15. Descubriendo

TAÍS

Llego un poco antes de lo planeado y encuentro a papo y Nika a punto de ¿besarse? Es muy incómodo verlos así, Nika se pone nerviosa y termina por echar el café y retirarse de forma acelerada. Papo sin embargo, se nota divertido.

Cuando ella sale lo miro expectante. Coloco mis brazos en jarra, enarco las cejas y frunzo el labio esperando mi explicación.

—¿Qué? —Papo ríe divertido.

—¿Qué es lo que acabo de ver? —pregunto seria.

—Nada porque llegaste justo para interrumpir —dice él encogiéndose de hombros. Su actitud me parece divertida y se ve alegre, pero trato de mantener la mía.

—¿En serio? ¿La ibas a besar? ¿Todavía sientes cosas por ella? ¿Vas a caer de nuevo en su juego? ¿Vas a volver a confiar?

—¡Detente! —interrumpe mi lluvia de preguntas desenfrenadas—. Respira, Taís —dice y yo negando me dirijo al sofá. Me siento y lo observo.

—¿Y bien? —pregunto ante su silencio.

—Nada, no pasó nada. No sé qué fue eso... solo... estuvo a punto de suceder. Supongo que el volver a vernos mueve los recuerdos. No es sencillo. Mejor cuéntame cómo te fue a ti —pregunta y yo sonrío.

—Supongo que bien —digo aunque no quiero hablar mucho del tema, no con él, no ahora—. Tengo algo de sueño... ¿está bien si duermo un rato? —pregunto y él asiente. Yo finjo dormir y él no pregunta más.

Por la tarde Lina y Nika vienen de nuevo. Las tres vamos a merendar algo a la cafetería del hospital y luego Lina dice que bajará a charlar un poco con papo. Ellos son buenos amigos, ya que de hecho ya venían hablando mucho antes de conocerse en persona. De todas formas me parece que esto estaba planeado y Nika quería quedarse a solas conmigo, lo que me parece bien porque yo también quiero hablar con ella.

—Taís, lo de hoy... —Comienza y luego hace una pausa, es muy divertido verla nerviosa y yo la miro con seriedad buscando incrementar ese sentimiento—. Lo siento... fue... un impulso, supongo.

—No tienes que darme explicaciones —suspiro—. Ustedes son grandes y sabrán lo que hacen. Yo solo te pido que lo piensen bien... que lo pienses bien, y por favor no lo vuelvas a lastimar —agrego de forma ruda y seca. Ella no dice nada, solo suspira.

Nos quedamos un rato en silencio, cada una sumida en sus propios pensamientos. Yo revolviendo mi café mientras voy buscando las palabras para decirle aquello que me atormenta. Entonces siento su mirada fija en mí y levanto mis ojos para encontrarla.

—¿Te está presionando? —pregunta con algo de incredulidad y yo asiento.

—Quería que me quedara con él anoche y que mintiera, que ustedes creyeran que me quedaba con Paty... Y yo... estoy confundida, Nika —admito y suspiro, me siento mejor al hablarlo con ella. Antes de que yo supiera que ella es quien es, ella y yo habíamos tenido varias charlas de ese estilo, sentía que podía contarle lo que fuera.

—Mira, Taís. Yo no soy quien para decirte cuando es el momento o cuando no lo es. Lo que sí te puedo decir es que nadie debe presionarte, y nadie puede usar la excusa del amor para lograr algo. Me extraña de Rodri, no lo tenía en ese plan, pero uno nunca sabe... Tú, ¿cómo te sientes?

—Yo me siento confundida —acepto—. No es que no me guste o que no tenga sentimientos de esa clase para con él, obviamente me pasan cosas... pero es como que él al querer forzar el momento, al querer apurar... me pone más a la defensiva y así no quiero...

—Yo solo puedo decirte que aunque la primera vez no suele ser nunca como la pintan en las historias o en las películas, debes estar segura y debe ser una decisión tuya. Debes sentirte lista, Taís. Es horrible cargar con experiencias y recuerdos dolorosos de esa índole.

—¿Tú? ¿Cómo fue? —Me animo a preguntarle y ella baja la vista.

—Fue... estaba drogada y no lo recuerdo... quizás es mejor así. Ellos también lo estaban, pero... yo no estaba de acuerdo, así que lo único que te puedo decir es que me sentí horrible, ultrajada, violada, humillada... Es algo que me marcó bastante y nunca lo hablé con nadie... ni Rafael lo sabe —dice y levanta la vista para mirarme. Sus ojos lucen humedecidos por lágrimas que aún no caen.

—¿Ellos? —pregunto confundida y atontada.

—Puedo inventarte una historia rosada acerca de un príncipe llevándose en una bandeja de plata mi virginidad como un tesoro preciado; pero no quiero mentir más, no quiero inventar historias bonitas para borrar huellas dolorosas. Fueron dos chicos, abusaron de mí pero yo estaba drogada y no hice nada para detenerlos, así que no podía denunciarlos... no podía... —Ella baja la vista y yo recuerdo todo lo que papo había escrito al respecto en su libro, ella supuestamente le había dicho que fue con Leo... entonces también recuerdo lo que le dijo Gael a papo y que a él tanto le dañó.

—Fue tu primo, ¿no es así? —pregunto y ella asustada levanta la vista a mirarme. No dice nada pero veo que un par de lágrimas finalmente caen lentas por sus mejillas.

—Nadie lo sabe... —dice y se seca rápido las lágrimas con una servilleta que toma de la mesa.

—Él se lo dijo a papo... le dijo algo así como que todo lo que sabías te lo había enseñado él.

Ella arruga el papel en sus manos y la veo fruncir el ceño consternada.

—¿Él se lo dijo? ¿Cuándo? —pregunta afligida y confundida.

—Cuando él fue a buscarte a su casa, a la casa de tus tíos... fue después de que tu padre los hubo descubierto. Él fue y descubrió que tú no vivías allí. Iba a irse pero Gael lo detuvo y le dijo cosas... le dijo que tu mentías sobre donde vivías, sobre la bulimia... Le dijo que siempre volverías a él y le dejó saber eso... que él fue quien te enseñó las cosas que sabías.

Veo su rostro tornarse opaco, sin brillo, con dolor. Lleva las manos a la cabeza y niega. Luego coloca rendida los brazos en la mesa y recuesta la cabeza en ellos. Acaricio su cabello con mi mano y me quedo en silencio por un rato.

—No puedo creer que se lo haya dicho así... no puedo creer que Rafa haya tenido que soportar eso, que haya tenido que vivir con esa incertidumbre durante tantos años, Taís... me siento horrible. Jamás pensé que Gael le diría eso. Nunca se habló de ese tema... y no es cierto, no fue así.

—Escúchame... Nika —digo intentando que se calme, ella levanta la mirada y me busca. No puedo verla así, está sufriendo y no me parece justo que su pasado la vuelva a atormentar de esa forma. Odio lo que le hizo a mi papo, lo odio... pero me acabo de enterar que fue violada por su propio primo y otro chico... y eso es fuerte. La mujer que admiro y conozco, la persona brillante que me iluminó llenándome de buenos sentimientos todo este tiempo tiene una historia horrible y está destrozada frente a mí... y eso es mucho más de lo que puedo soportar—. Ya eso no importa, ya papo lo ha superado. Luego tú le dices que eso no fue así como Gael se lo pintó y él lo entenderá, sabrá perdonar todo eso porque su corazón es gigante y de hecho creo que ya lo ha perdonado.

—No sé si deba hablar así contigo... me siento como una adolescente perdida de nuevo. Gael me hizo demasiado daño, mucho más del que puedo ni siquiera contabilizar... y yo no lo sabía, no me daba cuenta... pensaba que era el único que me quería en serio. Él me tenía engañada, me manipulaba emocionalmente. Pero eso no fue así, de verdad... él abusó de mí... Dios... —suspira y yo la tomo de la mano.

—Tranquila, perdóname, Nika... lo que viviste habrá sido horrible... Siento habértelo recordado, no pensé que... —Me arrepiento de haber tocado el tema.

—Oye... no... está bien... Lo que viví ya pasó, y no sé si sea correcto que te diga esto pero Rafa supo curar todas mis heridas. Para mí, mi primera vez fue con él... esa es la que recuerdo —sonrío porque ella no sabe que yo sé todo sobre esa vez—. ¿Te lo contó? —pregunta al entender mi gesto y yo asiento.

—Algo...

—Bien... lo que quiero que sepas es que arrepentirte luego es horrible... así que cuando decidas que es el momento, debes estar segura y sentirte preparada. No te dejes manipular por nadie, ni siquiera por la persona que amas... porque si alguien necesita manipularte, no te ama en verdad.

Sus lágrimas han desaparecido ya y su mirada es firme y profunda. Lo que me dice me lo está diciendo de corazón y yo puedo sentirlo. Es la misma Nika que siempre me habla, me escucha y me aconseja. Ella vuelve a tomar lo que queda de su café y yo me pierdo observándola.

Cuando la empecé a conocer la admiré por ser fuerte, por ser una mujer luminosa y positiva, por sus reflexiones profundas y sus buenísimos consejos. Por escuchar sin juzgar, por siempre dar lo mejor de ella... Cuando me enteré que era Carolina la odie, por ser esa chica egoísta, insensible y altanera que rompió sin piedad el corazón de mi papo y lo marcó para siempre.

Durante todo este tiempo tuve a ambas personas en diferentes manos, seguía odiando a Carolina por ser lo que fue, pero a la vez había vuelto a confiar en Nika y a necesitar de sus consejos. Hoy allí la veía a ambas; mi amiga y consejera, la mujer llena de sabiduría que me ayudaba a atravesar mis días de adolescente confundida, era así gracias a todo lo que había vivido en sus años pasados, era quien yo admiraba gracias a todos los golpes que tuvo que darse. La Carolina que odiaba se había mostrado recién ante mí, frágil, rota y destruida; con un secreto que a cualquier mujer hubiera partido en miles de partes... con una verdad que caló profunda en su alma...

Y aun así ella siguió adelante, tal como en ese mismo instante, había llorado, se había enojado, se había caído y luego... se había secado las lágrimas y había vuelto a brillar dándome un consejo de corazón. Esa era Nika, esa era la verdadera... no era un ángel blanco y puro, tampoco era el peor de los demonios; era solo un ser humano lleno de luces y sombras, lleno de matices y colores intermedios entre el blanco y el negro...

Esa era la verdadera Carolina, y yo me encontraba deseando saber más de ella, ya no por justificar sus errores con mi tío, sino para conocer como alguien que cayó tan bajo llegó a convertirse en alguien con alas tan brillantes...

Y con lo poco que sé, con lo poco que me acabo de enterar y con aquel dolor tan tangible que observé en sus ojos verdes, mezclado con el brillo de su hermosa sonrisa más la dulzura de sus palabras y sus consejos; puedo por primera vez unir a las dos imágenes que veía disociadas, a las dos facetas de una misma persona que tenía en ambos extremos, a Nika y a Carolina...

Y entonces solo puedo admirarla aún más.

—Caro... —La llamo por primera vez por su nombre, ella levanta la vista asombrada pero al encontrarse con mis ojos serenos, sonríe con dulzura.

—Dime... —responde a mi llamado, responde a su nombre.

—Te quiero y te admiro mucho... —admito y su sonrisa se amplía.

—También te quiero y te admiro, Taís... siempre pensé que me hubiera gustado ser tan inteligente como tú a tu edad —añade. Entonces me levanto y ella también, y nos fundimos en un abrazo sincero y real. 

¡Hola chicos! Quiero contarles que amé profundamente escribir este capítulo. Me encanta el proceso que siguió Taís para finalmente entender a esta mujer que, como la mayoría de los que leen y comentan, odiamos y admiramos. 

¡Feliz cumple DianaLedesma8 ! ¡Te quiero mucho!

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