Único

Nota: Bueno esto surge de algo bobo que dije en el grupo, y que la señorita.    acá presente quiso.

.... El tema era que haría una historia de las personas que metieran gol hoy, que como lo hizo Fermínsito y dos veces... Yo quería hacer un Fermín x Fermín JAJAJJAJA y no se atrevan a decir algo, que sé muy bien que ustedes igual iban a leerlo.

Pero bueno, tras unas fotos de ciertas personas... Vino esto, más vale que lo disfruten, voten y comenten, que aún me arrepiento de haber cedido.

Estar separados por tantos meses, es horrible sumale que tu novio es un osito gruñón que vive de los mimos.

—Iñigo...—Dijo Fermín quien estaba atrapado en los brazos de su novio, trataba de sentarse correctamente.

—Amor ¿No crees que estás exagerado un poco?

—Nop.—Decía el otro con la cara enterrada en el estómago del menor.

—Iñigo... Sabes que no fue tu culpa ¿Verdad cielo?

—Estaba tan enojado, preocupado... Lo único que quería era protegerte.

Fermín solo suspiró, sabía que Iñigo fue el que más sufrió con el incidente de la Champions.

—Entiendo, pero amor, no te culpes, en todo caso la culpa fue de ese Alfa, no tuya.

Iñigo solo lo observaba y asentía a cada palabra. Fue un infierno el momento en que su novio fue atacado por un jugador del PSG, un Alfa recién presentado, el chico por poco y no marcaba a su omega, y él no dudó en defender a Fermín, eso le costó la expulsión a él y al otro Alfa.

Fermín se acercó a su novio.

—Está bien, ¿Sí? La próxima será nuestra, ya no pienses en eso.—Con la expulsión de Iñigo, todo había venido abajo.

—¿Lo prometes?—Iñigo preguntaba con anhelo, y si tuviera cola y orejitas las estaría moviendo de un lado al otro.

—Lo prometo, también prometo que no me iré a ninguna parte, sé que aún estas inquieto.

—Si intentas huir, te perseguire y te acusare con Gavi.—Amenazo el Alfa con ojitos de cachorro.

—Ni siquiera lo dudo.

—Esta biiiiiiieeeen.—Sí... Realmente parecía un cachorro, se abalanzó encima de Fermín y empezó a mordisquearle las mejillas.

—Pero quedémonos aquí unos segundos más.—Decía con un puchero.

—¡Está bien! Está bien!

Sintió claramente como la mano de Iñigo se abría paso entre su ropa hasta que un par de sus dedos se deslizaron dentro de su entrada.

—¡Ngh, Iñigo!

—¿Te gusta aquí, Fer? Sé que sí, tu cuerpo tiembla siempre que meto mis dedos en tu interior...—Dijo, con voz baja y algo burlona, mientras se deleitaba con el ligero temblor y los suaves gemiditos de su novio que endulzaban sus oídos.

–Por favor...¡Ah!—Fermín cubrió su boca rápidamente después de gemir así de alto, cuando Iñigo tocó ese punto dulce que lo hacía enloquecer.

—Shhh, tranquilo.—Musitó, moviendo ahora sus dedos como si hicieran la simulación de un par de tijeras abriéndose y cerrándose en su interior.

Fermín echo la cabeza hacia atrás, aún cubriendo su boca mientras sus piernas se abrían ligeramente unos centímetros más.

Se sentía bien.

Se sentía increíblemente bien tener los dedos de Iñigo en su interior, no iba a negarlo.

—¿Crees que los demas escuchen?—Preguntó, la parte delantera de su ropa desvaneciéndose hasta liberar su enorme polla erecta y húmeda, completamente lista para penetrar el lindo agujero de su novio.

Fermín jadeó al sentirla restregarse contra su entrada y sus caderas se movieron involuntariamente en busca de fricción.

—N~no sé...—Dijo, Iñigo rió bajo sacando sus dedos del interior y acariciaba brevemente su miembro con movimientos circulares de su pulgar.

—¿Recuerdas la vez que Ferran casi nos descubre? No paso nada malo.

—L-lo recuerdo, pero...

—Pero nada amor...—Musitó, alineando su polla contra la entrada de Fermín, empujó sus caderas contra él, sintiendo como el estrecho lugar se amoldaba a su forma.

Fermín gimió, aferrándose a los hombros de Iñigo con fuerza cuando esté, de manera hábil y sencilla, lo sujeto de los muslos y comenzó a subirlo y bajarlo sobre su polla.

—Ah... I-Iñigo

–¿Ves? Te encanta mi polla, tu pequeña entrada la aprieta tan bien... Mierda, amor...—Iñigo jadeó por lo bajo, sin apartar su vista de la magnífica visual que siempre le hacía babear.

—Ngh... Por favor, más rápido...—La súplica con la voz levemente quebrada y los ojos llorosos de Fermín siempre le excitaban en sobremanera.

—¿Más rápido?—Decía ralentizo el ritmo de sus penetraciones a propósito. Quería ver a Fermín suplicar como hacia cada vez, y no lo decepcionó.

—Por favor... No te detengas...—Comenzó a decirle.

Iñigo con una sonrisa burlona, acercó su rostro al de Fermín.

—Bésame y te voy a joder como te gusta.—Dijo.

Y como si se hubiese tratado de una orden, Fermín obedeció.

Poniendo una de sus manos detrás de su cuello, lo atrajo hacia sí y lo besó.

Un beso brusco, demandante, en el que la respiración agitada de Fermín era ruidosa dejando expuesta su frustración.

Iñigo aprovecho para besarlo de vuelta, meter su lengua en su boca y morderlo de vez en cuando.

Cumpliendo su palabra, Iñigo retomo el ritmo, un tanto más rápido y fuerte que el anterior.

Fermín comenzó a deshacerse en gemidos, insultos en voz baja y halagos que le subían el ego al maldito cielo.

Siguió follandolo, tan brusco y profundo como a Fermín le gustaba.

—¿Te gusta mi amor?—Preguntó.

—Sí, Ahh... Me gusta mucho...

—Te amo, te amo mucho Fermín.—Dijo besándolo

—¡Ah! Y-yo te amo más...

Fin.

Nota: Escribir +18 no es lo mío, así que... Ups

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