37. Salmeé

«No me gusta esto, mejor vuelve a ponerte los zapatos y vete, tonta», recelosa, Mary entra en escena.

¿Es que no te callas nunca?, replico sin pensar. Ojalá pudiera apagarte.

«No soy un control remoto, ¿y me estás mandando al diablo por este sujeto? ¿En serio?»

Sí, te estoy mandando al diablo por él. Hay personas que merecen que te deshagas de alguien para hacerles un lugar que tienen bien merecido. Tú por él en este caso.

«¡Pero...!»

Arrivederci por un rato, Mary.

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