dazai?
Atsushi dejo caer los bloques que tenia en las manos visiblemente nervioso
- ¿Vam…Vam…Vampiro? – contesto este sobresaltado. Chuuya lo miraba atento, ante de asentir. Atsushi lo miro asustado – Da…Da…Da miedo – susurro intentando no molestar a su amigo
Chuuya ladeo la cabeza ante eso. Recordando a Dazai…No le daba miedo, ¿había algo en el que hacía que los demás le temieran?
- Pero…- Atsushi continuo vacilante ante lo que iba a decir – pero…no da miedo…cuando esta con Chuuya-san – contesto el niño volviendo a tomar los bloques que había botado
Chuuya le sonrió feliz. Recordando algo en último momento
- ¿Puedes dibujar su sombra? – el cachorro tenía verdadera curiosidad sobre lo que había visto el tigre
Aunque ante eso el niño volvió a dejar caer los bloques al suelo. Negando rápidamente con la cabeza
- Vampiro dijo…dijo que…no te lo mostrara – contesto este visiblemente consternado – Le prometí que no lo mostraría – susurro el niño dejando caer su mirada triste por no poder ir en contra de su palabra
Pero…ese vampiro daba mas miedo que cualquier otra cosa.
Chuuya parpadeo sorprendido
- ¿Cuándo? – se refería a cuando había prometido eso
Atsushi pareció algo reacio a hablar
- Lo vi…en el bosque – susurro Atsushi nervioso – Me ayudo con mi poder y…me dijo que no te mostrara… eso
Chuuya ahora estaba realmente curioso sobre como que su nuevo amigo se había chocado con Dazai
- ¿Cuándo? - insistió el cachorro sorprendido
Atsushi recogió esta vez solo un bloque mas para sujetar algo que por otra cosa
- La…última vez que…estuve aquí – susurro este nervioso. Recordando ese extraño encuentro
Flash back
Atsushi se refregaba los ojos por el cansancio de despertarse en madrugada. Kunikida le había dicho que ya era hora de partir, que no podían desperdiciar el horario de su agenda
El niño estaba a punto de salir de la casa cuando observo un movimiento en el pasillo. Entrecerró los ojos para mirar bien, hasta que la imagen apareció como si estuviera cerca de él. Se sorprendió por el bruco cambio de enfoque, aunque eso paso rápidamente al ver lo que había llamado su atención
- Kunikida-san…hay un…un conejo en el pasillo – murmuro Atsushi enfocando su vista en el pequeño animalito que lo miraba asustado desde el fondo del pasillo.
Aunque cuando el adulto se giró el animal se alejó corriendo sin dejar pista de su existencia
- Atsushi, eso no es gracioso – comento con calma Kunikida
- Había un conejo blanco – dijo Atsushi señalando hacia el pasillo con los ojos muy abiertos, estos estaban brillando
Kunikida no sabía que pensar, ¿Quizás la habilidad del tigre estaba evolucionando? Pero ¿Por qué vería un conejo?
- Atsushi, deja al conejo en paz – espeto en cambio, era una respuesta que no necesariamente significa que le creía pero que para un niño era suficiente para convencerlo
El niño asintió. Al menos Kunikida le creía. Ante su calma, sus ojos regresaron a la normalidad
- ¿La pasaste bien hoy, mocoso? – pregunto el adulto caminando fuera de la mansión principal. Atsushi lo seguía con pasos cortos
- Si, … es muy amable – se refería a Chuuya- aunque… lo sigue una sombra muy oscura – comento el pequeño tigre con un escalofrío
Kunikida cada vez comprendía menos al niño. Llevo su mano a su bolsilla para escribir eso…
- ¡Maldición!
Kunikida se detuvo a mitad del paso que iba a dar. No quedaba mucho para llegar al vehículo que los llevaría de vuelta.
- ¿Kunikida-san? - preguntó el niño mirando asustado al adulto
- Olvide mi libreta - respondió este como explicación al niño - ¿Puedes avanzar hasta el auto? Ya no están esperando
Atsushi lo miro nervioso
- Me...me perderé y.…moriré - susurro este mirando el suelo, la verdad aún estaba aterrorizado y mareado desde que vio a ese vampiro – Y si muero, sufriré por siempre
- No seas exagerado, mocoso, solo esta unos metros de acá ¿Puedes oír?
Atsushi cerró los ojos hasta que logró captar el sonido del motor del auto
- Escucho - contestó sin quitar su tono de nerviosismo
- Entonces ve- le hizo un gesto para que avanzará.
En realidad, el auto está a unos veinte pasos del niño. Por eso lo dejaba continuar solo, podría volver más rápido si iba sin el cachorro.
Kunikida lo observo caminar unos segundos antes de regresar por su libreta con la velocidad de su tigre
- Estoy...bien...Estoy bien...Estoy bien - Atsushi repetía eso una y otra vez mientras avanzaba – No hay… cosas extrañas…aquí
Se congelo a pocos pasos de llegar al auto. Su cuerpo simplemente no se pudo seguir moviendo por la presión que sintió en el aire. Atsushi no tenía unos ojos normales, estos siempre veían más de lo que él quería. Así que, cuando una gran sombra se comenzó a acercarse a él, su cuerpo también comenzó a temblar, no podía evitarlo. Cualquiera que estuviera tan cerca de la oscuridad lo haría
- Kuni… Kunikida-san - quería gritar, pero el nombre salió como un susurro – si…hay cosas extrañas
La sombra se aproximó hasta que tuvo que levantar la mirada para descubrir que cosa era lo que asustaba tanto. Aunque cerro los ojos con fuerza. No quería morir de forma dolorosa.
Al escuchar la voz de la sombra pudo reconocer bien a quien pertenecía
- Hola, Atsushi-kun
- ¿Ma…Mata…matarme ahora? – pregunto aterrado, pensó que no lo vería de nuevo. Sus ojos se mantuvieron cerrados
El castaño lo miró fijamente
- ¿No te han enseñado que no se puede matar niños? – dijo este en cambio
- Matar niños…se puede – espeto Atsushi dando un paso atrás- Lo he visto
- Yo también lo he visto – espeto el castaño sin sorprenderse por lo que el niño le decía- pero eso no significa que se deba hacer
Atsushi estaba aterrado
- ¿Por qué…esta…aquí?
Dazai le sonrió
- Es una coincidencia - comento la sombra con un tono que hasta podía sonar amigable- Aunque, tenía curiosidad por saber si eras otro niño que le haría daño. Dime ¿Lo eres? - el siguiente tono de voz sino hipnótico, nadie que lo escuchara podría negarse a obedecer - Abre los ojos
Atsushi lo hizo. Fue algo que no quería hacer, pero la voz era demasiado convincente, Encontrándose con el aterrador vampiro que lo miraba de cerca. Las palabras a no lograban salir de su boca así que negó como respuesta a la sombra
- No le haría daño a nadie – susurro este como respuesta, bajo la mirada rápidamente. No tenía la confianza para mantenerla en alto
- Debo disculparme contigo, niño - comento Dazai con una sonrisa amigable
- ¿Por… por… por...que? - el susurro lleno de tartamudo fue todo lo que logró salir de la garganta del niño
- Lo que estás viendo ahora es aterrador y desagradable - comento el vampiro alejándose un poco del niño - seguro te hace querer gritar
Atsushi miro aterrado y confundido al sujeto ¿Como sabía lo que estaba viendo? Dazai parecido comprender el pensamiento del niño
- Es lo que casi todo el mundo ve cuando me mira, aunque tú lo ves más claro que nadie
Atsushi trago con fuerza al notar que la oscuridad se hacía más fuerte
- Chuuya no puede verlo - le susurro con una amabilidad engañosa a Atsushi - Y no quiero que lo haga ¿Comprendes, Atsushi-kun?
Era una amenaza. Una clara amenaza.
El tigre asintió rápidamente con la cabeza
- Bien, ya que nos entendemos – Dazai le extendió la mano – Como no me dejaste en el pasillo te ayudare ahora con esos poderes tuyos
Atsushi en realidad no lo pensó dos veces, intento correr lejos. No había mejor solución en estos casos. Aunque fue inútil de todos modos, Daza lo agarro por el abrigo que llevaba puesto. Y lo levanto del gorro de este con facilidad
En estos momentos no había mucha diferencia entre el conejo que había raptado y pequeño tigre, el cual también se dejó colgar sin luchar
Se rindió extremadamente rápido
Dazai lo miro con una ceja alzada
- Se me olvida que los niños normales no se parecen a Chuuya – comento este balanceando a Atsushi – Él no suele correr de mi
En la mente de Dazai, esto era igual que agarrar un animal de la calle
Atsushi lo miro asustado
- ¡No quiero despertar los otros poderes! – espeto el niño mirando a los ojos al vampiro por primera vez - ¡Son malos! ¡Los odio! ¡Yo no quiero ser así!
Dazai pareció pensar en ello. Aunque solo se encogió de hombros
- Te dolerá más si sigues en esa media forma – espeto este con seriedad, sin importarle las quejas del niño – Pronto se te caerán las orejas blancas, la cola y no podrás transformarte en tigre – ciertamente permanecer con los poderes a la mitad lo haría sufrir a medida que crecía, pero el resto el vampiro lo había inventado – ¿Y sabes que ocurrirá después?
- ¿Qué…? – susurro el niño aterrado por imaginar cómo se le caerían las orejas
Dazai sonrió malevamente al ver que había capturado la atención del niño
- Te comerán las hormigas pedazo a pedazo
Atsushi trago con fuerza. Si antes estaba asustado, ahora estaba aterrado
- ¿Me… comerán? – susurro este al mismo tiempo que surgían sus orejas y cola
- Lo he visto antes – afirmo Dazai fingiendo una voz de lamento- Te dolerá mucho
Tenía sus razones para que el pequeño tigre despertara todo su poder, primero, para que pudiera crecer normal y segundo porque el niño le debería un favor, era algo de ganar y ganar
- ¿No...no hay otro modo? – susurro el niño con las orejas caídas del miedo que le provocaba el sentir nuevamente dolor
Dazai pensó la mejor manera de ganarse al niño
- Estaré lejos un buen tiempo, Atsushi-kun – explico este con una falsa sonrisa de incomprensión – Necesito que le hagas compañía a Chuuya
Atsushi lo miro atento
- ¿Naka…Nakahara-san?
- Chuuya piensa en ti como un amigo ¿No sería mejor estar cerca de el sin tener que ver las sombras que lo rodean? O al menos poder controlarlas- Dazai observo como estaba convenciendo al niño así que uso su ultimo comentario – No quieres ser una molestia para los demás ¿Verdad?
Atsushi se estremeció ante eso
- No quiero ser una carga– susurro asustado, no quería quedarse solo de nuevo – Esta bien…despiértalos
El niño cerro los ojos con fuerza.
- Cálmate, No te dolerá de inmediato, solo cuando duermas
Dazai solo toco por un segundo la cabeza del niño antes de soltarlo
- Todo listo
Atsushi parpadeo sorprendido
- No duele
Dazai sonrió encogió de hombros
- Aun no- contesto mirando a su espalda. Luego enfoco su vista de nuevo en del pequeño tigre- Entonces cuento con tu compañía para Chuuya, Atsushi-kun
Dicho esto, se esfumó frente a los ojos del niño que no dejaba de temblar ante la segunda visita, se debería haber acostumbrado, pero, al mirar a ese vampiro, todo en su mente se dio vuelta. Entonces de la nada comenzó a temblar con fuerza. Llevo sus dos manos a su boca
Atsushi sintió que le costaba respirar.
- ¿Mocoso? ¿Qué haces? ¿No te dije que fueras al auto?
Atsushi se giró para mirar a su tutor. Su expresión aterrorizada impacto al cambiante
- ¿Qué ocurre?
El pequeño tigre no pudo más y simplemente devolvió todo lo que estaba en su estómago. Kunikida se apresuró a atenderlo.
Cuando parecido que el niño había eliminado todo lo que había en su estómago. Agarro de la mano a Kunikida
- ¿Mocoso?
Atsushi lo miraba con los ojos aterrorizados
- Quiero...ir...a casa - dicho esto se desmayó en los brazos de su tutor. Su cuerpo ya no podía resistir más los golpes emocionales
Fin flash back
- ¿Atsushi? – Chuuya miro curioso a su amigo que parecía haberse quedado en blanco unos segundos
- No es nada – contestó este con una sonrisa nerviosa - ¿Estas…enojado porque…no puedo decirte?
Chuuya negó con la cabeza
- Esta bien – contestó este agarrando otros bloques para ordenarlos alrededor de la casa que construían – Algún día le preguntare a Dazai– comento este con una mueca triste
Atsushi pensó en ellos unos segundos
- ¿Por qué…eres amigo de un…vam...vampiro? – incluso para Atsushi era raro escuchar esos dos términos extraños
Las orejas de Chuuya se levantaron alerta ante eso. El tono de voz de su amigo parecía triste por la pregunta que salió de sus labios
- ¿Fue un…vampiro el que te hizo daño? – susurro Chuuya. Había escuchado que para que Atsushi tuviera esas habilidades tuvieron que lastimarlo mucho
Atsushi trago con fuerza ante eso. Pero negó con la cabeza
- No… fueron solo…vampiros – susurro el pequeño tigre apretando sus manos con fuerza sin querer recordar– recuerdo que…no había solo vampiros
- Lo siento, no tenia que haber preguntado eso – contestó Chuuya de inmediato al ver que Atsushi se le nublaba la vista
El niño negó con la cabeza
- Estoy bien – susurro este aun cuando no estaba bien
- Es de mala educación decir cosas que lastiman a los demás – contestó Chuuya con una sonrisa tranquilizadora – Mi madre me suele regañar cuando hablo de más, sea lo que sea que signifique eso
Atsushi escucho atento. ¿Su madre lo solía regañar? ¿Cómo era madre de Chuuya? Solo había escuchado de ella por Kunikida.
- ¿Como es tu… madre? – susurro con curiosidad
- Mi mamá... ¡Es muy bonita! - contestó Chuuya con una sonrisa- y también, ¡Es muy fuerte!
Atsushi lo escucho atento. Su amigo parecía feliz al mencionarla
- Y.…Sobre todo, mamá me quiere mucho
- ¿Se parece a el alfa?
Chuuya ladeo la cabeza pensando en ello, luego negó con la cabeza
- Mamá da más miedo cuando se enoja- le susurro como si fuera un secreto. Atsushi se sobresaltó asustado
- ¿Más miedo...?
El cachorro asintió convencido de ello.
- Una vez tire un florero muy caro que ella me había dicho que no tocará- comento el cachorro recordando- Se enojó demasiado conmigo - Chuuya recordó el momento con el ceño fruncido - los vidrios del Jarrón me habían cortado mis manos y no dejaban de sangrar
- ¿Te golpeó? - Atsushi escuchaba asustado la historia.
Chuuya negó rápidamente con ma cabeza
- ¡Los padres no tienen que golpear a sus hijos! - espeto el pelirrojo con el ceño fruncido - No deben hacer eso
Atsushi parpadeo sorprendido ante eso
- ¿No?
- No - Chuuya le sonrió con felicidad - ellos solo…creo…que se preocupan por uno... ¿Cómo son tus padres, Atsushi?
Las palabras de Chuuya sobresaltaron a Atsushi. El pequeño tigre pensó en sus padres antes de que los asesinaran. Hace un tiempo que no lo hacia
- Ellos...me tenían mucho miedo – contesto el tigre con una sonrisa triste – Me solían encerrar para no verme – miro el suelo con tristeza – Pero está bien…sé que doy miedo
Chuuya negó con la cabeza
- No das miedo, Atsushi – contestó este convencido
- No doy…miedo – repitió este con ojos tristes – Nadie…me había dicho eso
Chuuya le sonrió
- ¿Por qué dicen que das miedo?
Atsushi lo miro con atención
- Por lo que podría ver en ellos – contestó este asustado de que Chuuya también le temiera – y…porque…se supone…que los tigres blancos vemos sus futuros
Los ojos del pelirrojo brillaron emocionados
- ¡Yo quiero ver el mío! – grito este encantado
- Yo…no se hacerlo – contestó este sonriéndole, no le temía. Chuuya no le temía
El cachorro suspiro con decepción.
- ¿Puedo intentarlo? – dijo el pequeño tigre mas como pregunta dudosa que admiración
Chuuya asintió feliz.
Atsushi lo agarro de las manos temblando. Ambos cerraron los ojos
- ¿Ves…algo? – pregunto Atsushi con el ceño fruncido
- No ¿Y tú?
- Tampoco
Ambos abrieron los ojos encontrándose con la mirada del otro, aunque terminaron por reírse divertidos al ver que no funcionaba en lo más mínimo
- Terminemos de construir la casa – dijo Chuuya feliz. Olvidándose del tema
Atsushi le siguió el juego riéndose
- Príncipe…duele mucho…príncipe, por favor, ayúdeme
Chuuya trato de seguir a la voz, pero nunca llegaba donde la persona
- Príncipe…ayúdame, príncipe, por favor- otro hombre en su sueño gritaba desesperado tratando de alcanzarlo. Tenia su cuerpo lleno de heridas
Chuuya trato de ayudarlo, pero desaparecía solo para que otra persona sufriendo apareciera
Solo le pedían ayuda…y no dejaban de decir una sola cosa: Vampiros traidores
Chuuya se despertó con un grito atrapado en su garganta. Ya se había acostumbrado a tener pesadillas. Pero… nunca le habían dado tanto miedo. Miro como sus manos temblaban. Se bajo de su cama pensando en ir a despertar a su tío… quería que lo calmaran
Camino por el pasillo mirando como por las ventanas la luna se reflejaba en la alfombra…
Notando en últimos minutos como la alfombra tenía varias manchas de sangre fresca que sin querer ensuciaron sus pies…
Gracias por leer🐾🐾🐾🦇🐾🦇🐾🦇 wey, esto cuenta por dos, esta bastante largo y no pienso separarlo en dos partes porque el prox cap según yo esta bueno. Besossss~
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