El Inicio de la Guerra
Peridot, Perla, Garnet y Amatista estaban reunidas en la sala, el nerviosismo flotaba entre ellas,
- lograron detectar a estas gemas una vez que Peridot conectó el accesorio ¿cierto? - preguntó Garnet
- así es - respondió la verde - aún falta anexarle una catalizador y será más potente, pero con esta pieza, ya localizó a estas dos -
- Siguen allí - habló Amatista - ¿vamos...a ir por ellas? - preguntó mirando a Garnet
- Si, debemos detenerlas ahora, deben estar buscando más gemas corruptas para transformarlas en carnívoras -
Contestó Garnet
- ¿que hacemos con Steven? Está fuera con Connie - preguntó Perla. Peridot hizo una mueca y entorno los ojos.
- No le diremos nada - dijo la roja - en este momento sólo vamos a sondear terreno, si tenemos oportunidad para destruirlas, lo hacemos - dijo Garnet.
CASA DE CONNIE
Eran apenas las 11 de la mañana, los chicos habían preparado palomitas y veían una película de samuráis que a Steven tanto le gustaban, en esa ocasión le había tocado elegir a él.
Era un alegre sábado y el clima era adecuado para pasar el tiempo. Steven disfrutaba de la compañía de Connie, pero su mente comenzaba a dialogar sobre a donde se dirigía su comportamiento.
- Steven, ¿en que piensas? - dijo de pronto Connie,
- yo...me preocupo por todo lo que está pasando - dijo el chico y continuó - no se si aparecerán más de estas gemas, y luego mi padre... -
- ¿que pasa con tu papá Steven? - reaccionó la joven -
- nada, sólo que tengo la impresión de que - titubeó el chico - de que está enamorado -
Connie se impresionó y se incorporó del sillón en el que estaba totalmente relajada,
- ¿enamorado? ¿Tienes idea de quién? -
Steven la miró
- olvidalo Connie, sólo son ideas mías -
Connie sabía que el tenían algo en mente que no dejaba salir, así que le acarició el cabello y le dijo:
- ¿seria muy malo que se enamorará de alguien? Creo que todos tenemos derecho a ello -
Steven la miró y dijo,
- no me molesta eso, me molesta que no me lo digan - dijo con un dejo de tristeza,
- ¿no te lo digan quienes? - cuestionó Connie mirándolo directamente,
El la miro, hizo una graciosa mueca, se retorció un poco y soltó al fin,
- creo que Perla y mi papá...se quieren -
La chica abrió los ojos y una sonrisa lentamente surgió,
- que romántico - dijo - digo si no te molesta que lo diga -
- no me molesta que se quieran, pero no me lo dicen, creen que soy tonto o algo así - terminó Steven
- yo no creo eso - dijo la morena - creo que no saben como decírtelo y apenas están viendo como -
- pues eso espero - dijo steven.
Connie veía al chico, ahora era un poco más alto y un poco más delgado (en realidad no mucho, pero eso no le importaba), tomó su mano de forma furtiva y él la volteó a ver,
- ¡animo! - le dijo - siempre contarás conmigo - y sonrió. Él la vió, le sonrió y le dijo
- gracias Connie - pensando de pronto que Peridot le había dicho algo similar. De la nada, Steven quizo de pronto, desaparecer.
- le gusto - pensó - y a Peri también. ¿Que pasaría si intento besar a Connie? ¿Me dejaría? ¿Y a Peridot como hace unos meses? ¿Volveria a dejarme? -
Connie no le soltaba la mano y de la nada comenzó a acercarse, Steven se sonrojo y de pronto sintió la calidez de la morena, su aroma, su aliento.
- tengo que irme - se puso de pie Steven súbitamente - recordé algo que tengo que hacer con las chicas - mintió y salió de la casa de Connie.
La chica de ascendencia india se sintió profundamente triste y decepcionada. Bajo la cabeza, apago la televisión, tiro las palomitas a la basura y subió a su cuarto.
Una vez en su cama, boca abajo y abrazando una almohada pensó en que hubo un tiempo que en el corazón de Steven sólo estaba ella, como dueña y señora, y que de la nada, estaba sola.
- Peridot - pensó - ojalá nunca hubieras venido - y la adolescente lloró asustada de sus palabras.
- no puedo seguir así - se dijo. Y con todos sus sentimientos, decidió que tenía que haber un fin.
Fue a casa de Steven.
KINDERGARDEN
Cinco gemas carnívoras de pequeño tamaño rondaban la entrada del Kindergarden. Aunque sus movimientos eran erráticos, las gemas suponían que buscaban gemas corruptas normales para consumirlas.
- ¿las atacamos? - preguntó amatista a las chicas, quienes junto con ella, se encontraban en un punto alto observando.
-no- respondió Garnet rápidamente y entre susurros - sólo venimos a observar -
Peridot se encontraba con ellas, habían recuperado sus potenciadores pero, aún con ellos, sentía miedo; una sensación muy rara nacía en su pecho. Deseaba irse de allí.
- ¿saben? - dijo la verde - yo...yo me voy no quiero estar aquí - dijo la verde.
Pero en realidad no había dicho nada, se dio cuenta que lo pensó. Se encontraba detrás de las tres sin poder hablar.
Quizo gritar y no pudo, hablar y hasta moverse. Entonces se dió cuenta de que una pequeña gema traslúcida, en uno de los huecos vacíos del kinder garden, la veía. Sintió la mirada sin ojos y sintió su cuerpo extraño.
Peridot se abalanzó a Amatista, Garnet y Perla y las empujó.
Las chicas sorprendidas cayeron, las gemas se dieron cuenta de su presencia. Cayeron al fondo.
- ¿que diablos? - dijo Amatista agarrándose la cabeza.
- ¡algo no está bien con Peridot! - exclamó Garnet parándose.
Cinco pequeñas gemas traslúcidas las rodearon. Ellas entraron en guardia,
- no dejen que les muerdan o todo se acaba - dijo Perla.
Amatista, Garnet y Perla juntaron espaldas,
- ¡por Rose Cuarzo! - gritaron las tres, y se lanzaron al ataque.
Peridot se agarraba el pecho y pensaba,
- ¡¿que diablos hice?! -
- lo que tenías que hacer - se oyó una escabrosa voz en su cabeza. Ella se fue de rodillas y se sacudió.
- ¡nooo! ¡¿Quien eres tú maldita cosa?! -
- tu próximo dueño - oyó nuevamente. Peridot perdió control de su cuerpo.
-TEMPLO, CASA DE STEVEN -
Steven se sorprendió al no encontrar a nadie. De momento era mejor para él, quería pensar un poco sobre sus sentimientos.
¿A quien quería? ¿Que sentía?
Recordar a la verde en sus brazos le hacía sentir cosas que nunca había sentido. Los besos, su cabello, tocar su piel, oír sus voz melosa.
Sinceramente quería volverlo a hacer y, quien sabe, seguir adelante.
Los recuerdos de los besos de Connie...
...lo emocionaban, también pensó en buscar una oportunidad con ella para ver hasta donde llegaban esas sensaciones...pero no.
Él no sería un patán. ¿Que debía hacer?
¿Podía estar con una gema?
¿Que diablos era lo natural en él siendo un híbrido?
La soledad, como un hueso roído, le calaba. No había un anterior a él que pudiera explicárselo y, averiguarlo iba a costar mucho.
- Hablaré con Garnet - pensó - y veremos que pasa -
Caminó por la sala.
Connie...Peridot... ¿Por que todo era tan difícil?
Tomó asiento en la sala y escuchó de pronto sonar el portal.
Alguien había llegado...
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Gendou dice:
Se viene la guerra. He inevitablemente se viene el final de esta historia. Prometo tratar de que sea lo más emotivo posible.
Saludoooos.
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