Desde que Hinata me había llamado por que Sugawara estaba actuando raro, me di cuenta que algo le preocupaba, a pesar que él lo negara nunca le quite los ojos de encima, sonreía a pesar que lo viera demacrado.

Salimos para comer un poco y a relajaros ya que en la tarde tendríamos el partido contra Datekou; después de hablar con Asahi sobre el partido me dedique a caminar un poco por los alrededores del gimnasio, estaba doblando una esquina cuando note algo extraño, Suga se acercó a Hinata y a Kageyama para hablar con ellos.

-Cuento con ustedes -escuche la voz se Sugawara mientras se inclinaba ante el par. Me sorprendí bastante a pesar que no entendía que favor les estaba pidiendo-Datekou es un oponente formidable. Hace tres meses fuimos derrotados por sus bloqueos-se enderezo para mirar a Hinata-pero esta vez, tenemos la mejor carnada-luego miro a Kageyama-puedes sacar lo mejor de Hinata ¡Abran un camino para nuestra estrella!-los miro seguros.

Yo solo sonreí, tal parece ya se sentía mejor por lo que me di la vuelta regresando sobre mis propios pasos y camine hacia la cancha.

El partido comenzó al principio, la muralla de Datekou era formidable, pero poco a poco logramos romperla; cuando Kageyama y Hinata hicieron su ataque especial rápido y anotaron voltee a ver a las bancas para ver como el resto del equipo se alegraba.

-¡Buen trabajo, Hinata!-mire a Suga animarlos y sonreí aún más, voltee a ver a las gradas en donde estaba colocada nuestra pancarta sorprendiéndome al ver al club femenino mirar asombradas al par inquieto de primer año pero Michimiya Yui, la líder miraba preocupada a Sugawara, voltee a verlo y note su rostro, había cambiado por uno de tristeza.

-Suga...-susurre pero los gritos de Tanaka y Nishinoya me sacaron de mi ensoñación, no podía distraerme, no ahora que estábamos jugando.

Primer tiempo, 18 a 15, íbamos ganando cuando el balón voló de nuestro lado, Nishinoya logró interceptarlo, escuche el grito emocionado de Suga y me desconcerté un poco al pensar que quizás sus depresión momentánea se había esfumado, cuando me percate, vi al barbudo de Asahi volar para luego rematar pasando la defensa del grandote de Datekou y anotando un punto, llegue con él para felicitarlo, ya que al parecer había superado su inseguridad.

Al final de todas las dificultades logramos ganar y vi a todo el equipo gritar de felicidad, voltee a ver hacia la banca, Sugawara no estaba... extrañado me acerque al entrenador y él me dijo que había pedido permiso para ir al baño; después de agradecer por el juego, me dirigui casi corriendo al baño masculino, tenía un mal presentimiento. Abrí la puerta de los baños y escuche claramente lo que eran sollozos reprimidos, lentamente me acerque a los cubículos y comencé a abrir las puertas una por una, hasta que llegue a la mitad de la cual provenían el llanto.

-¿Suga?-trague seco. A los segundos los sollozos se detuvieron pero nadie contesto-sé que estás ahí, por favor sal, has estado actuando extraño y eso me preocupa y más aún cuando estas llorando-trate de hacer que abriera la puerta.

Espere un minuto y esta se abrió mostrando al del lunar con una sonrisa, mas parecía una mueca, sus ojos enrojecidos, sus labios temblaban levemente y su respiración era cortada.

-Suga...-lo detuve ya que el tenía planeado pasarme de largo, le jale de la mano y lo abrace por la espalda-por favor, dime ¿Qué te sucede?-suplique triste ya que no quería hablarme nada al respecto.

-... D-Daichi-no resistió mas y se quebró en llanto mientras se daba la vuelta y me abrazaba.

-todo está bien-le acaricie los cabellos-pero, necesito que te calmes-le susurre.

Mentira, nada estaba bien, veía como Koushi se desboronaba en frente de mis narices y yo no sabía cuál era la causa, me mordí el labio inferior molesto conmigo mismo por no ser más observador, algo estaba apuñalando su corazón y yo me encargaría de borrar toda herida y cicatriz.