Capítulo 12: Paisaje
- Lleva durmiendo desde que llegue – comento Ango cuando vio que el castaño se acercaba por el pasillo
Dazai se había aseado antes de ir a ver a Chuuya, no quería llegar con el olor a sangre cuando su compañero era claramente sensible a los olores.
- Iré a dormir – comento Ango alejándose de la puerta que había tenido que vigilar – Recuerda que faltan unas cinco horas para el amanecer, Dazai
- Lo sé
Ango lo analizo antes de alejarse con un suspiro. Necesitaba ver a Odasaku.
El castaño no entro de inmediato, se quedó mirando la puerta de su habitación. Solo pensando en el mensaje que había enviado, sabía que por ese mensaje se le venían una gran cantidad de problemas.
Sonrió un poco, ¿Que más daba? Solo sería un poco más, hasta que su corazón se calmara. La sensación de casi haber perdido a su compañero era algo que jamás en su existencia había experimentado. Era un sentimiento aterrador, que impedía razonar adecuadamente, que impedía que actuaras según lo correcto, que impedía que se sintiera como alguien completo.
No quería volver a experimentar eso. Por eso tenía que mantener al cachorro a su lado.
Abrió la puerta esperando encontrar a Chuuya descansando, pero la cama estaba vacía
- ¿Chuuya? - miro exaltado hacia todos lados. Encontrando vidrios en el suelo por un jarrón que se había caído y la ventana del balcón abierta
No...no se lo podían haber llevado. Sus ojos se tiñeron de rojo, su mente se nublo. La ira se estaba aferrando nuevamente a él.
Camino hacia el balcón pensando en que mucha gente moriría si no devolvían al cachorro todos pagarían.
No llego muy lejos con sus planes de una masacre
- ¿Chuuya?
El pequeño estaba apoyado en la barandilla del balcón, aunque de puntillas porque con su altura no lograba ver más allá de esta.
Ante el sonido de la voz del vampiro se soltó de esta
- ¡Dazai! - le dijo sonriente, como si no le hubiera causado un casi infarto al castaño
- Chuuya, no vuelvas a desparecer así- le dijo con voz suave, pero con un pequeño tono de autoridad- Pensé que te habían secuestrado por la ventana
El pequeño lo miro confundido
- Odasaku dijo que era un tercer piso - le mostro tres dedos de su mano - Eso es muyyyy alto, no podrían subir
Parecía completamente convencido de ello
- ¿Incluso cambiantes tigre o leopardo? - dijo Dazai con una ceja alzada
Chuuya negó
- No, ese si podría
- ¿Comprendes ahora?
- ¿Crees que me querrían llevar? – dijo levantando su cuello para poder ver al castaño. Hizo un puchero por la diferencia de altura. Este se rio divertido
- ¿Algún problema enano?
Este lo miro malhumorado
- ¡Aun estoy en crecimiento! Seré de tu altura en poco tiempo
- Estaré esperando por eso, cachorro – le dijo riéndose el castaño
Chuuya tenía las orejas encrespadas producto de su molestia respecto a este tema, aun así, pensó en su mejor opción para poder hablar con el castaño sin que tuviera que esforzar su cuello
- Arriba – levanto sus brazos mientras decía esto. Dazai lo hizo sin quejarse - ¿Ves? Ahora soy alto – comento orgulloso mirándolo a los ojos
- Solo porque estas en mis brazos, cachorro – le dijo este acomodándolo bien – Y respecto a lo que te decía, si creo que te pueden llevar en cualquier momento
– Tío Fukuzawa dice que son nuestros alia...aliados – se trabo la lengua en último momento – Así que no atacaran
Dazai sabía bien eso, también sabía que era muy extraño que esa clase de cambiante vivieran en la zona o que atacaran a la manada del pequeño. Era territorio de Mori, seria visto como una invasión, lo cual para un cambiante era un crimen bastante grande. Eran algo reservados con su privacidad, podía creer en ello, sobre todo por lo que Chuuya le había dicho sobre los derechos a tener contacto sin permiso. Miro al niño en sus brazos. Chuuya no parecía molesto con el contacto con él, desde un principio le permitió acercase bastante rápido. Era fascinante ver como el niño le permitía que lo sostuviera en brazos.
- ¿No eres un príncipe en tu manada? Eso te pone en mayor peligro de lo que crees, no dudaran en dañarte para tener ventaja – argumento finalmente Dazai al niño
- No soy un príncipe – respondió este con seguridad. Su cola estaba apoyada tranquila en el brazo de Dazai
- Tu apellido te nombra como un príncipe, cachorro
Este parpadeo sorprendido
- ¿Es así? ¿Tengo un apellido extraño?
Dazai frunció el ceño ¿Cuándo pensaban explicarle a este niño lo que significa ser una Nakahara?
- ¿No te han hablado sobre eso?
El cachorro pareció pensarlo. Luego negó con la cabeza
- Tío Mori dijo que no iba a intervenir en la educación que me daba mi madre – comento este pensativo – Que no quería que lo destriparan como un pescado
Dazai lo miró fijamente, ¿Qué ocurriría cuando Kouyou se enterará de que su amado hijo había sido secuestrado, atacado y casi dado por muerto en el bosque?
- De todos modos, no soy el más indicado para contar esa historia – espeto el castaño con un suspiro. Por mucho que detestara a los cambiantes, no iba a envenenar al niño con su versión
- ¿Por qué?
El castaño lo miró fijamente y luego le señalo el paisaje cambiando de tema
- ¿No es bonito? – se acercó a la orilla del balcón para que Chuuya mirara bien
Chuuya de inmediato miro hacia la dirección que se le había señalado. Asintiendo con emocion
- Desde mi ventana no se ve así – el bosque parecía brillar más producto de las luces que adornaban el lugar, de la nada se tensó y miro con los ojos abiertos ampliamente a Dazai – ¡Mamá me va a matar cuando se entere de que estoy a este lado del bosque!
- Yo no diré nada al respecto
- Lo sé, Dazai no me va a entregar, no harías eso – le dijo este lleno de confianza – pero mi tío le dirá a mamá
- Estoy seguro de que no dirá nada – Dazai lo dijo con una sonrisa
- ¿Por qué?
“Porque no quiere ser destripado como un pescado, cachorro”
- Porque sabe que estas bien
Chuuya lo miro curioso
- ¿Oda-san dijo que quería decirles a mis tíos que estaba bien?
- Claro, me encargue de enviar un mensaje para ellos
Aunque Odasaku nunca le dijo nada sobre eso. Solo sobre lo que dijo el médico. Pero tenía curiosidad
- ¿Conversaron de algo en particular?
- Me dio galletas porque le pedí – comento Chuuya de inmediato, luego le dijo como si fuera un secreto – No se debe comer dulces de noche
- ¿Por qué? – susurro de vuelta Dazai
- Hace mal a los dientes – le comento este con seriedad, abrió su boca enseñando sus pequeños colmillos que aún no desaparecían – Así que no puedes comer dulces si es de noche
- Mensaje recibido – espeto Dazai con una sonrisa
Chuuya le asintió satisfecho por la respuesta
- ¿Qué más conversaron?
El cachorro dejo caer sus orejas con tristeza. El cambio de humor brusco hizo que el castaño lo mirara estupefacto, no pensó que fuera a provocar eso
- Sobre mi peluche – susurro Chuuya con tristeza, miro a los ojos a Dazai. Casi queriendo llorar
- ¿Qué paso con el conejo? – pregunto sin comprender el castaño
– Esta roto
Dazai frunció el ceño. ¿Hablaba del conejo al que le había puesto la soga de suicidio? ¿En qué momento paso eso?
- ¿Cómo se rompió? – no quito la vista de encima al pequeño
Chuuya hizo una mueca de molestia ante el recuerdo de lo que había ocurrido
- Los destrozaron antes de tirarme al río – comento finalmente estremeciéndose un poco al recordar el frio y dolor que había sentido. Se aferro a la camisa de Dazai
El castaño chasqueo la lengua, ¿Debería ir a matar a esos niños ahora?, sabía que Ango ya le había advertido de las consecuencias de ese acto, pero, que esto hubiera pasado era culpa de ellos. Miro a Chuuya…
- ¿Quieres que los elimine para ti, cachorro? – le dijo con completa seriedad. Si Chuuya lo pedía iría sin dudar por los cuellos de esos mocosos
El pequeño lo miro, sabia a lo que se refería, pero aun así negó con la cabeza
- Te hicieron daño, Chuuya
- Fui débil, eso no hubiera pasado si los hubiera golpeado más fuerte – espeto el pequeño con una pequeña sonrisa, escuchar eso de un niño no era algo normal. Aun así, Dazai sabía que Chuuya no era alguien que encajara en esa categoría, no por nada era su compañero – Además, Tío Fukuzawa dice que tengo que pelear mis propias peleas
Dazai suspiro, no iba a dejar esto pasar. Incluso si no podía matarlos mientras eran niños, aun tenía tiempo para esperar que crecieran. Sonrió. Si, tiempo es lo que más tenía.
Ahora lo importante
- Iré a buscarte otro conejo - comento a su afligido compañero, al escuchar eso Chuuya lo miro con una gran sonrisa
- ¿En serio? – su cola se movía emocionada
- En el bosque hay varios, solo tenemos que colgarlos con la cuerda para que se parezcan a tu peluche– estaba hablando completamente en serio. ¿Dónde había dejado las cuerdas?
Chuuya lo miro con el ceño fruncido, estaba confundido
- ¿Hay peluches en el bosque?
- Hablaba de uno vivo
El cachorro negó rápidamente con la cabeza
- ¡No podrá respirar! – le dijo imaginándose al conejo colgando de la cuerda
- ¿No es más fácil de abrazar así? Siempre podemos buscar otro cuando te aburras
El cachorro podía ser pequeño, pero sabia cuando un adulto hablaba en serio. La mirada sin emociones de Dazai era algo para tener en cuenta.
- No hay que matar a los conejos – apelo finalmente el niño con seguridad en su voz – Además, Tío Odasaku dijo que su compañero puede arreglar mi peluche
Dazai pensó en Ango, si, la magia podría restáuralo, era su segunda opción luego de escuchar a Chuuya. Miro al bosque, pero…capturar a uno era más rápido.
- Quiero mi peluche- insistió al ver que Dazai no quería dejar ir la idea
- Esta bien, cachorro – respondió el castaño sonriente – Ayudare a Oda a buscar el peluche
Chuuya lo miró fijamente, asintiendo con lentitud
- No mates a ningún conejo, Dazai – espeto el pequeño solo para asegurarse
- No lo mataría, solo lo dejaría en un pequeño estado de coma
- ¿Qué es eso?
- Cuando no puedes despertar por mucho que lo intentes, te quedas en un sueño eterno
Chuuya lo miro sorprendido
- ¡Yo no quiero que este así!
Dazai se rio divertido.
- No iré por el conejo, es una promesa – de todos modos, confiaba en que Ango lo recuperara – Ahora, ve a dormir – Entro de nuevo a la habitación
El cachorro negó con la cabeza
- Flores – comento este sin rastro de sueño
- ¿Flores?
- Quiero ir a ver las flores
El castaño lo recordó, hablaba de las magnolias, miro unos segundos hacia el bosque. No estaba tan lejos si caminaban, pero…
- ¿Estás seguro? – le pregunto mientras lo sentaba en la orilla de la cama, Chuuya movió las piernas al estar en altura – Afuera hay mas vampiros ¿No te dará miedo?
El pequeño negó con la cabeza
- Estoy bien, ya no soy un bebé
Dazai lo miro con atención. No parecía tener síntomas de lo que le había ocurrido ¿Lo recuerdos lo atacarían cuando durmiera? Tendrían que esperar para ver eso. Por ahora llevaría al cachorro a ver las flores.
- Nos vas a salir sin un abrigo, pero no tengo nada de tu tamaño, cachorro
- Vamos así – insistió este
- No, te vas a enfermar – el castaño se acerco a buscar algo a su armario, pero el sonido de un vidrio siendo arrastrado por sus zapatos resonó en la habitación. Miro el suelo recordando que cuando ingreso había un jarrón roto
- ¿Cómo paso esto? – le pregunto al niño con curiosidad. Este se sonrojo
- Mi cola lo golpeo – murmuro este avergonzado. Por eso en su casa no solían tener objetos de cristal cerca porque le balanceo de su cola siempre los arrastraba – pero lo pagare
- ¿Tienes dinero?
- Puedo pedirle a mamá – comento este con una sonrisa
Dazai negó con la cabeza. No quería que su futura suegra lo odiara mas de lo que seguro ya lo hacía, sobre todo porque era el compañero de su querido hijo…y cuando se enterara de que era un vampiro más que seguro intentaría arrancar su cabeza
- Lo siento – estaba realmente avergonzado por eso
- No me importa cachorro, hay muchos como esos – aunque recordaba que ese jarrón había estado por siglos en su aquelarre, en fin, no importaba
El castaño abrió el armario, ¿Qué podría prestarle a Chuuya?
- ¿La sangre sabe dulce? – pregunto de la nada Chuuya. Había recordado lo que el médico menciono cuando lo vio
El castaño no se detuvo en su búsqueda, pero le dio una mirada de confusión
- ¿Por qué preguntas eso?
- El medico dijo que debía beber sangre para sentirme mejor – repitió el pequeño
Dazai se detuvo por completo, acercándose al niño
- No bebas sangre de nadie – le comento con seriedad mirándolo directamente a los ojos – No puedes, no debes y no quieres
- ¿No quiero?
- No quieres – repitió el vampiro sin quitar su tono serio. El cachorro hizo un puchero
- Dijo que debía
- Te debe haber confundido con un niño vampiro– le dio este revolviéndole el cabello. Regresando a la búsqueda del chaleco- No hay muchos niños vampiros nacidos – El castaño encontró una chamarra ploma- Pero es cierto que solo sienten la necesidad de beber sangre cuando alcanzan la madurez – le puso la chamarra encima, le quedaba grande, pero cumplía su función
- ¿Como cuando nos transformarnos en lobo?
Dazai asintió.
- ¿Pero los niños si la sentimos dulce?
- Los niños vampiros la sienten dulce- rectificó el castaño volviendo a tomar al niño en brazos- A ti no te sabrá muy bien
- ¿A que me sabría?
- A la sangre de los conejos – le susurro con maldad el castaño. Chuuya le frunció el ceño
- ¡Eso no es cierto!
- Bebe sangre si quieres averiguarlo – espeto el castaño saliendo de la habitación
El cachorro dejo hacer sus orejas de frustración. No quería beber sangre de conejo, y si a eso sabia la sangre de los demás…no parecía agradable. Pero tenía curiosidad
- ¡La beberé! – exclamo más motivado, Dazai se rio divertido
- ¿Dónde quieres que te consiga? – le dijo en broma
- Quiero la tuya – eso provoco que el castaño se tropezara con el aire
Lo miro conmocionado. Quizás no debió molestar así al niño, se dio cuenta de esto cuando el pequeño abrió la boca intentando morderlo.
- No te atrevas enano, te colgare de la baranda del balcón– le dijo poniendo su mano en la boca del niño antes de que le moridera el cuello con sus dientes de lobo. Este lo miro frustrado – Es de mala educación morder a alguien sin permiso, tienes que pedir permiso – quito la mano de la boca del niño
- ¿Puedo morderte?
Dazai levanto una ceja. Vaya proposición
- No – lo dijo con una sonrisa
- Pero tu dijiste…
- Mi sangre es distinta – argumento Dazai, era cierto, si Chuuya llegaba a beberla el vínculo entre los dos daría inicio, además, el sabor de su sangre para Chuuya si tendría un sabor distinto - ¿Cuál es tu comida favorita?
El cachorro lo miro con confusión
- ¿Chocolate? – respondió interrogante, sus orejas estaban alertas
- Entonces mi sangre sabe a chocolate
Chuuya se rio divertido
- Mentira
- Si aun quieres beberla, me comprometo a dejarte probar cuando seas adulto – le dijo volviendo a caminar por el pasillo
- ¿Lo prometes?
- Lo prometo, pero a cambio, tu prométeme algo
- ¿Qué?
- No puedes beber sangre de nadie más – la verdad si eso ocurría Dazai se volvaria un poco loco, Chuuya era solo suyo
- Trato
Chuuya estiro su pequeña mano para cerrar el acuerdo, Dazai la tomo estrechándola de vuelta.
- Tenemos un acuerdo entonces, príncipe Chuuya
- ¡No me digas así!
Dazai bajo los tres pisos con una sonrisa. Ya tenía un nuevo sobrenombre para su compañero
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