Galleta

—Entonces, ¿estás saliendo con alguien?

La pregunta llega de forma inesperada, deteniendo todos sus movimientos y arrugando el entrecejo. La casa huele a galletas, que es lo que están haciendo en aquella fría temporada, Dohko está a su lado, cortando la masa que trabaja con ánimo, mientras la mujer de su mejor amigo es la que se encarga de las que están en el horno. Mu y Shunrei juegan en la sala, mientras juran que están viendo la televisión, aunque los tres saben que mienten, pero deciden dejarles el aparato encendido antes de entrar en una pelea sin sentido con niños de 4 y 5 años.

—No, ¿qué te hace pensar eso?

La esposa de su mejor amigo tararea algo mientas pasa con la primer charola de galletas finalmente cocidas, apresurandose a poner una segunda y tercera en el horno.

—Tal vez sea porque últimamente estás más feliz. —comenta ella con una sonrisa, apoyando las creencia de su esposo.

—Oh porque te ves menos estresado aún con todo lo del divorcio, creí que al menos esperarías un poco más para conseguir a alguien —comenta el de cabello castaño, vigilando las galletas recién salidas, a la espera de que se enfríen para tomar alguna—. Aunque dejame decirte que quien sale contigo es un valiente, con solo ver tus carnes...

El de cabello verde rápidamente levanta el rodillo de madera, la amenaza de que si dice algo más sobre su peso lo va a golpear como no tiene la más remota idea. Hace algunos meses no habría pensado en hacer galletas, probablemente estaría deprimido y furioso en casa de su padre, gritando insultos en nombre de su ex-esposo y comiendo como si no hubiera un mañana, razón por la cual había subido varios kilos que, en el embarazo de Mu, había tenido serias dificultades en bajar.

—No puedo creer que por algo así, piensen que ya estoy saliendo con alguien.

Extiende la masa sobre la mesa, es verdad que los últimos meses se ha estado viendo con Oneiros, salidas sencillas que solo es caminar juntos una parte del trayecto, porque el tiene un hijo que lo espera en casa y no tiene tiempo para citas ni nada similar.

— ¿Vas a negar que tengo razón?

—Dohko, metete en tus propios asuntos.

Su mejor amigo y su mujer se ríen a su lado, mirando el momento exacto en que se lleva la primer galleta a la boca, antes de sonrojarse tras darse cuenta de su intención al invitarlos a hornear.

—Y haré dieta, se los prometo.

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