2.


Deben ser todos unos ciegos o estúpidos. ¿Cómo fue que de verdad nadie se dio cuenta? ¡Aquello era como un maldito strike cantado!

Carajo, ¡era evidente que Lincoln era mucho más que el hermano favorito de Lori! ¿A poco nadie se percató de esas miraditas; de las veces que se tomaban de la mano, de lo pegaditos que estaban siempre que se creían solos, y lo rápido que se separaban cuando escuchaban llegar a alguien?

¡Vamos! Incluso aquella vez en el comedor, cuando Lincoln me puso una mano sobre la pierna creyendo que era la de Lori... Si lo hubiera sabido desde el principio, ¡le tumbaba los dientes de un puñetazo! ¡Nunca hubiera dejado que me acariciara la pierna!

Demonios... Ya dije algo que no debía.

Pero bueno... ¡Sí, maldita sea! Siempre he sentido algo por Lincoln. ¡Algo que sé muy bien que no debería! Soy su hermana, y yo sé muy bien que soy su hermana. ¡Por eso nunca me atreví a insinuarme a él! ¡Nunca hice las cochinadas que sí hizo la zorra de Lori!

Juro que siempre traté de reprimirme y de enterrar lo que sentía por Lincoln. ¿Acaso creen que fue casualidad lo mucho que lo maltraté? ¿Todo lo que me empeñaba en humillarlo y hacerlo menos ante mí misma? Admito que mis sentimientos siguieron allí, enterrados en lo más profundo de mi corazón. ¡Pero nunca cedí a ellos! ¡Yo sabía que aquello estaba mal, y por eso logré triunfar sobre lo que sentía!

Tal vez por eso yo misma me cegué. No es que no intuyera que Lori sentía también algo por Lincoln. Vamos, ¡si ya estaba loquita por él desde el embarazo de mamá! Yo era casi una bebé, y no lo recuerdo; pero todo el mundo dice que Lori siempre estuvo segura de que mamá por fin iba a tener un niño.

Mamá dice que Lori nunca se había comportado así. Estaba tan encimosa con ella... como nunca lo estuvo en los otros embarazos. De hecho, mi papá tomó una foto en la que Lori le está dando un beso al vientre de mamá. Y cuando Lincoln nació...

Vamos, incluso me cuesta recordar eso. No porque estuviera muy chiquita, no. Es que... Dios mío, ¡qué cursi se veía Lori mimando a Lincoln a todas horas! Le daba el biberón, le hacía cosquillas en todo el cuerpo. Casi ni dejaba que Leni o Luna se acercaran al bebé. Y cuando yo lo hacía... "¡Lynn! ¡Aléjate de Linky, que lo vas a lastimar!".

Rayos... ¡Cómo empiezo a recordar cosas desagradables! Cuando Lincoln creció un poco, las cosas se pusieron todavía peor. Todavía recuerdo el sonsonete cursi de Lori cuando decía: "Ven aquí, Linky. ¡Besito por galleta!". "¡Besito por helado!". "¡Si no me besas, no te doy tu jugo!". ¡Maldita sea!

De verdad, no sé que hubiera pasado si Lori se hubiera portado siempre así con Lincoln. ¡A lo mejor estos idiotas hubieran acabado por entender los que pasaba! Pero cuando entró a la secundaria, ella cambió mucho con Lincoln. Con todas nosotras, en realidad. Seguramente fue la adolescencia, pero se portaba como si no nos soportara, ¡y con Lincoln en especial! Se volvió una sargento gritona que insistía en controlarnos cuando papá y mamá la dejaban a cargo; y cuando se hizo novia de Bobby, se volvió todavía peor. Fue cuando se portó peor con Lincoln, pero... aquello tampoco duró mucho tiempo. Cuando rompió con Bobby, esos dos se hicieron más inseparables que nunca. Tanto, que me daban celos por verlos siempre tan pegados, cuando Lori venía de la universidad.

Y es que, la verdad... ¡Qué idiota! ¡Ahora que lo pienso, la más ciega y estúpida de todas soy yo! ¿Por qué no le hice caso a mi instinto? ¿Por qué nunca comprobé mis sospechas? Claro, es lógico que quieras salir a conversar con una hermana a la que quieres mucho, y a la que solo ves de vez en cuando. Pero, ¿por qué se tardaban tanto? ¿Por qué llegaban a veces hasta media noche, o por qué salían todo el fin de semana, y todos los fines de semana? Después de todo, Lori está en la universidad, y aunque me duela reconocerlo, ella es muy bonita. Era imposible que no tuviera novio. ¿No es lógico que quisiera quedarse con él algunos fines de semana allá, donde nadie los molestaría? A menos que su novio estuviera...

¡Maldita estúpida! ¡Con una sola vez que los hubiera seguido, seguro que descubría todo lo que hacían en esas salidas! ¿Y aquella vez que los sorprendí haciéndose cosquillas en el cuarto de Lincoln? Ya estaban grandecitos para eso, ¿o no? Lori estaba a horcajadas sobre él. Creo que no necesito decir más.

Qué horror. De verdad, ¡maldita seas, Lori! Ni siquiera ahora logras entender el alcance de lo que hiciste, ¿no? Por eso Lincoln nunca me prestó verdadera atención a mí, o a alguna chica fuera de la familia. Siempre se quejaba de que soy demasiado brusca; demasiado ruda y pesada. Pero la verdad... la verdad...

Que estúpida soy. ¡Cómo odio cuando me pongo a llorar! Lincoln nunca me hizo caso de verdad. Nunca se interesó de verdad por mis cosas. ¡Por eso inventé aquella tontería de la mala suerte! Nunca iba a ver uno de mis partidos, y cuando por fin fue, ¡vaya cara de aburrido que tenía! No fue tanto el dolor de la derrota; la verdad es que estaba tan furiosa y resentida, que tenía que desquitarme de algún modo. Aunque nunca pensé que las cosas llegarían tan lejos...

Mierda, no sé por qué recordé aquello. Quizá es porque siempre me sentí tan culpable, y porque mi relación con Lincoln nunca volvió a ser igual. Siempre creí que yo tenía la culpa de que Lincoln ya no se juntara tanto conmigo, pero... ¡No fui yo! Fue ella. ¡Siempre fue ella!

Que se jodan los dos, no los voy a perdonar. ¡Nunca los voy a perdonar! A él por hacerme a un lado, y a ella por no jugar limpio. Por hacer esa porquería del incesto. ¡Son hermanos, malditos sean! Si ellos no me hubieran hecho esto, estoy segura de que sí lograba enterrar mis sentimientos por Lincoln en el futuro. ¡Si ya lo estaba logrando! Pero ahora...

¿Cómo podré controlarme cuando los vea juntos, o cuando los vea haciéndose un cariñito furtivo? ¿Y cuando los vea cargando al fenómeno que crece en el vientre de ella?

Casi todos son tan patéticos que estoy segura de que terminarán aceptándolos. Aunque ahora digan que no, seguro que van a querer cargar y jugar con el engendro cuando haya nacido. ¡Si ya hay quien está pensando en hacerle a Lori su baby-shower!

Sí: los van a perdonar. Yo sé que lo harán, y quizá hasta llegarán a aceptarlos.

Pero yo no.

Aunque se estén muriendo... aunque yo me esté muriendo; juro que nunca en mi vida les volveré a hablar.

Para mí, ya están muertos.

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