Había algunas cosas de las que se arrepentia, sobre todo por malas decisiones que en su momento podrían haberse evitado, aunque tampoco es como si fuera a vivir del arrepentimiento, aun cuando había un montón de cosas que quisiera cambiar, había otras tantas que agradecía tal cual como estaban.

—Shion, mi cartera, ayudame que estoy ciego.

El comentario de su novio le hace sonreír, terminando de esparcir la mantequilla en el pan tostado que Mu y él iban desayunar.

—Creo que ayer la tenías en la bolsa interna de tu gabardina. La cual ya te dije que cuelgues y no la lances en cualquier lugar.

Desde la cocina escucha al otro refunfuñar por quien-sabe-que-cosa, corriendo rápidamente de un lado a otro, subiendo y bajando las escaleras con cierto cuidado, intentando generar la mínima cantidad de ruido.

— ¿Necesitas algo?

— ¿Qué podría necesitar?

—Buen punto. Cualquier cosa solo llamame, cuando me fije en la cuna, Hamal seguía dormido y Mu daba señales de ir despertando.

—Gracias Sr. Atento, ahora vete antes de que tu familia venga a buscarte.

Sonríe divertido, haciendo a un lado el cuchillo que usaba para untar mantequilla en el pan. Girándose lo suficiente como para que el otro pueda besarlo para despedirse.

— ¿Estás seguro que vas a ponerte a dieta? —pregunta Oneiros, acariciando con una de sus manos el costado de Shion—. A mi me gustas tal cual como estas, de hecho, creo que hasta es tu mejor figura.

—Oneiros, ya te dije que no está en discusión.

Ve al de cabellos plateados hacer mala cara, antes de darle un beso en la comisura de los labios.

—Entonces no te comas la mermelada. Debería de ir arriba de la mantequilla en el pan.

Instantáneamente se sonroja, sintiéndose descubierto ante la observación de Oneiros, que no paraba de mirarlo con burla mientras se saboreaba los labios.

— ¿Papá?

—Buenos días Mu —saluda con más emoción que de costumbre, antes de empujar al otro, quien trastabilló un poco ya que igual se había girado ante la voz del más pequeño—, dile adiós a papá Oneiros, tiene que salir y regresará tarde.

Sonríe con un deje de victoria, intentando correr de forma civilizada a Oneiros, recordándole que ya se le estaba haciendo tarde para su reunión familiar.