Capítulo 1

Ángeles estaba en su oficina, por suerte ese día no había mucho trabajo porque la verdad era que no podía concentrarse en nada. Alguien golpeó a la puerta y la entreabrió.

—¿Puedo? —inquirió Silvia.

—Pasa...

—¿Lista? —quiso saber.

—Depende para qué —suspiró.

—Para tus vacaciones, tonta —exclamó—, es increíble que no hayas salido de vacaciones en casi tres años...

—Si trabajas en un hotel frente al mar no necesitas vacaciones —respondió Ángeles.

—No opino eso cuando tengo que estar con este horrible uniforme en medio del sol mientras un guapo turista italiano se broncea sobre la arena —dijo Silvia y señaló por la ventana—. ¿Lo has visto?

Ángeles sonrió.

—Sí, ¿quién no lo vio? Está guapo —admitió Ángeles.

—Guapo es poco... pero volvamos al tema... Me alegra que Santos te haya obligado a tomarte esas vacaciones —comentó.

—Es que no tenía opción, tengo que ir al casamiento de mi hermano, no puedo fallarle... y me quiero quedar unos días porque el bebé está a nada de nacer...

—Y además debes tomar impulso para lo que será tu nueva responsabilidad una vez que regreses, ¿no? No puedo creer que al fin hayas logrado lo que querías, Ángeles, estoy orgullosa de ti —comentó—, desde que llegaste a este hotel lo único que quisiste fue tener el tuyo propio alguna vez.

—Pero ser Gerente de una sucursal no es precisamente tener el mío propio —rio ella mientras giraba su silla hacia el ventanal desde donde se veía aquella playa paradisiaca.

—No, pero es mejor que eso... no tienes los gastos que tendrías si el hotel fuera tuyo, pero tienes la responsabilidad y el dinero que te pagarán —comentó la muchacha.

—Y sí... es lo que siempre quise —suspiró y se perdió en sus palabras y en aquella vista.

—¿Ángeles? —la llamó su amiga.

—¿Eh? Sí...

—¿Qué te preocupa? —quiso saber—. ¿Te da miedo la responsabilidad?

—No, hago esto hace años... me preocupa el viaje —comentó.

Silvia se acercó a ella y se sentó sobre el escritorio, colocó sus manos en su cuello y le regaló unos masajes.

—¿A qué le temes, Ángeles? ¿Al pasado? ¿Por qué? —preguntó.

Ella bajó la cabeza como para que su amiga tuviera mejor acceso a su cuello y continuara con el masaje.

—Son muchos años que no lo veo, Silvi, y ahora no hay escapatoria. No puedo pedirle a Maxi que no invite a su mejor amigo a la boda.

—Tarde o temprano iba a suceder...

—Pero no sé si estoy lista... —respondió.

—Tú lo has dicho, ha pasado mucho tiempo. ¿No deberías estar lista ya?

Ángeles suspiró.

—¿Qué es lo que sabes de él? ¿Está casado? —inquirió Silvia.

—No tengo idea, no sé nada... Sé que está bien, que superó el pasado... Eso es todo, nunca pregunto y Maxi nunca me cuenta...

—¿Qué sucedería si estuviera casado? —preguntó Silvia.

—Nada... ¿qué puede suceder? Ojalá sea feliz, ojalá esté con alguien que lo ame tanto como...

—Como tú —completó la muchacha.

—Como yo lo amé —corrigió ella.

—No estoy tan segura de que hablemos en pasado —añadió Silvia.

—Ya no siento nada por él, no así, no como antes... todavía guardo mucho dolor, mucho rencor por como se dieron las cosas... todavía me enfado conmigo misma y con él cuando pienso en la manera en que tiró por la borda todo lo que habíamos construido... Me obligó a...

—¿A qué? —preguntó la muchacha mientras aflojaba los nudos en el cuello de su amiga.

—A hacer cosas que no quería...

—¿Cómo cuáles? —preguntó Silvia.

—No vale la pena hablar de eso, es pasado...

Silvia hizo silencio y siguió con los masajes.

—Estás estresada —añadió—, intenta que estos días no sean solo para sufrir por el pasado, trata de que sean días para cerrar esa historia, Ángeles... el problema es que la has dejado abierta...

—Puede ser...

—Entonces aprovecha... despídete de él y de lo que fuiste con él, de lo que eras y lo que esperabas que sucediera... Si es necesario háblale y dile todo lo que te quedaste con ganas de decirle. Aquí te esperan muchas cosas, tienes todo el futuro que soñaste en tus manos... y está Arturo...

—Arturo no es nada —zanjó.

—¿Cómo de que no? —preguntó Silvia, Angie negó.

—Lo que necesito en realidad es estar sola, no creo que cuando regrese siga con lo que sea que tengo con él...

—Lo que necesitas es enfrentar tu pasado y eso es lo que te asusta, ¿cierto? Tienes miedo de que cuando lo veas te tiemblen las piernas y te salten las mariposas que te mareaban a los diecisiete años, ¿no es así?

Ángeles suspiró.

—A ti no puedo mentirte...

Silvia la abrazó con cariño y le dio un beso en la mejilla.

—Me iría contigo si pudiera —susurró—, pero sé que eres fuerte y estarás bien... ¿Puedo darte un consejo de mejores amigas?

—Dime...

—No te cierres a nada, Ángeles, y ata los cabos sueltos... necesitas dejar ir esto o no podrás ser feliz con nadie... y yo quiero verte feliz, ya te he visto mandar por la borda relaciones buenísimas... todo a causa del fantasma de Bastian... Aprovecha este viaje, quizás ha llegado el momento de soltar el pasado...

—Gracias —asintió ella—, gracias por estar siempre para mí.

—Tranquila, todo irá bien, además es muy poco tiempo, ¿qué podría pasar en una semana y media que no pasó en siete años?

—Tienes razón —susurró Ángeles no muy convencida.

Silvia sonrió y bajó del escritorio.

—Ahora voy a trabajar... ¿te acompaño luego al aeropuerto?

—No será necesario, voy sola... te aviso cuando llegue allá.

—Mantenme informada, ¿sí?

—Sí...

Y cuando Silvia se fue, ella pensó que quizá tenía razón, que quizás era hora de darle un cierre a aquella historia. Quizás incluso pudiera hablar con él, decirle las cosas que él no comprendió tantos años atrás... quizá podría contarle el daño que le hizo, al menos para que lo supiera... al menos para que estuviera consciente.

¿Y si estaba casado? ¿Si tenía pareja?

No, si hubiera sido así Maxi se lo hubiese dicho... o no... después de todo ella se lo había pedido claramente.

—Maxi, no quiero alejarme de ti ni de Dulce, pero si cada vez que llamo me van a hablar de él, este será el fin... ¿Comprendes? Si me quieres, respétame... no me hables más de él, no quiero saber nada...

Y Maxi siguió al pie de la letra su pedido, porque al final de cuentas, en aquel momento, Angie creía que eso era lo que quería.

¿Qué piensan que sucedió? ¿Qué creen que pasará cuando se vean?

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