28.-Cupido

Esta canción es súper cursi, este capítulo fue difícil, es súper cursi y me da vergüenza publicarlo lol pero no podía hacer nada, según mis planes iniciales...y cito: esta canción acompaña el momento (capitulo) cuando Luna descubre que esta 'enamorada' de Ámbar.

Jaja

Ahora así...

Resumen: Ok, vamos a joderle la personalidad a otro personaje askjdjakls

Resumen alternativo: ew cursi ew ew














"¿También sientes lo que estoy sintiendo?

Cuando estas cerca, el mundo entero parece girar en cámara lenta

Todo se ve tan diferente de la noche a la mañana

Puedo sentirlo, mi corazón ha sido disparado por cupido."













No era gracioso, era decepcionante.

Ellos ya sabían cuál iba a ser el desenlace de aquella tarde, y aun así se sorprendieron cuando los ganadores fueron anunciados. Gastón aplaudía con una muy disconforme expresión y Matteo, a su lado, no se veía muy feliz, pero los dos chicos aplaudían a los ganadores como si en realidad hubieran disfrutado mucho del show.

—¿Saben algo?—Ramiro llamó la atención de todos sus compañeros. Los jueces ya habían dado su veredicto y el roller ya se estaba preparando para abandonar la pista.—Siento un poco de satisfacción porque yo predije exactamente quienes iban a ganar.—Comentó con algo de altanería.—Pero también estoy un poco decepcionado de haber tenido razón.—

Jim se mordió los labios y observo a la distancia, donde estaban reunidos los equipos que habían participado.

—Ya...bueno, Igual me estoy asustando de que estén ganando absolutamente todas las competencias en donde participan.—

—Sí, chicos, que bueno que a mí no me toca competir directamente con esos brutos.—Decía Jazmín muy contenta antes de retomar su vlog.—Prefiero apoyarlos a ustedes desde las gradas.—

—Wow, tú sí que sabes animar a la gente, Jazmín.—Respondió Yam de forma irónica.

—Muy bien, chicos, ahora debemos concentrarnos en lo que es importante. Comenzó a decir Delfina en un tono serio.—Aun no decidimos cuales pasos vamos a utilizar en la coreografía para la competencia.—Dijo mientras dirigía una mirada acusadora hacía Jim.

—Es que no puedo hacer mucho si aún no tengo una idea de la melodía que vamos a utilizar.—Se defendió la joven española.

—Simón y yo ya tenemos algo...Pero aún tenemos que ajustar algunas cosas. Si quieres, puedes unírtenos y trabajar con nosotros en la composición.—Decía Luna a las dos chicas, pero principalmente a Jim.

—A todo esto, ¿A dónde se fue Juliana?—Interrumpió Jazmín buscando a la entrenadora con la mirada.—Solo la vi corriendo hacía Gary, con una cara de espanto y sorpresa, en cuanto terminó la presentación de los RedSharks.—

Esta vez fue el turno de Simón para hablar.

—Me dijo que tenía que resolver un "inesperado y urgente" asunto.—Les explico el joven mientras comenzaban a caminar hacía el backstage para desalojar sus lockers.—Tal vez debamos esperarla para pedir su opinión en la siguiente competencia.—

—Estoy de acuerdo, pero primero debemos apresurarnos y recoger nuestras cosas para irnos lo más pronto posible.—Les dijo Gastón tomando el liderazgo, como cada vez que Juliana se desaparecía y los dejaba solos.

No hizo falta que Gastón repitiera sus palabras, en poco tiempo todos ya estaban acomodando sus pertenencias para regresar al hotel y de ahí regresar a Buenos Aires.

Luna, quien no había llevado tanta ropa como sus demás compañeros, ya estaba por terminar de arreglar su mochila cuando de pronto Simón le pidió unos minutos para hablar con ella a solas.

Los dos mejores amigos se alejaron un poco de los demás para hablar cómodamente, sin estar siendo interrumpidos por el constante bullicio de los chicos.

—¿Qué ocurre, Simón?—

—¿Pensaste en lo que te dije antes del viaje?—Le preguntó con ansias.

—....¡Ah! ¿Te refieres a que Gary y Juliana siguen actuando raros?—

—No, no...bueno, sí...pero aparte de eso...lo de la canción.—

—¡Ah, ya!...sí, por supuesto, en mis tiempos libres me la pasaba pensando en-......en la canción, ¡sí!—

La pequeña bajo la mirada, avergonzada. Claro que había pensado en la próxima canción que presentarían en la competencia contra los RedSharks, pero sentía vergüenza de admitir que su mente siempre terminaba divagando hacía la misma dirección, o mejor dicho, hacía la misma persona.

Y, gracias a sucesos recientes, aquella vergüenza solo la mortificaba aún más de lo que ya estaba.

Luna levantó la mirada para encontrarse con un ilusionado Simón. El chico todavía esperaba pacientemente una respuesta más elaborada por parte suya.

—Sí, usé la laptop de Nina para hacer algunos arreglos a la canción. Te la iba a mostrar cuando llegáramos al roller...aunque pienso que aún le faltan algunas cosas...—Simón, satisfecho, asintió y volteo a ver como los chicos se movían de un lado a otro, buscando sus pertenencias y metiéndolas en las mochilas que habían traído. Luna siguió la mirada del pelinegro y se puso a observar a sus compañeros.—...¿Tienes algo en mente, verdad?—

Sin dejar de observar a los demás, Simón asintió lentamente.

—Estaba pensando...Luna...¿Por qué no involucramos directamente a los chicos en la composición de la letra?—

Luna se rio un poco.—Simón, siempre hacemos eso.—

—No, me refiero a...directamente...es que...de verdad quiero que todos canten...—Confesó.—Me quede pensando en lo que dijo Jazmín...de que ella siempre se queda en las gradas y eso me hizo darme cuenta...¿no sería lindo si el Jam&Roller, aunque sea por esta ocasión, se presenta con todos sus integrantes?...y cuando digo todos sus integrantes, me refiero a absolutamente todos sus integrantes.—Hizo énfasis.

Luna lo miró como si hubiera perdido la razón.—¿Quieres que nos presentemos con un equipo de doce personas?—Le preguntó con incredulidad.

Simón sonrió, mordiéndose los labios.

—Sí.—

—Pero...las reglas-...—

—Luna...—La interrumpió.—...las reglas dicen que podemos participar con un máximo de siete patinadores. Siete patinadores.—Y a Luna solo le bastaron esas pocas palabras para saber exactamente a qué se refería Simón.

Su cara se iluminó y abrió un poco la boca.

—¡Sí, es perfecto! ¡Simón, eres un genio!—Lo alabó mientras se lanzaba a abrazarlo con todas sus fuerzas. Simón respondió envolviéndola completamente en sus brazos mientras reía suavemente.

—Muy bien, llegando al roller les diremos lo que tenemos planeado...Pero, tenemos que hablarlo primero con Juliana. Ya sabes, solo para estar 100% seguros de que no vamos a ser descalificados por no seguir las reglas.—Se rio Simón ligeramente restándole importancia. Como si eso fuera posible.

—Y...sobre la letra...—Comenzó a decir Luna de forma dudosa. Simón le devolvió la mirada compartiendo el sentimiento.

—.....¿Deberíamos decirles exactamente lo que queremos transmitir o...?—Le robó las palabras que iba a utilizar, como si ambos amigos estuvieran conectados por alguna clase de telepatía.

Los dos se quedaron callados, analizando sus opciones, tras unos segundos se voltearon a ver y negaron con la cabeza al mismo tiempo, descartando así la idea.

—Mejor no.—Acordó Simón.—Vamos a esperar a mostrarles la melodía y que escriban lo primero que les dicte el corazón.—

Luna sonrió ante las cursilerías de Simón. Su amigo era un chico demasiado romántico para su propio bien.

—Estoy de acuerdo, aunque hay que darles una pequeña pista, porque Ramiro es muy capaz de escribir algo totalmente diferente.—

—Sorprendentemente, Ramiro tiene los pies bien puestos en la tierra cuando se trata de estas cosas.—Opinó Simón antes de quedarse profundamente callado.—...oye...Luna.—Esta vez fue el turno de Simón para emplear un tono lleno de inseguridad.—...Ya que estamos hablando de unión y conexión con el equipo...¿No sabrás, de casualidad, que le pasa a Matteo?

La expresión de Luna cambio rápidamente a una de intriga.

—¿Matteo?...No, ¿qué le pasa?—

Simón se rasco el cuello, parecía muy renuente a compartir sus pensamientos.—Es que...bueno...¿Te diste cuenta como en estos últimos días parecía....distraído?—

—Sí, claro que lo noté. Ayer, justamente, Juliana nos hizo repetir la coreografía siete veces porque él seguía cometiendo errores.—

—¡Exacto! ¿Lo ves? Incluso Juliana lo notó....Y se veía tan desconcentrado ayer que la verdad me sorprendí bastante cuando hoy lo hizo todo perfecto.

—Oye, tienes razón...Yo creí que era por nerviosismo, pero ahora que lo mencionas...que raro que el chico fresa se equivoque tanto.—Luna, disimuladamente, volteo a ver en la dirección donde un distraído Matteo seguía metiendo la ropa que había usado en la competencia.—

Los dos amigos se quedaron viendo a Matteo hasta que éste se fue con Gastón, tal vez porque ya había terminado con lo suyo o tal vez porque sintió sus insistentes miradas.

—...¿Crees que sea buena idea?—Luna volteo a ver a Simón ante su tono tan inseguro.—Lo de juntarnos todos y escribir la canción...—

—Claro que es una buena idea.—Le aseguró ella.—Nada como una buena canción para unir a las personas.—

—No sé, Luna, no quiero hacerlo sentir incomodo.—

—¿Incomodo?—

Simón, por segunda vez en el día, parecía poco dispuesto a hablar sobre sus verdaderos sentimientos. Eso era incluso más raro que ver a Matteo desconcentrado en la pista, pero Luna decidió ignorarlo por el momento.

Tras un profundo suspiro, el pelinegro parecía haber perdido un argumento en contra de sí mismo cuando comenzó a hablarle a Luna con sinceridad.

—Siento que hice algo que le molestó...—Confesó.—Me evita cuando tiene la oportunidad y se me queda mirando fijamente y de forma rara. Y cuando le hablo o me ignora, se hace el que no me escucha o me contesta de forma cortante...—

—...Simón......lo único que puedo decirte es que le des un poco de tiempo. No creo que tenga algo en contra tuya, es solo que-...—Luna suspiró pesadamente antes de mirar a Simón.—Mira, conozco a Matteo y sé que él puede ser muy pesado cuando algo lo afecta de verdad. Tal vez simplemente tuvo algún problema con su familia.—

—Mmmh, tal vez.—Respondió Simón, no muy convencido.

Tenían intenciones de seguir hablando, pero su plática fue interrumpida cuando, de repente, todo el alboroto que estaban causando los chicos se transformaba en súbito silencio. Ambos mexicanos voltearon el rostro para descubrir a Juliana y a Gary que caminaban hacía ellos.

Juliana se acercó primero mientras Gary se quedaba unos pasos atrás.

La mujer les sonrió.—Muy bien, niños, me alegra mucho que ya estén alistándose para irnos. Me gusta que tomen la iniciativa.—

—Sí, Juliana. En cosa de nada terminamos.—Le dijo Simón mientras corría apresurado por su mochila, llevándose con él a Luna y sujetándola de la mano.

—Bien, bien...—La entrenadora se aclaró la garganta e inmediatamente los chicos voltearon a verla, anticipando ya una noticia o alguna clase de aviso. Y ya que Gary estaba con ella, extrañamente callado y atento, pensaron que se trataba de algo serio.—Ha habido un ligero cambio de planes, chicos. El viaje de regreso a Buenos Aires se pospone hasta mañana, por la mañana.—

—¿Por qué? ¿Ocurrió algún accidente?—Preguntó Matteo cruzándose de brazos.

—No, no, no ha ocurrido un accidente, no se preocupen, ¿Ok? verán...Antes del viaje estuvimos pensando en la posibilidad de organizar una entrevista para todos ustedes, ya saben...para promocionarlos y darlos a conocer...—Explicó Juliana y siguió con su explicación antes de que los chicos comenzaran a hablar entre ellos.—A Vidia le encantó la idea pero no fue hasta hoy en la mañana cuando por fin nos confirmaron la noticia. Es por eso que hace unos minutos Gary y yo nos retiramos por unos momentos, porque teníamos que recibir al equipo que los va a entrevistar.—

—¿Justo ahora?—Preguntó Nina con cierto nerviosismo. Luna fue rápidamente a su lado para calmarla un poco.

—Bueno, sí y no, el staff aún tiene que preparar el equipo de grabación...

—...Una entrevista...—Ramiro se quedó pensando.—Pero, ¿por qué? Nosotros no ganamos la competencia...—

—Sí, ¿eso está bien?—Pregunto Gastón mirando directamente a Gary.

Él hombre de negocios sonrió complacido.

—¿Qué si está bien para mí?—Preguntó.—Sí, sí, ¿por qué no? Los RedSharks no han sido los únicos en lucirse, además de que esta será una gran forma de marketing.—Explicó brevemente.—No se preocupen, chicos, todos está bien, es una buena idea-...ejem, mi idea...-después de todo, donde pongo el ojo, pongo la bala.—Decía con humor mientras miraba a Juliana de forma socarrona. Ésta última rodo los ojos y se decidió a ignorarlo.

—Esta entrevista aumentará su popularidad, chicos. Probablemente se harán más conocidos no solo en Argentina.—

—¿Así como...en México?—

—¿Chile?—

Preguntaron respectivamente Luna y Ramiro con ilusión.

—Más o menos, la persona que los entrevistará es bastante conocida en el Reino Unido.—Explico Juliana.—En fin, el staff estará listo en dos horas, así que prepárense y más que nada...—Los miro seriamente, a modo de advertencia.—Compórtense.—

Ni bien había terminado de dar órdenes cuando los chicos comenzaron a hablar ruidosamente entre ellos mientras comenzaban a moverse de un lado a otro de nuevo.

—¡Una entrevista!—Exclamó Ramiro con una gran sonrisa en el rostro antes de correr hacía su mochila y comenzar a buscar un atuendo adecuado.

—Ay, chicos, no puede ser, no puede ser.—Jazmín hizo lo mismo que Ramiro y comenzó a buscar sin fin de cosas en su maleta.—¿Cómo me veo? ¿Qué me pongo? ¿Qué me voy a poner, chicos?—

—Epa...tranquilos, no estén tan alborotados, ¿acaso es la primera vez que los entrevistan?—Les preguntó Juliana con ironía al verlos moverse como desesperados.

—No, por supuesto que no.—Respondió Simón desabrochándose su camisa y quedando solo una camiseta de tirantes. Rápidamente se puso otra camisa que anteriormente había guardado en su mochila.—Ya nos han entrevistado un par de veces antes...pero sigue siendo emocionante, ¿no?—

—Espero que no me pregunten nada.—Nina pasó corriendo frente a Juliana y Gary. Casi ni se le entendía nada debido a la rapidez con la que estaba hablando.—Y si me preguntan...solo espero hacerlo bien y no aburrir a los entrevistadores.—

—No te preocupes, Nina, conmigo de lado nada puede ser aburrido.—Le dijo Ramiro con sus ya conocidos intentos de coquetería. Era como si el chico estuviera tratando de ligar con cualquier persona, sin importar quien fuera.

Antes de que Gastón o Delfina contestaran con sarcasmo al flirteo de Ramiro, Emilia apareció de repente detrás de ellos, caminando y deteniéndose al lado de Juliana.

—Tranquilo, Romeo, te aseguro que no vas a hacer falta en esta ocasión.—

—¡Emilia!—Exclamó Luna con sorpresa al ver a la líder de los RedSharks.—¿Qué haces aquí?—

Por toda contestación, Emilia solo arqueo una ceja y le sonrió, señalando con la vista detrás de ella. Como si aquel gesto fuera suficiente explicación, Luna casi comete el error de blanquear los ojos y de suspirar con frustración. , ¿cómo lo pudo olvidar? Ámbar nunca estaba muy lejos de Emilia.

—Ya hemos dado el avisó al resto del equipo.—Escucho su característica voz a su lado y dirigiéndose a Gary.—Ya se han ido al hotel y acordamos vernos en el lobby 20 minutos antes de las seis de la mañana.—

Gary sonrió satisfecho mientras le daba unas amigables palmaditas en el hombro.

—Gracias. Sabía que podía contar con ustedes para encargarse del equipo.—

—Explícate, Emilia.—Por otro lado, Ramiro al parecer seguía ofendido por el comentario anterior de la mexicana.—¿Por qué no hago falta, eh?—

La joven volteo a ver a Ámbar con una sonrisita extraña. Ámbar simplemente se dio media vuelta y encaró al equipo del Jam&Roller. Después se movió con algo de incomodidad, como si no estuviera muy segura de lo que diría a continuación.

—Digamos que la persona que los entrevistará...sabe muy bien cómo mantener la chispa en la conversación.—

—Sí, una chispa muy ardiente.—Se rio Emilia sin poder evitarlo.

Ámbar suspiró profundamente, un suspiro que expresaba a la perfección lo cansada que se encontraba.—Sabía que ibas a responder eso y aun así lo dije.—Murmuró con fastidio.

—Es cierto, muchachos, no tienen nada de qué preocuparse.—Juliana llamo nuevamente su atención, pero después de la interrupción de las dos rubias la entrenadora se veía algo ansiosa.

—¿Juliana? ¿Qué te pasa? Te oyes rara.—Le preguntó Jazmín sin dejar de mirar la pantalla.

—No, no, Jazmín, es solo que el bullicio y las luces y la oscuridad me molestaron un poco...—Alargaba las palabras, tratando de explicarse. Al ver que ninguno de sus chicos le creían ni una sola palabra, suspiró tal y como Ámbar lo había hecho momentos antes.—Ah, no importa...solo una cosa más, estos entrevistadores pueden ser un poco...intensos. Solo tengan paciencia.—Les avisó antes de que se fuera caminando como si no quisiera permanecer ni un minuto más en ese lugar. Gary les dio una sonrisa bastante divertida antes de seguir a la mujer.

Emilia y Ámbar se vieron entre ellas antes de decidir, sin palabras, que lo mejor sería seguir el ejemplo de Juliana.

—Nos vemos, chicos.—Se despidió Emilia mientras agarraba a Ámbar del brazo y comenzaban a caminar a paso apresurado.

Suerte.—Fue la curiosa despedida de Ámbar antes de ser arrastrada por su mejor amiga.

Esta vez los chicos sí que se miraron confundidos. Eso último no había sonado como si Ámbar de verdad les deseara suerte, más bien había llevado un tono de pena y diversión. Viniendo de Ámbar, no era bueno.








[...]









Los chicos estaban sentados en dos hileras: En la hilera de adelante estaban Matteo, Gastón, Nina, Luna, Simón y Nico; detrás de ellos estaban Ramiro, Jim, Yam, Delfina, Jazmín y Pedro.

Había sido un bonito gesto que el staff les hubiera proporcionado tantas comodidades. La iluminación de las lámparas era cálida, acogedora y para nada molesta, sus asientos eran suaves y cómodos y todos tenían una botella de agua a su costado.

Hablando con honestidad, los chicos no podían sentirse más cómodos con la entrevista que se estaba llevando a cabo...porque, literalmente, a pesar de todas las comodidades, los chicos de verdad no podían sentirse totalmente cómodos.

Era la primera vez que esto ocurría. La primera vez que se sentían nerviosos ante las preguntas que les eran dirigidas. No eran preguntas maliciosas o mal intencionadas, de hecho, era la primera vez que les lanzaban preguntas tan interesantes. Quizás era por esa razón que se sentían tan raros. Era como si de verdad estuvieran interesados en ellos, interesados en sus pensamientos, en su inspiración a la hora de componer canciones y armar coreografías. La entrevista era profesional, pero de una forma tan peculiar que no llegaba a ser aburrida. De hecho, era todo lo contrario; cada uno de ellos estaba lleno de expectación, siempre a la espera de las próximas palabras de la anfitriona de aquella cita.

—¿Luna?—La nombrada trago saliva pesadamente mientras observaba, con temor, como unos penetrantes ojos azules pasaban de mirar a un muy inquieto Ramiro hasta detenerse en ella.—Te veías muy feliz en la pista, de verdad, brillabas con una luz propia increíble.—Luna sonrió con nerviosismo ante el entusiasmo de la otra chica, la entrevistadora.—Claramente hubo un gran cambio en ti desde la última vez que te vimos patinar, ¿qué pasó en estas semanas para provocar ese cambio?

Al parecer ahora se estaba enfocando, de forma casi personal, en los integrantes del Jam&Roller.

Luna ya se esperaba ese tipo de preguntas desde que Juliana dijo la palabra "entrevista", pero para ser sincera, ahora estaba sorprendida. De verdad lo habían hecho, de verdad se lo habían preguntado...eso nunca había pasado...

—Bueno, pues he estado completamente enfocada en dejar todo en la pista, estoy 100% concentrada en-...—

—Te ves muy, muy inspirada.—Le sonrió la hermosa rubia.—¿Cuál es la razón? Finalmente se notan tus deseos de convertirte en una patinadora profesional, parece que al fin encontraste el balance entre tus estudios, tu vida personal y tus relaciones.—

¿Cómo que final-...? Aah, no, no, siempre estuve en paz, lo único que me faltaba era encontrar un equilibrio que funcionara para mi.—La rubia le lanzo una mirada de complicidad, Luna inmediatamente sonrió con pena.—Y no, no me refiero a las caídas.—Se rio cubriéndose la boca con la mano.

Emma sonrió dulcemente a la joven antes de acomodarse en su propio asiento. La chica se recargo en el respaldo y levanto un poco el mentón mientras les daba un rápido vistazo a sus invitados. Durante un par de segundos los chicos casi aguantaron la respiración, esperando a que nombraran a la siguiente victima. Cuando los azules ojos de Emma cayeron sobre cierto italiano, éste casi salta en su lugar por la sorpresa.

—Y...dime, Luna...—La pequeña castaña por supuesto que había notado aquella mirada dirigida hacía Matteo...Temía el rumbo que aquella conversación estaba tomando.—...Parecías tener una química increíble con tus compañeros, especialmente con Matteo. Tengo entendido que han estado practicando juntos últimamente, ¿es acaso él la razón de tu progreso y del perfeccionamiento de tus habilidades?—Preguntó la chica casi con ojos soñadores.

Luna permaneció observándola fijamente por unos segundos, considerando sus siguientes palabras y rogándole a su cuerpo para que su rostro no se pusiera completamente rojo.

Incluso Luna sabía que, en aquellos momentos, no era prudente responder aquella pregunta con total sinceridad. Además, sería una locura si Luna respondía con toda la verdad.

—Bueno, él es mi amigo y compañero de equipo, por supuesto que él forma parte de la razón de mi progreso. Matteo y yo nos entendemos muy bien y los dos compartimos la misma pasión por el patinaje, esa también es la razón de nuestra gran química.—

La respuesta le gustó a Luna, pero se notaba insatisfactoria ante la entrevistadora, quien rápidamente perdió interés en la pequeña Luna y se dirigió al chico a su lado.

—¿Qué tal tú, Simón? Te veías increíble montado en esos patines, como un perfecto príncipe encantador.—Simón se rio y sus mejillas enrojecieron un poco ante el halago.—Puedo notar que tienes una conexión especial con Luna, ¿Qué tan cierto es que viajaste miles de kilómetros solo para reencontrarte con tu chica?—

Simón volteo a ver a su mejor amiga. Ésta lo miro de regreso, diciéndole, rogándole con los ojos para que no cayera en una trampa tan obvia. El mexicano le sonrió con cariño y Luna supo que su mejor amigo no había entendido absolutamente nada.

—Es completamente cierto. Viajaría hasta el fin del mundo por ella.—Dijo suavemente devolviendo su mirada hacía el frente.—Y no me arrepiento para nada, de hecho creo que ha sido la mejor decisión que he tomado.—

Emma sonreía contentísima. La entrevista le estaba quedando mejor de lo que había esperado. Antes de que la rubia hiciera una de sus famosas interrupciones, el mexicano se le adelanto, casi como si hubiera estado esperando la oportunidad de tener la palabra.

—La verdad es que mi vida no sería la misma si no hubiera conocido a los chicos y al Jam&Roller, es por eso que ahora estamos aquí, más listos que nunca para demostrar de lo que somos capaces.—Finalizó Simón, muy orgulloso de sí mismo.

—Y...finalmente, ¿tienen algunas palabras...ya sea para sus fans, para su familia o, tal vez, para sus rivales?—

Los chicos se miraron entre sí con la duda en el rostro. Luna y Simón se miraron entre ellos y los dos se encogieron de hombros, aunque al final fue Luna quien se las arregló para dedicarles algunas palabras tanto a sus fanáticos, a sus familiares y a los RedSharks.

—No los defraudaremos.—Finalizo con simplicidad y con una sonrisa alegre.

Juliana, quien los había estado observando a la distancia desde que comenzó la entrevista, no pudo evitar acompañar la sonrisa de Luna con una propia. Estaba contenta de que Luna no hubiera dicho algo cursi o algo asquerosamente dulce e increíblemente irrealista.

—Mmmh...cool...supongo.—La entrenadora escuchó a su lado. Sin voltear su cabeza observó, de reojo, a las dos chicas que también se habían quedado a ver la entrevista del J&R. Emilia los miraba, haciendo un ligera mueca.—Será mejor que encontremos algo lindo que decir antes de que ellos acaparen toda la atención.—Y con eso, Emilia abandonó el lugar. Ámbar se quedó quieta, observando a los chicos con una indescifrable expresión.

Juliana, no tenía una relación tan cercana con los RedSharks, ella lo sabía y de vez en cuando se sentía culpable porque, al fin y al cabo, ella también debía guiarlos a ellos. No tenía la mejor relación con los rivales de su equipo principal, pero incluso ella podía notar que había algo mal con la joven Smith, quien le había hecho pasar tantos malos ratos.

...Había algo terriblemente extraño en el semblante que portaba la joven; No mostraba ninguna clase de expresión, y aun así Juliana podía asegurar que Ámbar no se sentía tan tranquila como trataba de aparentar.

Era como si, de alguna forma, estuviera casi completamente desconectada del mundo.

Y entonces, un segundo después, esa expresión se desvaneció como si nunca hubiera estado presente en su rostro. Incluso sus ojos se veían diferentes ahora.

Juliana no sabía si Ámbar sintió su insistente mirada, pero la mujer siguió observándola hasta que la menor sonrió levemente mientras apartaba la mirada de sus ex compañeros.

—...muy cool...—La escucho reirse antes de darse media vuelta y seguir a Emilia.

Mientras tanto, los chicos del Jam&Roller ya se estaban despidiendo de todo el equipo que había participado en la repentina entrevista.

Los chicos descubrieron con satisfacción que la joven británica, Emma, no era tan intensa realmente como lo era en sus entrevistas. Aquella joven se dirigió hacía Nina, Jazmín y Ramiro cuando termino de intercambiar algunas palabras con Matteo y Gastón.

—Lamento mucho haberlos hecho pasar por ese mal rato, no era mi intención.—Se disculpó con pena.

Los tres chicos se miraron. Decir que la joven les hizo pasar un mal rato era poco, pero no la culpaban realmente.

—No importa, está todo bien. Por suerte Ramiro estaba ahí para ayudarnos.—Dijo Nina mirando al joven chileno como su salvador.

Él suspiró con pesadez.—Sí, pero casi y no lo logro. Por la emoción casi lo arruino todo.—En la entrevista, cuando le toco hablar a Ramiro, se había emocionado tanto que al final se había enredado con sus propias palabras. Muy al estilo de Luna. Afortunadamente Jim estaba a su lado y, disimuladamente, le pellizco ligeramente la mano para que volviera en sí. Eso basto para que Ramiro terminará sus oraciones de forma más o menos coherente para el público.

—Pero lo hicieron muy bien, chicos.—Los animo Yam caminando hacia ellos. A su lado, Jim les sonrió y les dio un par de pulgares arriba.

—Yam tiene razón. La mayoría de mis invitados tardan bastante para entrar en confianza conmigo y seguirme el ritmo, pero ustedes estuvieron más que estupendos.—Y les dio una última sonrisa antes de seguir con su objetivo de despedirse de todos sus entrevistados.

La joven británica se dio la vuelta y vio, a unos pasos de distancia, a la pequeña Luna quien hablaba animadamente con el chico italiano y con Simón, si la memoria no le fallaba. Emma se acercó a ellos y llamó la atención de la castaña.

—Esa fue una gran ultima respuesta, Luna. Bastante prometedor.—La rubia le guiño un ojo a lo que Luna respondió con una avergonzada risita.—De verdad espero cosas increíbles de ustedes, chicos.—Les dijo antes de despedirse.—Muchas gracias por su tiempo.

—Gracias a ti por interesarte en nosotros.—Se despidió Matteo en nombre del Jam&Roller.

—Oh, de verdad, no me agradezcas. Ustedes son, de hecho, interesantes.—Emma les sonrió una última vez.—Estoy segura de que va a ser un verdadero placer trabajar con ustedes de ahora en adelante, así que, nos vemos en el roller.—

—¡Oye, espera!—Simón se adelantó a sus compañeros y dio unos pasos hacía la rubia.—¿Cómo que nos veremos en el roller?—Expresó la duda que todos sus compañeros sentían.

Emma los miro confundida.

—...es obvio...¿no?...la segunda parte de la entrevista será allá...aún tenemos que entrevistar a los RedSharks.—Se rio para sí misma.—¿No habrán creído que nos iríamos sin entrevistar al equipo estrella, al equipo ganador...o sí?—Les preguntó con diversión antes de darse la vuelta.

Los chicos se quedaron observándola mientras desaparecía del lugar.

Matteo sonrió casi con malicia.

—Bueno, ahora ella es problema de los RedSharks.—

Muero por ver como son acabados por esa chica.—Se burló Ramiro antes de correr y emprender su camino como todos los demás hacía la salida. Pasó al lado de Simón, Luna y Nina y desacelero su carrera para hablar con Juliana, quien, como siempre, guiando el camino de los chicos.

El trio de amigos caminaba tranquilamente detrás de ellos. Eran Simón y Nina quienes lideraban la plática, pues Luna estaba bastante perdida en su mundo, aunque de vez en cuando les prestaba atención.

—...Bueno.—Escucho que Simón se reía a su lado.—Honestamente, con todas las cosas que dijo Emilia, yo me esperaba que la entrevista fuera peor, pero fue bastante bien a decir verdad.—

A lo que Nina respondió con un profundo suspiro.

—Sí, claro. Eso lo dices porque no hiciste el ridículo frente a todo el mundo.—

Esas palabras y la imagen de su mejor amigo quien se notaba completamente en desacuerdo con lo dicho por Nina, fueron las últimas dos cosas que su mente registraron antes de concentrarse nuevamente en sus pensamientos.

O mejor dicho, antes de perderse otra vez en pensamientos.

....Luna lo odiaba tanto.

Odiaba tanto ese sentimiento.

No era como aquella burbujeante y acogedora sensación que siempre tenía cuando se encontraba a sí misma soñando despierta. Era una sensación agotadora que la dejaba ansiando por el más pequeño descanso.

Por tercera vez en diez minutos, Luna suspiro pesada y ruidosamente. Y esta vez sus acompañantes tuvieron la oportunidad perfecta para preguntarle acerca de su extraño comportamiento.

—Luna...¿Luna?...¡Luna!—La llamó Simón en la forma de un reproche. La nombrada abrió los ojos y volteo a ver a su amigo.—¿Estás bien? ¿Qué te pasa? Desde hace rato que nos has estado ignorando...—

La joven sonrió con pena. No era que los estuviera ignorando adrede, por supuesto que no. Ni siquiera ella sabía que era lo que tenía en mente, y claro que no paso mucho tiempo antes de que alguien se diera cuenta de su silencio. Por fortuna, ella ya sabía que le harían esa clase de preguntas, así que se apresuró a responder:

—No, no los estoy ignorando Simón, para nada...es solo que hoy ha sido un día súper cansado. Estoy segura de que voy a caer rendida en cuanto lleguemos al hotel.—

Y la mejor parte es que no estaba mintiendo. Todos se habían levantado temprano para un último entrenamiento, por no hablar de la competencia misma y de la entrevista...

El cansancio que sentía era muy real. Aunque omitió decir que era un cansancio tanto físico como emocional.

—Pero estoy de acuerdo con Simón, Nina.—Se apresuró a decir al ver las caras de sus amigos; no le estaban creyendo para nada.—Creo que sería una buena idea que te presentaras al siguiente Open Music.—La cara de Simón se iluminó mientras que Nina comenzaba a negar frenéticamente con la cabeza. Luna se felicitó mentalmente por recordar la conversación que habían tenido los dos jóvenes momentos atrás.

—¡Sí!—

—¡No!—

—¿Por qué no?—Le preguntó Simón a Nina riendo.—Eres increíble escribiendo canciones, ¿Sabes cuantas personas amaron "tengo un corazón"? ¿Sabes cuantas personas amaron cuando te paraste a cantar frente a todos?—

—Eso fue antes...—

—¡Lo has hecho antes!—Le recordó Luna.

—¡Sí, acompañada!—Recalco Nina.

—...Entonces...¿por qué no nos presentamos los tres?—Sugirió Simón mirando a las dos chicas. Nina nuevamente comenzó a negar con la cabeza mientras una gran sonrisa comenzaba a adornar la cara de Luna.

—Sí. Simón y yo podemos componer algo lindo.—

—No, chicos, es una pésima idea, además ustedes ya tienen muchísimo trabajo con la competencia del roller.—

—Pero no es ningún problema, Nina...—

—A menos que de verdad no quieras...—Comento Simón vagamente, pero muy en serio.

Los dos mejores amigos -de toda la vida- se veían muy dispuestos, Nina se veía indecisa pero tampoco se veía completamente cerrada a la idea, por eso los dos mexicanos seguían insistiendo. Los tres jóvenes, al final, decidieron tomarse las cosas con calma. No había necesidad de apresurarse con sus planes pues aún tenían un montón de tiempo antes del siguiente Open Music, considerando que el anterior había sido hace unos días.

Por el momento no tenía caso seguir discutiendo de un evento tan lejano en el futuro. Y con eso también se referían al -reciente- evento principal que se llevaba a cabo en el Jam&Roller cada cierto tiempo. Aquel que Vidia y Gary tanto amaban explotar.

Después de tan satisfactorio día, se merecían al menos un momento de descanso. Un momento de tranquilidad en donde no tuvieran que pensar en el -ya asegurado- futuro del Jam&Roller.

Juliana y Gary compartían aquel pensamiento. Ellos pensaban que sus chicos se merecían una recompensa por tan grandioso trabajo; unos por tan maravillosa y encantadora presentación, y otros por seguir siendo los indiscutibles número uno, o así habían dicho Juliana y Gary respectivamente sobre sus equipos.

Así que, justo después de que todos los integrantes de ambos equipos se cambiaran y se dieran una relajante ducha en sus habitaciones, ambos adultos los sorprendieron con una gran cena en el restaurante del hotel.

Era como un gran y tentador bufet al que los chicos tardaron muy poco en reaccionar.

El ambiente rápidamente se transformó. Eran pocas las veces en las que ambos equipos podían convivir pacíficamente, sin que alguien estuviera lanzando comentarios sarcásticos, y la verdad nadie se estaba quejando, era un momento agradable.

Pero, aunque todos se comportaban de forma pacífica, no hablan entre sí de forma amigable. De hecho, solo uno de los integrantes de los RedSharks hablaba cómodamente con varios chicos del Jam&Roller. Obviamente esta persona era Emilia, quien mantenía largas conversaciones principalmente con Yam, Luna y Nina. Ocasionalmente compartía palabras con Matteo y Simón, y otras veces con Ramiro y Jim. Después estos dos solían dirigirse a Ámbar quien trataba de ignorarlos sin éxito.

Poco a poco, al transcurrir la velada, algunas personas decidían retirarse a sus habitaciones para descansar ya que tenían que despertarse temprano. Una de estas personas resulto ser Luna...y en realidad ella fue la primera en abandonar a todos sus compañeros.

La pequeña acepto la invitación de su entrenadora por obvias razones: No todos los días Juliana era lo suficientemente amable como para invitarles la cena, tenía que aprovechar. Además, no quería desmayarse por falta de alimentos.

El plan era sencillo: Pasar un buen rato con sus amigos. Ella era muy buena en eso. Pero entonces le toco sentarse frente a Emilia y, como ya hemos establecido, a donde va Emilia, también va Ámbar.

Esa parte fue divertida. Excepto porque no lo fue.

No para Luna.

Ámbar y ella no hablaron, por fortuna y para desgracia suya.

Luna se concentró en su comida, principalmente en sus amigos y un poco en Emilia...pero en algún momento sintió los ojos de Ámbar en ella...y ella, tan cobarde, no pudo llevar su mirada hasta la de Ámbar.

Después de la comida esperó exactamente diez minutos, medidos a reloj, para ir con Juliana y avisarle que se iría antes que todos. Ella esperaba no haber sido muy obvia, pero al parecer había llamado la atención de algunos de sus compañeros.

Simón, por segunda vez, le preguntó si se encontraba bien. Él no había sido el único en notar su actitud extraña, tanto Nina como Matteo esperaban su respuesta. Emilia también la miraba disimuladamente y, aunque Ámbar estaba medio entretenida con Ramiro, Luna tenía el presentimiento de que también estaba atenta a su respuesta.

Aun sintiendo mariposas en el estómago, Luna asintió y sonrió ligeramente a Simón, una sonrisa que ni por asomo era tan radiante como las que solía dar.

Subió a la habitación que compartía con Nina antes de que alguien pidiera alguna explicación más detallada.







[...]







Ámbar se había burlado de ella nuevamente.

Siempre se la pasaba burlándose de ella, jugando con ella y con sus sentimientos. Siempre haciéndola dudar, siempre haciéndola enloquecer.

Eso fue exactamente lo que ocurrió antes de la presentación de los RedSharks.

Ámbar la había hecho perder la razón.

De nuevo se burlaba, la torturaba con aquella sonrisa y actuaba con tanta inocencia. Luna tenía tantas ganas de quitarle esa sonrisa del rostro. A cualquier costo.

Ámbar la hacía perder la razón.

Así que, en medio de todo el gentío, sabiendo que la oscuridad las protegería de cualquier otra mirada, y en contra de su buen razonamiento, Luna la besó.

En la mejilla, sí, pero fue suficiente para Luna.

El beso fue para hacerla molestar, para sorprenderla tanto que la haría callar. Era su pequeña venganza.

Era un plan relativamente bueno. Se había sentido bien, sus labios en su mejilla...además, si pasaba a molestar a Ámbar, ¿por qué no?

Eso es lo que pensó. Esperaba una reacción de enfado, esperaba que la mayor se molestara. Un pequeño arrebato...pero...

—...¿Qué-...? ¿Por qué harías...?—Pronunció Ámbar con una voz que Luna nunca había escuchado en ella. Incluso con el ruido del lugar, era tan clara y dulce a sus oídos.—...no hagas eso de nuevo...—

Su tono se escuchaba débil, tembloroso, y al mismo tiempo divertido. Pero en un extraño sentido que Luna no podía describir. Era obvio que trataba de disimular su vergüenza, pero también agitación y diversión.

De repente sintió como su corazón daba mil maromeas en su pecho. No solo eso, ella, al igual que Ámbar, comenzaba a sentir como su rostro enrojecía poco a poco.



La joven heredera abrió los ojos lentamente.

Se dio cuenta de que su habitación estaba a oscuras. Escuchaba la suave respiración de Nina en la cama de al lado y suspiró profundamente.

Aquel sueño solo le confirmaba una cosa y es que no podía seguir así, le estaba dando demasiada importancia.

Pero, para ser sincera, había gastado todas sus energías tratando de no pensar en su nuevo descubrimiento. Ahora, en medio de la noche, ya no podía callar sus pensamientos.

Era raro. Había algunas cosas que la confundían. Estaba feliz pero también se sentía tan cansada. ¿Cómo podría estar tan segura de sí misma? ¿Qué demonios había ocurrido? Todo este tiempo pensando que quería ser su amiga cuando en realidad todo lo que quería era...

...¿Era qué? ¿Qué era lo que Luna quería de Ámbar? ¿Qué era exactamente lo que había estado pasando por su mente cuando la estaba viendo patinar?

Una profunda vergüenza, como nunca antes la había sentido, se hizo presente en ella. Luna solo podría describir la sensación como una "calidez" que pocas veces había sentido. Un calor intenso que se apoderaba e invadía sus mejillas y su pecho.

¿Y qué si Luna encontraba a una de sus amigas lo suficientemente atractiva como para hacerla dudar de sí misma? ¿Qué si su mente estaba llena de ella, incapaz de concentrarse en otra cosa que no fuera su rubia amiga?

Sería una mentira descarada decir que a Luna nunca se le pasó por la mente aquella posibilidad, la posibilidad de sentir atracción por Ámbar, pero fueron segundos tan cortos que Luna más bien se lo tomó como una broma. Algo tan descabellado y de tan poca importancia en el momento que Luna lo olvidó por completo.

Honestamente, ¿quién no había tenido esos pensamientos?

Pero, ahora entendía que tal vez, tal vez, debió haberse tomado más en serio aquella "pequeña y tonta" posibilidad.

En realidad, daba igual. Si se hubiera enterado antes, de todas formas, no muchas cosas cambiarían. La vergüenza seguiría ahí, independientemente de si se enteraba antes o después, pero tal vez al menos podría sobrellevar la vergüenza en su habitación, sola, y no en un lugar público en donde todos podían notar su pobre auto-control.

En la mansión, al menos tenía ciertos lugares que le podrían servir como escondite temporal mientras organizaba sus pensamientos. En cambio, ahora estaba obligada no solo a actuar normal con sus amigos, sino que estaba forzada a enfrentar esos sentimientos cara a cara cuando, irónicamente, viera de frente a Ámbar.

Al día siguiente, muy temprano, todos se preparaban para abordar el autobús que los llevaría de regreso a Buenos Aires.

El Jam&Roller no iba tarde, pero era el último equipo en llegar al punto de reunión. Los RedSharks los estaban esperando, aun sin subir al autobús.

Al parecer todos en el equipo habían olvidado el glamour y habían optado por la comodidad, aunque eso los catalogará como algo similar a terroristas de la moda.

A excepción de dos rubias que siempre parecían verse bien sin importar las circunstancias, claro.

Luna, mientras se acercaba y de forma inocente enfocó su mirada en Ámbar, se dio cuenta de que tenía un gran problema entre manos: La rubia tenía puesto un suéter negro hecho a mano y tan holgado que parecía ser dos tallas más grandes de las que le correspondía, unos jeans ligeramente rasgados en las partes correctas y unos tenis negros que hacían juego con su suéter. Su cabello estaba completamente recogido de una forma perezosa, con algunos mechones de cabello en su cara.

Se veía bien, aunque se le notaba el cansancio y las pocas ganas que dedico a su apariencia, se veía bien.

Atractiva de una forma floja, pero que le iba bastante bien.

Luna se le quedo observando mientras la rubia no se daba cuenta, admirando su belleza y al mismo tiempo convenciéndose de que, por ahora, lo mejor sería permanecer en un estado inactivo alrededor de Ámbar.

O eso pensó justo antes de que los ojos azules de Ámbar cayeran en ella.

Luna nunca se había dado el tiempo para notar lo mucho que había cambiado la forma en la que Ámbar la miraba...solo hasta ese momento se daba cuenta.

Por supuesto que no estaba eufórica ni particularmente alegre por su presencia, pero más bien la miraba de forma...suave. Aquellos ojos por fin la miraban no como un estorbo, no como su enemiga, no con desprecio, sino con tranquilidad.

"Hermoso..."

Luna bajo la mirada mientras sonreía con pena hacía sí misma. Se sentía tan torpe, ¿desde cuándo era tan tímida? mejor dicho, ¿desde cuándo Ámbar la trataba de esa forma para hacerla sentir tan nerviosa?

Y entonces recordaba que había movido montañas y ciudades para que Ámbar la mirara de esa forma.

Estaba feliz, no se arrepentía, pero ahora mismo sentía que ella misma había cavado su propia tumba.

¿En qué rayos estaba pensando?
























Así que básicamente este capítulo es un capitulo lleno de "Luna sintiéndose sexualmente atraída a ÁmbarTM", i'm not sorry lol

Esperen muchas escenas como estas porque Luna es un desastreTM

Ahora sí, vamos con lo importante:

¿Por qué demonios traje a Emma? No tengo ni la menor idea, estaba viendo videos en youtube y una cosa llevo a la otra y terminé viendo una miniserie "Royal Ranch" y...ocurrió lo inevitable, me enamoré de Mia Jenkins así que aquí está. Y sí, voy a joderle la personalidad porque no conozco a Emma (No vi esos episodios...y ni quiero verlos lol) pero SÍ vi a Finny (Royal Ranch) y...bueno.

Lamento si en este capítulo Luna y Ámbar no interactuaron mucho. Luna no está confundida pero sí es un poco lenta y torpe así que...jeje.

Medio odio y amo este capítulo <3 Me gusta que este todo tranquilo :) no sé dónde lo vi, pero tengo entendido que es bueno que haya momentos tranquilos antes del drama :) y he dicho que no sé si soy buena escribiendo cosas dramáticas, pero haré mi mejor intento :)))

Dicen que lo que es malo para el corazón es bueno para el arte...y...bueno, Endgame me jodió :) así que tal vez encontremos algo bueno :)

Besos <3

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