05.-Nunca será lo mismo
(Actualización rápida porque mañana es mi funeral y no sabrán de mi hasta que termine mis deberes :,v el titulo y la canción hablan por sí mismas 7u7)
Alfredo suspiró pesadamente mientras bajaba las escaleras y caminaba hacia la cocina.
—Pero que desastre...—Decía Miguel mientras ayudaba a preparar el desayuno.
—Ahora ninguna de las dos quiere bajar a comer.—Anunció Alfredo mientras se sentaba en la mesa.
—Pero no han probado bocado desde anoche cuando ambas se encerraron en su habitación.—Dijo Mónica con preocupación.
Y tenían motivos para estar preocupados.
Ambas chicas no habían salido ni un momento de su habitación desde la noche anterior.
Habían escuchado como las dos jóvenes discutían acaloradamente, aunque tuvieron ganas de intervenir en aquella terrible interacción, tuvieron que contenerse. Habían pensado que lo mejor era que Ámbar y Luna resolvieran sus problemas sin la intervención de terceros, pero vaya que se arrepintieron de no haber hecho nada cuando la rubia se había desplomado en el suelo.
Después de su discusión final, Ámbar salió a paso apresurado, casi corriendo, hacia su habitación. Alfredo y Miguel habían ido tras ella preocupados por su estado.
Mónica mientras tanto había ido con Luna.
La menor tenía una expresión en blanco, después miro hacia las escaleras como si se le escapara la vida. Ignoro las preguntas de su madre y salió corriendo como lo había hecho Ámbar segundos atrás.
Su abuelo y su papá, quienes esperaban afuera de la habitación de la rubia, vieron como Luna pasó rápidamente en medio de los dos. Antes de que pudieran detenerla, la chica ya se había encerrado en su cuarto.
—Realmente no puedo creerlo...—Se lamentó Miguel.
—Se suponía que debían hablar y arreglar las cosas, no decirse mutuamente que no querían estar en la vida de la otra.—Mónica se cruzó de brazos mientras observaba la estufa.
—Estoy casi cien por ciento seguro de que aquello lo dijeron sin pensar, en el calor del momento.—Razonó Alfredo. Y en parte tenía razón.—...pero honestamente las subestimamos por ser menores.—
—Realmente son jóvenes, pero sus problemas ciertamente son serios.—
Miguel no termino aquella frase cuando escucharon el sonido de firmes pisadas que se acercaban a la cocina. Una cabellera rubia se asomó con una expresión indescifrable.
—¡Ámbar!—Intento acercarse su abuelo, pero la joven lo detuvo cuando comenzó a hablar.
—Volveré al atardecer; no me esperen para nada.—Comunicó antes de darse media vuelta y retirarse tan rápido como vino.
Escucharon la puerta principal abrirse y después. Por la ventana, vieron como la chica caminaba, con patines en mano, hasta salir a la calle.
Bueno, al menos había avisado.
Mónica suspiró.—Bastará más que una simple disculpa para que aquellas dos puedan tolerarse.—Y siguió preparando el desayuno, No sabía si Luna bajaría o no, pero prefería dejar algo preparado para ella en caso de que decidiera bajar. Así estuvo un par de minutos, hasta que se volteo rápidamente, comunicando su frustración.—Lo que no puedo creer es que ambas cayeron en las provocaciones de la otra; Ámbar empujo a Luna al límite y Luna se lo devolvió de la peor forma. No creí que ambas fueran a actuar así...—
Miguel concordó con su esposa, después miro por donde se había ido la rubia.—¿La señorita Ámbar estará bien por su cuenta?—
—Eso quisiera saber, estoy preocupado; ni siquiera pudimos acercarnos cuando ocurrió su ataque de pánico.—
—Era mejor así.—Intervino Mónica.—Ámbar se sentiría atrapada si había más gente a su alrededor.—
—La situación de ambas es mucho más seria de lo que pensamos.—Terminó diciendo Miguel, ahora pensando en su única hija.
Por su lado, Luna no paraba de dar vueltas en su cama, ya la había arreglado y ella ya tenía puesta ropa decente. Ahora simplemente no podía salir de su cuarto y ser productiva.
Se sentía enferma. Sentía náuseas y juraba que estaba a punto de vomitar. La culpa no había disminuido ni un poco y no la estaba ayudando para nada.
Claro, la rubia merecía ser reprendida por todo lo que había hecho. Merecía que alguien la pusiera en su lugar.
Pero Luna realmente no quiso decir todas aquellas cosas horribles. De hecho se sentía sucia de solo recordarse a sí misma pronunciándolas.
Se la había pasado una hora bajo la regadera, pero ninguna ducha podría quitarle aquella suciedad.
Se dejó llevar completamente.
Ahora estaba atrapada en un ciclo constante de culpa, odio hacia sí misma e inseguridad. Todo estaba mezclado.
Todo se había juntado.
Sol Benson. Sharon Benson. Lily y Bernie Benson.
Sus problemas parecían revolotear alrededor del apellido Benson. Pero eso no era todo, sus problemas también llevaban por nombre Matteo Balsano y Ámbar Smith.
Cierto, estos dos últimos eran su culpa y el primero lo resolvería en cuanto viera al chico. Pero ¿Qué hay de los demás? Era exhausto y tan confuso.
Se suponía que debía estar brincando de alegría por haber conocido su pasado, no teniendo una crisis existencial.
Luna suspiró mientras abría la puerta y salía de su habitación. No podía quedarse toda la mañana ahí. Cuando paso por el cuarto de Ámbar notó que su puerta estaba media abierta. Intentaba reprimir las ganas de empujar la madera suavemente y echar un vistazo a la rubia, intentaba no hacerlo, pero Luna realmente tenía un pobre auto-control.
Y ni siquiera empujo la puerta con su mano, lo hizo con la punta de su pie. Tal vez quería mantenerse lo más alejada posible de aquella estancia.
La puerta se abrió completamente dejando ver su amplia habitación. No había ni rastro de la rubia.
Luna, extrañada, se armó de valor y dio un paso dentro de su cuarto. Se sentía nerviosa, sentía que Ámbar aparecería en cualquier momento para echarla a patadas.
Pero nada de eso ocurrió. Un paso, tres pasos más...Ámbar no estaba ahí.
¿Cuándo había salido?
Luna caminó un poco más y se sentó al borde de la cama.
Observaba el lugar con confusión y extrañeza.
Todo estaba en orden.
Ella misma se sentía rara al ver que todas las pertenencias de la rubia estaban en un perfecto estado.
Sentía cierta ansiedad al ver que nada estaba roto. ¿Por qué nada estaba roto? La verdad, Luna, desde su cuarto, había esperado escuchar vidrios rotos y cosas siendo lanzadas.
Esperaba que Ámbar se enojara y se desquitara con todo aquello que se le pusiera en frente.
Esperaba que su discusión le hubiera afectado tanto como le afecto a ella. Sonaba muy mal y era muy egoísta de su parte, pero tenía sus razones, aquellas que no quería que fueran verdad.
¿Acaso esto significaba que la mayor hablaba en serio cuando dijo que Luna ya no le importaba más? ¿En serio no le importaba?
Luna mordió su labio inferior con fuerza mientras sentía un ligero dolor.
Esta vez realmente lo había arruinado.
(¿Luna y Ámbar tienen baño propio? xd digamos que sí xd)
Este capítulo no estaba planeado xd pero no me sentía cómoda siguiendo con la historia e ignorando que los padres y el abuelo estaban a pocos metros de ellas cuando ocurrió su discusión. Tal vez no los involucre mucho, no lo sé aun, pero realmente los quería en este capitulo xd
Y aquí van mis estupideces:
Ellos: ¿Estas bien?
Yo, lo que digo: Si, estoy mejor que nunca.
Yo, lo que pienso: En el trailer de la tercera temporada de Soy Luna Alfredo hace toda una jodida celebración en nombre de Luna porque se enteró que era Sol Benson, pero ¿acaso vieron que hiciera lo mismo por Ámbar cuando Sharon le dijo que era Sol Benson? No. Parece que está mostrando favoritismo hacia Luna lo cual hará que crezca el rencor en Ámbar y al final la historia de Sharon se repetirá en ella. El ciclo de rencor y venganza se repetirá y honestamente estoy odiando a Disney por tratar tan mal a un personaje tan complejo e interesante como lo es Ámbar Smith interpretado de forma magnifica por la increíble Valentina Zenere. Ámbar Smith es el alma de Soy Luna y nadie podrá hacerme cambiar de opinión. Nunca te perdonare Disney.
:,,,v
(Les juro que estoy siendo lo más imparcialposible en esta historia xd)
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