Terapia y amigos del Centro

El comedor está lleno de personas; parecen que están en sus horas de almuerzo. El murmullo allí se estremecía en las cuatros esquinas, todos parecían estar felices disfrutando de los alimentos y, no sólo eso, parecían sentirse cómodos en el lugar en el que estaban.

Mientras que en el comedor había un grupo de personas, en otras áreas también había un grupo de personas. Área de juegos. Allí estaban las personas entretenidas con juegos de mesas para dos, tres, y hasta cuadro personas, haciendo que sus mentes estén ocupadas en algo, ya que en algunos tipos de enfermedades depresivas era recomendable que los pacientes estén ocupados en algunos oficios, así no le daban paso a la depresión entrar en sí.

Mientras el grupo jugaba en el área de recreación, otro grupo escuchaban una charla sobre la depresión; sus consecuencias, como se podía trabajar y algunos tipos de depresión que existían.

En dicho grupo, una mujer especialista en el área, daba la conferencia delante de un grupo de 30 a 40 personas de dichas edades en un salón amplio.

La mujer de la conferencia aparentaba de algunos 50 años. El grupo que estaba presente en el salón prestaba absolutamente atención a cada palabra que expresaba la Dr.

Ella hablaba diciendo:

—... Uno de los trastornos mentales más frecuentes que afecta a más de 350 millones de personas en todo el mundo es la depresión. En nuestro día a día puede haber altibajos en nuestras emociones y estados de ánimo, esto es normal y hasta sano el poder experimentar y sobreponerse a situaciones difíciles para fortalecernos. Pero hay personas que se sumergen en un desánimo absoluto de manera prolongada y descontinúan de sus actividades y relaciones laborales, familiares y hasta llegar al extremo del suicidio... Hay ciertos grados de depresión dependiendo la periodicidad e intensidad de los siguientes síntomas, estos pueden ser leves, moderados o graves podemos decir. Puedo decir que la pérdida de interés y capacidad de disfrutar se puede definir como... Falta de energía o fatiga... Ansiedad... Alteraciones del sueño y apetito... Baja autoestima... Sentimiento de culpa, desesperanza y abandono... Dificultad en concentrarse... Pensamientos repetitivos de muerte o suicidio... Hay miles de grados que pueden padecer una persona...

Mientras la especialista hablaba mostrando algunas imágenes del tema de la depresión en un proyector, entre el grupo se encontraba una chica de nombre Leslly Hoss. Leslly es una chica encantadora, muy amable, simpática, carismática, de noble corazón, dinámica y un poco traviesa, algunos momentos un poco testaruda, aparte de eso es aficionada con las Motos Ninjas, (Moto GP) que son la máxima motocicletas de velocidad del mundo. Aunque Leslly no suele tener una, pero sí sus amigos. También Leslly aparte de sus cualidades y personalidad, es una chica hermosísima de rostros redondo, de ojos azules, nariz un poco fina, de labios pequeños y normales; su cuerpo de manera normal parece toda una modelo. De estatura 149.4cm, (una chaparrita). Su cintura delgada, sus pechos promedios y recogidos; su cadera, nalgas y muslos parecían que fuese a algún gimnasio, se podía decir que era la chica de cuerpo exótico. Es de piel blanca, sin rascuños en su piel estaba totalmente lisa, parece no tener un recuerdo de su infancia en su cuerpo que marcara su niñez. Es de pelo largo, aun que para ella no era fácil estar siempre con el pelo suelto a lo largo de todo su cuerpo, ya que le pesaba por la gran cantidad de pelo que poseía, siempre se hacía una cola de caballo. Su pelo es de color rojo vino, con toques en las pintas de color negro; todo le quedaba bien. Como se dice, toda cara bonita tiene sus defectos, aunque nadie sea perfecto.

A pesar de ser la chica que en realidad es, tiene imperfecciones, pero aun así suele ser una chica feliz, siempre y cuando tenga la oportunidad de sonreír, aunque no tenga el motivo de sonreír, pero aun así lo hace. Pero, la pregunta es, ¿Qué hace una chica con ciertas herramientas y personalidades en un lugar como aquél? ¿Tendrá dichos problemas? Si. En realidad, sí. Sufre de depresión grave. Muchas veces ha intentado suicidarse, cortándose las venas; tomaba pastillas extrañas para morir calmadamente, entre otros peculiares casos. Antes la habían internado varias veces en hospitales. Sus padres siempre estaban pendientes de ella y la observaban para que no cometiese ninguna locura nuevamente. Pero aun así volvió a serlo.

Leslly ya con cierto tiempo ingresada en la Centro, conoció e hizo nuevos amigos, aunque no siempre suele ser social por que las personas depresivas lo que desean es estar solos siendo antisociales. Pero esta chica era especial.

Durante aquel tiempo Leslly aprendió a comportarse y a enfrentar su depresión; y convertirla en algo que es parte de ella desde su nacimiento. Ahora Leslly sabe cómo comportarse en medio de su depresión. Aunque pensado lo bien, no es fácil tratar de ser feliz o distraer la mente en otras cosas cuando se está pasando por dichos inconvenientes. Pero, para Leslly podía ser posible en ocasiones, siempre debía tener un motivo para ser lo que hemos dicho de ella anteriormente.

Leslly estaba sentada en la quinta fila de aquella sala. Estaba un poco recostada en la silla con la vista hacia sus manos que jugaba con una tira de una cinta de pelo entre sus dedos. Leslly estaba concentrada jugando con aquella cinta, mientras que un chico estaba a su lado, le mira la mano y luego le mira a la cara. Le da un pequeño toque con su codo en el brazo de Leslly y le dice:

—Ya, quita esa cara te vas a poner vieja como una pasa.

Leslly sin mirarle sonríe y luego le mira aun sonriendo. Él sonríe por igual. Mientras están sentados allí la especialista aun continuaba con su charla.

—... El inicio de esta enfermedad puede suceder por varias razones, desde la pérdida de un ser querido hasta la incertidumbre en el porvenir, o simplemente por condiciones genéticas. Es importante recalcar que las personas pueden contar con otros tipos de padecimientos físicos o psicológicos lo cual hace que la depresión sea más profunda y peligrosa, como la bipolaridad, o factores de alto riesgo como el abuso de sustancias. También hay tratamientos muy eficaces para la depresión, pero la mayoría de los afectados no reciben ayuda de manera correcta, ya que no son diagnosticados correctamente, o las mismas personas tienen miedo de un diagnóstico adecuado por la estigmatización de los trastornos mentales en la sociedad. Hay que evitar que esta enfermedad se desarrolle y se apodere de nuestra capacidad de ser felices. Aunque hay persona muy pocas que poseen el don de ser felices en el momento de la depresión o en medio de ella.

Por esto Leslly tenía algo especial para ser feliz y ser lo que realmente era, pues posee el don de ser feliz a pesar de su depresión.

Cuando la charla de la mujer hubo terminado, todos salieron del salón y Leslly iba con tres amigos; Daniel, Alondra y Felipe, eran sus mejores amigos del Centro. Siempre compartían todo, menos las duchas ni las habitaciones, pero después casi todo.

Daniel es de piel india, de pelo largo negro, alto y delgado. Sufría de trastorno de anorexia, es obsesionado con su peso y tenía cuidado con lo que ingiere. Su problema constante era el de no comer; algunas veces las comidas le daban asco, y cuando entró al Centro al principio escondía la comida diciendo que se la había comido. Hasta que un día lo descubrieron guardando la comida en una bolsa plástica, ese mismo día lo habían castigado por aquello. Después de un tiempo había mejorado bastante su obsesión.

Alondra es una chica callada, tímida, aunque había algunas ocasiones que todo a su alrededor le molestaba, bipolaridad. Una vez perdió a su padre, un hermano. Y a su madre nunca la conoció. Sufría de depresión masiva como la agorafobia y antropofobia. Tenía miedo a situaciones difíciles o embarazosas; ataque de pánico y temor a la multitud. Era lo que se describía de ella. Alondra es de piel clara, de pelo corto castaño, mide 154,3cm. Alondra le lleva algunos centímetros más a Leslly. Es de cuerpo un poco delgado.

Felipe algunas veces es divertido, pero tenía sus momentos en el que se pasaba todo un día completo sin hablar con nadie. Siempre estaba en su habitación y se paraba frente a una pared y chocaba su frente en ella por largos minutos. Es de piel clara y alto (180,1cm); de pelo negro y un poco largo como el de los metálicos.

—¿Y ahora qué haremos?

Preguntó Felipe.

—Hagamos una fiesta en mi habitación ¿Qué le parece?

Dijo Leslly mientras caminaban.

—Oye, eso sí me gustó. Buena idea. Siii.

Dijo Daniel como si hubiera metido un gol del soccer.

—Si hagámoslo. Hoy me siento de lo mejor.

Dijo Alondra.

—Púes vamos.

—Sí... Chujuuu.

—Ja ja ja ja ja ja.

Todos reían.





Cuando ya estaban en la habitación de Leslly se podía escuchar una música pop ó rock a volumen promedio. Los chicos brincaban y reían por montones.

—Ja ja ja ja ja.

—Siiiiiii. Ja ja ja ja ja.

Todos parecen estar felices. Parecían que no tenían ningún trastorno depresivo. Estaban de lo mejor allí. Aun qué con Leslly cualquiera era feliz a pesar de su problema. Toda su depresión parecía ser olvidada llevando su felicidad a sobre salir en medio de ella.

La música expresaba cuyas letras eran:

Dime lo que has hecho. Si solos contamos con dos locuras, la tuya y la mía. Viajemos en el mundo precisamente en una máquina del tiempo y desapareciéramos de este maldito mundo. Oohh sí. Oh sí.

La canción continuaba con su instrumental mientras los chicos brincaban felices. Solo podían bailar, reír, brincar; pero sin bebidas, sin drogas y sin ningunas otras cosas extrañas.

Felipe mientras baila dando saltos como un canguro, chocó con Leslly apropósito y ella se volteó parándose de bailar y de brincar, mientras que Alondra y Daniel saltaban riéndose como locos. Ambos se miran y luego se echan a reír. Leslly le toma de la mano y juntos empiezan a bailar y a brincar; Felipe hace lo mismo mientras ambos permanecen agarrados de manos y dado vueltas como trompos. Así se pasaron el día.




Ya en la noche, eran las 20:23. Habían parado de bailar y estaban tirados en la cama y en el suelo riéndose de todas sus locuras. Luego Felipe empezó a contarle una historia:

—... Era una muñeca sin espíritu, creada por un loco científico que mataba a las mujeres para quitarle algunas partes de sus cuerpos para poder así crear aquella muñeca; ojos, labios, nariz, orejas, hasta las pieles de ellas y otros órganos de sus cuerpos. Un día cuando ya la hubo terminado, la miró, y dijo: "Serás ahora mi esposa." Aquella muñeca parecía real. Se veía como una persona normal y natural como todas las demás... Sin cicatrices, nada que se pudiera ver la unión de cada parte puesta en ella. ¡Era increíble!

Felipe hizo silencio de dos o tres segundo y luego continuó:

—Un día el científico enfermó y cayó en cama. Estando en su cama, miró hacia un lado y miró su creación. La muñeca. Esta le miraba parada desde allí cerca de una gran ventana de cristal. Aquella noche estaba relampagueando bastante. Un rayo cayó y atravesó la amplia ventana, cayendo sobre la muñeca y de aquel hombre, destrozado todo el lugar. Al día siguiente los policías buscaban rastros o pistas, pero no habían encontrado nada, ni al hombre ni a la muñeca. Después de unos años un chico de nombre Calé caminaba por la ciudad llevaba dos regalos con moños. Era su cumpleaños. No tenía amigos ni nunca nadie le celebraba su cumpleaños; el mismo cada año celebraba su mismo cumpleaños. Era un llanero solitario, no tenía a nadie, ni padres, ni amigos ni novias, nada. Su vida era aburrida para él. Pero un día, mientras pasaba por una tienda observó un maniquí que estaba en el frente de la entrada; se detuvo a mirarla.

Felipe hizo pausa y los chicos se quedaron atentos a lo que luego iba a decir. Alondra que estaba acostada a bocabajo en la cama frente a Felipe que estaba en el suelo con su espalda agregada de la pared. Alondra le preguntó:

—¿Qué pasó luego?

—Si, ¿Qué pasó?

Preguntó luego Leslly. Luego Felipe continuó:

—La miró...

Dijo Felipe mirando a Leslly que estaba acostada en la cama de lado con una mano en la cabeza.

—... Y la miró. Fijamente la miró. Era...

Decía Felipe mientras miraba aun a Leslly.

—... Muy hermosa. Todo... En ella era hermoso.

Luego Felipe miró hacia un lado cuando dijo aquello y continuó:

—Cada día que pasaba, el chico pasaba por allí todos los días y miraba aquel maniquí. Hasta que un día la maniquí se apareció en su casa, mientras él dormía. Cuando se despertó sintiendo que algo le miraba, miró por donde había una ventana y allí había alguien, entre las sombras. Él se asustó tanto que casi se cae de su cama. Preguntó: "¿Quién eres?" Aquel ser no dijo nada. Él se levantó de la cama temeroso y caminó dudoso hacia donde estaba aquello. Luego se detuvo y miró; se dio cuenta que era aquella maniquí que siempre veía en la tienda de la ciudad. Luego le preguntó: "¿Cómo llegaste aquí?" Ella no dijo nada, sólo le miraba. Luego él se le acercó y levantó su mano lentamente; muy lentamente...

Leslly, Alondra y Daniel estaban muy atentos a lo que Felipe decía. Alondra se humedece un poco los labios queriendo saber que pasaría luego.

—... Y le tocó sus mejillas, eran como la de una persona normal. Retiró su mano de allí asustado. Mientras caminaba hacia atrás aquella muñeca por fin parpadeó. El chico al verla parpadear preguntó: "¿Eres real?" Ella dijo "no." Negando con su cabeza. El chico luego le preguntó: "¿Por qué estás aquí?" Ella por fin habló diciéndole: "Vine aprender de los humanos." Luego él preguntó: "¿Cómo qué? ¿Y por qué?" Dijo: "para vivir como ustedes." Ella no hablaba mucho. Desde aquel día empezaron a salir juntos. Comían juntos, paseaban juntos, casi todo lo hacían juntos. Pero había un problema... Ella hacia todo como una mujer robótica; se movía y actuaba como un robot. Todo era aburrido. Parecía que el único que se divertía era él. Ella no sonreía para nada, era como no salir con nadie, todo lo que ella hacía era ir con él a todas partes, pero sin hacer nada más. Luego él le preguntó: "¿Yo te aburro?" Ella le miró y dijo: "¿Por qué?" Luego él le dijo: "Porque siempre salimos juntos y nunca disfrutas de nada, ni sientes nada." Luego ella dijo: "Yo solo soy una muñeca sin espíritu. No siento, ni tengo gustos ni siento amor. Solo soy una muñeca inservible." Luego él dijo: "Pero, ¿Puedes hacerme feliz aún que sea con algo?" Luego ella preguntó: "¿Qué quieres que haga?" Él dijo: "Ser mi novia." Ella le preguntó: "¿Cómo va eso?" Entonces él le explicó todo aquello. Después de unos meses juntos la chica ahora era distinta. Ahora sonreía, bailaba y actuaba como todo un ser humano, como toda una buena novia. Aprendió mirando a otros. Un día mientras comían un helado el chico se volvió hacia ella, le miró y le preguntó: "¿Qué sientes por mí?"

En el momento que Felipe dijo aquello se quedó mirando fijamente a Leslly y quedándose callado. Los demás le miraban. Luego Alondra pregunto:

—¿Qué le dijo?

Felipe aún miraba a Leslly y ella también le miraba. Él no pestañaba, parecía que se había quedado perdido en la cara de Leslly. Mientras su cuerpo estaba en la habitación de Leslly su mente se había quedado en blanco.

—¿Qué pasó luego, Felipe? ¿Qué le dijo?

Había preguntado Daniel. Leslly, Alondra y Daniel se miraron al ver que Felipe se quedó mirando a Leslly.

—¿Felipe?

Preguntó Alondra en un tono bajo. Luego preguntó Leslly:

—¿Felipe, que sucede?

—¿Felipe?

Preguntó Daniel que estaba a su lado, agitándolo por uno de sus hombros. Luego al ver que no decía nada le pasó su mano por el frente de la cara y Felipe no pestañaba. Luego empezó a templar como si se le hubiera metido un escalofrío de repente por todo su cuerpo. Después miró a Daniel. Y Daniel al ver como Felipe le miraba dijo:

—Felipe deja de jugar. No me mires así, deja de jugar.

—¿Felipe? ¿Te encuentras bien?

Preguntó Leslly levantándose de la cama y yendo dónde estaba Felipe. Alondra también se había levantado. Luego Leslly se puso en cuclillas delante de Felipe y dijo:

—¿Felipe?

Luego Felipe volvió su cara y miró a Leslly. La cara de Felipe parecía cuando una persona pierde la memoria o alguien que no reconoce a los demás o, no sabía en qué lugar se encontraba. Leslly tomó la mano de Felipe y la contuvo con la de ella.

—¿Qué te pasa? ¿Te sientes bien? Puedes decirnos lo que te pasa. Puedes confiar en nosotros.

Luego Felipe abrió la boca para decir algo y en el momento que abrió su boca, tocaron a la puerta de la habitación de Leslly y del otro lado de la puerta dijeron:

—Leslly, ¿Daniel, Alondra y Felipe están contigo allí adentro?

Ambos se miraron y luego Leslly respondió:

—Sí.

—Ya es hora de que se vayan a sus habitaciones a descansar. Es tarde ya. Vamos salgan.

—Sí, ya van.

Luego Alondra se enderezo y camino hacia la puerta diciendo a la que atiende a los ingresados a la hora de dormir:

—Señorita, Felipe está...

En el momento que ella decía aquello, Felipe gritó rápidamente mirando hacia Alondra:

—Noooo.

Los chicos le miraron y Alondra se había detenido en la puerta, quitando ya los seguros.

—¿Qué sucede ahí adentro? Abran ya la puerta. Si no salen tendré que ir donde los especialistas para que le hagan salir. Así que abran.

Después que Felipe dijo aquello miró a Leslly y preguntó:

—¿Leslly?

—¿Sí?

La mujer que estaba afuera golpeaba la puerta, diciendo:

—Abran ya. No me hagan ir donde la Doctora. Abran, abran.

Felipe dijo después de unos segundos mirando fijamente a Leslly a los ojos.

—Estoy bien.

Dijo con una pequeña sonrisa, luego bajo su mirada como arrepentido de lo que dijo. Daniel que se había puesto de pie, suspiro calmado mirando para los lados y dejando caer sus hombros. Leslly sonrió y suspiró aliviada.

La mujer que estaba al otro lado de la puerta tocaba más fuerte cada vez.

—¿Qué es lo que hacen, que no abren la puerta esta? No me obliguen a...

En el momento que la mujer hablaba, Alondra abrió la puerta, diciendo:

—¿Va a derribar la puerta o qué? ¿Cuál es su alboroto hay afuera?

La mujer al ver que abrieron la puerta y Alondra había dicho aquello, se calmó, con la mira puesta hacia un lado y jugando con la parte posterior de su vestimenta blanca, dijo calmada:

—Ya es hora de que vayan a sus habitaciones.

—¿Y tanto alboroto para esto?

—Vayan a sus habitaciones ya es tarde para estar afuera de sus habitaciones.

Luego Alondra salió apartándola hacia un lado. Después salió Daniel diciéndole a la mujer:

—Ya pasó el tornado que tenía ahí afuera. Creí que iba acabar con toda la puerta.

La mujer no dijo nada, solo le miraba. Felipe salió por igual parándose en la puerta sin decirle nada a la mujer. Luego Leslly se colocó en la puerta detrás de Felipe, él se da vuelta, Leslly le sonreía y Felipe le miraba tímidamente. Luego hizo una pequeña sonrisa y se marchó diciéndole a Leslly:

—Que duermas bien.

—Gracias, tú también.

Mientras Leslly miraba a Felipe marcharse, la mujer pasó al frente de ella diciendo:

—Que descanses.

—Gracias, igual para ti.

La mujer caminó por el pasillo para asegurarse que los chicos vayan a sus habitaciones. Luego Leslly le miró caminar y después se quedó seriamente mirando al frente, como si estuviera pensando algo. Después entró y cerró la puerta.

Ya había amanecido. 7:49. Los trabajadores del Centro ya estaban haciendo sus labores cotidianas y la preparación de los lugares para que los ingresados puedan ir a dichos lugares. Antes de que los ingresados salieran de sus habitaciones debían tener todo en orden y listo para ellos.

Leslly aún estaba acostada, abrió sus ojos mirando las paredes que tenían al frente por un lado de su cama estando ella de lado. Se dio vuelta quedándose a bocarriba mirando el techo, se queda pensativa.




 8:21. En el comedor ya había muchas personas y todos hablaban a la misma vez. Todo aquello parecía no un comedor sino un gallinero.

—Odio estar aquí. No me gusta estar donde hay mucha gente. Lo odio. No lo soporto.

Decía Alondra sentada en la mesa junta a Daniel.

—Relájate y olvídate de todos los que están aquí...

—No puedo. Lo odio.

Grito Alondra llevando su cuerpo adelante en la mesa y dando un golpecito en una de las esquinas de la mesa. Continuó:

—Ya no puedo más con esto. Quiero salir de aquí. No aguanto más.

—Lo sé. Yo también quiero salir de aquí.

Dijo Daniel. Luego Leslly llega con una bandeja con su desayuno, lo coloca en la mesa y hala una silla. Se sienta y mira a los chicos.

—Y, ¿Felipe?

Dijo Leslly mirando luego entre una multitud que estaba sentada disfrutando de sus alimentos y luego miro por donde estaba el alojamiento de Felipe. Luego Daniel dijo:

—Sí. ¿Dónde estará? No lo he visto hoy.

—Ni yo lo he visto. ¿Dónde estará que no ha llegado? Siempre llega temprano para el desayuno.

Dijo Alondra tratando de mirar entre la multitud. Luego Leslly miró hacía un lado, mirando un grupo que se levantaba de sus mesas. En el momento que ca-

minaban con sus bandejas, una mujer gritó horríficamente entre los alojamientos:

—Aaaaaaaayyyyy.

Todos miraron de dónde provino el grito. Leslly y los demás miraron asustados hacía allí. Luego vieron que los encargados de tratamiento corrieron por dónde provino el grito. Leslly, Daniel y Alondra se dieron cuenta de que el grito provino del alojamiento de Felipe, así que se pusieron de pie y corrieron hacia el lugar. Todos empezaron a correr hacía allí.

Cuando Leslly, Daniel y Alondra llegaron al lugar, no lograban observar nada por la multitud que ya estaba presente. Leslly y los demás se levantaban de sus talones intentando observar algo. Ellos sabían que esa era la habitación de Felipe. Alondra que estaba intentado observar, de pronto dejó de esforzarse por lograr observar lo que pasaba. Luego caminó hacia atrás quedando de espalda a una barandilla mirando el suelo; se llevó una mano a la frente y la mantuvo allí.

Uno de los hombres que estaban adentro dijo mientras sacaban el cuerpo.

—Abran paso vamos, abran paso.

Todos abrían paso permitiéndole salir a los hombres que llevaban en una camilla o tabla de emergencia el cuerpo con una manta blanca encima.

Mientras pasaban, Leslly alcanzó a ver el rostro. Era el de Felipe.

Los ánimos de Leslly dejaron de ser ánimos. Los ojos de Leslly se aguaron poco a poco, hasta que una gota rodó por su mejilla. Luego escuchó a alguien que dijo:

—Por aquí se desmayó una chica, vengan.

Todos gritaban.

—Vengan.

—Ayudaaa.

—Ooohh Dios Santo.

Leslly caminó apartando a todos de su camino, hasta que llegó dónde todos gritaban, vio a Alondra tendida en el suelo. Rápidamente se lanzó dónde estaba Alondra apartando a un chico que le sostenía por el brazo.

—Alondra, Alondra. Despierta, vamos. Ayúdenme.

Gritaba Leslly con Alondra en sus brazos. Dos hombres altos llegaron y apartaron a todos de allí.

—Vamos, muévanse.

Luego apartaron a Leslly por igual. Daniel estaba detrás de Leslly mirando lo que pasaba. Daniel estaba atónito parado detrás de Leslly, no sabía qué hacer en ese momento, nunca había estado en situaciones como esas.

En un cuarto de una oficina estaba Leslly y Daniel sentados frente a una psicóloga que hablaba con ellos. Leslly tenía la mirada en el escritorio de la psicóloga. Leslly no decía nada desde que entró allí. Daniel le había contado todo lo que pasó cuando estaban juntos aquella noche.

—Entonces, ¿No tomaron drogas ni ningún tipo de pastilla esa noche?

—Ya le dije que noo. No hemos tomado nada de eso.

Le había gritado Daniel. Luego dijo tímido:

—Lo... Lo siento.

—Bueno. Su amigo Felipe, murió de un derrame cerebral por un golpe que se dio en la cabeza. Parece ser que se cayó o el mismo se ocasionó aquel golpe. En la frente tenía un golpe que parecía que el mismo se lo ocasionó. Aun no se sabe por qué lo hizo. Pero luego tendremos más detalle de eso.

Hizo una pausa mirando a los chicos, luego dijo:

—¿Saben algún motivo del por qué lo hizo? ¿Notaron algo extraño esa noche en él?

—Solo los vimos temblar cuando nos estuvo contando una historia. Le preguntamos que le pasaba y... él no nos dijo nada. Sólo dijo que se encontraba bien.

Dijo Daniel. La psicóloga suspiró y se echó hacia atrás en el espaldar de su sillón. Luego miró a Leslly que desde que llegó no decía ni una palabra.

Después la psicóloga dijo mirando a Daniel y luego a Leslly:

—Nos permite estar a solas, Daniel.

—Sí señorita.

Daniel se levanta de su silla y caminó saliendo de la oficina. Cuando la puerta se hubo cerrado, la psicóloga se levantó de su lugar y caminó hacia Leslly. Se colocó detrás de Leslly y puso sus manos en los hombros de ella, preguntó:

—¿Hay algo que me quieras decir sobre Felipe que tu sepas?

Leslly no le respondió, solo miraba una porta lapiceros que había en el escritorio. La psicóloga al ver que no contestó, dijo:

—Sé cómo te sientes. No es fácil perder a un amigo, es como un familiar nuestro o un hermano de diferentes padres. Pero la vida nos enseña hacer más fuerte de lo que somos.

Leslly no decía aún nada. Luego Leslly suspiró. La psicóloga solo le miraba. Luego miró adelante y quitó sus manos de los hombros de Leslly, caminó hacia su sillón, diciendo:

—Mañana serás dada de alta, podrás irte a casa. Hemos visto cómo has mejorado y has llevados todos los consejos y tratamiento de formas correctas. Agradecemos que hayas colaborado con tu empeño en querer mejorar. Estamos felices de ti.

Hizo una pausa mirando a Leslly. Luego dijo:

—Puedes marcharte. Te deseo suerte y sigue así. La vida no se detiene, a menos que... Mueras. Pero vive antes de llegar ahí. Tienes un camino amplio por vivir. ¡Suerte!

Luego Leslly se levantó y miró de forma triste a la psicóloga, dijo en tono pasivo:

—Gracias.

Luego le dio una sonrisa no de mucho gusto y luego salió de allí. La psicóloga le miraba mientras salir y sonrió mirando hacia un lado, luego suspiró.





En el Centro de rehabilitación estaba Alondra en una cama de la Clínica del mismo Centro. Era atendida por una señora mayor que pertenecía a ese departamento en la Clínica. Esta le cambia el suero a Alondra cada vez que le quedaba poco. Mientras ella cambiaba el suero por otro, Leslly abría la puerta; entro y se quedó parada allí, observando a Alondra que miraba a la señora mientras colocaba el suero en su lugar. Luego Leslly toco la puerta. Toc. Toc.

Alondra y la señora miraron. Alondra sonríe y Leslly sonríe aún más. Camina hacia donde esta Alondra y, la señora recoge sus cosas y sale de la habitación.

—¿Cómo sigues?

—Bien por ahora. Eso creo.

Alondra le toma la mano a Leslly, y mira su mano junta a la de Alondra. Luego la mira y Alondra aún sigue sonriendo. Leslly se ríe bajando su cabeza y mirada. Luego Alondra se echa a reír.

Ja ja ja ja ja ja.

Ambas se rían. Luego dejan de reírse y Leslly le dice tras guardar silencio:

—Felipe murió de un golpe que se dio en la frente.

Alondra deja de sonreír y se queda callada. Leslly continúa diciendo:

—No entiendo cómo pasó. Aun qué... Sé que estaba enamorado de mí.

Alondra al escuchar aquello, sonrió y apretó más la mano de Leslly. Ella miró su mano cuando Alondra le apretó y luego la miró. Alondra dijo:

—Así era. Se moría por ti. Y nunca se atrevió a decírtelo. Pero... Él tendría su escusa, por lo cual hizo lo que hizo.

—Sí, así es.

Dijo Leslly haciendo una pequeña mueca con su boca y mirando a un lado; luego suspiró. Después Leslly dijo:

—¿Y qué te dijeron sobre el desmayo?

Alondra miró hacía un lado del cuarto cuando Leslly preguntó aquello. Luego dijo:

—Aaah. Tú sabes... Lo mismo de siempre, cuando sucede algo o estoy donde hay muchas personas me sucede lo mismo. Sabes que sufro de agorafobia y antropofobia. Nunca voy a mejorar.

—No, no, no digas eso. Sí vas a mejorar. Solo deja que el tiempo corra por su debido tiempo. Veras que estarás perfecta. Ya verás.

Dijo Leslly levantado la mano de Alondra sosteniéndola luego con sus dos manos. Luego Alondra se reí y dice:

—Siempre me estás dándome ánimo. Ja.

—La vida es vivir; y no sólo es para vivirla, sino para aprender.

—Ja ja. Si. Así es.

Ambas se miran y luego Leslly dice:

—Mañana ya no estaré aquí.

—¿Qué? ¿Por qué?

Preguntó Alondra asombrada y arrugando el entrecejo.

—Me han despachado a casa. Mañana por la mañana me iré.

—Wao. Que bien. Ja.

Dijo Alondra muy feliz y, incorporándose en la cama le abrazó diciendo:

—Felicidades amor.

—Sí gracias. Ja ja.

Se dejaron de abrazar y Alondra una vez que le dejó de abrazar, llevo sus dos manos a la cara de Leslly y le besó en la boca mientras Leslly sonreía. Le dejó de besar. Alondra le dio un beso sorpresa que Leslly nunca se imaginó que Alondra haría aquello. Leslly se quedó atónita de aquél inesperado beso. Luego Leslly preguntó:

—¿Y eso? ¿A qué se debe?

—Pues, es que ya no te veré nunca jamás. O... Tal vez sí. Así que tenía que hacerlo. Ja ja ja.

—Ja ja ja.

Se echaron a reír.

—Estás loca. Ja ja.

—Por qué crees que estoy aquí. Ja ja ja.

—Ja ja ja.

Morían ambas de la risa. Luego dijo Alondra seriamente:

—Te extrañaré.

—Yo también, te extrañaré.

Se decían ambas mientras sonreían y nuevamente se abrazaban.





Al día siguiente. Leslly iba saliendo con su bulto de rueda y, afuera en la puerta le esperaba una Doctora y Daniel.

—Bueno, me imagino que ya no nos volveremos a ver. Pero una cosa te digo... No me olvides.

Decía Daniel. Leslly le abrazó con una sonrisa encantadora y mientras permanecían en el abrazo, Leslly le dijo:

—Los mejores amigos nunca se olvidan.

—Eso espero.

Se dejaron de abrazar. Mientras se miraba, la Doctora le dijo:

—Bien Leslly, espero que todo te salga bien desde ahora en adelante. Y recuerda tus medicamentos y todos lo que se te ha enseñado aquí. Eres más fuerte que tus problemas. Así que combátelos. ¿De acuerdo?

—Sí, de acuerdo. Lo haré.

—Esa es mi chica. Suerte. Adiós.

—Sí. Gracias.

Leslly caminó dando algunos pasos adelante saliendo del lugar y se detuvo para mirar el lugar de donde hubo salido. Hacía mucho tiempo desde que llegó, la primera vez, no había vuelto a ver el frente del lugar. Después miró a Daniel y a la Doctora allí parados. Leslly levantó su mano y sonrió con mucho entusiasmo, le hizo "adiós" con ella y ellos por igual.

Luego del adiós caminó hacia un vehículo que le esperaba allí por donde se encontraba una fuente de agua. Del vehículo salió un hombre mayor y ensacado. Caminó hacia Leslly medio cojo, sonriente y con sus brazos bien abiertos.

—Leslly, cariño.

—Papá.

Leslly corrió soltando el bulto y saltando en los brazos de su padre. Mientras estaba en los brazos de su padre, él le dio unas vueltas aun cargándola. Ambos estaban muy felices.

Luego le bajó y se miraron.

—Estás más hermosa mi princesa.

—Gracias pa.

—¿Dan algunos cursos de belleza allí dentro para princesas?

—Ja ja ja ja.

—Ja ja ja ja.

—Ooohh sí. Claro que sí. Ja ja.

Mientras hablaban, su padre colocaba sus bultos en el cajón del baúl. Luego preguntó:

—¿Y cómo la pasaste allí?

—Uuuh, bien, podemos decir.

—¿Así?

—Sí. ¿Y mamá?

—Uuh, está bien. Creo que está en casa. Estará super feliz desde que llegues.

—Sí, me lo imagino.

—Ooohh, mi pequeña psíquica se lo imagina. Ja ja ja.

—Ja ja ja. No es para tanto pa. Ja ja ja.

Hacía iban hablado mientras se montaban en el auto y salían de allí.

Una nueva historia comienza, fuera del Centro de Rehabilitación de Trastorno Depresivo. Solo es el inicio de la vida de Leslly en su ciudad nuevamente. El padre de Leslly parece ser muy bondadoso y alegre. Pero veremos si en toda la historia será divertido en el transcurso de la vida de Leslly, lo sabremos a continuación si es así.

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