Capítulo 7. Sorpresas.

Siiri

Ya han pasado 7 años desde que me fui, no sé mucho sobre ellos. Lo único de lo que me llego a enterar de ellos lo encuentro en los periódicos.

Ruth es una de las cantantes más famosas de Europa, siempre está en chismes; aunque claro también su fama es gracias a su "bellísima voz". La vida de Ruth es tan dramática que pareciera que un escritor de novela se la ha creado; quién diría que lo que dicen de ella en la televisión es verdad. Se intentó suicidar, tuvo una infancia sola, etc.

Lauri tiene contrato con un increíble y muy reconocido equipo de básquetbol. Es uno de los hombres con mejor posición económica en Finlandia. No se sabe tanto de él aun así; pero sí sé qué hace obras de caridad en Finlandia.

Y Risto, bueno pues a él sólo lo conoce quién tiene interés en conocerlo. Es un músico "famoso" de música clásica, de esos que no son realmente conocidos más que por los amantes de ese género de música. También le va increíble, hace giras al rededor del mundo, y bueno..., parece que todos ellos nacieron para ser grandes.

A veces compro revistas de chismes para saber un poco de ellos; me habría gustado terminar como ellos también. Tal vez en otra vida, en esta vida... me gustó más lo espiritual que lo material.

Vivo en Helsinki, capital de Finlandia. Ciudad de gente y llena de atractivos lugares que visitar. Con 6 meses de nevadas y más sol que el resto de los estados. Soy conocida en el vecindario como "La maga"; posiblemente soy la única en todo Finlandia. Leo el tarot, el té, el café, la mano, el péndulo, los caracoles; doy clases de yoga y meditación. En fin..., seguí siendo y sigo siendo esa persona extraña que siempre fui y sigo estando orgullosa de serlo.

Alguna vez me buscaron los medios televisivos para hablar sobre mí y mi famosa meditación de Universos; pero siempre he creído que no es así como funciona la espiritualidad; sino que es algo que se adquiere de persona a persona. Así que los rechacé...

—¡Date prisa! —me repetía mi Universo mientras intentaba vestirme.

—¡Qué ya voy! —bramé.

—Está en todos los periódicos.

—No te creo, es una locura; sería demasiado. Es más, no sé si quiero leerlo.

—¿Por qué? —preguntó confundido.

—No sé. Por una parte, quiero saber si es verdad lo que dices, y por otra; no me siento preparada para ver imágenes.

—Hoy es un día especial Siiri.

—¿Qué estás tramando? Hoy te ves muy contento.

—Yo siempre estoy contento; luego por eso piensan que soy insoportable.

Volteé a ver a mi Universo con media sonrisa burlona en cara; no cabe duda que él y yo si somos el uno para el otro.

Terminé de vestirme casualmente, intentando pasar desapercibida por las calles. Mi buzón tenía un correo nuevo. Al principio no quería prestarle atención; cualquiera sabe que todo llega por el correo, especialmente lo que no quieres recibir; como cuentas y reclamos. Pero mi Universo se veía tan ansioso ahí, flotando sobre el buzón, que no podía evitar hablar con él de nuevo en público.

—Dijiste que la noticia estaba en el puesto de periódicos —susurraba en secreto—, no en el buzón.

—Esta no es una noticia; es una sorpresa.

Me detuve a abrir el buzón del correo. Dentro del buzón encontré un sobre en blanco, sin nombre, dirección o timbre. Pude entrar en pánico; pero soy de esas personas que son conscientes de que lo que viven lo crean con sus propios pensamientos. "Pensar algo malo, no me traerá nada bueno", pensé.

La metí dentro de mi chamarra y caminé al puesto de periódico; aparentando que no escuchaba a mi parlanchín Universo. Después de tantos años, he podido casi perfeccionar la técnica que llamo "El loco". La cual trata de aparentar conciencia y cordura humana, de esa que los seres de este planeta consideran "Normal".

Cuando llegué al puesto del periódico, tomé el primero que me agradó; ya que según mi Universo no habría gran diferencia.

Caminé hacia un parque para sentarme; pero era tanta mi curiosidad que terminé sentándome en la banca de un cementerio viejo. En Finlandia, no hay mucha diferencia. Incluso hay gente que va a ejercitarse a los cementerios; somos personas extrañas, perdón, normales.

Primera plana en la sección de espectáculos.

"Amores y nieve"

"Tras la firma de contribución entre el "famoso" músico clásico Risto Valo y la cantante Ruth Williams; se les encuentra en la ciudad de Rovaniemi en una situación comprometedora...

¿Será que el músico planea colgarse de la fama de la exitosa famosa Ruth Williams? Fuentes aseguran que ellos se conocen desde niños; cuando vivían justamente esta ciudad cuyas nevadas duran casi un año entero...blah blah"

Y de ahí, varias fotos de Risto y Ruth juntos; besándose en plena ciudad nevada; ambos con un cigarro en la mano.

—¡Cómo les encanta exagerar las cosas...! —mencioné en voz alta— Al parecer ahora hasta comparten el mismo vicio.

—El Universo de Risto debe ser un genio... —exclamó mi Universo.

—Admito que su trabajo como Universo es mejor que el de muchos otros Universos que conozco; entre los cuales te incluyo. Tal vez por eso es que ya se le va a dar la oportunidad de ser humano... —intenté no quebrar mi voz y parecer fuerte.

—Se vale llorar... —contestó mi Universo lleno de burla.

—A veces creo que debería exigirte cosas; pero otras tantas prefiero que me sorprendas y confiar en ti y en Dios... ¡Risto colgándose de su fama! —comenté muerta de risa.

—Ahora abre la carta —contestó cortando mi risa.

Tomé la carta que permanecía doblada dentro de mi chamarra. Comencé a abrirla mientras veía los ojos de mi Universo, lleno de... emoción, malicia y burla; sin saber que esperar. En cuanto la abrí salió una foto de mí siendo niña. En la parte de atrás de la misma, un mensaje que decía: "Te encontré". Pensé en diferentes posibilidades, entre ellos, algún psicópata; mi padre buscando dinero o... Lauri.

Si bien es cierto que Lauri es famoso hoy en día; no es fácil encontrar información sobre él. Sólo veo sus juegos, lo observo en carteles de marcas deportivas prestigiosas; pero en cuanto a su vida privada, siempre se había mantenido muy reservado. Mientras pensaba en lo poco que sabía de Lauri, alguien llegó por atrás a taparme los ojos con las manos heladas. Quería quejarme, pero en vez de eso, humedecí sus manos con mis lágrimas; la respuesta estaba tapándome los ojos después de tantos años.

—¿Sigues hablando sola? —preguntó aquella voz.

—¡Lauri! —exclamé llena de felicidad.

—No sabes lo difícil que ha sido encontrarte, como una aguja en el pajar. Un día simplemente desapareciste; un día todos nos fuimos.

—Pues... —exclamé tomando el periódico— al parecer, unos tórtolos están en Rovaniemi.

—Yo sé, no necesito ver un periódico para saberlo. Ellos están aquí por qué yo los invité. Pero antes de pasar a mí..., quiero saber que ha sido de ti. Te mandé investigar y me dijeron que te dedicas a la brujería...

—No precisamente. Qué detective tan incompetente e ignorante has contratado. Me dedico a... la espiritualidad y esoterismo; no es lo mismo.

—Siiri, pudiendo llegar más lejos ¿Estás contenta con esto?

—Alguna vez te lo dije, ser feliz es decisión propia ¿Qué hay de ti?

—Si, también decidí encontrar mi felicidad. Estoy aquí porque voy a casarme.

Volteó a verme sonriendo; sonriendo como nunca; sonriendo sinceramente...

—¿En serio? —pregunté incrédula.

—Me casaré con una fan mía. Llevó saliendo con ella dos años y medio, y ahora está embarazada; nuestro bebé nacerá en un par de meses ¿Sabes, Siiri? Es irónico, toda la vida añoré una familia; envidié familias ajenas y rogué por migajas de amor. Jamás me puse a pensar que al final sería yo quien formaría mi propia familia; y que soy yo quien escoge el amor que siente que merece recibir.

—Me alegra mucho, hermano —le sonreí finalmente.

—Aquí está la invitación —me explicaba mostrándome una carta—. La boda será en Rovaniemi; este es un boleto de tren para que asistas.

—Así qué por eso están ahí los pobres. Está bien, asistiré... ¿Cómo están tus abuelos?

—Pues casi la misma noche que desapareciste, desaparecí yo también. Y después me fui a Estados Unidos. Cuando por fin pude volver, mi abuelo ya había muerto... —me contaba con tristeza y vergüenza— Mi abuela, ya es grande también y con trabajos puede andar; aunque insiste en que ella será quien me entregue en el altar. Desde que pude volver me hago cargo de ella. De nuestros padres, no sé nada.

—Seguramente tu abuelo está orgulloso de ti...

— Yo no estaría tan seguro de eso. Seguramente murió angustiado de pensar en que me había convertido en un clon de mi madre.

—Tu abuelo siempre supo que eras mejor que eso; y estoy segura que ahora más que nunca, puede estar convencido de que estaba en lo correcto.

—Gracias, Siiri...—soltó Lauri repentinamente y posteriormente, un silencio invadió no sólo su boca sino su mirada.

—¿Por qué? —fue lo único que se me ocurrió preguntar.

—Porque conforme los años pasaban, me di cuenta que tenías razón en muchas cosas y me di cuenta que siempre debí escucharte. No puedo mandar en mi corazón; pero pude mandar en mi mente y pensamientos... Nunca debí hacerte a un lado.

—Nunca te di consejos esperando un "gracias" —contesté—. Todo lo que te he dado, me ha salido del corazón. Soy muy extraña, lo sé.

—Yo creo, que el término correcto es: perfecta —replicó tras una sonrisa.

Mi Universo y su Universo también se habían sentado bajo un árbol a platicar. Posiblemente se estén contando el uno al otro todos los problemas que pasamos y el arduo trabajo que realizan por nosotros día a día.

—Siiri no entiende —exclamaba mi Universo—, le he dicho que me pida abundancia, que me pida amor... Y ella prefiere vivir su día a día.

—Eres tú quien debería aprender de ella —replicaba el Universo de Lauri—. Tal vez ella no debería de pedírtelo; tal vez, si tú la crees merecedora, deberías dárselo tú.

—Pero... ya no nos queda nadie —volteó a verme apenado y a lo lejos.

Sólo permanecí viéndolo con una gran sonrisa en el rostro. Tal vez él no lo note, pero yo sé que nunca estamos solos del todo.

—¿Por qué no buscar a Risto antes de llegar a la boda?

—Él ya tiene a alguien. Y además, si algún día yo obtengo el amor de alguien, quiero que en verdad me...

—¿Pertenezca? —interrumpió Lauri.

—Corresponda, sería el término correcto.

—Tienes razón, aun así; arréglate y saca toda la belleza que siempre intentas esconder tras tus ropas obscuras. Recuerda que es un día de fiesta.

Lauri se levantó de la banca y caminó junto con su Universo mientras yo lo observaba alejarse lentamente.

—Eres muy difícil Siiri —soltó mi Universo repentinamente.

—¿Por?

—Nunca sé que hacer para hacerte feliz. Siempre estoy contigo; siempre estoy trabajando y cuidándote... Y al final, de cada noche yo si busco con quien compartir mi día. Los Universos callamos muchas cosas y las guardamos sólo para nosotros —exclamaba entristecido.

—¿Tú puedes callarte? ¡Eso sí que es nuevo! —exclamé— Entonces eres tú quien quiere una pareja y no yo. Tal vez soy yo quien debe buscarte una pareja a ti. Así que deja de quejarte y arréglate, que tenemos una boda a la cual asistir.

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