27. Incertidumbre

Durante las siguientes semanas me alejo un poco de todos. Necesito tiempo para pensar y reorganizar mi vida. No puedo dejar que todo esto me afecte, por un instante me siento al borde de un abismo y no quiero volver a caer. Debo encontrar mi fortaleza para lo que sea que me toque enfrentar en el futuro.

Aprovecho para comprar el pasaje a Alemania, voy por el vestido para la boda y me enfoco en algunos detalles de esta. Quizás es lo mejor, quizás esto fue solo un paréntesis en mi vida real. A veces la vida nos pinta hermosas realidades que parecen sueños, y que como estos acaban cuando despertamos. Quizás es momento de despertar, de dejar todo esto como un hermoso sueño en el que conseguí enmendar muchos errores del pasado y cargar energías para continuar con mi vida, la que dejé en Alemania.

Allá están todos mis seres queridos esperándome, esas personas que me conocen tal cual soy ahora, quienes me han dado su apoyo incondicional y sus manos cada vez que caí. Sucede que al llegar aquí y encontrarme con mi pasado es como si me hubiera perdido por un instante en una realidad paralela, es como cuando se sale de vacaciones y finalmente se debe volver a la realidad.

En Alemania está Niko que me espera con su sonrisa inagotable, esa que recuperó hace muchos años. Ni siquiera puedo imaginarme viviendo lejos de él por mucho tiempo, no sé cómo pensaba congeniar el pasado con el presente de todas formas.

El pasaje es para la siguiente semana, llegaré justo un día antes de la boda. Y me tomaré unos días por allá para decidir si finalmente me quedo por Alemania o vuelvo. ¡Dios mío!, uno pensaría que la vida de adultos es más sencilla, que las decisiones importantes ya han sido tomadas... pero todo es tan complicado.

Más temprano recibí un mensaje de Taís, me invitaba a ir al cine. Llevamos días sin vernos y supongo que está queriendo saber qué sucede. Con Lina he hablado por mensaje y quedamos en vernos en estos días también. Anda bastante atareada con una participación en un concurso de uno de sus grupos. No he tocado el tema de Rafa con ella, me siento incómoda con eso así que decido obviarlo.

Las cosas han ido volviendo a la normalidad, Taís ha empezado a ensayar de nuevo y Rafa ya está trabajando otra vez. Así que nos vemos menos, lo que por el momento me parece lo mejor.

Busco a Taís de su casa y ella me pide que pase, aún no está lista. Subo con miedo de encontrarme con Rafa pero no está.

—Entra, papo no está —dice Taís como sabiendo lo que estoy pensando, últimamente siento que todos pueden leerme... ¿acaso soy tan trasparente? Ella se está secando el pelo y aún no está vestida. La sigo hasta su habitación y mientras termina de arreglarse me cuenta todo acerca de su nueva relación con Rodrigo, con quien finalmente ha vuelto hace una semana y media.

Taís está feliz y enamorada, y eso me agrada. Además está contenta porque está bailando de nuevo. Dejo mi cartera en su habitación y paso al baño un segundo mientras ella termina de arreglarse, luego vuelvo y salimos. Estamos camino a la puerta cuando ella se detiene de golpe y se gira para mirarme.

—Sígueme, hay algo que quiero darte —dice y la sigo. Entramos al estudio de Rafa, no es un lugar que suelo frecuentar pero he estado aquí un par de veces. Todo en este sitio huele a él, es su espacio, su cueva dentro de su casa. Sonrío al ver una taza con restos de café sobre el escritorio, Taís se dirige al mismo y abre el cajón, saca un cuaderno con tapa azul y me lo pasa.

—¿Qué es? —pregunto y ella sonríe.

—El cuaderno donde papo plasmó toda su historia contigo.

—¿Por qué me lo das? —cuestiono confundida.

—Me parece que debes tenerlo, no es por nada... está lleno de su sufrimiento pero también derrama todo su amor. Solo pensé que quizá leerlo te ayude a decidir —sonríe.

—¿Qué tengo que decidir? ¿Y si Rafa se enoja porque me lo estás dando?

—No se enojará, ya no lo lee... lo ha cerrado. Y no sé qué está sucediendo entre ustedes pero pienso que quizá deban tomar algunas decisiones... Tú me dijiste que debía decidir si perdonaba a Rodri, si me jugaba por lo que habíamos tenido... supongo que tú debes decidir algo similar. Puedo ver que entre ustedes aún quedan cosas inconclusas, Caro... pero no sé cómo ayudarles, se me ocurrió que quizás esto... —Observa el cuaderno ahora en mi mano—. Solo léelo...

—Entiendo que quieras ayudarnos, Taís... pero supongo que no es tan sencillo —sonrío y ella asiente.

—Prométeme que lo leerás.

—Lo haré —respondo y entonces lo guardo en mi bolso. Salimos de allí y de la casa y no volvemos a tocar el tema.

Cuando llego a casa lo primero que hago es sacar el cuaderno de mi cartera. Me doy un baño y me pongo algo cómodo para dormir, pero en realidad no pienso dormir... me leeré ese cuaderno de principio a fin esta misma noche.

Es increíble... es increíble como los seres humanos nos dejamos llevar por el egoísmo y nunca vemos las cosas desde las perspectivas del otro. Vivir mi historia desde el punto de vista de Rafael me llevó a odiarme a mí misma, a querer gritarme a la cara lo que estuve haciendo mal. Es difícil leer la historia de uno mismo escrita por los ojos de otra persona, es como si estuviera viendo una película y pudiera darme cuenta de todos los errores que está cometiendo la protagonista y todo lo que el protagonista está entendiendo mal, pero no pudiera entrar y hacerles cambiar de idea. Siento lo mismo que cuando leo una novela y no puedo cambiar lo que está sucediendo allí aunque sé que ambos están equivocados. Esa rabia, impotencia, dolor que Rafa ha trasmitido en cada palabra que ha escrito aquí de su propio puño y letra laceran mi alma, pero también puedo sentir todo el amor inmenso que me tenía.

Cuando finalmente termino es tarde, muy tarde. Algunas lágrimas y algunas sonrisas inundaron mis horas mientras leía. Me recuesto en la cama y coloco el libro en mi pecho, lo abrazo. Quiero poder tener una respuesta para toda la incertidumbre que me envuelve pero no la tengo. Siento que el pasado y el daño que hice finalmente es demasiado grande como para simplemente olvidarlo...

Rafael me ha perdonado, yo me he perdonado... pero eso no quiere decir que el pasado no haya existido. Está allí como un fantasma que siempre nos acechará, que siempre flotará sobre nosotros... quizás una relación sana es imposible. Suspiro.

Quizás es bueno que me aleje para siempre, que deje esto como está. Al menos así quedaremos como amigos y podremos vernos ocasionalmente cada vez que yo regrese por aquí. Quizá deba dejarle el camino libre a Rafa para que rehaga su vida con Lina o con una mujer que no lleve consigo una mochila tan pesada. Alguien con quien pueda tener una relación genuina, nueva y fresca... ser el mismo, amar y ser amado como alguien tan bueno como él se merece.

Tristemente me doy cuenta que a veces cuando el daño es muy grande, no basta con el perdón... el amor implica hacerse a un lado cuando la persona que uno ama lo necesita. Una vez forcé a Rafael a alejarse de mí porque no sabía cómo amarlo, no estaba lista para ello... lo miré a los ojos y le dije que todo había terminado, y él se fue... con todo su dolor y con todo su amor. No me buscó porque pensó que eso era lo que yo necesitaba, a pesar de que había destrozado su corazón y su alma. Creo que ahora es mi turno de hacer esto por él... en este mismo momento siento el calor que inunda mi corazón, ese calor es el amor que siento por él... Lo amo, estoy enamorada de él como siempre, más que antes. Amo al chico que fue y al hombre en qué se convirtió... pero lo amo tanto que entiendo que no es nuestro momento, lo amo tanto que prefiero verlo feliz a sentirlo inseguro a mi lado. No quiero volverlo a dañar, quiero solo verlo sonreír.

Yo he vivido una vida difícil y esa es la excusa perfecta para mis errores, pero él ha vivido una vida pesada cargando con responsabilidades que no eran suyas, madurando antes de tiempo y siendo fuerte, mientras luchaba con un corazón roto durante todos estos años... Eso no es justo, solo quiero verlo feliz... y si eso significa que para ello debo alejarme, lo haré... pero no volveré a cometer el mismo error, no me alejaré sin decírselo, sin permitirle tomar la decisión. Le daré el tiempo que necesite, me iré a Alemania y arreglaré allí los temas que tengo pendientes mientras él vive su vida y toma sus decisiones... y si prefiere alejarse, que seamos solo amigos... lo aceptaré.

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