Desde que Yu Rim nació, siempre le han puesto todo de rosa, ropa rosa por doquier, cuarto rosa, alfombra rosa, peluches y muñecas que siempre tenían algo de color rosa. Le prohibieron jugar con autos o pelotas. "Tú eres niña, y las niñas no juegan con autos, eso es para los niños", le dijo su madre cuando Yu Rim de tres años le pidió que le comprara un auto que se encontraba en la vidriera de aquella tienda de juguetes. La pequeña niña pelinegra le creyó y siguió jugando con sus muñecas,a pesar de que en el fondo no le gustara del todo jugar todo el tiempo con barbies.

Cuando cumplió ocho años, le organizaron un fiesta, con temática de princesas. Una fiesta en la que sólo estaban invitados los familiares de Yu Rim. Todos, absolutamente todos sus parientes le trataron como una muñequita de cristal, no la dejaron ir a divertirse con sus primos, los cuales jugaban con la pelota muy contentos, ella quiso ir, pero de nuevo, las mismas palabras salieron de la boca de su madre, "Eres niña,y las niñas no juegan con pelotas", y su abuela le dio la razón a su madre, eso le había enojado, "Los juegos brutos son para los niños, porque ellos son más fuertes que las niñas, las niñas son muy delicadas. Es sólo por tu bien, RimRim". Ella realmente quería ir a jugar con ellos y aprender a como se jugaba fútbol. Sinceramente ya le aburría jugar con esas muñecas, era con lo único que podía jugar, además de que su mamá no le dejaba usar otro color que no fuera rosa y morado. Ella quería usar otros colores, el amarillo, por ejemplo, era un color que atraía demasiado, quería usarlo, e iba a hacerlo si no fuera por su madre.

Luego de pasarla el resto de su fiesta de cumpleaños sentada, sin hacer nada y aguantarse las ganas de ir corriendo hacia el globo inflable. Llegó la hora de soplar las velas. Todos se acercaron y empezaron a cantar "Feliz cumpleaños". Al final le dijeron que debía pedir un deseo, ella lo hizo. "Deseo que mamá y papá me dejen de tratar como si fuera una princesa delicada", al final soplo las velas y abrió los ojos, suplicó por que su deseo se hiciera realidad y que sus padres le dejen jugar con algo más que muñecas, que la dejen usar otros colores, que pudiera usar más que vestidos y que la dejarán aprender sobre deportes, que era lo que más le llamaba la atención desde hace mucho tiempo.

Luego, todos comieron pastel y nada más. Luego de aquello todos se fueron y Yu Rim se fue a la sala para abrir todos los regalos. Envolturas rosas, moños del mismo color. Muñecas, vestidos, juegos de cocina y planchas.
Su mamá vio aquello y dijo,
"Cuando seas grande,debes de casarte con un buen hombre,tú debes de servirle y a cambio él te mantendrá" dijo. "Seguro serás una muy buena ama de casa" Eso asustó a la pequeña Yu Rim, no quería servirle a ningún hombre. ¿Quién en su sano juicio le dice eso a una niña pequeña?, esa mujer estaba loca.

Siguió abriendo los regalos e ignorando lo dicho por su madre. Todos los regalos eran casi los mismos, excepto uno, el de su tío Jong Ho.

Abrió apresuradamente y con emoción el regalo, dentro de la caja vio un auto, y uno de control remoto. Se emocionó mucho y abrazo la caja, le agradecía mucho a su tío por regalarle eso. Su mamá, que se encontraba allí, abrió la boca y de sus labios salieron unas palabras, que por parte de ella, eran muy esperadas "¿A quién se le ocurre regalarle eso a una niña?, Jong Ho está demente, eso desviará a Yu Rim"
y luego, le arrebato abruptamente el auto de control remoto a su hija. Llamó a su marido y le dijo que tirara eso a la basura. Y así lo hizo el hombre.

Yu Rim lloró y lloró,ella siempre quiso un auto, y ahora que tuvo la oportunidad, se lo tiraron a la basura. Que padres tan malos, diría cualquiera que viera la escena. Y bueno, esta familia estaba muy apegada a la religión. Decían que las niñas que jugaban con pelotas y autos, las que usaban pantalón, estaban yendo para el camino del mal, lo mismo con los niños que jugaban con muñecas y les gustaba el maquillaje. "Las reglas las puso Dios, y hay que obedecerlas" "Para eso existen las cosas de chicos y chicas,eso es lo que impuso Dios". Y eso Jong Ho se lo pasaba por el culo, él disfrutaba de mimar a su sobrina y llevarla a donde ella quisiera, sin importarle si era a una cancha de fútbol o un curso de ballet. A ese paso, lo separarían de su amada sobrina, no quería eso, pero tampoco quería dejar que le impidieran cosas a Yu Rim.

Luego de unos años, una Yu Rim de trece años, se encontraba confundida, bastante. Unas de sus amigas, se le había declarado con ayuda de otros compañeros. Dami, una niña pelinegra,  muy linda a su parecer, y justamente eso le aterraba, le parecía linda una niña, así como debería de parecerle lindos los niños. Pero no, las niñas le parecían más bonitas que los niños, y su madre le dijo que estaba mal eso, muy mal. "Las chicas que le gustan las chicas y los chicos que le gustan los chicos, están muy mal, Yu Rim", le dijo aquella mujer cuando su hija alagó a las modelos de televisión de una forma que para la madre, no era normal.

Y por eso estaba asustada, no quería ser despreciada por su madre, no lo quería en definitiva. Así que, rechazó a su linda amiga, trató de ser lo más sutil posible, pero se dió cuenta de que no fue así cuando la pelinegra empezó a soltar lágrimas y su cara se convirtió en una mueca triste. Los amigos de Dami la miraron de mala manera cuando la rechazó, definitivamente adoraban mucho a su amiga para que incluso empujaran a Yu Rim lejos de Dami y la abrazaran entre todos llevándola a otra parte, muy lejos de esa pelinegra.

Luego de eso, intento disculparse y darle explicaciones a su amiga, pero sus demás amigos se lo impedían, decían que debía dejarla sola y que no la molestara. Y ella obedeció, quizá en otro momento pueda charlar más tranquila con Dami.

En vez de irse a la casa de sus papás, fue directo a la casa de su tío Jong Ho, este la amaba y sabía que no le rechazaría entrar, y se aprovechaba demasiado de que él la quisiera demasiado, como su propia hija. Tocó la puerta y enseguida su tío preferido salió a ver. Sonrió ampliamente al ver que era su amada sobrina, la abrazó y la dejo entrar a su hogar. En el sillón se encontraba un hombre pelimorado —bastante guapo— el cual ella desconocía totalmente. Yu Rim preguntó quien era él, y Jong Ho respondió, "Es tu nuevo tío", Yu Rim casi se atraganta con su propia saliva al oír esas palabras salir de los labios de su tío.

"¿Mi tío? ¿Eso quiere decir que...?" antes de que siquiera completara su frase, Jong Ho ya había asentido ante su pregunta. "¿Eso no está mal?" preguntó, y era obvio que lo haría, su mamá le dijo que lo estaba y ella creía que era así, sólo podía confiar completamente en las palabras de su tío, el jamás le mentiría. Jong Ho negó y dijo "¿Quién te dijo eso? Si fue tu mamá, déjame decirte que ella está equivocada. El mundo ha evolucionado y las relaciones de personas del mismo sexo son completamente normal" dijo, aliviando a Yu Rim.

"Te presento a mi novio, Yu Rim.
Él es Woo Young, Woo Young, ella es Yu Rim" Woo Young extendió la mano a la pelinegra, esta lo aceptó y estrecharon sus manos. "Un gusto en conocerlo, Tío" Yu Rim sonrió. "Igualmente, sobrina" ambos rieron ligeramente y los tres se sentaron en el sofá.

Yu Rim decidió querer hablar sobre ese tema, el que le estaba teniendo tan confusa durante los últimos meses, podía confiarle el secreto a Jong Ho.
"Tío,quiero hablar sobre algo" le dijo y su atención fue puesta en ella inmediatamente. "¿Cómo se llaman las personas a las que les gusta otras de su mismo sexo?" preguntó. "Homosexuales,¿Por qué, cariño?" Jong Ho ya empezaba a sospechar lo que podría llegar a decirle su sobrina. "Yo...creo que lo soy, Tío" dijo y miró temerosa a su mayor, no porque la fuera a juzgar ni porque le contara a alguien, si no que, su mamá y papá, la asesinarían si les llegara a decir. "Está más que bien,mi vida. Si te preocupa lo que piensen tus papás,que no te importen ellos. Se tú misma,sin importar que" Su tío, y el novio de él, la abrazaron calida y cariñosamente, haciéndole saber que no estaba sola y que siempre la apoyaría. No importaba que fuera lo que pasase, el amor que se tenían aquellos dos, era muy fuerte.