Capítulo 8

Bastian dejó a Maxi en su casa y llevó a Dulce al Estrella.

—¿Estás segura de que va a acompañarte a ver lo del vestido? —inquirió.

—Más le vale, no le gustará contradecirle a su mejor amiga embarazada —dijo con decisión—. Ya la esperé demasiado y no pienso cambiar mis planes porque a ella le hizo mal verte. A propósito ¿qué fue lo que pasó?

—No lo sé, me preguntó si era feliz, le dije que sí y le pregunté si ella lo era.

—¿Qué te dijo?

—No dijo nada... pero se lo leí en la expresión —musitó encogiéndose de hombros—, luego llegó Annette a cortar el momento y me fui... pero antes me acerqué un poco a ella, le tomé de la barbilla e hice que me mirara.

—Ay, Bastian, Bastian... —susurró Dulce—. ¿La vas a seducir? ¿Ese es tu plan? —inquirió—. Ella no es una más de tus conquistas, Bas...

—No tengo ningún plan, Dulce, ya te lo dije... No pretendo seducirla tampoco, no soy tan estúpido para jugar con el fuego que de verdad puede quemarme...

—¿Entonces? ¿A qué vas a jugar?

—A nada... mi único objetivo es encontrar el momento exacto para hablar con ella, para pedirle perdón... pero no puedo hablar con la Angie que anda en tacos por el cerro, tiene que ser la Angie de antes... tengo que asegurarme de que cuando le diga eso, sea a la muchacha que yo amé y que se animaba a ser vulnerable conmigo, porque esta es solo una fachada...

—O sea que lo que vas a hacer es tratar de derribar esa fachada, sea lo que sea que encuentres abajo —susurró Dulce.

—No, la fachada se va a derribar sola... yo no voy a hacer absolutamente nada, solo disculparme y hacerle saber que he cambiado y que espero que hoy se pueda sentir orgullosa de mí, porque eso es lo único que siempre deseé y tú lo sabes mejor que nadie...

Dulce lo miró con ternura y se mordió el labio.

—Si no estuviera enamorada de tu amigo, me enamoraría de ti, indefectiblemente.

—Ya lo estuviste, recuérdalo —dijo él guiñándole un ojo—. Soy irresistible, para todas, lo siento.

Dulce se echó a reír.

—Sobre todo para Andrea —zanjó la muchacha.

—Sí, ya lo creo, hoy hizo de todo para que nos quedemos solos, pero Annette no lo permitió.

—Chica lista —respondió Dulce con diversión.

—Bueno, bájate, pasa una buena tarde con ella... —dijo cuando llegaron.

Dulce bajó y le tiró un beso una vez que casi entró al hotel. Bastian sonrió, amaba ver feliz a esa chica a la que tanto quería.

Manejó de regreso hasta su casa y una vez allí, se encontró con Annette que jugaba con Benja.

—¿La buscaste? —inquirió.

—No, solo llevé a Maxi a su casa y a Dulce al hotel, junto a ella. Tienen que ir a ver el vestido.

—¿Y cuándo piensas hablar con ella? Creo que quedó asombrada por todo lo que lograste, me preguntó desde hace cuanto te conocía y me dijo que ella conoció este lugar en ruinas y que lo que habías hecho era mágico —comentó la muchacha.

Bastian sonrió.

—Eso era lo que querías, ¿no? Impresionarla...

—Sí... pero no por ego... sabía que iba a volver, tarde o temprano iba a hacerlo, y no iba a poder esconderse de mí, no con Dulce y Maxi juntos... Lo único que quería era que viera que pude salir adelante... que lo logré, por mí mismo, con mi esfuerzo...

—Y por ella —añadió Annette.

—Un poco también por ella... pero no para conquistarla de nuevo, solo para que se sintiera orgullosa de mí... No sabes lo mal que le hice pasar...

Annette dejó al niño en el suelo y se acercó a Bastian, colocó sus manos en sus hombros y le hizo masajes.

—Es una mujer hermosa, Bastian —susurró—, pero todos en el hotel saben que va a tomar el nuevo Estrella de San Lucas... No quiero que te ilusiones... tú tienes todo aquí... todo por lo que has trabajado por muchos años. ¿Acaso vas a ir a empezar de cero atrás de ella? —inquirió la muchacha.

Bastian suspiró.

—No sé por qué tú y Dulce asumen que ella y yo vamos a regresar... hay cosas que si no fueron en su momento ya no son, Anne... y lo nuestro ya no fue... Ella ya no me ama, dejó de hacerlo hace mucho, cuando la defraudé tanto...

—¿Cómo sabes que no te ama? Yo la vi muy afectada hoy...

—Sí, pero eso es solo por todo lo que se enteró. Ella no sabe nada de mí desde hace años, y la última vez que me vio yo estaba ahogado en alcohol y gritándole que no se fuera desde el piso del aeropuerto... Lo único que deseo es cambiar todos sus recuerdos malos y que al menos... que al menos —insistió—... esta vez quedemos en buenos términos. Que ya no necesite esconderse de mí otros siete años, que no le diga más a sus seres queridos que no le hablen de mí... es todo lo que deseo, saldar un poco el daño que le hice y ser de alguna manera parte de su vida...

»Hoy estaba afectada porque no esperaba encontrar lo que encontró, y porque este lugar también significa algo para ella, aunque quizá no lo recuerde como yo, aunque las aguas del océano en el que se baña hoy sean mucho más paradisiacas que esta vieja cabaña.

—¿Para qué quieres ser parte de su vida Bas? —inquirió Annette con cariño—. ¿Estás listo para escuchar que se casará con alguien más o que va a tener el hijo de otro? Yo no creo, no te veo listo... no la has olvidado, debes aceptarlo, aunque sea para ti... y para mí...

Él no respondió, ella tenía un buen punto.

—Si eso es lo que la hace feliz, estoy listo —asintió. Annette negó.

—Erigiste este lugar como un monumento a la relación de ustedes, Bastian...

—¿Qué hay de malo con eso? ¿Qué hay de malo con guardar mis recuerdos más bellos y alimentarme de ellos? No necesito amar a nadie, no necesito estar con nadie para ser feliz, me basta con tener a mi mejor amigo cerca, a punto de convertirse en padre, con saber que Dulce, luego de todas las dificultades que atravesó, es feliz y va a ser mamá, con tenerte a ti, mi hermana pequeña, a la que conocí de adulto, a mi sobrinito —dijo mirando al niño—, me basta con ayudarte a que salgas adelante y logres tus sueños ya que no pudimos criarnos juntos como me hubiese gustado... ¿Qué hay de malo con querer que ella también forme parte de mi mundo, aunque sea para verla de vez en cuando, en las Navidades o en los cumpleaños del bebé que está por venir?

—Pero eso te hará daño, Bastian... y yo no quiero eso...

—No me hará daño, Anne, no será así...

—Pero... tus amigos y yo también queremos que seas feliz... con quien sea que elijas, aunque no sea Angie.

—¿Con Andrea? —bromeó él.

—No, con esa no —zanjó decidida y luego sonrió—. Tú y Benja son todo lo que tengo en este mundo, no quiero verte mal y temo que su llegada mueva todo lo que con tanto esfuerzo construiste, y no me refiero a esto, me refiero a tu corazón...

—No te preocupes, Anne —dijo él con cariño y levantó la cabeza para mirarla—, yo estaré bien... mi amor es suficiente para los dos.

Annette negó, no creía que eso fuera real.

—¿Sabes? Ahora es cuando comprendo lo que mi padre me dijo hace muchos años atrás... Él se empeñó en pagar un médico carísimo y famoso para que nuestra madre viviera un par de días más, le pregunté por qué lo hacía, si ella nos había abandonado y le había engañado... me dijo que no lo hacía por ella, sino por él, por el amor que le había tenido...

Anne suspiró y lo abrazó, le besó en la mejilla y volvió a sentarse en el suelo junto a su hijo.

—Angie me cae muy bien, la verdad —afirmó—, pero si te hace sufrir, se las verá conmigo... ya has sufrido demasiado y eres demasiado bueno, no te lo mereces...

Bastian sonrió.

—Iré a dormir, ¿sí? Mañana será un día largo, Andrea va a volver... busca cualquier excusa para estar conmigo...

—Y mañana me toca trabajar en el hotel —se quejó Anne—. ¿Vas a poder librarte de ella solo?

—Ay, hermanita, hermanita... —dijo y le guiñó un ojo.

—¡No me gusta esa loca! —gritó Anne antes de verlo partir a su habitación.

Cuando lleguemos a los 5k, hago maratón de tres caps :)

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